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Matar al padre - por JaimeM
El hombre se transformó en su hijo, una vez más. Ocurrió, al igual que las veces anteriores, con una transición imperceptible: como si, de repente, él hubiera sido siempre su hijo, ahora un joven de 26 años. Solo que, tras unos instantes, su propia consciencia se hizo presente, como una interferencia, y supo que el fenómeno que había comenzado a manifestarse cuatro semanas atrás se estaba produciendo de nuevo.
Este conocimiento vino acompañado de una sensación de vértigo, como si su cuerpo también se hubiera desdoblado, perdiendo su solidez física. Bajó la mirada, esperando ver el suelo de cemento gris escindido en ángulos imposibles, o sus pies levitando unos metros del suelo. Sin embargo, sus extremidades se asentaban con normalidad (una normalidad inverosímil, teniendo en cuenta las circunstancias) sobre el suelo sólido de aquel edificio abandonado. Alzó la cabeza y se encontró frente al rostro ajado de su padre, su propia cara, la de un hombre de 62 años, reflejado en un espejo de baño.
El sonido del móvil atrajo su atención, proporcionándole un asidero, como el punto fijo en el que los bailarines centran su mirada mientras giran sobre su propio eje. Era su hijo. O él mismo. Era difícil de determinar. Aunque el cuerpo tendría alguna influencia, ¿no? Era lógico que la manifestación física de su hijo fuera la primera en llamar, ya que los jóvenes siempre se adaptan más rápido a los cambios. Mientras pensaba esto, podía sentir la leve irritación de su vástago por su lentitud al reaccionar; se descubrió contemplando a su padre (a él mismo) como a un incordio.
El móvil dejó de sonar. Habían acordado que ninguno lo cogería. No hacía falta. No tenían necesidad de palabras, ya que ambos estaban y no estaban al mismo tiempo en el espacio del otro.
El padre podía percibir el terror sordo del hijo en que su presencia se manifestara sin avisar en cualquier momento. El hijo percibía el terror del padre por su posible influencia paralizante. Y algo más, todavía más espantoso: una sospecha, una ocurrencia, una idea que avanzaba inexorable hacia una certeza.
— ¡No!
El grito estalló en su cerebro y, un instante después, el hombre volvía a ser él mismo. Sintió el vacío de la pérdida. Al mirar alrededor, la realidad parecía haber adquirido un tono hiperrealista, como vista a través de una cámara de alta definición, lo que le daba un aspecto desnudo.
Había tomado una decisión, aunque se dio unos segundos para asimilarla. Sabía que no había otra manera de cortar el cordón umbilical, de que su hijo fuera una persona verdaderamente autónoma; de que fuera él mismo.
Media hora más tarde, su hijo lo encontró muerto tendido sobre el suelo. No fue una sorpresa para él: hacía 20 minutos había sentido cómo moría una parte de sí mismo.
Buen día, Jaime:
Me gustó. Me agrada el género fantástico y creo que esta consigna es un buen puntapié en esa dirección.
La narración de una tercera persona dual no se presta a confusión, sabemos quien habla cada vez.
Lo único que podría remarcar son algunas sensaciones explicadas en vez de demostradas, pero va bien.
Saludos, y si gustás, pasate por mi relato #87
Hola, JaimeM.
Gracias por comentar mi historia.
Me gusta mucho tu relato. Está bien escrito y resulta claro en la descripción de las sensaciones, algo difícil de conseguir en los relatos que se abordan desde el interior del personaje, desde el flujo de la conciencia. Muy buena vuelta al mito de Freud: no es el hijo quien mata al padre sino el padre el que, consciente de las ataduras, se libera para liberar al hijo.
Enhorabuena.
Que pases un buen día.
Hola
Gracias por tu comentario a mi relato
Me ha gustado bastante tu relato de corte fantástico, con ese imaginativo cambio de cuerpos y cómo has resuelto el posible final. En cualquier relato, eso acaba siendo lo más importante, la resolución del conflicto. Dependiendo de cómo se haga, el cuento se recuerda mejor o peor por la sensación que deja.
Claro, el tema que tratas en sí mismo es bastante enrevesado. Tiene una carga psicológica importante. Creo que se podría haber explicado de forma más sencilla, y tal vez usando mayor cantidad de palabras, pero eso solo es mi opinión.
En general, el cuento es entretenido y me ha gustado.
Un saludo
Hola Jaime M.
Me ha gustado mucho tu relato con todo el trasfondo psicològico. Me ha resultado muy bien llevado.
Mis saludos.
Hasta la próxima propuesta.
Hola Jaime M.
Tu relato es muy correcto y fluido con esa voz narrativa en tercera persona.
Te felicito por ello.
Un saludo
Hola JaimeM., por buena vecindad me ha tocado leer tu relato, y comentarlo con gusto.
Todos las apreciaciones que haga, son hechas desde un punto de vista muy personal y con el único ánimo de mejorar el texto si fuera posible. Aunque la última palabra, por supuesto, la tiene su autor.
En el primer párrafo, la última frase del mismo tiene 32 palabras. Todas seguidas sin ningún punto para tomar un respiro. Creo que cambiar la coma por un punto en “interferencia, y supo” sería factible para dar un descanso necesario para la lectura.
En el segundo párrafo, la frase “Alzó la cabeza y se encontró frente al rostro ajado de su padre, su propia cara, la de un hombre de 62 años, reflejado en un espejo de baño” me llevó a confusión y tuve que releer desde el principio. No tenía claro en ese momento si el narrador en tercera persona era el padre o el hijo.
En el párrafo quinto, se repiten en un espacio muy pequeño varias palabras, lo cual es preferible evitar al ser un relato corto (terror, hijo,padre, verbo percibir).
Me ha parecido muy interesante tu relato y he disfrutado leyéndolo. La trama de la bipolaridad padre-hijo en un solo cuerpo físico, me ha parecido muy atractiva. Aunque por momentos me he confundido un poco, no sabiendo si el narrador era el hijo o el padre, lo que me ha dificultado un poco la lectura.
He disfrutado leyendo y analizando tu relato, muchas gracias y nos seguimos leyendo.
Hola JaimeM.
Gracias por leer mi relato y por tu comentario. No conocía 99% Invisible.Gracias por la recomendación.
Has escrito una historia muy interesante y triste, el sacrificio del padre, sin caer en el melodrama.
Me ha parecido ver cierta contradiccion entre “podía sentir la leve irritación de su vástago por su lentitud al reaccionar;” y”El móvil dejó de sonar. Habían acordado que ninguno lo cogería. No hacía falta”. Personalmente, quitaría la primera.
“ambos estaban y no estaban al mismo tiempo en el espacio del otro.” me parece confusa porque da a entender que el hijo se puede transformar en el padre, y no parece que sea así.
Aparte de lo que te ha dicho Apuntador Mudo, nada más empezar el relato repites vez y veces. En el segundo párrafo, suelo, en el tercero y quinto, hijo.
en que su presencia, pondría a que su presencia.
Es una historia estupenda.
Saludos.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Se agradece también la lectura tan atenta, Apuntador Mudo y M.L.Plaza. Estoy revisando el relato con todo lo que me habéis dicho. Muchas gracias por tomaros el tiempo.
¡Un saludo!
Hola, JaimeM:
Disculpas por la demora en devolver tu visita.
Encontré un relato con un tema muy original e interesante; tal vez un psiquiatra lo reconocería pronto; para mí, linda con lo fantástico. Está bien narrado, aunque el desenlace se presiente.
Detecté los puntos sobre los que te han observado; no me parecen demasiado trascendentes. Tal vez, el reorganizar los párrafos para que no sean demasiado extensos. Un saludo.