Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

La ofensa - por Raimundo Velazquez

La luminosidad a través del cristal de las ventanas atrajo de inmediato la atención de Carlos. Sigiloso, se acercó a una rendija y observó: las luces del auto recién estacionado atravesaban la espesa niebla e iluminaban el viejo almacén; prontamente, vislumbró la inconfundible silueta de su grotesco jefe. Ecuánime, se apartó de la corroída pared de tablas y se dirigió al mal trecho portón. Apenas retiró el cerrojo las oxidadas bisagras rechinaron anunciando la entrada del magnate.
Ignorando a quien lo había esperado por horas el sujeto recorrió con la mirada todo el lugar: un pronunciado bulto de tierra con una pala clavada en el centro yacía muy próximo a un profundo hoyo, a un lado, una vieja mesa de madera sobre la que resaltaba por la incandescencia del bombillo una pistola plateada. En medio del tétrico escenario, sentada en el piso y con la espalda recostada a una envejecida viga, se hallaba una mujer atada de pies y manos con la boca amordazada.
Sonriendo maquiavélicamente se encaminó hacia la dama. Al estar muy cerca se agachó frente a ella. Tras una breve contemplación la agarró rudamente por el cabello y la obligó a levantar la cabeza.
__ ¿En verdad creíste que podrías burlarte de mí?__ de inmediato su rostro se contrajo borrando la siniestra sonrisa. __Te daré la oportunidad de enmendar tu grave error; aprovéchala si quieres salir viva de este lugar__. Sin dejar de mirarla hizo una pausa, después continuó. __Tu traición puedo tolerarla, incluso perdonarte…pero lo que no voy a tolerar es que un cabrón se burle de mí. Fue muy atrevido al acostarse contigo__. Repentinamente abandonó el tono persuasivo, exasperado exclamó. __ ¡Esa ofensa no la voy a perdonar!__ Tras la exaltada afirmación intentó aplacar su ira. Mostrándose sereno soltó el agarre del pelo y despacio le retiró la ajustada mordaza; a continuación le expuso sutilmente.__ Solo tienes que decirme el nombre de ese imbécil y todo se solucionará de la mejor manera…al menos para ti.
La férrea y penetrante mirada del individuo le provocó a la atractiva mujer un escalofrió que recorrió todo su cuerpo. Ella sabía que era extremadamente vengativo, y que aquello era una artimaña para hacerla confesar. Estaba consciente que en cuanto dijera el nombre de su amante se sellaría el destino de ambos; la sentencia había sido dictada. El hermoso rostro que lucía petrificado inesperadamente se tornó avivado. Desafiante le preguntó irónicamente:
__ ¿En verdad quieres saberlo? Pues bien… te lo diré__ sonriendo burlonamente le vociferó.__ ¡No es un gorila como tú!__ un súbito y fortísimo bofetón la estremeció por completo lanzándola de cara contra el suelo.
Impetuoso, el enfurecido hombre se levantó.
__ ¡Liquida de una vez a esta perra!__ le ordenó enérgicamente a su empleado.
Carlos, que hasta ese momento había permanecido inmóvil y expectante a la conversación, agarró el arma. Empuñándola con firmeza, diestramente y sin dar tiempo siquiera a las dudas extendió el brazo, apuntando directamente a la frente presionó el gatillo; el atronador disparo retumbó en todo el área.
Poco después.
Volteando la última paleada de tierra y dando por terminado el enterramiento el sicario se pasó el dorso de la mano por la sudorosa frente, seguidamente lanzó a un lado la pala. Con la camisa remangada hasta los codos y la pistola enfundada a un costado fue en busca de su chaleco; al tenerlo, salió sin prisa del lugar.
Consumado el resto del plan se subió al auto y lo puso en marcha.
Absorto en sus pensamientos condujo con tiesura. Las palabras de su acompañante lo hicieron reaccionar.
__Relájate amor, todo estará bien.
Degradando la rigidez Carlos volteó el rostro, una agraciada sonrisa se dibujó en sus labios al mirar a la hermosa mujer. Acto seguido desvío la mirada centrándola en el espejo retrovisor: divisó las altas y avivadas llamas, que transgrediendo la negritud de la noche, emanaban de la gran masa de fuego que vorazmente consumía el antiguo granero. Tras la observancia retornó su atención a la carretera. Confiado en que su jefe ardía en el infierno afincó ambas manos en el volante y hundió hasta el fondo el acelerador.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

4 comentarios

  1. Hola, en el momento que Carlos agarra el arma, he sabido quién era el muerto.
    Respecto de los guiones de diálogo, debes mejorar. Si escribes en word y no sabes otra manera, con las teclas Ctrl+Alt+el guion pequeño que hay arriba del teclado numérico, te sale el guion. Prueba. salu2
    Avempace

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 18:00
  2. 2. Gustav dice:

    Hola Raimundo Velazque.
    Me ha gustado tu relato, sobre todo las descricpiones del principio.
    Tienes que corregir los guiones de diálogo, ya que se escribe raya larga, en vez de la que tu usas. En word es Ctrl+Alt+el guion pequeño, aunque puedes cambiarlo a otra convinación.
    En general el relato está bien, te felicito.

    Saludos, Gustav

    Escrito el 19 febrero 2019 a las 16:42
  3. 3. Conrad Crad dice:

    Hola Raimundo Velazquez
    Tu relato es un tanto caotico en cuanto a la estructura y eso dificulta y hace tediosa su lectura. En literautas hay varios tutoriales, uno de ellos sobre como escribir dialogos que creo que deberias mirar.
    La historia esta bien. Cumple con él reto pero creo que utilizas demasiados adjetivos en las descripciones, algunos no aportan nada y van en contra del propio relato. A mi tambien suele pasarme…
    Recuerda, menos es más y no lo digas, muestra lo
    Un placer, Raimundo

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 19:52
  4. 4. María Jesús dice:

    Hola: Has escrito un pedacito de novela negra muy bien desarrollada. El desenlace me ha parecido previsible pero no por ello le quita interés a la trama.
    Un saludo desde el 113.

    Escrito el 28 febrero 2019 a las 20:30

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.