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La Ofensa - por Beba

Web: http://ahorayodigo.blogspot.com

Un obraje, un yerbatal, una salina… La explotación aniquila la dignidad humana, y estallan las tensiones ante sucesos nimios. Desde esa cuerda tensa, se dispara la flecha ofensiva. Y, generalmente, brota la venganza ciega que perdura en el tiempo. Pero, a veces, la religiosidad, la necesidad de la compañía, o el milagro de un hijo o de un amigo, atemperan la furia y remiendan el tejido.

***

Anochecía en el yerbatal*; el verdor salvaje emanaba un calor húmedo, sofocante.

Yo volví al almacén porque iba siendo hora de cobrar y cerrar; como siempre, me envolvió la densa niebla del final de la quincena: los peones habían recibido su escuálido sueldo; aquí estaban para tomarse un respiro; dura tarea, destructora de vidas.

Olía a cuerpos mal lavados, a humo de cigarros, a grasa rancia y jabón barato; bajo la la luz mortecina del único farol de gas, apuraban una ginebra y un truco, antes de volver a sus barracas con los bártulos y vituallas. Por ahí, entre bolsas, bidones y canastos, distinguí a mi monito.

Me senté a la mesa con mis parroquianos. La baraja estaba lista para el “truco”. El mono se me subió al hombro.

La timba estaba animada, pero Ambrosio se caló el sombrero, (una costumbre, aunque ya era de noche), listo para marcharse.

—Me voy, “chamigos”. L’Antonia me dijo que no me demore. Parece que ya viene el gurisito. Gracias por la “giñebra”.

— ¿Y a vos qué?— le gritó Ruperto—. ¡Cosas de”guainas”, los partos y los críos! ¡Entre machos, primero los amigos!

— No se me “ofienda” Ruperto. Es el primer gurí. Y no me da el corazón pa’ dejarla sola; ni el bolsillo pa’ tanta timba.

Y empezó a caminar hacia la salida.

— Andá, “Gorila”*. Te queré’ hacer el güenito. “Gorilón”. “Chupavelas”.

Ruperto había tomado más de una ginebra, seguro. Pero Ambrosio se sintió ofendido. Pegó la vuelta y se paró junto a la mesa.

—Mire, “chamigo”. No se meta con mis ideas. Respete a la gente. Aquí no hay “gorilas” ni “peronchos“* ; sólo unos argentinos pobres y laburantes. Y déle gracias a las velas, que me acuerdo de Dios, de vez en cuando. Don Cleto, cobremé la giñebra” pa’ no irme en deuda con el amigo.

Yo me levanté, acomodé mi barrigota, recibí las “chirolas” de Ambrosio y lo acompañé a la puerta.

—“Güena suerte” pa’ la Antonia y el gurí…

Y cuando giré hacia el mostrador, vi que el grueso botellón de la ginebra volaba hacia la ventana buscando la cabeza de Ambrosio. ¡Pero la borrachera de Ruperto le torció la puntería hacia la mía!

Me hice a un lado y me encontré jadeando entre los vidrios rotos. La ginebra regaba el piso, como si lavara la ofensa. Desde mi hombro, el monito alzó vuelo y se le prendió en la barba mugrienta. Ruperto chillaba, pero el bicho no lo soltaba.

Sujeté al borracho que berreaba como un crío encaprichado, y lo senté otra vez. Había que asegurarse de calmarlo, no fuera a irse por detrás de Ambrosio; y encima, sin pagarme.

— Vos sí que parecés un gorila, “haciendoté” el macho; el “agüelito” del mono.

Sentí que se relajaba un poco. El monito bailoteaba sobre mi cabeza, y se le despertó la risa.

—¡”Chá” que soy bruto!— farfulló—. El Ambrosio es buen tipo; ayuda en el monte; no se mete con “naides”.

Reía y lloraba a la vez; ya se sabe: el borracho pasa de toro bravo a perro cariñoso y humilde.

—Te salvaste la vida, chamigo. Ibas preso, seguro. ¡Y cómo
“t’iba a quedar l’alma”!

— Mañana me “vu’a” disculpar; y a conocer al gurí.

El monito aplaudía como si supiera castellano; guaraní para ser más precisos.

***

+ Yerbatal: argentinismo por “yerbal”. Plantación y faena de la Yerba Mate.

*Gorila y Peroncho, son dos expresiones populares argentinas, que identifican a la oligarquía y el peronismo.

Las comillas encierran modismos regionales y coloquiales.

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19 comentarios

  1. 1. Ocitore dice:

    Hola, Beba, es muy interesante descubrir el lexico de tu pais, ademas de las expresiones y fraseologismos porteños, ¿ hay algo de lunfardo? Buena suerte y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 07:17
  2. 2. Laura dice:

    Hola Beba.
    Me encantó tu relato, excelente el uso del localismo rural, aunque…como argentina, me quedó extraño encontrar las palabras utilizadas con comillas. Queda más natural si no las empleas: Y no me da el corazón pa’ dejarla sola; ni el bolsillo pa’ tanta timba.
    Muy bien lograda la escena de lucha.
    Detalle: tienes varias veces la palabra ginebra: tal vez cuando arrojan el botellón, simplemente sin aclarar de què se trata te pueda servir.
    Por ùltimo, no creo que la palabra truco pertenezca al lenguaje especìficamente rural como para usar las comillas.

    Mis más que respetuosos saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 11:47
  3. 3. Servio Flores dice:

    ¡Hola Beba!

    Qué interesante relato. Me ha gustado mucho. Lo entendí a pesar de los localismos. Hay algo que compartimos en Latinoamérica y es la capacidad de nuestros pueblos para dar de sí mismos a la lengua castellana.

    La escena de trabajo, pobreza y esparcimiento está muy bien lograda. También el conflicto de “bolo en cocina” me ha atrapado completamente.

    ¡Bien hecho Beba, felicidades!

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 07:08
  4. 4. Patricia Redondo dice:

    Muy buen relato Beba. Uno se imagina la escena perfectamente , los peones , la pobreza , el borracho patoso haciendose el hombrón y luego desinflandose… geniales imagenes : ya se sabe: el borracho pasa de toro bravo a perro cariñoso y humilde.

    Y apara remate como dice Servio aportando a la lengua castellana todo un mundo de modismos locales , lo que la enriquece doblemente. Redondo , sin fallas.

    Enhorabuena

    Nos seguimos leyendo

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 13:25
  5. 5. Don Kendall dice:

    ¡Magnífico! ¡Magnífico!plas, plas, plas, aplausos hasta con las orejas. He disfrutado leyéndolo, hasta tres veces en voz alta.
    Un texto de gran valor para un taller. Para empezar a aprender algo que es fundamental para las y los autores : agarrar al lector, y no lo soltar a ser posible. Y además que vaya a gusto jejeje..
    Hace unos días la colega Isabel Caballero me aportaba un fragmento de un texto de Kafka, que aún más fragmentado por mi, recoge el valor de este texto :

    Un (libro)relato debe ser el hacha para el mar congelado que tenemos dentro de nosotros

    He sentido las canciones de José Larralde, los versos del “Martín Fierro” es un texto que se siente, aunque no se entienda, esa es la clave, eso que algunos llaman empatía (por aquí citaron el término algunas compañeras):consegur que el lector se encuentre allí en ese lugar, sintiendo lo mismo que tal o cual personaje. Y eso con independencia de lo relatado. Pienso que en muchas ocasiones dedicamos muuuuucho tiempo en buscar una historia extraordinaria jamás contada, dejando de lado esto tan vital : Hacer que el lector, sienta “como si” fuera el personaje en la situación descrita.
    EMDO, Beba presenta un texto que maneja todos los ingredientes para lograrlo.
    Gracias por el aporte

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 16:51
  6. 6. Beba dice:

    Don Kendall: Mil gracias. Sé de tu capacidad crítica. Me encantó encontrarte aquí. Me preocupan un poco los “localismos”. ¿No hay abuso de ellos?

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 19:36
  7. 7. Don Kendall dice:

    Estimada Beba , Como si de un gallego se tratara , te respondo con una pregunta (ampliable al resto de colegas) ¿Hay abuso en esto?:

    Apenas él le amalaba el noema, a ella se le agolpaba el clémiso y caían en hidromurias, en salvajes ambonios, en sustalos exasperantes. Cada vez que él procuraba relamar las incopelusas, se enredaba en un grimado quejumbroso y tenía que envulsionarse de cara al nóvalo, sintiendo cómo poco a poco las arnillas se espejunaban, se iban apeltronando, reduplimiendo, hasta quedar tendido como el trimalciato de ergomanina al que se le han dejado caer unas fílulas de cariaconcia. Y sin embargo era apenas el principio, porque en un momento dado ella se tordulaba los hurgalios, consintiendo en que él aproximara suavemente sus orfelunios. Apenas se entreplumaban, algo como un ulucordio los encrestoriaba, los extrayuxtaba y paramovía, de pronto era el clinón, la esterfurosa convulcante de las mátricas, la jadehollante embocapluvia del orgumio, los esproemios del merpasmo en una sobrehumítica agopausa. ¡Evohé! ¡Evohé! Volposados en la cresta del murelio, se sentían balpamar, perlinos y márulos. Temblaba el troc, se vencían las marioplumas, y todo se resolviraba en un profundo pínice, en niolamas de argutendidas gasas, en carinias casi crueles que los ordopenaban hasta el límite de las gunfias.

    Rayuela: Capítulo 68 Julio Cortázar

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 20:10
  8. 8. Beba dice:

    Bueeé. Si Cortázar lo hizo yno puso comillas.. Ego me absolvo. Gracias. Un abrazo.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 01:26
  9. 9. Leosinprisa dice:

    Hola Beba, el problema de los modismos es que para alguien que no está acostumbrado a leerlos o escucharlos, ni conoce de esa jerga, le cuesta seguir un texto lleno de ellos. No desestimo su valor, que lo tiene, por supuesto, en un notable esfuerzo de localización, pero a quien los desconoce supone desarraigarse de la lectura hasta no tener un total conocimiento de lo que desean expresar.

    No obstante, subyace la belleza intrínseca de las propias palabras y el reloj perfecto de una conversación que, a pesar de su propia complejidad, te atrapa y sumerge en un mundo propio. También he de agradecerte tu pequeña explicación de algunas palabras que nos da un poco de luz a la hora de comprenderlo. Siempre es interesante y muy educativo.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 09:45
  10. 10. Beba dice:

    Hola, Leosinprisa:
    Muchísimas gracias. No se puede perder de vista al lector.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 18:48
  11. Hola Beba. Comienzas con un alegato que ya nos prepara, a tus lectores, para lo que ha de ocurrir. El ambiente lo has preparado con esmero. El ambiente en su doble acepción (atmósfera, y olores y hedores…)
    El lenguaje (ya explicaste) adecuado, aunque no distinguiría ninguna jerga y menos aún si no se escucha el acento.

    ¡Pero bueeeno… que remachos son estos pelaos!

    Una pregunta sobre la niebla…¿siempre es al final de la quincena cuando hay niebla? Me resulta extraña la frase cuando cuentas.” como siempre, me envolvió la densa niebla del final de la quincena”

    Me ha parecido un relato más que interesante Beba. Te felicito compañera.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 19:31
  12. 12. Beba dice:

    Gracias, Isabel. Un saludo

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 22:31
  13. 13. Beatriz Emilia dice:

    ¡Hola Beba!

    Me encantó tu relato lleno de modismos, será que los he escuchado en pelis o dónde sé yo, pero no me fue difícil de ponerles rostros a los olorosos hombres, mal pagados a fin de quincena. Me lo disfruté!!!

    Un abrazo!!

    NOTA: soy María Inés Niud, me recuerdas? Solo que ahora dejé de usar el seudónimo.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 23:19
  14. 14. isan dice:

    Hola Beba:
    Del mismo modo que te digo que me ha costado, te digo que lo he disfrutado. Me ha costado un lenguaje difícil para mí. Me ha gustado y mucho la escena que se ve y se siente. Un ambiente sórdido de taberna de arrabal y una pelea muy bien descrita.
    Ha sido un placer.

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 19:50
  15. 15. Sara sierra dice:

    Hola Beba, muy interesante la escena, me parece enriquecedor dar a conocer la jerga de nuestros países.
    – quiero entender que cuando te refieres a la niebla de la quincena, es que se va a gastar el pago en bebida
    – creo que es más fluido si los localismos se ponen en cursiva
    – en cuanto a gorila, sin la explicación, entendí que se le decía gorila como sinónimo de bestia

    Escrito el 25 febrero 2019 a las 16:09
  16. 16. Osvaldo Vela dice:

    !Ay beba! con tu escrito “trajiste” a mi memoria los días de los laborares del campo.

    De ropa sudaá, de tequila y aguardiente amontonaá en moca de barro, de palabras no entendibles y de confrontaciones de machos. En una cantina maltrecha que disipaba la raya de las faenas.

    A lo lejos se podía escuchar a una vieja en la choza de adobe y cerda que le gritaba a su bueno pa’naá improperios que no asustaban. Eran las vivencias de los caseríos que hoy se pierden ante la llegada de nuevos entornos mas sofisticados.

    Es bonito recordar beba. Gracias.

    En cuanto a tu texto ya Don Kendall se explayó con un reconocimiento de altura.

    Un abrazo

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 16:08
  17. 17. Vespasiano dice:

    Hola beba:

    Gracias por pasarte por mi relato y dejar tu sincero comentario.

    El inicio de tu historia me ha sorprendido y me ha encantado. Hasta pensé: «al final del relato pondrá una nota atribuyendo la autoría de esa introducción a algún célebre autor».

    Para quien haya vivido en Brasil (como yo) haya viajado por el interior de ese pais; conociendo entornos rurales; se haya mezclado con campesinos (caboclos) y haya escuchado su peculiar manera de hablar, habrá entendido/comprendido perfectamente los diálogos y la jerga empleada en tu relato. También habrá visualizado perfectamente la “tasca” donde se reunen los trabajadores, al final de la jornada laboral, para tomarse unas “caipiriñas” o una “cachaça” sin más aditivos que propio el aguardiente de caña de azucar.

    Felicidades.

    Escrito el 1 marzo 2019 a las 00:02
  18. 18. Vespasiano dice:

    Hola de nuevo:
    Quise decir: “sin más aditivos que el propio aguardiente de caña de azucar”.
    Hasta la próxima.

    Escrito el 1 marzo 2019 a las 00:05
  19. 19. Beba dice:

    Bueno. llega fin de mes. Muchas gracias a todos.

    Escrito el 1 marzo 2019 a las 00:17

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