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La culpa - por María Jesús

El hombre se transformó en medicina para el alma de la mujer atormentada. Cuando ella llegó al recinto sus ojos vagaban inquietos de un lado a otro, desconfiando de aquel que pasaba a su lado y se fijaba en su persona, aunque fuese un segundo. Una vez hecho el registro fue acompañada a una habitación que compartiría con otra interna. Se le asignó una cama y se le dio órdenes sobre qué hacer con sus pertenencias, después la dejaron sola. No sabiendo muy bien que hacía allí se acercó a la ventana y se quedó mirando a la gente que ocupaba el amplio patio, desconocidos con los que no tenía nada en común. Enseguida vinieron a buscarla de nuevo y la llevaron a una sala donde había otras personas.

El hombre se fijó enseguida en ella, le llamaron la atención sobre todo sus delicadas manos y el aire de melancolía que acompañaba su persona y quiso conocerla. Se acercó a ella, que había tomado asiento en una butaca al lado de la ventana y se sentó a su lado. Ella le miró con inquietud, se puso en guardia, pero cuando se fijó en los ojos del hombre y vio esa calidez que irradiaban, se tranquilizó. Le dedicó una tímida sonrisa y bajó la mirada.

Desde ese momento se hicieron inseparables, el hombre se interesó por el motivo que le había llevado a internar en un lugar así, ella solo dijo que había matado a su pequeño, repitiendo esa frase como un mantra. Aquella revelación conmovió al hombre, pero no le convenció. Era imposible que una mujer como ella fuese capaz de matar a un niño. Sus manos no podían ser artífices de un asesinato. La mujer al no sentirse juzgada le abrió su corazón y le contó que su hijo había caído en una zanja en un descuido. Se echaba la culpa encima desechando cualquier clase de justificación, argumentando que su error, imperdonable, no iba a devolverle a su hijo por tanto ella no tenía derecho a ningún tipo de redención.

El hombre la escuchaba, la dejaba hablar, la permitía fustigarse pensando que quizá todos sus allegados no habían hecho con ella otra cosa que minimizar esa culpa que desgarraba su conciencia como un cristal afilado. Ella debía sacar ese monstruo que llevaba dentro, aunque fuese a fuerza de invocarle una y otra vez. Pasaban largas horas paseando, ella hablaba, él escuchaba. Siempre el mismo tema, la muerte del hijo, su culpa de madre.

Poco a poco, la mujer empezó a sonreír más, a necesitar menos sedantes para conciliar el sueño. Poco a poco se fue desdibujando esa culpa que había anidado en su conciencia alimentándose de ella, como un parásito. Poco a poco los médicos se atrevieron a decirle que su recuperación estaba cercana, que la veían mejor, que podría retomar su vida.

El día que le dieron el alta, el hombre procuró no estar presente cuando acudieron a buscarla. Se encerró en su habitación y desde la ventana pudo ver como ella se marchaba. Ahora que la mujer no estaba, sentía un tremendo vacío y se acrecentó el motivo por el que él estaba allí ingresado, motivo que ella no le preguntó nunca mientras estuvo allí.

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21 comentarios

  1. 1. Anaclara dice:

    Me gustó mucho tu relato. Lo leí de un tirón y me despertó interés. También me pareció excelente el final. Ha sido un placer!

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 16:43
  2. 2. Pepelu Martín dice:

    Un lenguaje muy acertado para un relato corto, ligero, creíble y bien definido su desarrollo. Se puede apreciar que puedes escribir todo aquello que te propongas. Técnicamente es aconsejable introducir diálogos, por pocos que sean. El final del hombre se puede intuir, pero creo que es más contundente, relatar los motivos por los que él, estaba ingresado.
    Me ha gustado mucho.
    Un saludo

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 20:24
  3. 3. María Jesús dice:

    Pepelu: precisamente cuando me surgió la idea de este relato, lo que tenía en mente era dejar al lector con la incógnita de los motivos por los que estaba ingresado. Ese final lo tenía muy claro.

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 21:20
  4. 4. Pepelu Martín dice:

    Gracias María Jesús… Me has alegrado el día con lo de… “menor de edad”…
    [Los motivos de su ingreso, pueden valer para un próximo relato].

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 22:16
  5. 5. Sebas A dice:

    Hola María José:

    Me gustó mucho tu relato. Es de lectura ágil.

    A mi me gustó el final.

    Soy nuevo por aquí y todos los relatos me sirven para aprender.

    Saludos

    Sebas A

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 22:57
  6. 6. Galia dice:

    Buenos días María Jesús: muy intenso tu relato, dejas abierto el final lo que nos hace imaginar múltiples motivos. Y en verdad cuando dices que éste se convirtió en su medicina, lo estás despersonalizando y justifica más aún el desinterés de la protagonista por las causas de la internación del hombre.Al no utlizar nombres propios universalizas más a los personajes.
    Nos seguimos leyendo.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 16:11
  7. 7. Labajos dice:

    Buenas tardes:

    Tras agradecer tu visita, paso a comentar que tu relato me ha parecido interesante, su final me ha sorprendido, pues pensaba que el hombre era un terapeuta. Bien pensado y argumentado. Posiblement esa mujer se preguntará algún día y quizá lamente no haber correspondido a la generosidad de su compañero. Pero será tarde…¿Recuerdas mi relato?

    El texto me ha parecido bien escrito, sin ningún defecto destacable.Felicidades.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 19:33
  8. 8. María Esther dice:

    Hola María Jesús, me gustó mucho tu relato, bien escrito con personajes bien definidos,desde el comienzo atrapa.Sacude emocionalmente cuando la mujer revela su doloroso secreto, esa culpa que la agobia y que el hombre logra disipar.
    El final, muy adecuado,porque la mujer no podía ver ni pensar en otra cosa, estaba atrapada por la culpa.
    Felicitaciones, nos seguimos leyendo.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 01:03
  9. 9. Laura dice:

    Hola María Jesús.
    No me esperaba que el hombre fuese otro paciente.
    Veo que repites muchas veces lo de el hombre y la mujer. Tal vez puedes omitir algunos.
    En una parte repites tres veces poco a poco: dentro del texto puede considerarse como su uso a propósito para dar mayor significatividad (yo suelo usar la repeticiòn de alguna fórmula con ese sentido)

    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 11:53
  10. 10. María Jesús dice:

    Hola Laura: como no puse nombres a los protagonistas, era forzoso que me refiriese a ellos como “el hombre y la mujer”, quizá si hubiese puesto un nombre cada uno, hubiese chirriado más, no sé. Quise crear dos personajes anónimos.

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 20:14
  11. 11. Alicia dice:

    Hola María Jesús.
    Un relato duro y creíble sobre la culpa que de alguna u otra forma todos llevamos en nuestro sentir, por mas leves que sean. Un hombre que le sacó una sonrisa sin juzgar su secreto. Un final acertado .
    Felicidades!
    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 22 marzo 2019 a las 22:41
  12. 12. Anémona dice:

    ¡Hola, María Jesús!

    Tu relato me pareció “un cristal afilado”(usando una frase propia del relato) para el alma. Me dejó pensando en la situación y en el comportamiento de los personajes. El tema de la culpa, la ayuda, el perdón y el desagradecimiento son universales y este relato los condensa con un buen ejemplo.

    Felicidades por haber escrito un retalo incisivo, pulcro y suficiente como para abrir una línea de reflexión sobre el funcionamiento de la mente humana.

    Gracias por haberte pasado por mi relato.

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 13:18
  13. 13. Amadeo dice:

    María Jesus.
    Primero agradecerte tus comentarios y tu pregunta: ¿por qué un gusano? Fue lo primer que apareció en mi mente y me pareció divertido. Gracias.
    Tu relato… ¡Excelente! “Vi” el sufrimiento de ella y la paciencia de él. Me gusto que los personajes no tuvieran nombre: no agregarían nada.
    Felicitaciones
    Cordiales saludos
    Amadeo

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 21:38
  14. 14. Baxin dice:

    Un relato tierno y desgarrador al mismo tiempo. Muchas veces la persona que cura la herida de otro; se queda sin ser escuchado. Me encantó la frase “Ella debía sacar ese monstruo que llevaba dentro, aunque fuese a fuerza de invocarle una y otra vez”. 🙂

    Escrito el 24 marzo 2019 a las 02:36
  15. 15. MOT dice:

    Hola María Jesús.
    Y de nuevo estoy aquí, como cada mes. Un asiduo seguidor tuyo, ese soy yo…
    Esta vez empezaré por mis “quisquillosos” comentarios acerca de la puntuación (ya me conoces, no puedo evitarlo… y menos contigo, je je je).
    Desde mi punto de vista, totalmente subjetivo y personal, ya me conoces, quizás quedaría mejor, “sonaría” mejor, si sustituyeras la coma por un punto y coma en la frase “…con sus pertenencias, después…”. Lo mismo en la frase “…internar en algún lugar así, ella solo dijo…”.
    Ahora las comas (Porfa…no me odies, je je je).
    Yo añadiría una coma, tal que así, en las siguientes frases:
    – … al lado de la ventana, y se sentó…
    – … La mujer, al no sentirse juzgada, le abrió…
    Y por contra, la suprimiría después de “inseparables” y pondría un punto y seguido en su lugar, en la frase “…Desde ese momento se hicieron inseparables”. Pienso que daría más fuerza al párrafo.
    Una última cosilla (y de esta estoy más que seguro que se te ha “colado sin querer” el error):
    El “que” de la frase “…No sabiendo muy bien que hacía allí…” SÍ lleva tilde.
    Ahora , una vez sincerado, vamos a lo verdaderamente importante.
    ENHORABUENA con mayúsculas… De nuevo he vuelto a disfrutar con tu historia. Me ha parecido sencillamente extraordinaria, genial, muy emotiva, muy lograda. No he podido evitar “entrar en ella, sentirme en ella” desde el comienzo; desborda en sentimientos. ¡Y ese final! Esa “putada” de final que nos deja sin saber el “ansiado motivo” del hombre… ¡Más que grande ese final…!
    Ya sabes, me quedo deseoso de tu próxima sorpresa en el próximo MUE; seguro no me defraudará, como ya es habitual en ti.
    Un cordial y respetuoso saludo de tu ferviente seguidor…

    Escrito el 24 marzo 2019 a las 18:23
  16. 16. M.L.Plaza dice:

    Hola María Jesús.
    Creía que había comentado tu texto hace mucho porque fue de los primeros que leí y me encantó.
    Es una historia preciosa con un final espectacular. El papel que asumimos en la vida, en este caso el de oyente, al final nos pasa factura. Una historia muy existencial y muy bien escrita.
    He visto que al final del primer párrafo y al principio del segundo repites enseguida. Y te comento algo que me han dicho sobre mi texto, y de lo que no he sido consciente hasta ahora: que utilizamos muchas construcciones con se (se fue, se atrevieron, se marchó). El caso es que yo no sé escribir sin ellas porque debo hablar así.
    La última frase, que es muy gráfica y cierra bien el relato, me parece un poco pesada. Quitaría algunas palabras: “sentía un tremendo vacío y cómo se acrecentaba el motivo por el que estaba ingresado. Ella nunca le preguntó por él.”
    Ha sido un verdadero placer leerte.
    Saludos

    Escrito el 24 marzo 2019 a las 21:43
  17. 17. Diego Alba dice:

    Hola María Jesús.
    Una historia muy humana y atractiva.
    Coincido con algunas recomendaciones que te dan otros lectores acerca de repeticiones de palabras que quedan muy cercanas.
    No sabría hacerte ningún otro aporte de provecho.
    El final abierto me resulta acertado.
    Felicitaciones y saludos.

    Escrito el 25 marzo 2019 a las 19:18
  18. 18. Lucrecia Gordillo dice:

    hola María Jesús. Expusiste muy bien el sentido de culpa que a veces nos castiga más que una reclusión.
    Mil gracias por leerme (34) Saludes.

    Escrito el 26 marzo 2019 a las 21:14
  19. 19. Leosinprisa dice:

    Hola María Jesús, una interesante historia que se desenvuelve sola hasta un inesperado final, que no lo es tanto, pues al ser abierto puede desencadenar otra nueva historia tan atrayente como la primera.

    Otros compañeros ya te han dicho los puntos del relato que puedes mejorar, yo no he encontrado nada aparte para indicarte.

    Agradecerte los comentarios de mi texto, ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 27 marzo 2019 a las 08:11
  20. 20. Ulises Vidal dice:

    ¡Hola María José!
    Lo que más me ha gustado de tu historia es como has tratado el tema de la culpa.
    Muy acertado el final abierto. Quizás en un futuro se reencuentren y puedan charlar con tranquilidad.
    No he encontrado nada a lo ya dicho por otros literautas acerca de los aspectos que podrían mejorarse.
    Gracias por pasarte por mi texto. ¡Hasta la próxima! ¡Nos seguimos leyendo!

    Escrito el 27 marzo 2019 a las 20:59
  21. 21. marazul dice:

    Hola María Jesús: estupendo tú relato. Enlazas muy bien la frase inicial con el tema que tratas. El desarrollo de la historia muy bien llevado, tanto en el plano formal como en su significado. El final, según mi opinión, es el mejor. En un relato corto se puede dejar un final abierto. En una novela habría que
    añadir la historia del “ hombre”, aunque tb se admite el final abierto, pero no tanto… , lo justo para que el lector no quede defraudado y conserve cierta intriga. En fin, María Jesús que me ha gustado y te felicito.
    Saludos

    Escrito el 28 marzo 2019 a las 15:22

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