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La ofensa - por Wanda Reyes

Web: http://unrincondelalmablog.wordpress,com

Lucinda salió como todas las mañanas al jardín frontal a regar sus rosas.

El día estaba opaco. Se podía ver la niebla que cubría las montañas a su alrededor. Mientras cumplía con su rutina diaria no pudo evitar levantar la mirada hacia la casa de Matilde.

—¡Metiche como siempre!—, escuchó decir a su vecina que le miraba altanera sentada en su silla de ruedas, una manta floreada cubría sus piernas.

Lucinda se reprochó el haber mirado. Sabía que Matilde estaba ahí sentada como todas las mañanas buscando cualquier excusa para empezar una pelea.

— ¡Estás loca Matilde! Que me importa a mí tu aburrida vida. Además, yo veo hacia donde yo quiera. ¡Vieja senil!

—¿Qué me dijiste Lucinda? Si vas a hablarme hazlo fuerte, como lo haces cuando hablas como loca con las plantas.

— ¡Vie-ja Se-nil! Eso dije.¿ Ahora si me escuchaste? ¿Loca Yo? Que descaro, mira quien habla, la que acosa a sus vecinos. Y tú qué vas a saber, si en esa casa ni la mala hierba crece.

Una vez terminó de hablar caminó lo más rápido que pudo apoyada en su bastón y entró a su casa azotando la puerta.

Matilde al otro lado de la calle hizo un gesto con la mano haciendo ver la poca importancia que los comentarios de Lucinda le hacían.

Esta pelea era habitual para los vecinos del barrio el Rosario. Todas las mañanas a la misma hora, por casi ya cinco años.

Las una vez amigas se encontraban según las malas lenguas peleadas, porque Lucinda pidió prestado un dinero a Matilde que nunca le pagó. Bueno, eso dice don Rodolfo el de la pulpería. La señora que vende pan y café en la parada de buses dice que fue porque Matilde tuvo un romance fugaz con el esposo de Lucinda.

Cada vecino tiene su propia versión. Lo único en que todos coincidían es que cuando tuvieron su negocio juntas hacían la comida más deliciosa de la zona. Con la habilidad en la cocina de Matilde y los ingredientes frescos producidos por Lucinda.

Luisa se asustó al escuchar que su madre, azotaba la puerta al entrar.

—Mamá deja de pelear ya con Matilde. He escuchado que pasa mucho tiempo sola. Deberías de hacer las paces con ella. El hecho de que ella te dijera hace cinco años que tus verduras eran de mala calidad, no pasa como una ofensa tan grande como para dejar de hablarle a tu mejor amiga.— dijo mientras terminaba de guardar los víveres que había comprado en el almacén.

—Ahora es que estas de su lado. La ofensa de esa gorila, nunca será olvidada. Gracias por tu ayuda ya puedes irte. No estoy de humor, entre tu traición y la metiche de Matilde me han amargado el día.

Siempre de tan delicado carácter, Lucinda había hecho muchas enemistades en su vida, su familia evitaba visitarla y la única que soportaba su carácter era ahora su enemiga.

Luisa suspiró vencida y se acercó a su madre, le dio un beso en la frente y se fue a su casa.

Una semana después regando sus rosas notó extrañada que Matilde no estaba afuera.

Tres días pasaron y Matilde no había salido de casa. Lucinda sintió su corazón acelerarse al imaginarse lo peor. Tomó su bufanda y caminó por primera vez en cinco años, hacia la casa de su ex amiga.

Acercó la oreja a la puerta.

—Matilde abre esta puerta. Estas tan loca que eres capaz de haberte quedado encerrada.

Cada palabra que decía y que no recibía respuesta la angustiaba más.

Entró a la casa. Pudo ver a la anciana en un rincón de la fría casa, sollozando. Observó como el polvo y las telarañas cubrían la mayoría de los muebles. El olor a humedad inundaba el ambiente.

—¿Porque lo asustas a uno así mujer? ¿Qué te cuesta contestar? ¿Qué te pasa que ya no sales al patio? Le dijo en tono fuerte, pero su preocupación se percibía en sus palabras.

—Lucinda, mi hija se va del país en busca de una mejor vida. Vendió la casa y mañana me iré a un asilo. No podía salir, pues el saber que, aunque eres una vieja cascarrabias no te volvería a ver.

Lucinda se limpió las lágrimas y caminó hacia la puerta.

—¿Es que no te importa que me vaya?, le dijo con la voz entrecortada.

—Voy a traer unas cajas para empacar tus cosas, te vienes a vivir conmigo.

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7 comentarios

  1. 1. Ulises Vidal dice:

    ¡Hola Wanda!
    Tu relato me ha emocionado. La relación entre dos viejas cascarrabias donde el amor y la amistad son más fuertes que el encono y superan todo. Había que dar el primer paso para llegar al inesperado final.
    Desde lo formal, falta algún acento, pero pienso que se debe a la falta de relectura o lectura final.
    Espero seguir leyéndote. ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 21:17
  2. 2. Wanda Reyes dice:

    Gracias Ulises,tienes razón, ademas ahora me fijo que también repetí la palabra casa muy seguido y no lo vi cuando hice la revisión final.
    Saludos.

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 14:02
  3. 3. María Esther dice:

    Hola Wanda, me gustó tu relato, mostrando la cotidianeidad de de esas vecinas.
    Muy bien construidos los personajes con caracteres reales. quizá un poco exagerado el tiempo de enemistad, a mi modo de ver.
    Muy buen final, cargado de emoción, demostrando grandeza de corazón y buen sentido humanitario.
    Felicitaciones.
    Nos vemos en el próximo relato porque este mes no participé.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 03:57
  4. 4. Laura dice:

    Hola Wanda.
    Me encantó tu relato con la pelea sin recordar los motivos pero siempre estar atenta a la vecina.
    Creo que puedes cambiar de lugar la coma:” No podía salir, pues, al saber que aunque eres una vieja cascarrabias, no te volvería a ver.” Igualmente es una oraciòn que queda bastante rara aunque se entiende el sentido de ella.
    Omitiste la raya de diálogo al cerrarlo: “—¿Porque lo asustas a uno así mujer? ¿Qué te cuesta contestar? ¿Qué te pasa que ya no sales al patio? —Le dijo en tono fuerte, pero su preocupación se percibía en sus palabras.”
    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 11:08
  5. 5. Wanda dice:

    Gracias Maria Esther por tu comentario. Estaré pendiente de tu relato en la próxima propuesta.
    Saludos.

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 14:28
  6. 6. Wanda dice:

    Gracias Laura por tus sugerencias las tomaré en cuenta. Saludos.

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 14:28
  7. 7. Dámaris dice:

    Me gustó mucho tu historia, me encantó el final, gracias por compartirla, felicitaciones, sigue escribiendo relatos 🙂

    Escrito el 11 marzo 2019 a las 19:18

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