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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La ofensa - por Pilar

Lunes. Primer día del mes y vuelvo a sentirme tóxica o intoxicada, no sé. Quizás ambas cosas a la vez. Prefiero ignorarlo a ver si así logro rebajar mi semáforo emocional del rojo alarmante al verde chillón. O a un amarillo casi naranja. Con eso me conformaría.

Doy la vuelta a la hoja del calendario de mesa. Aparece una bebé con el pelo muy corto y un lacito rosa en la cabeza, a juego con su ropita cursi, llena de puntillitas que sobresalen por una rebequita de lana, también rosa. Y además, me está mirando. Es la típica foto que tendría cualquier padre o madre en el trabajo, pero a mí me dan mal rollo su ojillos de ratón, dispuestos a vigilar cada una de mis acciones, reprendiéndome si no soy lo suficientemente amable con los clientes o reclamando, sería la hostia, un rato de juegos. Como no conozco a esa criatura y ni siquiera la considero adorable, relego el dichoso calendario al fondo del cajón, eliminado las malas sensaciones provocadas por tanta ñoñería en este lunes.

Aunque si realmente deseo expulsar todo el veneno acumulado, he de empezar por admitir que ella no tiene la culpa de mi mal humor, sino esta puñetera inercia mental que mantiene activo el recuerdo de cierta persona…

Para neutralizarlo, inicio la tarea de saldar las habitaciones del grupo de excursionistas jubilados que terminarán su estancia en el hotel, y dejo avanzar los minutos hasta ocurrir lo de siempre: entre el siseo de la impresora escupiendo los folios se cuela el sonido de una moto deteniéndose y, a continuación, el de aspersión de las puertas al abrirse, acompañado del inconfundible saludo, en notas altas y positivas, de mi cartero favorito.

No por mucho tiempo, espero.

Intento girarme despacio, con calma e indiferencia, aunque no sé si consigo ese efecto. Estiro el pañuelo amarillo anudado a mi cuello, como si al tirar de él pretendiera también erguir mi ego y miro directamente a esos ojos oscuros, grandes y sin secretos para mí. Le recojo la correspondencia. Mi elevada toxicidad se manifiesta en forma de calambre al rozar su mano con la mía. Y entonces me pregunta cómo lo llevo. ¿Cómo lo llevo, el qué?, quisiera aclarar: ¿Que me estafaran comprando por Internet? ¿El ajetreo de trabajo durante el último puente? ¿O tal vez cómo llevo su mensaje de audio donde decía, sin más, que ya no quería nada conmigo? ¿La humillación sufrida al no contestar mi último mensaje ¿O que ya conozca, gracias a su foto de perfil, a su nueva novia? Pero en vez de puntualizar si se refiere a algo de eso con su estúpida pregunta de cómo lo llevo, el dolor de su ausencia frena mis palabras, repliego la mirada hacia la correspondencia suspendida aún en mi mano, frunzo los labios y levanto los hombros. Eso sí, alcanzo a decirle con una voz escacharrada procedente de mi corazón reducido a miles de cristales rotos: ¿Y tú? Recobro el valor de mirarle un segundo más, suficiente para detectar las migajas de culpabilidad en el pozo negro y podrido de sus ojos. E inmediatamente se marcha con prisas, con el casco de la moto debajo del brazo, dejando una estela en el aire formada por tres palabras: «Bien, muy bien…».

No es digno de mí, pienso, en contradicción con el resto de mi cuerpo que quiere salir en estampida detrás de él. Para retenerle. Para abrazarle como antes, con mis manos abiertas en su espalda y mi cara alzada aspirando el olor de su cuello, con su beso en mi pelo y sus manos calentándose bajo mi ropa…

No.

Eso ya no va a pasar. Otra vez la inercia mental, la manía de revivir momentos que nunca más se darán entre nosotros. Se ha ido y me ha dejado sola al borde del colapso, como todos los días desde hace meses.

Pero, si en alguna ocasión dejan de temblarme las piernas, saldré a buscarle. No para abrazarle, sino para reclarmarle el verde de mi semáforo emocional. Para manifestarle que asumo su falta de interés hacia mí y darle la oportunidad de abandonarme cara a cara, con valentía. Para cortar el hilo invisible que me une dolorosamente a él y frenar los recuerdos en bucle. Pero sobre todo, por encima de todas las cosas, saldré a buscarle porque lo que necesito es escuchar como me pide perdón.

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17 comentarios

  1. 1. Pepe dice:

    Hola Pilar,

    Me gustó mucho tu relato. La historia tiene lo suyo, y la has introducido de una manera que atrapa bastante. Aunque el final irrumpe un poco de súbito, quizá por esa decisión que has tomado de dejarlo de un modo suspensivo.
    La narración es fluida, y está muy bien que la intercales con ese juego de diálogoa y pensamientos sin salirte de ella, aunque quizá en algunos momentos, como el primer párrafo, no se sepa, o por lo menos a mi me ha liado un poco por no tener la suspucacia suficiente, si la narracióm va a ser un monólogo interno o una historia en primera persona y en presente. Quizá en ese primer párrafo hubiera intentado ser más claro exponiendo qué es lo que piensa y lo que narra; le daría más fluidez.
    No obstante, es sólo una opinión que sólo tiene por finalidad aportar algo.
    Me enangchó mucho el relato y ahora me he quedado con las ganas de saber si el cartero se disculpa o recibe su merecido tortazo.
    Nos leemos.

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 00:20
  2. 2. guiomar de zahara dice:

    Buenos días Pilar: ¡Vaya historia! En realidad cuentas algo cotidiano ¿No crees que es más fácil dar la cara? No voy a entrar al trapo de decidir si las mujeres no hacen las cosas así, o si los hombres…
    pero lo que aquí se contempla es un hecho.
    La descripción perfecta.
    ¡Hasta la próxima!

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 09:06
  3. 3. Pilar dice:

    Gracias Pepe y Guiomar!!
    Os aclaro:

    Pepe: comprendo perfectamente lo que me quieres decir sobre la primera parte, que despista, que no se sabe bien hacia dónde va encaminado… Y es que en la cabeza a mí me sonaba bien, otra cosa es escribirlo y puede que no haya estado muy hábil. Mi intención era hacer una pequeña introducción, con los datos justos y necesarios, para transmitir el estado de sensibilidad e irritabilidad de la recepcionista por cualquier tontería, como la foto del calendario. Creo que a todos nos ha pasado alguna vez cuando estamos inquietos por algo que todo nos molesta…
    No obstante, valoro tu opinión y, junto con las que me vayan llegando, le daré una vuelta. Y me temo que, si en unos meses, el cartero no ha dado la cara, ya no lo va a hacer. Y eso es algo que debe asumir ella. No siempre las cosas salen como nos gustaría, ni las personas cumplen nuestras expectativas. Ahí la ofensa.

    Guiomar: Sí, por supuesto es más fácil dar la cara, pero hay gente con complejo de avestruz, ¡qué se le va a hacer! Yo tampoco voy a entrar al trapo sobre comportamientos femeninos y masculinos, no es el motor de esta historia. Supongo, que entre otras cosas, porque cada persona reacciona de una manera diferente ante una ruptura, independientemente del género. Simplemente, él se ha distanciado y ella, le respeta aunque le duela y en su interior, sigue esperando una disculpa que no llega…
    Como tú muy bien has dicho, son cosas que pasan…

    Mil gracias, un placer compartir opiniones con vosotros. Hasta pronto!!!

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 11:34
  4. 4. Moldy Blaston dice:

    Hola Pilar, soy tu vecino de arriba. Me toca darte mi humilde opinión sobre tu soberbio escrito.
    A veces tendemos a olvidar que el argumento es lo que se cuenta y la trama es cómo se cuenta. En este caso, tanto uno como otra están geniales.
    Logras que nos pongamos en la piel de ella, a través de una narración y diálogos fluidos e interesantes.
    Historia común y cercana. Lenguaje directo y apropiado. Lo del reclamo del semáforo verde emocional me tiene en shock (para bien).
    Me ha gustado mucho, aunque me reservo lo que yo le haría al cartero (es broma).
    Si quieres darte un pequeñísimo paseo, estoy en el #58.
    Un saludo y nos leemos pronto.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 19:23
  5. 5. Vespasiano dice:

    Hola Pilar:

    Por la posición que ocupamos en la lista de relatos publicados me toca comentar el tuyo, de acuerdo a las normas del taller.
    Creo que es la primera vez que te leo y por tanto la primera vez que voy a comentar algo escrito por ti.
    Intentaré hacerlo con el mayor respeto y con la buena intención de ayudar.

    De tu historia me ha gustado la forma de mostrar el estado anímico de la protagonista y la mala leche que almacena en su resentido corazón.

    Al comienzo de la lectura leo: “…a ver si así logro rebajar mi semáforo emocional del rojo alarmante al verde chillón. Esta metáfora que explica muy bien el estado de ansiedad de la protagonista, choca a mi entender, con el funcionamiento de un semáforo, que “cambia” del color rojo al verde en vez de “rebajarlo” de rojo a verde.

    También me ha llamado la atención que escribieras “una bebé”, en vez de: “un bebé”, cuando a continuación dices que lleva “lacito rosa en la cabeza”. Ya se hubiera sobreentendido que se trataba de una niña.

    Después leí: “una rebequita”. El corrector me llamó la atención y miré en el diccionario; y aunque yo mismo he escuchado muchas veces esa palabra e incluso la he empleado en alguna ocasión, veo con asombro que dicha palabra no está incluida en el Diccionario de la RAE. Si está recogida la palabra “rebeca” pero no su diminutivo, Será porque chica o grande seguirá siendo una “rebeca”.
    “…hasta ocurrir lo de siempre: entre el siseo…”. Aquí creo que sería mejor eliminar los dos puntos y poner un punto seguido. “…hasta ocurrir lo de siempre. Entre el siseo…”.

    No he entendido el sentido que quisiste dar a la palabra “aspersión”, cuando escribes: “…y, a continuación, el de ”aspersión” de las puertas al abrirse”.

    A no ser que quisieras incluir en esa oración el sonido de los “aspersores de riego” cuando se abrían las puertas de la oficina donde la mujer trabaja. Quedaría algo así: “Entre el siseo de la impresora escupiendo los folios se cuela el ruido de una moto deteniéndose. Al abrirse la puerta llega hasta mi el sonido de los aspersores de riego, acompañado del inconfundible saludo, en notas altas y positivas, de mi cartero favorito”.

    “reclarmarle”. Aquí se te ha ido la mano y se te ha colado una “r” inoportuna. Por supuesto nada importante.

    Tu historia muestra muy bien la ruptura sentimental de una pareja y las secuelas emocionales que deja en la persona abandonada. Para más inri sin motivos aparentes y sin ninguna explicación.

    Espero seguir leyéndonos en próximos retos. Felicidades.

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 22:11
  6. 6. Rachel Moonlight dice:

    Hola Pilar,

    Me ha gustado la forma en que explicas los sentimientos del protagonista, cómo plasmas ese enfado que te lleva a veces a estallar, la verdad que sí, ¿bofetada final o no? A gusto del lector, así que has dejado un final abierto que te deja con ganas de más. Enhorabuena.

    Otra cosa que me ha gustado también es el uso del diálogo en medio de la narración, no sé si me explico, porque no siempre hacen falta los guiones para que dos personas conversen (y eso a mí, por ejemplo, no me sale).

    Felicidades.

    Un saludo

    Escrito el 20 febrero 2019 a las 22:12
  7. 7. Pilar dice:

    Gracias a:
    Rachel: Me siento muy satisfecha por haber sido capaz de transmitir esos sentimientos tal y como yo quería. No sé si los diálogos los he incluido correctamente, ten en cuenta que la mayoría suceden en su cabeza; Los convencionales se me dan bien y quería probar algo diferente, si los has seguido sin dificultad, será que no lo he hecho tan mal. ¡Qué alivio! Y lo de la torta, pues creo que no la habrá. Cada uno que elija la continuación que prefiera, teniendo en cuenta que solo conocemos la versión de la chica y no los motivos por los que se rompió la pareja, pero a mi prota le encantaría una muestra de arrepentimiento por su parte para poder pasar página.

    Moldy: gracias por lo de soberbio, me has dejado sin palabras, por lo que me he ido directamente al tuyo…

    Nos leemos.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 00:18
  8. 8. Noemi dice:

    Hola Pilar, gracias por la visita y el comentario.De tu cuento me resulta muy acertada la descripción psicológica de la protagonista-narradora, estupenda la metáfora del semáforo emocional y acertada la caracterización del machirulo antagonista.Todo el relato es muy verosímil y llega al lector, lo engancha y le permite seguir la interpretación por su cuenta. Te felicito y espero que nos sigamos leyendo.

    Escrito el 21 febrero 2019 a las 19:50
  9. 9. Pilar dice:

    Gracias a Noemi y Vespasiano, vuestras buenas críticas son un aliciente para no dejar de escribir.

    Noemi: ¡Me encanta lo de “machirulo”! Creo que lo defines muy bien, jajaja.

    Vespasiano, me quedé un tanto pensativa por los incisos que me hiciste, así que consulté en google. Y encontré:
    * Con respecto a “una bebé”: la forma habitual es “un bebé”, pero con el artículo en femenino también es válido. Depende, supongo, del gusto del escritor.
    * Lo de”Rebequita”, también me llama la atención, ahora que me lo has dicho y he reflexionado: ¿Será que no todos los sustantivos se pueden convertir en diminutivos?
    * Con “aspersión” me refería al sonido que hacen las puertas automáticas al abrirse, pero reconozco que lo puse sin pensarlo demasiado, así que mejor lo cambio por otro que represente mejor ese sonido.
    *”Semáforo emocional”: tal y como tu lo explicas tiene mucha lógica. Y la solución pasa por, o bien, cambiar el verbo como me sugieres, o cambiar el sustantivo de “semáforo” a “termómetro”. Ummmm… ¡me gusta más tu manera!
    Muchísimas gracias otra, vez… voy a darle una segunda lectura a tu relato y te comento.

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 09:51
  10. 10. Matrika dice:

    Hola Pilar! Gracias por pasearte por mi texto!
    He leído el tuyo y me ha encantado!
    Me gusta muchísimo la metáfora del semáforo, y la parte del calendario me parece que tiene una narración increíble.
    En realidad, toda tu narración es muy buena y mi unico reclamo es que me hubiese gustado un final un poco más “power” si se entiende, que lo quiera ir a buscar por algo más interesante o darle un chispa que me haga decir “woow que final”

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 16:19
  11. Hola Pilar, vamos a por tu Ofensa, un soliloquio con un deje de ironía hacia sí misma y muy mala milk 😉

    Normalmente no suelo utilizar, y menos abusar de los diminutivos, pero entiendo que en este trabajo tuyo lo usas con el fin de ridiculizar la imagen del calendario, toda merengue ella, así que los diminutivos contribuyen a aumentar la sensación de ñoñería, y tan en desacuerdo con su estado de ánimo. Por cierto, por estos lares (Canarias), también decimos rebeca.

    En la frase que dices “erguir mi ego”, podría resultar cacofónica por tener los dos vocablos un sonido semejante… a pesar de ello, me gusta como suenan unidas.

    De cartero favorito de ojos oscuros y grandes, pasan a convertirse en pozos negros y podridos. Contradicciones del dichoso amor o desamor… ¿quién no ha pasado por esto?

    Se lee fácil y de corrido. Un saludo Pilar.

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 19:43
  12. 12. Osvaldo Vela dice:

    Hola Pilar, primero que nada te visito para agradecer tu paso por mi texto. y luego dar el comentario mensual que el tuyo me merece.

    Me agrada de sobremanera tu “writing approach” a la redacción: es diferente y novedoso. No muestras un entorno escénico, donde los personajes nos cuenten una historia, sino que te metes directo a los laberintos de la mente de los personajes. Esos divagares humanos que conocemos tan bien son los que van presentando la historia. simplemente sensacional.

    El resultado es un relato muy atrayente porque enseña al lector lo que va a pasar pero al mismo tiempo le permite al autor mantener control del desenlace a como le plazca.

    En tu caso manejas ese atributo de las letras para al final dar a conocer el mas intimo deseo de la diva enamorada; que el cartero le pidiera perdón, Excelso.

    Un abrazo y nos leemos el próximo mes.

    Escrito el 25 febrero 2019 a las 16:24
  13. 13. kirjanik Maya dice:

    Hola, pilar.

    Después de tantos aportes que haz recibido, lo único que puedo decir,es que me ha gustado tu relato y me anoto para leer tu próxima propuesta.

    Saludos.

    Escrito el 25 febrero 2019 a las 23:19
  14. 14. K. Marce dice:

    Saludos, Pilar

    Muchas gracias por llegar a voluntad a mi texto, así como tu gentil comentario. Ya he dejado algunas respuestas a las interrogantes de otros compañeros en mi texto, pero antes de responder a las tuyas, prefiero leer tu relato y comentarlo. En breve te responderé por allá.

    Me gusta aportar un poco de lo que sé, así que vamos a revisar un poco profundo tu texto para pulir aquello que a mi criterio (o de plano, por gramática) puede ser mejorado.

    Tu relato cuenta con setecientas treinta y dos palabras, en diez párrafos. Uno de las sugerencias en espacios tan cortos (equivale a una página más o menos), es evitar la repetición de palabras, sean iguales o similares, o aquellas por cacofonía. Te marco algunas, para que las notes. Puedes después buscarlas con el F3 para que veas su ubicación.

    calendario (2), rosa (2), ojos/ojillos (3- hace cacofonía por cercanía con “recojo”), correspondencia (2), cómo (4), pregunta (2), llevo (4), último (2), para (9), más (3), mensaje (2), “Y” (18), pero (4), saldré (2), buscarle (2)

    Esto puede corregirse ya sea usando un sinónimo, alterando la oración, eliminando la palabra sobrante. Te marco una que me llamó mucho la atención y la sugerencia. (PARA)
    > No *para* abrazarle, sino *para* *reclarmarle* el verde de mi semáforo emocional. *Para* *manifestarle* que asumo su falta de interés hacia mí *y* *darle* la oportunidad de abandonarme *cara a cara*, con valentía. *Para* cortar el hilo invisible que me une dolorosamente a él *y* frenar los recuerdos en bucle.

    >> No para abrazarle, sino reclarmarle el verde de mi semáforo emocional. Manifestar que asumo su desinterés hacia mí. Darle la oportunidad de abandonarme de frente, con valentía. Cortar ese hilo invisible que me une dolorosamente a él y así frenar los recuerdos en bucle.

    A veces, cuando restamos una palabra de conexión, se puede crear más intensidad a las expresiones o emociones. He cambiado algunas palabras que creo también acordes (cara a cara por de frente), por la razón de no seguir empleando palabras iguales. Aunque sí se aceptan para crear el énfasis, aquí la modifico porque a mi criterio es más directa. También si existe una palabra que indique lo mismo, debemos usarla (falta de interés = desinterés). Claro, es solo un ejemplo y tu podrás modificarlo si deseas corregirlo a una expresión que refleje de mejor manera lo que deseabas mostrar.

    Sobre la “Y”, se recomienda eliminarla si la oración se comprende si ella. Te marco un ejemplo.
    > Se ha ido y me ha dejado sola al borde del colapso, como todos los días desde hace meses.

    >> Se ha ido. Quedo sola, al borde del colapso como todos los días desde hace meses.
    En este caso, creo que no solo las “Y” son innecesarias. Sino que la puntuación debería marcarse diferente. El se va, pero las sensaciones que ella sufre, no se las deja él, sino que ella misma las vive por su cuenta. Nadie puede condicionarte a que sientas algo. “Vamos, ya me voy…ahora tú cae en un colapso”, si me doy a entender.

    Me ha llamado la atención tu forma de redactar. En especial las preguntas
    … quisiera aclarar: ¿Que (qué) me estafaran (estafarán) comprando por Internet? ¿El ajetreo de trabajo durante el último puente? ¿O tal vez cómo llevo (guardé) su mensaje de audio donde (dónde) decía, sin más, que ya no quería nada conmigo? ¿La humillación sufrida al no contestar mi último mensaje (?) ¿O que ya conozca, gracias a su foto de perfil, a su nueva novia?—> … miles de cristales rotos: ¿Y (y)tú?

    Las frases interrogativas y exclamativas solo van en mayúscula cuando inician un párrafo o son antecedidas por un punto: revisa la puntuación. Se acepta que el signo de cierre ? sea tomado como punto. O en su efecto, separar las preguntas por comas, y en ese caso, todas iniciarán con minúsculas.
    En este caso en ese párrafo, está correcta ¿Cómo lo llevo, el qué? ya que es la única que va después de punto y seguido. Si va después de coma, dos puntos, deben ir en minúscula. También se te ha colado cerrar una pregunta. Te he dejado entre paréntesis lo que se debe modificar.

    Sobre los diminutivos, todos los correctores existentes los marcarán como error. Recuerda que estos buscan la palabra que está incluida en el diccionario. Por ende, no aparecen como una palabra existente. Sin embargo, la redacción en español, recomienda evitar el abuso de los diminutivos. En tu párrafo hay cuatro expresiones: lacito, ropita, ojillos, rebequita. Esto los hace muy visibles. Recuerda que el autor debe guiar al lector no solo a imaginar algo, sino a reconocer los sentimientos. Pero nunca condicionarlo a sentir empatía o rechazo a algo con sus escritos. Esa libertad es suya. En este caso, según mi cuestionable criterio, dejaría solo “ojillos” (en el original falta una S, suS ojillos) con diminutivo porque la oración lo amerita; el resto sería lazo, ropa, rebeca. Aclaro que la sugerencia existe, como tantas otras, el autor decide si tomar o rechazar.

    En cuanto a “la bebé” o el bebé. Existen los sustantivos epicenos. Hace referencia a aquellos nombres que, con un solo género gramatical, pueden designar seres de uno y otro sexo. En este caso, BEBÉ indica a “Niño recién nacido o de pocos meses y que todavía no anda.” y el diccionario lo asigna como: s. m. familiar (sustantivo masculino familiar)- Los diccionarios indican el género que poseen los sustantivos en la gramática, no el sexo que corresponde a las personas o a los animales que dichos sustantivos pueden designar. Ahora, aunque en los principales diccionarios de lengua española bebé aparece solo como masculino (el bebé, sea niño o niña), en el español contemporáneo, especialmente en los países hispanohablantes de América, esa voz se ha transformado en común en cuanto al género. Así, y conforme a la Nueva gramática de la lengua española, son válidas las formas la bebé y una bebé cuando nos referimos a una niña. En mi país algunos pueden llamarlo “coloquialmente” el bebo o la beba. Aunque espero que no pase al diccionario como palabra válida.

    Siendo honesta, no considero el texto como una escena per se, con introducción, nudo y desenlace. Es más un monologo o razonamiento interno. Una persona que parece pensar sobre lo que le pasa, lo que le ha ocurrido y cómo se siente con esa situación. En cuanto al personaje, no sentí ninguna empatía por ella. No puedo culpar al chico por dejarla (por ello creo que no la enfrenta, aunque por caballerosidad es reprochable que no lo haga). No parece ser una mujer que sepa lidiar con sus frustraciones, que no supere el rompimiento después de meses, me parece triste y deprimente. No lo sé, quizá es algo muy familiar. En mi casa todas las mujeres hemos sido muy fuertes sobre temas como ese. Mi abuela solía decir: “Es mejor deseada que sobrada.” Significa que todo tiene que tener equilibrio, en especial en las relaciones. Sobrada es exceso de algo. No se puede exagerar o pasarse de la línea en lo que es normal. No abrumar, no condenar, no censurar a otro todo el tiempo, ni halagar, desvivirse, etc a otro ( o permitir que otro se lo haga lo mismo a uno). A eso se refiere el refrán.

    Sí valoro mucho que expresarás de forma cabal su negatividad, la frustración y ese modo un poco obsesivo, que parece emanar por sus poros con tanta mala leche. Como dije, no me simpatizó su personalidad, así que supiste hacerla una pesada toda la historia. Aunque me temo que se quedará sentada esperando.

    Espero que lo expuesto te sea de utilidad de alguna manera. Te es entregado con todo el respeto que tu trabajo merece. Nos encontraremos en otra entrega, espero muy pronto.
    ¡Nos leemos!

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 07:36
  15. 15. Pilar dice:

    Gracias a los últimos comentaristas por vuestros valiosos aportes:

    Matrika: Es cierto que le falta un final más “power”, quizás me decida a escribirlo, aún si publicarlo aquí. Pero el bloqueo de ella, por el momento, le impide pedirle expliciones; tal vez sepa que no le va a gustar lo que le tiene que decirle.

    Isabel: Creo que eres la única que ha captado el abuso intencionado de los diminutivos para remarcar el estado de irritabilidad de ella. No obstante, cambiaré “rebequita” por “chaquetilla”.

    Osvaldo: Como siempre, me llenas de halagos que te agradezco infinitamente. Ha sido arriesgada mi manera de redactar este mes y puede o no gustar: forma parte de mi versatilidad y de no estancarme en un único modo de narrar. Sigo aprendiendo…

    Kirjanik Maya: Muchísimas gracias por pasarte y ser positiva.

    Kate Marce: Tus comentarios son un modelo a seguir. Tomaré nota de de lo que me apuntas, sobre todo respecto a las preguntas; era consciente de no haberlo hecho bien del todo. Los diminutivos están puestos así adrede: Ella está irascible y salta por cualquier tontería. Gracias también por la sesión de psicología. Por supuesto, es impensable que todos empaticiéis con ella, (yo tengo mis dudas, jajaja), más que nada porque no sabemos los motivos que tenía el cartero para dejarla: Quizás fuese una pesada, una celosa o controladora; tal vez estuviese casada y ante la indecisión de abandonar a su marido, el pobre cartero se cansó de ser el segundo plato… Podría haber multitud de razones.
    Se puede ser una mujer fuerte en muchos aspectos y, sin embargo, hundirse por una decepción, por una situación que se escapa de las manos y queda sin zanjar. Ella asimila y respeta el abandono. Pero quiere un gesto por su parte, que le pida perdón, que es lo único que puede apaciguar la ofensa sufrida. El reto principal de este mes.

    Mil gracias por comentar y debatir. Ahora me toca revisar y corregir para mejorarlo con vuestras propuestas. Hasta pronto!

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 10:32
  16. 16. Laura dice:

    Hola Pilar.
    Me resulta un relato muy bien escrito, con maravillosas expresiones descriptivas.
    Lo de la palabra bebé, en mis tierras se usa tanto el bebé como la bebñe, según su sexo.
    Por la rebequita, no sé de que se trata, por aquí no se utiliza, pero demás está señalar que se debe tratar de alguna pieza de vestimenta de bebé.

    Espero próximos escritos tuyos.
    Mis saludos.

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 11:58
  17. 17. Pilar dice:

    Hola, Laura

    Muchas gracias. Para mí es importante que destaquen las descripciones, pues aunque me considero versátil a la hora de escribir, intento mantener la plasticidad en las, que sean visuales, sin llegar a resultar rebuscadas o cargantes.
    La “rebeca” es una chaqueta fina de lana o punto, ideal para entretiempo, también llamadas “cárdigans”. El error o confusión ha sido utilizarla en diminutivo cuando, parece ser, que este vocablo no lo acepta. La he sustituido por “chaquetilla”.

    En breve, me lanzo a tu Ofensa.

    Escrito el 27 febrero 2019 a las 14:06

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