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cædere - por Víctor Alverdi

El hombre se transformó en algo que no había visto antes. Al darse cuenta de lo que había hecho salió huyendo de su casa, presa del pánico. Cuando se cansó de correr buscó refugio en un edificio abandonado. Era una noche fría y lluviosa, el agua se filtraba por las paredes y no tardó mucho en quedar empapado. No podía creer lo que acababa de hacer, ¿Cómo había sido él capaz de cometer semejante barbarie?

Era un edificio viejo y oscuro, tomó asiento en un rincón, tratando de guardar calor. Estaba absorto en sus pensamientos cuando le pareció ver un rostro en la oscuridad que lo miraba fijamente, fue solo por un segundo y después desapareció. Quizá su mente estaba jugando con él.
Al fin se quedó dormido. Despertó con los primeros rayos del Sol. Ya no llovía. Se levantó dispuesto a salir de aquél horrible lugar pero se paró en seco. Recordó lo que había hecho la noche anterior. La idea de salir allá fuera, donde los juzgarían por sus actos lo puso enfermo. Regresó nuevamente a un rincón y se sentó, derrotado y sin fuerzas.

Despertó cuando el Sol se ponía, se sentía débil. A través de la ventana vio cómo desaparecía lentamente bajo el horizonte dejando tonos rojizos y naranjas en el cielo, no pudo evitar llorar. Lloró como hacía años que no lloraba. Hacía frío y sus ropas seguían húmedas de la noche anterior. Se acurrucó un poco más tratando de conservar el calor, estaba temblando. Buscó algo para cubrirse pero no encontró nada en la oscuridad.
Conforme avanzaba la noche el frío se hizo insoportable. Acostado ahora en el suelo temblaba violentamente. Le pareció ver aquél rostro nuevamente, ahora más nítido. Lo miraba en la oscuridad. Quizá había perdido la razón, eso explicaría aquél acto imperdonable que había cometido.
De repente aquél ente comenzó a acercarse. Tirado en el suelo, fue presa de un terror como nunca había sentido. Quiso gritar pero ningún sonido escapó de su garganta. Quiso moverse pero estaba totalmente petrificado.
Cuando aquello estuvo frente a él. Pudo distinguir a un hombre, aunque no sabría decir exactamente qué aspecto tenía. Aquél ser lo miraba en silencio, hasta que al fin habló:

—¿Por qué tienes miedo de mí? —preguntó. Su voz era suave.
—¿Qui…quién…e…eres? —preguntó nuestro protagonista con dificultad.
—Puedo ser un amigo, si así lo deseas —respondió —. Ven, déjame ayudarte.

Lo ayudó a levantarse lentamente y acto seguido le extendió un vaso con una bebida en su interior.

—Bébelo —dijo —. Te hará sentir mejor.
—¿Qu…qué…deseas..d…de…mí?
—Llevo un tiempo observándote, David.
—¿Có…cómo…sabes…mi…mi…?
—Eso no importa —le interrumpió —. Bébelo. —dijo señalando el vaso.

David bebió el contenido de un trago. Sintió que sus fuerzas regresaban y los temblores disminuían.

—Escucha, David —comenzó —. Sé lo que hiciste anoche.
El rostro de David se contrajo en un rictus.
—Por eso estoy aquí. —dijo el hombre con una sonrisa casi mecánica.
—¡Di…dime ahora mismo quién eres! —gritó David desesperado.

El hombre continuó hablando con tono monótono, como si tuviera ensayado el discurso .

—Puedo hacer que todo desaparezca. —dijo al final.
David se quedó de piedra, ¿Era verdad lo que decía aquél hombre?
—Es verdad —reafirmó el hombre, como si leyera sus pensamientos —. Puedo hacer que todo desaparezca, puedes volver a tu hogar con tu familia como si no hubiera pasado nada, sin remordimientos y en paz hasta el final de tus días.
—¿Cómo es eso posible? —preguntó David con lágrimas en los ojos.
—Solo estrecha mi mano y estará hecho.
—Acepto entonces. —dijo David sin pensarlo.

Los hombres estrecharon sus manos y el trato quedó sellado.

—Ahora ve a casa y todo estará como antes de anoche. —dijo el hombre.
—¿Pero mi familia…?
—Eso es todo. —dijo el hombre sentenciando la discusión.

David se alejó, confundido. Salió del edificio. Era de mañana. Camino a casa David se sentía en paz, solo deseaba abrazar a su familia una vez más. Al entrar por la puerta vio a su mujer y a su hija de pie, esperándolo, se veían radiantes. Corrió a abrazarlas. Con lágrimas en los ojos, David recordó el acto vergonzoso que había cometido la noche anterior y las últimas palabras de aquél hombre cuando se despidieron resonaron en su cabeza: «Cuando des tu último aliento, vendré a reclamar una parte de ti». Pero al ver nuevamente a su familia con vida supo que había valido la pena.

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13 comentarios

  1. 1. Lucy J.S dice:

    Victor, me ha impresionado tu relato. La descripción es muy acertada, se siente la desesperación del protagonista, hasta el momento en que parece recibir la salvación. Me dejó con ganas de saber más, como todo buen microrelato. Sigue así, saludos!!

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 00:19
  2. 2. Ales dice:

    Victor, muy interesante tu relato. Deja el suspense al final de no desvelarte cuál fue el acto que cometió la noche anterior, a imaginación del lector. ¡Buen recurso! ¡Sigue así!

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 16:35
  3. 3. El Apuntador Mudo dice:

    Hola Victor Alverdi, aquí estoy para leer tu relato, y comentarlo con gusto.

    Todos las apreciaciones que haga, son hechas desde un punto de vista muy personal y con el único ánimo de mejorar el texto si fuera posible. Aunque la última palabra, por supuesto, la tiene su autor.

    En el segundo párrafo donde pone “donde los juzgarían por sus actos”, creo que debe poner “donde le juzgarían por sus actos”

    En el quinto párrafo “aquél”, sin tilde “aquel”

    En los diálogos “y acto seguido le extendió un vaso”, según la RAE el verbo extender no tiene un significado que pueda aplicarse a un vaso, mejor “le ofreció” u otro sinónimo como dar, proporcionar, proveer.

    Creo que hay un buen equilibrio entre narración y diálogos.

    En cualquier relato que haga acto de presencia de forma sutil el diablo o cualquiera de sus representaciones como imagen del mal, le da un interés especial por el mensaje que subyace en el texto. Me ha gustado tu relato, y he disfrutado con su lectura

    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 18:44
  4. 4. Víctor Alverdi dice:

    Lucy J.S: Muchas gracias por pasarte por mi relato, no estaba seguro si había logrado transmitir ese sentimiento, muchas gracias por confirmarlo. ¡Un saludo!

    Ales: Muchas gracias por tus comentarios. Me hubiera gustado extenderme un poco más pero desgraciadamente el reto no lo permite. ¡Nos leemos!

    El apuntador mudo: Un gusto leernos de nuevo por aquí. Tienes toda la razón en tus correcciones (y esta vez sí que lo revisé varias veces) pero parece que nunca me puedo ir limpio jejeje. ¡Nos leemos pronto!

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 11:21
  5. 5. M.L.Plaza dice:

    Hola Víctor.
    Gracias por pasarte por mi relato.
    El tuyo lo leí hace unos días y no lo entendí. Hoy, al leer el comentario de El Apuntador Mudo, he empezado a entender. Es que le has puesto las cosas muy difíciles al lector desde el título.
    Sé que lo que voy a decirte suena muy duro. No te lo tomes a mal es que no encuentro las palabras adecuadas.
    Yo empezaría el relato por:
    —Escucha, David —comenzó —. Sé lo que hiciste anoche.
    Todo lo anterior, al no saber el motivo de la huida, es una ambientación que se vuelve repetitiva. Puedes incorporar parte a los diálogos, para contextualizarlos.
    «Cuando des tu último aliento, vendré a reclamar una parte de ti» lo incorporaría al diálogo. Tal como está, los hombres se estrechan la mano y el lector no sabe el motivo. Escamoteas demasiada información en un relato tan breve: qué hizo la noche anterior y qué pactó.
    Pero, por supuesto, es tu relato y tú mandas en él.
    Saludos

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 18:06
  6. 6. Florencia M dice:

    Hola Víctor,

    Te devuelvo la visita, gracias por tu lectura.

    Me ha gustado tu relato. Creo que es muy creíble el personaje de David. Su psicología está bien construida. Me gustó especialmente cuando quiere salir pero no puede hacerlo porque no puede enfrentar lo que ha hecho.

    Te señalo algunas cuestiones menores que hacen a la edición del texto:

    -Pones una mayúsculas a continuación del signo de interrogación a pesar de que has usado una coma antes: “..hacer, ¿Cómo…”.”…piedra, ¿Era verdad lo…” A mi entender, debería ir una minúscula.

    -“Cuando aquello estuvo frente a él. Pudo distinguir a un hombre, aunque no sabría decir exactamente qué aspecto tenía”. El punto que está a continuación de él debes quitarlo porque de lo contrario te queda una oración inconclusa. “Cuando estuvo frente a él pudo distinguir a un hombre…”

    -La utilización que haces del punto para finalizar un diálogo. A veces lo utilizas antes del guión del diálogo y otras veces después: “—Eso no importa —le interrumpió —. Bébelo. —dijo señalando el vaso”. El modo correcto es el punto a continuación del guión (como has hecho con interrumpió y no como has hecho con bébelo). Tampoco puedes utilizar el punto y continuar con una minúscula. Luego del punto va la mayúscula.

    -Y lo que ya te han dicho “aquél ente”, “aquél hombre”.

    Felicitaciones y hasta la próxima!

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 21:05
  7. 7. Víctor Alverdi dice:

    M.L.Plaza: Saludos compañero, agradezco tus comentarios. El punto de no dar mucha información al inicio era para mantener un poco la tensión pero de igual manera el titulo tiene un spoiler. A veces funciona y a veces no. Saludos.

    Florencia M: muchas gracias por tus comentarios, en verdad que aún no tengo muy claro las reglas con los diálogos pero con el tiempo iré mejorando. Te agradezco hayas pasado por mi relato, un saludo.

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 23:46
  8. Hola Víctor,

    Como me gustan los pactos con el maligno. Sacas mi lado oscuro.

    Bien narrado e interesante. Quizás me hubiese gustado algo más de detalles sórdidos de esa barbarie. Ya sabes, somos curiosos por naturaleza y siempre queremos ver lo que pasa cuando ha habido algún suceso escabroso.

    También me he quedado con la impressión de que a pesar de la gravedad de los hechos, al protagonista no le pesa ni su conciencia ni las consecuencias de lo que ha pactado. No trasmite esa angustia.

    Como consejo, te diría que dosifiques los: “aquel”,”aquellos”,”eso”,etc.

    Busca sinónimos y diferentes formas de llamar a una misma cosa y conseguirás esculpir poco a poco la impresión que tiene el lector de ese personaje, ente, acontecimiento o lugar.

    Además hará que tu texto sea más rico en vocabulario.

    Son opiniones constructivas, pero que conste que tanto el argumento como la forma de explicarlo están muy bien.

    Saludos

    Alex

    Escrito el 22 marzo 2019 a las 10:47
  9. 9. Víctor Alverdi dice:

    Saludos Alex y gracias por pasarte por mi relato. Estoy de acuerdo en que faltaron detalles en la trama pero ya no me alcanzaron las palabras y preferí dejarlo a la imaginación del lector. Tienes razón también en la repetición de palabras, cuando escribí el cuento no lo noté, pero ahora es evidente. Un saludo.

    Escrito el 22 marzo 2019 a las 22:37
  10. 10. Rafa Frisby dice:

    Hola Víctor, me atrapaste hasta el fin, y aun así me toco sacar la conclusión de que había sido lo que hizo. Cuando el tipo le ha dicho que podía hacer desaparecer su acto, lo vi venir, igual al final, aunque el diablo lo borró, lo hizo, así que se merece que vendan a buscarlo después. Me encanto.

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 03:46
  11. 11. Víctor Alverdi dice:

    Rafa: Muchas gracias por pasarte y por la retroalimentación. Así es, aunque haya desaparecido siempre quedará en su memoria y eso no se puede borrar. ¡Nos leemos!

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 05:37
  12. 12. Pepelu Martín dice:

    Me ha gustado la inquietud y la pesadilla dramática que consigues imponer, con ritmo y un estilo prometedor.
    Creo que nos quedamos todos sin saber que delito, tragedia, acción ha realizado para no compartirlo con su familia…
    A mí no me ha parecido que sea el diablo, pues el “malo” de la película siempre pide algo a cambio… a veces la vida. Me parece más bien San Judas Tadeo, ligado a la máquina del tiempo que retorna al pasado antes de realizar nada conveniente.
    Has conseguido mantener el suspense en todo tu relato.
    Me ha gustado mucho.

    Escrito el 26 marzo 2019 a las 12:04
  13. 13. Víctor Alverdi dice:

    Pepelu muchas gracias por pasarte por mi relato y gracias por la retroalimentación. Por razones de espacio no pude poner lo que había hecho el hombre pero me parece imteresante que cada quién saque sus conclusiones. Estoy de acuerdo contigo, nunca dice quién es el hombre con el que hace el trato y cada quién puede pensar en alguien diferente. Un saludo.

    Escrito el 28 marzo 2019 a las 15:50

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