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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El extranjero - por Isabel Caballero

Web: http://alzapalabra.blogspot.com/

El hombre se transformó en un saco de carne pútrida. Lo que antes fuera un ser humano, pendía de la soga amarrada a una de las vigas del techo. La porquería acumulada, la orina y heces de gatos, las pilas de periódicos y las botellas vacías de absenta, como mudos testigos, estorbando el paso del notario y del forense que dieron fe del desgraciado deceso. Solo era un anciano maloliente que no se integraba, siempre escuchando la música de sus país, gorgoritos existencialistas en erre que no casaban nada con la calle soleada vecina al club de tenis.
Los policías nos preguntaron datos sobre el ahorcado. Éramos los vecinos de la única casa colindante a la suya, además del antiguo club de tenis ya cerrado.
— Al principio de llegar aquí, mi mujer y yo le invitamos a…
—¿Hace cuánto tiempo de esto? —interrumpió el inspector.
—Déjeme que recuerde…, cinco o seis años, creo.
—Hará seis años la próxima semana.
Ante la mirada interrogativa del inspector le contesté que lo recordaba porque la primera vez que lo vi estábamos en carnavales, creí que se había disfrazado de mendigo o algo parecido: un abrigo anacrónico tan grande que casi le llegaba a los pies, las solapas levantada y el raído sombrero calado hasta los ojos.
—Es usted muy observadora, señora.
—A los pocos días, lo primero que hizo fue levantar unos muros tan altos que apenas asomaba el tejado. Pensé que era una pena tapar las vistas al mar, y también que era un tipo excéntrico.
—¿Vivía solo?
—Que sepamos nunca recibía a nadie. El cartero nunca paraba en su puerta. Es desolador morir así — añadí —, de esa manera.
—¿Qué grado de confianza tenían ustedes con él?
Sintiéndome algo hipócrita por la aparente demostración de tristeza por alguien a quien apenas conocía, contesté que ni siquiera sabíamos su nombre, no había ningún rótulo que así lo indicara en su baldío buzón.
Recordé que cuando el viento soplaba en dirección sudeste, en ocasiones pudimos escuchar la música de su país, gorgoritos existencialistas en erres.
Las sombras alargadas de las palmeras del callejón donde murió el solitario francés, parecían simular un cortejo fúnebre despidiendo sus restos metido en un brillante saco de plástico.
Por curiosidad, eché un vistazo a través de la reja entreabierta. Las pelotas perdidas del club, lucían como si fueran flores colgadas de las mimosas de empecinadas raíces que crecían salvajes en el patio del arisco extranjero. Amarillo confuso de amarillo.
Terminada la investigación, los del servicio social hicieron su aséptico trabajo con guantes y mascarillas tirando al contenedor la rúbrica de toda una vida.
Los gatos deambulaban por las cajas arrimadas al basurero buscando algún alimento. Abandonada en el suelo brillaba la medalla al valor de cuando estuvo en Argelia defendiendo el honor de la Patri.
En la noche de San Juan recé una oración por el alma del francés. Crepitaron en la hoguera los añejos recuerdos. Una vieja silla convertida en una cruz gamada por culpa del capricho del fuego encandilaron los ojos de quienes la miraban.
El día siguiente amaneció ventoso. Aún se podía sentir en olor acre del humo de las hogueras ya casi extinguidas. El aire movía las esquinas del cartel del “Se vende” pegado al muro desconchado de la casa del francés.
Conservo del extranjero la imagen decolorada de una mujer de cejas cinceladas que firma con amor al pie de la foto, y un viejo disco de la Piaf rayado justo por donde entona la voz nostálgica una vieja canción a tres tiempos: “à trois temps, à trois temps, à trois temps”.

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34 comentarios

  1. 1. Ana dice:

    Excelente relato, Isabel. Logras muy buenas imágenes, y una se mete de lleno en la historia que entretiene hasta el final. ¡Felicitaciones!

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 16:33
  2. 2. isan dice:

    Hola Isabel:
    La escena inicial tiene mucha fuerza y ya te quedas todo el relato con esa sensación de fatalidad que lo empalmas al final con el disco de Piaf.
    Algunas cosas que me has llamado la atención:
    “escuchar la música de su país, gorgoritos existencialistas en erres.” Es una frase estupenda. Se repite literalmente toda la frase. Supongo que la recomposición del relato en la revisión se te ha pasado por alto. No imagino que una frase tan llamativa querías haberla repetido.
    “…el honor de la Patri.” Supongo que será de la Patria y no de la Patri (la mujer de las cejas cinceladas de la foto del final). Es broma.
    En dos ocasiones se habla del “francés”. Para mi gusto emplearía únicamente el segundo sobre todo cuando ya se intuye por ese cantar “gorgoritos en erres”.
    Tal vez —opinión mis sin valor— se podría haber acortado algo la intervención de la policía. No digo eliminar ya que tiene datos esenciales.
    Relato magnífico. Te felicito.

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 18:00
  3. 3. Beba dice:

    Hola, Isabel: realmente impactante el primer párrafo, lleno de imágenes muy bien logradas.
    Del resto del relato solo puedo deducir que el ahorcado (suicida, casi con seguridad) es un viejo huraño que vivía solo y había tapiado su casa. No hay datos precisos que permitan aseverar que fuera francés, (ni siquiera en la indagatoria policial); no se sabe quién encuentra la medalla, ni si es de él. Todo está envuelto en una atmósfera de intriga no resuelta
    Mirándola desde la canción, “Une chanson a trois temps”, supongo que hay otra “historia oculta” y olvidada (¿voluntariamente?) entre esa vecina y el hombre huraño. Ella sabe más detalles, conserva una foto (¿de ella?), un disco rayado con la citada canción. Si así fuera, me encanta la originalidad de tu idea.
    Pero con las pistas brindadas, la historia es “demasiado nebulosa”.
    Saludos.

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 23:32
  4. Buenooo… ya empezó el juego ¡qué bien! Un montón de historias por delante por leer.

    para ANA. Solo agradecer compañera. Me alegra que te haya gustado las imágenes. Gracias.

    ISAN. ¡Ayayayy! La Patri 😉 me confundí Isan porque en francés se pronuncia la patria sin e final. Quise decir la Patrie, o sea, la patria, y lo puse en mayúsculas para ironizar el chauvinismo, la exaltación de la nacional frente a lo extranjero.
    Despiste también con la repetición de la frase y eso que la repasé (no fue suficiente)
    Cierto, con un solo francés, más que suficiente. Lo corregiré.
    Y por último te diré, Isan, que el relato en su origen iba sin diálogos y sin policía. Quedó muy corto el relato y fue un añadido final. Siempr eando haciendo experimentos, es lo que hacemos todos los que intentamos hacer estas cosas tan difíciles del escribir.
    Recojo también lo positivo que me refuerza a seguir haciéndolo.
    Muchas gracias por tu atención y por tu ojo clínico compañero.
    Nos vemos pronto en tu aporte.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 00:59
  5. Hola BEBA, nos tocó de vecinas esta vez. Mañana con calma leeré tu relato. Muchas gracias por todo lo que me indicas. No me gusta justificar el relato, sois vosotros, los lectores, los que teneis la potestad de interpretarlo. Si no consigue el escritor (aprendiz en este caso) dar a entender al lector lo que intenta (hablo de un buen lector) es que algo ha hecho mal. Tengo muy en cuenta vuestras opiniones Beba y agradezco vuestra ayuda de corazón.
    Un cordial saludo compañera. Hasta pronto.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 01:06
  6. 6. Jose Maria Moreno Pelayo dice:

    Hola Isabel buen relato en lo ortográfico y gramática no soy quien para corregir ,ya lo hacen los compañeros mejor preparados pero por mucho que se repasa siempre se deja ,algo.
    Un saludo

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 18:22
  7. Hola Isabel

    Me encanta tu relato con repeticiones y todo…

    Yo lo que entiendo es que es un filo-nazi que se esconde con abrigos viejos y gorros hasta la orejas, muros altos y ningún tipo de contacto humano. Las imágenes finales me dan esas pistas. Supongo que se suicida porque su vida no tiene sentido…

    Todo el relato está salpicado de imágenes visuales bien logradas, las que más me gustan son las del final, con ese cartel de “se vende” mecido por el viento…

    Buen trabajo, tendré que aprender a aplaudir con las orejas, cuando tengas tiempo ya me explicas como se hace.

    Saludos

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 20:59
  8. Gracias JOSÉ MARÍA. Es verdad, siempre cometemos algún que otro gazapo 😉

    Justo es lo que quería decir PAOLA, tenía miedo de haber sido demasiado críptica con los guiños. Y te explico… È facile, se hace con las orejas plas plas plas y ya está 😉

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 22:14
  9. Hola Isabel.
    Muy bueno lo que cuentas. El extranjero está ahí, se siente. Hay detalles y guiños como dices a lo largo y ancho del relato.
    EMDO eso comporta un riesgo que no pudiste evitar: La autora se cuela por el mínimo resquicio para usurpar al personaje narrador. Y eso baja la intensidad del relato. El lector pierde la relación entre esos dos personajes (o la no relación, cuidado, que no estoy hablando de otra historia). El lector va a gusto por los carnavales, por el viento del sudeste, etc. etc. y resulta que al final hay un retrato y un disco rayado de “la” Piaf (esa parte me suena a interferencia autoril). En esa línea está la medalla también y el dato concreto de Argelia… En resumen quizá me enrrollo sin aportar nada, pero pienso que si la autora quería hacer guiños e involucrarse en la historia, tal vez lo debería hacer con el personaje narrador en primera persona, auxiliado en la banda con la policía o lo que fuese necesario.
    Naturalmente, todo esto bajo el concepto de mi despreciable opinión, que queda sujeta a la sabrosa historia que nos cuentas y que es lo único que cuenta jejeje.
    Un abrazo

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 18:19
  10. 10. Pepe dice:

    Hola Isabel,

    Un relato muy visual donde dibujas al personaje del hombre con una claridad tal que me ha hecho tenerle delante.

    Repitiendo y apoyándome en todo lo que te ha apuntado Beba o luigi, es cierto que hay cosas que se me escapan, remarcando la frase “Las sombras alargadas de las palmeras del callejón donde murio…” no entiendo eso del “callejón” si empiezas diciendo que murió colgado del techo. Dicho esto por si puedo aportar algo que mi ignorancia no haga.

    Aunque con esa sensación de que haya una historia más grande, conocida por el narrador, y convinada con tu maestría produces, por lo menos para mí, más ganas de conocer al narrador y su historia.

    En fin, me ha gustado mucho. Disfruto mucho de tus relatos y eso es más de lo que uno puede pedir.

    Nos leemos!!!

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 22:00
  11. Hola hola LUIGI. Ya ves, conozco la teoría sobre voces, narradores, entrometimientos del autor, y demás… las suelo detectar pero en los demás pero… me pasa como la dichosa paja del ojo ajeno y no la viga propia 😉
    Tal como propones la enmienda tendría que darle un repaso completo al ejercicio para pasarlo a primerísima persona. Lo intentaré, a ver como me sale. Gracias colega, agradezco tu esfuerzo.
    Ya leí tu becerro de oro, digo cerdo 😉 ya te diré Luigi.

    ¡Qué alegría y que subidón PEPE cuando hacemos disfrutar a los demás con nuestras historias!
    Es verdad, la frase del callejón es desafortunada, quise decir el callejón donde estaba la casa… le daré una vuelta a la frase porque, efectivamente, da lugar a confusión. Menos mal que nos tenemos los unos a los otros, y los otros a los unos 😉 para ayudarnos.

    Hasta pronto compañeros.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 09:37
  12. 12. Conrad Crad dice:

    Hola, Isabel
    Magnífico relato, como siempre. Dibujas tan bien, hay tantos matices, tantas lecturas posibles que nos enganchas y haces, por lo menos en mi caso, que siga enganchado a tu historia mucho tiempo después de haberla leído.
    Felicidades compañera. Felicidades también por ese Tintero tan merecido.
    Siempre es una delicia encontrarte
    Un abrazo.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 11:39
  13. 13. Anémona dice:

    Hola, Isabel

    He leído tu relato y las opiniones de los compañeros, con los que estoy bastante de acuerdo. Pienso que creas buenas imágenes con frases muy acertadas, pero para mi gusto quedan algunos hilos sueltos o innecesarios. El primer párrafo me parece impactante, me hizo entrar enseguida en el ambiente, luego hay momentos de bajón de intensidad y algo de confusión en el misterio que pretendes crear.
    En general me ha gustado el relato, pero creo que pide más desarrollo, una historia más larga para poder disfrutarlo mejor, o “podarlo” un poco para que no quede esa sensación de “a medias”.

    Un placer, leerte Isabel. Tu relato tiene alma y me ha parecido muy interesante. Es la primera vez que te leo, y ya espero la próxima.

    Un saludo

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 12:32
  14. Gracias CONRAD. Oye… que sería estupendo que participaras en el próximo tintero. Anímate compañero.

    Hola ANÉMONA. ¿Mi relato tiene alma? Eso me gusta.
    Gracias por tus críticas en los dos sentidos. Apunto tu nombre para leerte desde que pueda, paciencia que soy muy lenta.

    Gracias compañeros. Hasta pronto.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 16:23
  15. 15. Conrad Crad dice:

    Lo voy a hacer, Isabel. Este mes ahí me encontrarás.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 17:35
  16. Estupendo Conrad ¡Me alegro! Por allí nos veremos.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 19:30
  17. 17. El Apuntador Mudo dice:

    Hola Isabel, aquí vengo de visita.

    Pues Isabel, despueś de quedar obnubilado, paseando entre las diferentes imágenes que has creado a lo largo de tu relato, solo me queda quitarme el sombrero ante un relato tan bueno.

    La impresión que saco, es más clara sobre sus vecinos, retratados por lo que saben y por lo que no, respecto al anciano francés. Sin embargo es más intensa respecto al difunto aunque también difusa. Ya probablemente desvalido por la edad, también sufriendo un posible Síndrome de Diógenes, al menos su sintomatología queda bien retratada en el relato. Las imágenes finales en la que aparecen una cruz gamada creada de forma accidental por las llamas de la hoguera de San Juan, la foto de la joven que firma con amor al pie, el disco de vinilo de Edith Piaf. Forman una nebulosa que alimenta el pasado que cada uno de nosotros los lectores podemos llegar a imaginarnos.

    Esta imagen me ha encantado “Las pelotas perdidas del club, lucían como si fueran flores colgadas de las mimosas de empecinadas raíces que crecían salvajes en el patio del arisco extranjero”, a mi parecer retrata a la perfección al pobre anciano en sus últimos años.

    Como apunte, aunque no creo que variara para nada la calidad del relato, los notarios no participan en el levantamiento del cadáver. El juez, secretario, médico forense, policías, todos ellos sí, por lo menos en España.

    https://www.justizia.eus/preguntas-frecuentes/que-pasos-se-siguen-cuando-es-judicializada-la-muerte-de-un-familiar

    Pues reiterar que me ha parecido muy bueno el relato, y he disfrutado mucho de las imágenes creadas para el mismo. Ha sido un gustazo.

    Nos leemos pronto, y suerte en el “tintero”.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 22:01
  18. Buenos días apuntador. Te has detenido justo en la frase que más intención he puesto, y es, además, la única escena real que no he inventado de la historia. Paseando por una calle vi que unas pelotas de tenis se escapan del recinto y se quedaban enganchadas en las flores amarillas de un árbol de mimosa… (amarillo confuso de amarillo), y ese fue el detonante para escribir un relato.

    Te agradezco, compañero, lo que me apuntas del notario. Tienes razón.

    Sobre el “Tintero”, no sé si está feo publicitarlo por este lugar, pero ya que lo han mencionado, pongo este enlace por si te interesa participar.

    http://relatosensutinta.blogspot.com/2019/03/el-tintero-de-oro-gala-de-premios-ii.html

    Muchas gracias por tu lectura y ayuda apuntador. Hasta pronto.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 12:08
  19. 19. El Apuntador Mudo dice:

    Buenos días Isabel.

    Muchas gracias por la información. Es una propuesta muy golosa e interesante, y me encantaría participar. Pero aún estoy en periodo de aprendizaje, y lo que me queda. Mis creaciones palidecen al lado de las vuestras, y no percibo que mis relatos tengan aún la suficiente calidad para no desmerecer al lado de los del resto de participantes.

    Te lo agradezco de todos modos.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 14:24
  20. 20. Paola Panzieri dice:

    Hola Isabel

    No te esfuerces que ha quedado clarísimo!, ¿A quién, unas pelotas de tenis en un árbol de mimosa, no le inspiran para escribir relatos de nazis?

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 15:23
  21. 😉 🙂 😉

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 15:35
  22. 22. IreneR dice:

    Buenas, Isabel.

    Vaya frase inicial más lapidaria. Solo con ese inicio ya me ganaste.
    Me ha parecido un relato muy bien escrito. Creo que lo has sabido llevar muy bien, aunque me temo que me he perdido con todos los guiños que has hecho a lo largo de la historia.

    Solo me queda la pregunta de, si era un hombre tan solitario, ¿cómo llega la policía a enterarse de su muerte?

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 19:46
  23. Los cadáveres huelen, podría ir la cosa por ahí. No creí importante poner ese dato, pero lo mismo le doy otro repaso y añado alguna línea que lo clarifique.

    Gracias Irene. Acabo de leer “La casa de los gritos”, desde que pueda te digo compañera.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 20:51
  24. Me has hecho pensar Irene… puede que el mismo viento que soplaba en dirección a la casa de la vecina y que le traía los sonidos de la música, también podría transportar la peste de un cadáver podrido. Creo que lo arreglaré así. Gracias de nuevo.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 21:01
  25. Lo he resuelto colgando al francés del árbol, en vez de la viga del techo.Y quitado el notario. Así:

    “El hombre se transformó en un saco de carne pútrida. Lo que antes fuera un ser humano, pendía de la soga amarrada al árbol de la mimosa. La porquería acumulada en la casa , la orina y heces de gatos, las pilas de periódicos y las botellas vacías de absenta, como mudos testigos, estorbando el paso de la policía y del forense que dieron fe del desgraciado deceso.”

    Y así descubrieron el cuerpo:

    “Recordé que cuando el viento soplaba en dirección sudeste, en ocasiones pudimos escuchar la música de su país, gorgoritos existencialistas en erres.

    —¿Desde cuándo notaron ustedes el mal olor?
    —Hará unos tres o cuatro días. Siento que no avisáramos antes ¡quién se iba a imaginar…!

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 08:57
  26. 26. Carla Daniela dice:

    Hola Isabel
    Me pareció alucinante tu relato. Muy bien ideado y muy bien escrito. Me llega a intimidar un poco, pero lo hace aún mejor.
    La historia me parece interesantísima, me hace pensar que la protagonista no nos cuenta toda la verdad… ¡Cuánto me divierten los misterios no explícitos!
    Una sola pregunta tengo, pero solamente por curiosidad y para aprender del español en distintos países: Cuando decís “tipo” (Refiriéndose a señor, persona) es una palabra más bien formal? Una palabra seria? Para nosotros (Argentina) es una palabra “de la calle”, o muy informal.
    Gracias, y un gran saludo! Nos leemos! (N°80)

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 15:00
  27. Hola Carla. Te contesto, “tipo” es una palabra aceptada por la RAE (Real Academia Española), y una de sus acepciones es la de “persona extraña y singular”. Se suele usar coloquialmente con cierto tono despectivo.
    Gracias por tu lectura Carla. Un cordial saludo. Ya pasaré por el 80.

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 16:13
  28. 28. Osvaldo Vela dice:

    Hola Isabel.

    Vaya intensidad descriptiva de la que haces gala en el primer párrafo. Esperaba que la esencia del texto continuara por el mismo camino ya trazado. pero luego llegaron los diálogos y le dieron una bocanada una bocanada de oxigeno que suavizo el escenario.

    Cada personaje que apareció aportó su granito de arena a la historia. situación que me mantenía atento a la lectura. Nunca tropecé con una expresión en Francés.

    Te felicito

    Un abrazo fuerte y un Saludo.

    Escrito el 22 marzo 2019 a las 05:35
  29. Hola Osvaldo. Muchas gracias.

    Soy de la opinión, no sé si equivocada, que la intensidad descriptiva debe moderarse o modularse. Un relato todo en la misma línea intensa creo que cansaría. Estoy de acuerdo contigo en que los diálogos dan un respiro.

    Un abrazo compañero, te leeré pronto.

    Escrito el 22 marzo 2019 a las 21:08
  30. 30. María Esther dice:

    Hola Isabel,he leído tu relato y los comentarios de los compañeros.
    Coincido con todos en que es conmovedor,que el comienzo es por demás un cuadro impactante. Todo el desarrollo te aporta variada información, aunque siempre queda espacio para la creatividad del lector.
    Felicitaciones desde el lugar 77.

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 02:22
  31. 31. Ana Roda dice:

    Hola Isabel.
    Gracias por tu magnífico relato.
    Destacaría la atmósfera que has logrado crear y transmitir con tanta maestría.
    Enhorabuena

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 02:30
  32. Gracias por vuestros comentarios Ana Roda y María Esther. Sois muy generosas compañeras.

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 21:22
  33. Hola Isabel,

    Paso por aquí de casualidad y me encuentro una buena historia.

    No entraré en correcciones que a estas alturas ya te habrán hecho.

    Me ha gustado que no te pongas a describir cosas o personas que no vienen a cuento. Menos es más y dejas que cada uno se imagine al poli, a la vecina, a los de asuntos sociales…

    Eso ha sido muy bueno.

    Lo del club de tenis abandonado…bueno, ¡podrías haber buscado algo más pintoresco! Pero la obra es tuya. Tu sabrás de donde sale ese club de tenis…

    Me ha gustado mucho leerte. Por favor pule detallitos y verás como gana un montón tu texto.

    Te buscaré en los próximos ejercicios por que comi dijo Marc Anthony: “Valió la pena”.

    Saludos,

    Alex.

    Escrito el 16 abril 2019 a las 21:14
  34. Hola Alex, gracias por pasarte por aquí.
    Te cuento de donde salió el club de tenis… se me ocurrió la frase de la pelota de tenis para justificar el “amarillo confuso de amarillo”, y ¿de dónde salen las pelotas de tenis? pues de un club de tenis, por ejemplo 😉

    No sé si has escrito algo en este reto, te buscaré.

    Gracias Alex, hasta pronto.

    Escrito el 16 abril 2019 a las 21:54

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