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QUEBRADA Y VOS - por UN TRAGO PARA VER MEJOR

El hombre se transformó en diablo. Las estrellas se encendían en el norte, en el dique se reflejaba la luna y hasta las sierras podían verse de fondo. Tendida con la cabeza sobre un tronco, al costado del fogón estaba ella. Entre charlas, guitarra, humo y risas, la noche cayó. Las estrellas podían verse a metros, brillantes y titilando, como llamándonos. Juro que pude ver las galaxias esa noche, formaban un camino que bajaba hacia nosotros. Los efectos ya habían pasado, aunque las pupilas seguían dilatadas y no me sentía de la misma manera, me sentía algo más ligero, más liviano, con una energía muy buena.
El sol había hecho invisible a la luna y no se dejaba ver. Entrar al agua en ese estado, en ese silencio, con tanta paz, interior, y exterior, eso, no tiene comparación alguna. Lo más lindo fue haberla visto venir corriendo hacia el agua.
El aire era puro, el sol fuerte, y la sombra, refrescante. El camino era ascendente, con un paisaje de cerros inigualable. El paso corto y constante me caía bien, pero no podía dejar de hablar, y esto dificultaba mi respirar. Ella seguía, como una leona, a paso firme y con una sonrisa en su rostro. Me dio un puñado de hojas de coca y subimos al cerro a fumar. La inmensidad de la quebrada podía verse en sus ojos, todo era perfecto. En el tren los latidos se agudizaron, el clima seco ayudaba a controlar los dolores óseos, pero los calambres y las puntadas en el estómago continuaban. Ella me dio otro puñado de hojas de coca y el viaje se hizo esplendido.
Cuando llegamos, prendí un cigarro y pude ver al diablo salir de la tierra, la música tomó el control. La bebida era constante y el cuerpo no entendía de quedarse quieto, aunque siempre estaba relajado y suelto. Aquella noche nos separamos, buscamos rumbos distintos, yo termine haciendo el amor en un callejón de Tilcara, a merced de una garua.
Otro juego se jugaba allá, era otro mundo. Un mundo con caretas, pero esa careta hacia que el alma florezca. Las leyes no existían y no importaba ningún tipo de prejuicio. Como en Imposible, el ser humano y la verdad, la flor se hacía eterna en el carnaval.
-¿Se se puede correr todo el tiempo, escapando, sin ponerle el pecho a la situación y bancando las consecuencias de nuestros actos?-, Me levante pensando eso, lo que había vivido en el dique con Roció aún estaba en mi mente y ni el carnaval podía borrarlo. Después de un par de resacas continúe mi viaje.
Sonriendo, solo, pude admirar ese paisaje mágico a una altura que soportaba gracias al regalo de ella. Las experiencias varían, nueva gente aparece, los estilos de vida son distintos, la cultura, la religión, el sincretismo, es inmenso, uno se siente abrumado tras esa magnitud de vida, de naturaleza. Las nubes pueden tocarse, la lluvia se puede oler. El río comenzaba a crecer y se sacudía con más fuerza, cada vez se hacía más complicado cruzarlo, y la lluvia comenzó. Mojados y totalmente fatigados, llegamos a un pequeño pueblo colgado de la montaña, después de unas 2 horas de caminata bordeando el río. A pesar de estar tan lejos, uno se logra sentir como en casa cuando le otorgan un plato de comida, con tanta humildad, sin siquiera conocer mi nombre.
El carnaval estaba por terminar, el cuerpo ya comenzaba a revelarse contra el espíritu que quería seguir, en lugar de enterrarse. Ese domingo volví a Tilcara, a ponerme la careta por última vez. Ya no era igual, algo había cambiado, la energía había desaparecido. La lluvia acelero un poco el festejo y me quite la máscara, decidido a emprender el regreso. Una diablita parecía que aún no había sido enterrada, sus ojos me encandilaron. Era ella.
-¡Salud!.

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5 comentarios

  1. 1. Lunaclara dice:

    Hola:
    Tu relato me ha gustado en general. Escribes de forma muy poética.
    Te indico algunas cosillas que, a mí entender, podrían mejorarlo.
    La primera frase la dejaría sola, y pondría un punto y a parte en lo siguiente, pues no está conectado directamente.
    Empiezas hablando en tercera persona, y poco después hablas como nosotros y como yo. Esto resulta extraño. ¿El primer hombre es el que luego habla en primera persona? Puede llevar a confusión, a no ser que separes los párrafos de forma que se distinga súper bien uno de otro.
    Después la trama no se entiende bien. Las descripciones son muy generales, etéreas y no ayudan a imaginarse la escena ni a empatizar con el protagonista.
    Vuelvo a decir que el cambio de narrador es lo que me ha confundido desde el principio. Y ya después es difícil entender la orgía y los sentimientos del personaje.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 10:26
  2. 2. Un trago para ver mejor dice:

    Hola buen día Ana, gracias por tu mensaje. Me gusta escribir jugando un poco entre el narrador, el protagonista y el lector.
    Es todo en primera persona. La frase inicial es el final del relato. Escribí varios párrafos más en el medio y se me alargó a historia, pero no entraba en las 750 y decidí cortarlo por algunas partes, centrándome en la naturaleza más que en las personas. Es un relato basado en un viaje al norte argentino.
    Ahí voy al tuyo!
    Salud!

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 03:08
  3. 3. Noemi dice:

    Hola! Acabo de terminar de leer los cuentos de Héctor Tizón y en tu texto (no se si llamarlo relato porque no hay una trama sino más bien un collar de evocaciones) me suenan ecos por todas partes, soy del sur pero adoro el norte, jamás olvidaré el sabor de las naranjas de Tastil, es único en el mundo, como única es la atmósfera, la gente, el paisaje.Todo lo que haces presente con una gran frescura y realismo.Lo recibo como un regalo personal ¡Muchas gracias! Un abrazo

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 20:57
  4. 4. Florencia M dice:

    Cuanta sensorialidad! me impactó! si percibes la vida de la misma forma que escribes… sabes disfrutar!
    “La lluvia se puede oler”, qué belleza cuando eso pasa!
    Fue un viaje para mí esta lectura.

    Gracias, abrazo

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 22:28
  5. 5. Un trago para ver mejor dice:

    Hola noemi, Florencia, bueno, muchas gracias por su mensaje. Que bueno que te haya hecho viajar, creo que si anduviste por ahí hay cosas únicas. La parte del río es el camino de Iruya a San patricio en territorio koya, un paraíso escondido.
    Nos leemos!
    Salud!

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 06:25

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