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Lo verdadero. - por Orión

El autor/a de este texto es menor de edad

El hombre se transformó en…
este herrumbroso y derruido edificio la mariposa vio el momento en que una flor desplegaba sus pétalos impolutos cuando un pequeño rayo de sol inclinado se escabullía rectamente por una superficie de cristal en la que casi no había espacio para ver del otro lado. La mariposa pensó y escuchó su propia voz dentro de su cabeza:
«Que bella eres al crecer en este rincón del universo. Me impresionas y te admiro, pero das asco al mismo tiempo. Lo siento»
Con su aleteo incesante se elevó hacia el primer piso de lo que una vez fue una estructura levantada para el sustento de varios hombres y mujeres. Allí se encontró con un hombre de aspecto famélico y sufrido y su corazón no pudo hacer otra cosa que querer ayudarlo y embriagarlo con un fuerte abrazo y esperanza. La mariposa revoloteo cerca de su cabeza, esperando que él notara su presencia y pudiera apreciarla aquellos ojos a los que rodeaba aureolas violáceas. Pero entonces se dio cuenta de que, al igual que ella había actuado con la flor, él podría rechazarla y eso la lastimaría gravemente. No quería ese sufrimiento así que se dedicó a observarlo y apoyó sus pequeñas patitas sobre los cabellos negros y grises; largos y secos; resignado y polvoriento.
El corazón del hombre sólo el hombre podía escuchar, pero se hacía sentir con tanto fervor que podía viajar a través de los filamentos negros y estremecer el pequeño, endeble e inocente cuerpo de la mariposa. Esta señal de vida impresionó bastante a la mariposa y en el primer instante de recibir los golpe rítmico de la vida se preguntó si no eran sus latidos. El susto la envolvió al sopesar la posibilidad de que ella podría estar muerta entonces, pues nunca había logrado sentir y escuchar a algo latiendo en su interior.
Se produjo un temblor en el cuerpo del hombre y aunque bien sabía que su corazón seguía latiendo, también tenía la extraña sensación de que jamas iba a salir de esa posición, como si resultara petrificado y ante esta idea la estupefacción se apodero de ella. Sus pantalones gastados rasparon el suelo al igual que una lija y sus rodilla produjo una pequeña explosión al erguirse sobre sí mismo.
Descansando en sus brazos observo a una niña vestida pobremente y de cabellos rubios que la embelesó como lo hizo la flor de la planta baja. Esta niña no se movía y al volar sobre ella supuso que nunca lograría semejante acto pues su cuerpecito estaba tieso y tan polvoriento que pudo vislumbrar con culpa una hermosura ominosa y solemnidad en sus ojos. Con cada paso que el hombre arrastraba y deshacía los más pequeñísimos escombros pequeños, los parpados de la niña se mecían hacia arriba y hacia abajo y cuando se levantaban y la estrella podía alcanzarla, un par de iris verdes brillaban y aún se llegaba a atisbar, por más increíble que fuera, el reflejo de la vida en la oscuridad de sus pupilas.
Inertes y pequeñas piernas y pequeños brazos con pequeñas manos y pequeños pies con pequeños dedos se hallaban por cualquier espacio que componía la habitación. El hombre se perfiló a las escaleras que lastimosamente colgaban de la pared y bajo con cuidado, sólo con la intención de bajar y no de preocuparse si iba a romperse y caer postrado como los pequeños miembros que yacían en el primer piso.
Al finalizar lo que para su persona era toda una faena el desprotegido abrió sin ningún problema la puerta oxidada y quejosa y abandonó el edificio. La mariposa batía sus alas detrás del umbral y lo miraba fijamente mientras el desgarbado humano se fundía junto al destruido sendero que pisaba. La mariposa se abalanzó y chocó contra el umbral. Lo intento, pero no podía abandonar el edificio. Vio a lo lejos al horizonte tragarse al pobre hombre y se sintió sola, incluso con la flor a su lado.
Sus alas se detuvieron y quedó suspendida en el aire. Entonces lo entendió.
Entonces despertó. La oruga se transformo en crisálida y al desprenderse de la bolsa vio una impoluta flor blanca y un irremediable apetito por consumir néctar. Al absorber su alimento con el apéndice alargado y tubular sintió la presencia de alguien.
… quién sabe qué.
Desde luego la mariposa sabía que no era humano, pero sólo eso. Después de todo, ella había escuchado que un humano podía perder tan fácil su humanidad.

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3 comentarios

  1. 1. Leosinprisa dice:

    Hola Orión, tu texto está cargado de una bella poesía, de una carga emocional descrita con enorme sensibilidad, por tu empeño y creatividad a la hora de crear el texto. Un esfuerzo que merece ser reconocido, por haberte esmerado con este escrito que nos has hecho llegar.

    En cuanto a correcciones, podríamos decir que sobran muchos “y”, que podrías eliminar sin perder por ello el sentido de tu relato, y es necesario un uso de comas más intensivo. Hay algunas frases muy largas que agotan en su lectura, para ello es necesario el uso de comas, como por ejemplo en el primer párrafo.

    En la frase “…apoyó sus pequeñas patitas sobre los cabellos negros y grises; largos y secos; resignado y polvoriento”.
    Las últimas palabras “resignado y polvoriento” no coinciden con el plural que antes has utilizado. Yo creo que quedaría mejor así:
    “…apoyó sus pequeñas patitas sobre los cabellos negros y grises; largos y secos. El hombre estaba resignado y polvoriento”.

    En “El corazón del hombre sólo el hombre podía escuchar…” yo lo arreglaría “El corazón del hombre sólo al hombre podía escuchar…”

    En “…en el primer instante de recibir los golpe rítmico de…”, la palabra golpe sería golpes. Te ocurre en algún lugar más, el no haber puesto la “s” para el plural.

    En “Inertes y pequeñas piernas y pequeños brazos con pequeñas manos y pequeños pies con pequeños dedos…” yo lo arreglaría: “Inertes y colgantes piernas y brazos, con manos y pies pequeños de delgados dedos…”

    En “…el suelo al igual que una lija y sus rodilla produjo una pequeña explosión al erguirse sobre sí mismo.” lo cambiaría por “…el suelo al igual que una lija y sus rodillas produjeron una pequeña explosión al erguirse sobre sí mismo”.

    Había alguna cosa más que quería corregirte, pero ahora no la encuentro y tal vez otro compañero al leértela te la haga constar. No obstante, no te desanimes, es normal que aparezcan cosas si no tienes práctica a la hora de escribir cosas. A todos nos ha pasado y por eso es bueno que sigas escribiendo. Ánimo, tu texto guarda una belleza singular y eso es bueno, espero que con un poco de esfuerzo (muchos más errores y correcciones), pulas tu estilo hasta hacerlo propio. Me ha gustado mucho como expones tus emociones. Hay buen material, solo debes pulirlo. Date tiempo para ello.

    Ha sido un placer leerte. Un saludo.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 09:04
  2. 2. Martagla dice:

    Qué relato más poético. ME ENCANTA, no puedo decir más. Con una carga emocional que estremece. Y una última frase contundente: “Después de todo, ella había escuchado que un humano podía perder tan fácil su humanidad”.
    Enhorabuena y ánimo con los siguientes,
    salud y saludos.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 11:09
  3. 3. Baxin dice:

    El relato es muy onírico y bello. Creo que le hace falta más puntuación, por que puede ser muy confuso. 🙂

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 22:52

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