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El despertar de la noche - por Edgardo Nocetti

El autor/a de este texto es menor de edad

El hombre se transformó en vampiro después de estar veinticuatro horas sufriendo intensos dolores y fiebre muy alta. Pablo vivía solo y la transformación fue tan brusca que no le dio tiempo para hacerse ver por el médico.
Tenía un espíritu aventurero y le gustaba romper mitos. En su ciudad había un lugar que estaba abandonado, dónde se decía que estaba la tumba de un vampiro. La noche anterior, fue a investigar a esa especie de fábrica, dónde el pasto y la maleza había invadido áreas del interior y, en el exterior, era casi tan alto como Pablo.
—Un espacio de insectos y alimañas —dijo a la cámara mientras documentaba lo que veía.
El lugar tenía un aspecto lúgubre; vidrios y paredes rotas, pintura desquebrajada, secciones del techo caídas.
La luz de su linterna, por más intensa que fuera no podía a alumbrar el extenso lugar, así que le llevó tiempo hacerlo. Finalmente, encontró una puerta que descendía a una especie de sótano, pero allí no encontró nada o eso pensaba, hasta que halló el pozo por dónde se deslizó hasta las profundidades del mismo infierno —dijo Pablo.
Encontró un generador y para su suerte se hizo la luz. Se topó con una especie de cámara con un sello que, sin darse cuenta, violó y el vampiro despertó.
Pablo estaba asustado porque no había forma de salir de allí, pero estaba emocionado por el hallazgo, sin embargo, las luces empezaron a titilar y de la cámara se deslizó una sombra casi imperceptible. Estaba al acecho. Pablo sería su víctima desde hace doscientos años, el vampiro, con una apariencia casi etérea, lo atacó.
A la media noche de hoy, Pablo se levantó de su cama al escuchar la voz de su jefe que se extendía hasta él, por medio de un hechizo. Estaba en trance, ni el cansancio ni el hambre eran suficientes para desobedecer a su amo y llegó a la fábrica, descendió por el pozo, esta vez flotando despacio y, el vampiro, con una apariencia rejuvenecida, lo recibió.
—A sus órdenes, amo —se inclinó.
—Levántate, mi vasallo. Tu apoyo incondicional será bien recompensado. Ahora estarás ligado a mí. Harás lo que yo te ordene y me servirás con tu propia vida, si es necesario ¿comprendés?
—Sí, amo, daré mi vida por usted.
Los ojos del vampiro resplandecieron, el hechizo estaba completo y Pablo era un zombi vampiro, la noche era su hogar y la oscuridad su fiel compañía.

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4 comentarios

  1. 1. Jose Maria Moreno Pelayo dice:

    Hola Edgardo.La verdad es que no se que comentarte ,la ortografía y la gramática no es lo mío y por otra parte tu relato me confunde un poco ,no se si esta el relato en presente, pasado .un saludo

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 19:23
  2. 2. Víctor Alverdi dice:

    Hola Edgarfo. Tienes algunos errores ortográficos y signos de puntuación faltantes. Nada grave. Hay que tenr cuidado con el cambio de tiempo en la narración, se hace un poco confuso pero dentro de todo es un bien relato. Saludos.

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 13:31
  3. 3. Rachel Moonlight dice:

    Hola Edgardo,
    Estoy de acuerdo con los comentarios anteriores por algunos errores ortográficos y de puntuación (pero pequeños) y con el cambio de tiempo en la narración.
    Es interesante ver ese estilo de presente, pero te cuento lo que me pasó tiempo atrás. Por lo que general, es una lectura ágil, “directa al grano”, así que felicidades.
    Un saludo de tu vecina 63

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 20:17
  4. 4. Jonatan dice:

    Hola Edgardo, soy un aficionado al taller que no ha escrito nada, pero leo los textos desde hace un tiempillo, tres o cuatro meses porahi, como decimos normalmente. Tu texto me ha encantado porque me recordó a la serie de Rudiguer el vampiro. Eres menor de edad, ánimos y a seguir escribiendo.

    Escrito el 8 abril 2019 a las 12:08

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