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La ofensa - por Leosinprisa

—Yo misma mataré al emperador. Al Prímar, al señor de las Aguas Azules. La Gota Alzada, la Sublime Ola quedará laxa a mis pies. Ni la Línea Sacra, ni ningún destacamento de la fuerza imperial podrá detenerme. Llevaré el caos, la muerte y la destrucción hasta el último de los rincones de esos decadentes gregarios —habló la mujer en voz alta, ante un destacado grupo de sus acólitos, mientras caminaba por el enorme espacio habilitado para almacén en la nave que se dirigía a un destino desconocido.

La Hilandera, la maestra de asesinos, uno de los seres más peligrosos a los que nunca se había enfrentado el imperio. Alta, de caminar sosegado, enfundada en un traje de faena cobrizo, con su cabello de color incierto recogido en un moño que atrapaba, al mismo tiempo, en un paño de inmaculado blanco, el rostro de ella.

Nadie le había visto nunca la cara, ni nadie pretendía vérsela, una temeridad propia de locos. Circulaban rumores sobre un horrible accidente que la había desprovisto de faz. La tirante tela que la cubría no permitía descubrir ningún rasgo. Mentón, pómulos e incluso una nariz que siempre destacaría, eran inexistentes. Algunos días la tela blanca estaba cubierta por algún signo, una horrible advertencia a sus enemigos, de que algo infausto se abatiría sobre ellos.

Hoy era uno de esos días. Mirarla significaba estremecerse y los ojos de quienes allí se encontraban la rehuían. Salvo Besarabian, su segundo, con su frente marcada por la cicatriz de la doble columna y su gesto sereno, casi risueño, con el que siempre la acompañaba.

—Así será. Nadie duda de que eres la elegida para tal hazaña —habló con voz clara.

—El Prímar ya está muerto, solo camina aún porque yo se lo permito —confesó la asesina sin humildad alguna. Ambos se separaron del grupo, lejos de oídos que escucharan su siguiente conversación.

—Vuelvo a recordarte que las Forjadas, Naure y Axia, son un hueso duro de roer —Besarabian sabía que nombrar a las guardaespaldas del Prímar era ofender los oídos de su líder.

—SI te refieres a mi fallido intento, te diré que tuvieron mucha suerte. —La voz de la mujer sonó plana, como si aquello careciera de importancia. Pero Besarabian sospechaba que era una mancha en su historial que siempre encendía su ánimo.

—No ignoro que el factor suerte fue casual, pero no debe ser desdeñado. Algunos seres pueden acapararla, como la luz atrae a las polillas. No son unas humanas normales. No pueden serlo.

—Las mataré a ellas también. Rajaré sus vientres y derramaré las entrañas a los cuatro vientos. Lo haré con cuanto odio he podido acumular desde aquel encuentro.

—Si tu no has podido, nadie podrá. Deberías devolver el contrato y dedicarte a otros objetivos.

La Hilandera se puso tensa. Besarabian temió que aquellas palabras hubieran traspasado su límite de tolerancia.

Un hombre se acercó con unas bebidas. Había cometido la imprudencia de no esperar el consentimiento de la Hilandera y la atención de esta se centró sobre él. Su segundo sintió una variación en la imagen de la asesina. Algo sutil, que solo unos ojos muy expertos podrían detectar. Se había movido, a tal velocidad que pareció no haberlo hecho.

—No quiero beber nada. Vete, me estás molestando —dijo la asesina con una voz amable, pero la velada amenaza hizo retroceder al criado con celeridad. Este se detuvo, algo no iba bien. Tocó su cuello para ver como una gota de sangre manchaba su mano. Se sintió mal e intentó agarrarse a uno de los bultos del almacén. Trasteó como un gorila que se hubiera perdido en una densa niebla. De repente se detuvo, quedo rígido y su cabeza se inclinó de forma extraña, separándose de su cuerpo y cayendo con estrépito por la limpia superficie. El cuerpo la siguió, desplomándose sin vida.

—Es difícil encontrar buenos criados. —Su segundo sabía que aquel desdichado había pagado muy cara su insensatez.

—De igual manera arrancaré la vida al Prímar y sus putas guardianas. Recuérdalo, mi querido Besarabian, la gente suele ser olvidadiza.

—Tengo una excelente memoria —afirmó su acompañante.

—El contrato sigue vigente. No habrá variación de rumbo. —La mujer se separó de él, caminando sobre el charco de sangre sin dejar ninguna huella en pasos posteriores.

Besarabian se acercó al cadáver. Lo estudió con atención hasta descubrir un pequeño juego de dagas oculto en sus mangas.

—Un asesino imperial. Previsible —dijo satisfecha su curiosidad, para seguir resuelto los pasos de la Hilandera. El juego, continuaría.

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9 comentarios

  1. 1. IreneR dice:

    Buenas, Leosinprisa.

    Un relato que más bien es una escena de una obra mucho más larga, ¿lo es? Aun así, creo que has sabido presentarnos muy bien a los personajes y dotarlos de suficiente personalidad y fuerza como para enganchar al lector y hacerlo querer seguir leyendo. Te felicito por ello.

    Solo tengo una observación, que puede ser cosa mía, pero esta frase me ha dejado muy confusa: “Alta, de caminar sosegado, enfundada en un traje de faena cobrizo, con su cabello de color incierto recogido en un moño que atrapaba, al mismo tiempo, en un paño de inmaculado blanco, el rostro de ella.” Eso de el rostro de ella me ha descolocado muchísimo, y he tenido que leer la frase varias veces hasta entenderlo.

    Y la reacción de La Hilandera al atacar al sirviente, que al final resulta no ser lo que parece, me resultó un tanto brusca. Aunque con el poco espacio del que disponemos, tampoco se puede añadir mucha más información ni dar demasiadas explicaciones.

    Buen trabajo.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 17 febrero 2019 a las 17:46
  2. 2. Dante Tenet dice:

    Hola Leo
    Me gusta
    Muy bien presentados los personajes y un ritmo que no afloja.
    Da para mucho mas, hasta una saga te diría.
    Nos estamos leyendo.

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 02:18
  3. 3. El chaval dice:

    Hola Leosinprisa
    Como dice IreneR, parece un pequeño fragmento o puede ser de una obra.
    Le llamas varias veces asesina,que si lo es, pero más bien es un profesional de la muerte.
    Bueno, un saludo y hasta la próxima (40)

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 18:56
  4. 4. Víctor Alverdi dice:

    Leosinprisa. Coincido en que esto parece más un fragmento de un texto más extenso. Lo que leí me pareció muy bueno, te deja con ganas de saber qué sucederá después. Un saludo.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 03:37
  5. 5. Menta dice:

    Buenos días Leosinprisa: Tu estilo de escritura me parece muy descriptivo y con mucho ritmo. Tu relato me ha gustado y me ha sabido a poco.

    Muchas gracias por compartirlo con todos nosotros.

    Un saludo, Menta

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 09:36
  6. 6. Beba dice:

    Hola, Leosinprisa: Buen manejo gramatical en tu historia.Buen vocabulario. No soy muy afecta a este género ¿distópico? En buena ley, salvando detalles, es una escena posible en cualquier momento de la historia humana; en los millones de intrigas con las que se asesina y se medra. al vez sirva como parte de una historia mayor; pero aquí solamente veo a un personaje extraño y altisonante que genera muy poca acción, salvo el imperceptible asesinato del criado.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 19:01
  7. 7. Laura dice:

    Hola Leosinprisa.
    No puedo más que felicitarte por la escena. La lei sin respirar.
    Creía que el asunto del sirviente era con veneno,pero está bien.
    Mis saludos y nuevas felicitaciones.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 11:45
  8. 8. JUANA MEDINA dice:

    Hola Leosinprisa:
    Todavía estoy temblando. Me aterra la idea de encontrarme con tal señora, pero la historia es muy buena y como te han dicho, merece una continuación. Sé que llego tarde, todavía tengo que devolver la visita a unos cuantos. Estoy bastante exigida en estos días, peero con temblor y todo, tu relato me ha encantado.
    Gracias por tus generosos comentarios.

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 23:05
  9. 9. Paola dice:

    ¡Hola Leosinprisa!

    Has tenido la amabilidad de pasar por mi relato y te lo agradezco.
    Vengo a ver de qué se trata el tuyo.
    Me ha encantado tu narración. Me parece muy interesante y me deja esas ganas de saber mas.

    El ritmo, las descripciones, el momento tenso y la personalidad de cada personaje me resultaron muy fáciles de delinear eso hizo que me metiera en lo que cuentas.

    Pero, insisto amigo, me he quedado con ganas de mas.

    ¡Te dejo un saludo y ya te buscaré el mes próximo!

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 13:05

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