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La ofensa - por TpT

La ofensa
Se repetía una y otra vez, nos las pagarán. Un sentimiento de venganza invadía cada poro de su cuerpo, y además para más inri, Evelin lo había presenciado todo. Los pasos rápidos ya no eran suficiente, era urgente pedir refuerzos, pero los jadeos tampoco le ayudaban.
– ¡Hermano! Lo volvieron a hacer, lo volvieron a hacer – Dijo Isma al llegar al almacén
– ¡Ovejos! Van a probar plomo, esta vez sí. No los salva ni dios. – Respondió “el coco”
– ¡jefe! Lo volvieron a hacer, lo volvieron a hacer – Seguía gritando Isma subiendo unas escaleras, mientras se distanciaba de su hermano
En el lugar de los hechos, un mercado, la discusión era acalorada. Se debatían los distintos escenarios posibles, y las consecuencias después de lo ocurrido.
– ¡Cállense ya! No sigan lloriqueando como niñitas, se tenía que hacer. – Expreso “el presi” mote cariñoso por su cargo “presidente de comerciantes de la ciudad”.
– Son delincuentes presi, todos tenemos familia, hijos – Respondió un comerciante asustado.
– Pero Isma es buen chico, ¡Yo lo conozco! – Grito Evelin
– Señorita, usted esta ciega de amor. Perdóneme que se lo diga, pero ese hombre es peligroso. No se deje engañar, no es honrado, pertenece a una banda criminal – Dijo el presi.
– El siempre viene cobrando la extorsión señorita. Cuando no pagamos entonces vuelve con el gorila y asesina a uno. Pertenece a la banda “los trescientos”. – Respondió un comerciante de verduras
Evelin miraba hacia el mural con cara de comprenderlo todo, había sido pintado en la entrada del mercado y era el motivo que había hecho enfurecer a Isma, se había soltado de su brazo y había salido corriendo. “Las trescientas gorilas, ya no se atrevan a volver por aquí” decía en letras con mucho arte, al lado unas imágenes de unos gorilas con lazos rosas y pañales. Era todo un artista el que hubiera pintado aquel mural con esos animales tan exóticos. Con todo detalle, Evelin recordaba haberlos visto una vez, en un circo en la capital del Estado.
Ella seguía pensando. El siempre que iba al mercado con ella, recibía sobres mientras ella esperaba. Su puesto de ayudante del sheriff no la hacía sospechar, y el pago era por el servicio de alquiler del puesto y la seguridad. ¿Eso la convertía en cómplice? La niebla cubría su mente, estaba confundida, en estado de shock.
¡Bang, bang! Retumbaron dos disparos que alcanzaron en el pecho del presi. Ha treinta metros estaba “el Coco” enfurecido y con una pistola humeante. Había llegado con su caballo por una calle secundaria, con mucha astucia había saltado de este y disparado con maestría.
– ¿Alguien más quiere morir? Vamos valientes. – Gritaba enfurecido el Coco. El mercado enmudeció.
Al mismo tiempo por la calle principal, veinte jinetes galopaban, era la temida banda de los trescientos al completo.
– ¡Hay esta el mural, jefe! – dijo Isma señalando con su índice
– Pues tiene gracia el pinche mural, pero estos locos, ¿no saben con quién juegan? Deshonrar a nuestra banda, miren Coco se puso nervioso, ya empezó el show sin nosotros – pronuncio el jefe de la banda
– ¿Cuál es el plan jefe? Mi Evelin está ahí, no quiero que le pase nada. – dijo Isma
– Pues mataremos a algunos, para que los otros sigan con los pagos. Al que se ponga bravo, le enseñamos porque nos llaman los trescientos y lo dejamos hecho colador, vamos adelante muchachos – dijo el jefe animando a sus muchachos a avanzar
La banda avanzo por la calle principal, los comerciantes habían puesto obstáculos y tuvieron que desmontar, para proseguir a pie. Nada temían los lobos de las ovejas. Después de varias amenazas sin respuestas, Coco se aproximaba hacia su banda buscando ordenes, los veinte se acercaban, unos con revolver en mano, otros con la mano cercana a la funda, y con miradas amenazantes.
Un silbido sonó. La señal acordada. Y los lobos se convirtieron en el blanco, la emboscada estaba servida. Todo apenas duro unos segundos, más de cien hombres aguardaban armados bien escondidos en tejados, ventanas o cualquier lugar apropiado con rifles o disfrazados con pistola en mano. El escenario había sido diseñado para la ocasión, y el ejercito estaba allí para acabar con la temida banda de bandoleros.
Evelin acudió a socorrer al presi, aún vivía.
– ¿Ganamos? – preguntó el presi como pudo
– Si – dijo Evelin llorando, tratando de evitar que perdiese más sangre con sus manos
– Mereció la pena. – susurro en su último aliento.

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6 comentarios

  1. 1. Apuntador Mudo dice:

    Hola TpT, aquí vengo a disfrutar de tu relato.

    La historia es muy interesante, y creo que cumples perfectamente con el reto, quizás hay algún detalle ortográfico, pero creo que es más un fallo tipográfico que otra cosa.

    Por otro lado, quizás la lectura resulte poco fácil al haber tantos personajes, pero es una impresión muy personal. No obstante me ha resultado muy entretenido tu relato, y me a recordado a las películas del oeste que veía de niño.

    Saludos, nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 15:25
  2. 2. Shulito dice:

    Hola TpT
    Coincido con Apuntador Mudo, es necesario hacer algunas correcciones ortográficas. En mi opinión el relato va demasiado rápido y se mezcla con la descripción de demasiados personajes que todo al final dificulta entender la historia.

    Como cinefilo que soy, te digo que me ha gustado porque parecía un guión cinematográfico,trasladable a un western, Chicago años 20, etc

    Un saludo,

    Escrito el 18 febrero 2019 a las 19:22
  3. 3. TpT dice:

    Hola amigos,gracias por la visita Apuntador mudo y Shulito, y tomaros el tiempo de leerme y además, dejar comentario. Por supuesto,en cuanto ande con tiempo pasare por sus relatos.
    Tomo nota de sus opiniones, y pienso que sí, que dificulto la lectura con tanto personajes, le falto quizás dejarlo reposar y darle una vuelta, lo reconozco. Hice un “a lo que surja” en un par de hora y envíe. No planificar, ni darle una vuelta suele ser un fallo y más para un novato.
    Pero me agrado que aún así les gustara, lo que es la esencia del relato. Bueno, nos leemos amigos.

    Escrito el 22 febrero 2019 a las 10:09
  4. 4. Alma Gatuna dice:

    Hola, TpT. A mí me costó enganchar el principio. Se me mezclaban diálogos y personajes ante el hecho de que aún no se sabía lo que había pasado. Luego al releerlo lo entendí mejor, pero aún veo partes confusas; seguro que si le das una vuelta puedes dejarlo más claro para el lector.
    La imagen que dibujas es de película del Oeste. La batalla final, con el inesperado desenlace, lo mejor.
    Las faltas de ortografía afean el texto. Creo que deberías intentar corregirlo, especialmente la falta de bastantes tildes, un “Hay” por “Ahí”, un “Ha” por “A”, los signos de puntuación, alguna mayúscula y las acotaciones de los diálogos.
    Por ejemplo, en algunas las acotaciones tras los diálogos, por ejemplo aquí, “– ¡Hermano! Lo volvieron a hacer, lo volvieron a hacer – Dijo Isma al llegar al almacén”
    terminas la frase con punto (que se debería colocar tras la raya y no antes) y empiezas la acotación como una frase aparte, cuando forma parte de lo que se acaba de decir, por tanto el punto debe ir al final de la acotación. Quedaría así: “–¡Hermano! Lo volvieron a hacer, lo volvieron a hacer –dijo Isma al llegar al almacén.”
    Fíjate además que no debes dejar espacio entre la raya y el inicio del diálogo y de la acotación.
    Te dejo un enlace del relato “El barril amontillado”, de Edgar Allan Poe como muestra de la puntuación y la raya en los diálogos.

    Un abrazo y sigue escribiendo. Si no repasaste es normal que se te escaparan muchas cosas. Es el trabajo menos divertido del proceso de escritura, pero merece la pena.

    Un saludo.

    Escrito el 24 febrero 2019 a las 20:48
  5. 6. TpT dice:

    Hola, Alma Gatuna. Genial, muchas gracias por tomarte la molestia, y tu tiempo me va a ser de mucha ayuda para mejorar, que básicamente, es el motivo por el que me decidí a escribir el relato. Y aunque tengo muchos errores, los diálogos es lo que peor llevo.

    Agradecerte la molestia, y no con palabras, sino con la mejora en mi próximo texto. Nos leemos en tu relato.

    Escrito el 26 febrero 2019 a las 17:44

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