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La ofensa - por Rafa

Jenkins aprovechó el momento en que le habían dejado solo y comenzó a recorrer la sala.
La enorme cabeza de gorila colgando de la pared había llamado su atención desde un principio.
La observó de cerca, tenía una expresión humana, pero los ojos eran de cristal; acarició la piel, parecía cuero; el pelaje se sentía auténtico, lo trenzó entre sus dedos pero no, no estaba seguro. Se atrevió a golpearla suavemente con sus nudillos.
—Madera —le interrumpió Gumpert— una artesanía local del almacén de rezago.
Jenkins retrocedió sorprendido.
—Qué alivio —carraspeó algo incómodo—, llegué a pensar…
—Para nada, los trofeos de caza me parecen de mal gusto.
Afuera la neblina espesaba, el inmenso ventanal mostraba el jardín en penumbras bajo la luz diluida de sus farolas.
El anfitrión destapó una hermosa cajita de ébano.
—¿Fuma?
Jenkins declinó.
Gumpert extrajo un habano fresco y se afanó en el ritual de encenderlo.
Jenkins se sorprendió contemplando una añosa botella de whisky.
—Sírvase usted, en la gaveta están los vasos.
Jenkins balanceó en el aire un vaso vacío, Gumpert asintió con beneplácito.
Dos vasos semiplenos perfumaron el ambiente, para el regocijo de Jenkins que detestaba el habano.
Los dos sujetos se sentaron junto al ventanal, en dos poltronas enfrentadas.
—Dígame, Jenkins ¿qué le ha traído por estas latitudes?
El invitado agitó levemente el vaso, concentrado en el aceitoso devenir del licor por sus paredes.
—Supongo que adivinará fácilmente mis motivos…
—Se equivoca.
Jenkins enfrentó los oscuros ojos de su anfitrión.
—La ofensa.
Afuera un farol dubitativo terminó por apagarse.
—La niebla, moja los contactos, me ha quemado una media docenas de faros…
—Vamos Gumpert, ¿cómo pudo?
—Verá, Jenkins jamás dejó de ser parte de La Hermandad…
—Mi padre dejó esa bazofia hace un lustro.
—Una vez Hermético, Hermético siempre.
—No tenía derecho a presentarse de ese modo.
Gumpert chupó el habano hasta sacarle jugo.
—Oí por ahí que mi aparición no fue del gusto de todos…
—¿De todos? —Jenkins perdía la paciencia— ¿Adelantarse a mis parientes y ocupar un lugar en las manijas del ataúd le parece cosa del gusto de alguien?
Gumpert pareció ruborizarse. Pero Jenkins prefirió atribuirlo al efecto del whisky en sus vasos capilares.
—No espero que lo comprenda. Honré a su padre como él lo hubiese hecho conmigo.
Jenkins arrojó el vaso al hogar.
—¡Sin pantalones!
Gumpert liberó una carcajada.
—¿Los calzoncillos? ¿Es esto lo que les molestó?
Jenkins lo contempló desconcertado.
—Los signos de nuestra Hermandad trascienden las costumbres mundanas, nuestros protocolos y gestos no son transables a las circunstancias. No espero que lo comprenda.
Jenkins había extraído subrepticiamente una daga de cobre.
—Venga —dijo Gumpert incorporándose de su poltrona para abalanzarse cordialmente hacia el muchacho, abriendo sus brazos.
Jenkins reaccionó de inmediato, imitándole.
Durante el abrazo ambos sujetos se besaron las mejillas.
Un destello letal atravesó la faja escocesa del viejo.
Mientras Jenkins cruzaba sin pantalones el jardín en penumbras rumbo a la salida, otro farol sucumbía a la humedad implacable de la bruma.

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8 comentarios

  1. 1. Jose Luis dice:

    Hola
    Gracias por tu comentario a mi relato
    La historia respeta el título del cuento. El desarrollo de la trama está bien conseguido, con buena alternancia entre partes dialogadas y partes descriptivas, aunque hubiera preferido una descripción más precisa de ambos personajes al principio. Uno joven, otro viejo, pero resulta que lo averiguas justo al final.
    Después de haberlo leído, en mi opinión el cuento se podría haber acortado más, pero entiendo que todo forma parte de la descripción en cuanto a la forma de ser de los personajes.
    Un saludo

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 18:12
  2. 2. Rafa dice:

    Gracias José Luis, concuerdo contigo en que habría sido mejor enunciar la diferencia de edad al principio; en realidad no aporta mucho enterarse al final y, por el contrario, mencionarlo antes podría contribuir a una lectura más dinámica. Muchas gracias por tu comentario.

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 20:13
  3. 3. IreneR dice:

    Buenas, Rafa.

    Me ha gustado tu relato, el título está más que bien justificado, y creo que lo has sabido llevar bien. Solo hay algo que me ha “molestado”, si se puede llamar de esa manera, y es que algunas veces los comentarios del narrador parecen mensajes de telegrama. Pongo un ejemplo con lo que más me ha llamado la atención:

    “Jenkins declinó.
    Gumpert extrajo un habano fresco y se afanó en el ritual de encenderlo.
    Jenkins se sorprendió contemplando una añosa botella de whisky.”

    Utilizas muchas frases cortas que acaban en punto y a parte. Y en este ejemplo, todas ellas podrían ir perfectamente en un punto y seguido. Eso le daría dinamismo a la historia. Al menos eso me parece a mí.

    En esta frase falta una coma tras el Jenkins por ser un vocativo: “—Verá, Jenkins jamás dejó de ser parte de La Hermandad…”, sino, está diciendo que Jenkins jamás dejó de ser parte de La Hermandad, cuando en realidad es el padre de él.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 21:40
  4. 4. Rafa dice:

    Gracias Irene por tu comentario.
    Lo de los puntos aparte lo uso para ralentizar el ritmo y darle énfasis o ceremonia a la lectura. Pero tienes razón, tal vez abuso un poco de eso. Me faltó leerlo en voz alta, eso siempre ayuda a equilibrar el ritmo.
    En cuanto a la coma después de Jenkims, es que efectivamente Gumpert está hablando de Jenkins padre; me pareció natural que habiendo sido su amigo por años él se refiera así al padre, son cosas que suceden.
    Mil gracias por tus palabras tan dedicadas.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 01:18
  5. 5. arioMaurice dice:

    ¡Excelente, Rafa!Quedé atrapado por el relato desde el principio. Una prosa llana y fluida, argumento ingenioso y trama impecable. Felicitaciones.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 02:51
  6. 6. Netogonzo dice:

    Que tal Rafa,

    Me gusta tu estilo, frases claras y precisas que le dan buena fluidez al texto. Una afrenta que bien justifica la ofensa obligatoria del titulo. Gracias por pasarte a mi texto.

    Nos leemos en la próxima escena.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 20:54
  7. 7. Laura dice:

    Hola Rafa.
    Me ha encantado la forma en que has llevado el relato.
    La cuestiòn de los pantalones, considero que es porque llevan kilt, ¿no?
    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 23 febrero 2019 a las 12:01
  8. 8. Rafa dice:

    Hola Maurice, Netogonzo y Laura, gracias por sus palabras, me da una gran satisfacción que lo hayan disfrutado. Lo de los pantalones me lo imaginé en ropa interior, me hace gracia imaginar a un tipo maduro y serio presentándose formal pero enseñando sus calzoncillos, pero la lectura es de cada uno y la idea del kilt, si bien es más compuesta, creo que tambien funciona con la nibla y lo lo de “estas latitudes”…

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 04:55

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