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El hombre que se transformó en una botella - por Sonia Arias

El hombre se transformó en una botella. Una botella de vidrio verde reluciente, salvo en una parte de la panza en la que tenía algunos roces. No sabe de que pero es posible que fueran de alguna vez que la hicieron rodar bajo un pie.

En el extremo del cuello tenía un corcho de sidra o de champán, de esos gordos que le hacían parecer bien cabezón. Sobresalía un poco y parecía que en cualquier momento iba a saltar. Son difíciles de volver a encajar una vez descorchados, pero alguien se había tomado la molestia de quitar unas láminas al pie del mismo para poder meterlo.

Al mirar hacia abajo vio que estaba en el borde de un escalón, de pie, pero su culo sobresalía un poco y temía caerse hacia abajo. Si eso ocurriera, sería el fin, como a menudo oía a su abuela cuando todos los primos jugaban o cogían algún adorno delicado del mueble “Tenía un golpe”.

Sabía que se había transformado en una botella porque veía su sombra en el escalón de abajo pero no sabía porqué se había convertido en algo tan frágil.

Vio que estaba como en una especie de nave abandonada, tan solo oía como el aire entraba por los ventanales rotos, él no quería acabar como esos cristales, hecho añicos. En la pared de enfrente vio un grafiti de colores estridentes, estaban mezclados el turquesa con el rosa, el naranja fosforito y un verde neón que no podía dejar de mirar. Se dio cuenta que la pintada eran solo dos letras: YO.
Yo… Se quedó pensando. ¿Qué clase de persona podría ensuciar así las paredes para poner un pronombre?, un solo pronombre que en realidad quiere decir muchísimo más. El hombre que se trasformó en una botella empezó a sacar conclusiones sobre sí mismo.

De repente, unos pasos y voces de niños llenaron de eco la nave abandonada. ¡Pum! Trallazo contra la pared. “Oh no, llevan un balón, que no lancen hacia aquí por favor, no quiero romperme” Pensó el hombre que se convirtió en una botella, una botella de vidrio verde arañado con un corcho enorme sobresaliendo de su cuello. ¡Pum! Otra patada al balón, esta vez estuvo cerca, golpeó en la barandilla de la escalera. Una escalera metálica en mitad de una nave inmensa. El hombre botella cerró los ojos muy muy fuerte y sintió en el interior de su barriga de vidrio un movimiento extraño, como de algo acuoso, como cuando un bebé se mueve dentro del vientre de su madre. Recordó que en su figura humana, el miedo y los nervios siempre le atacaban al estómago. Pero está vez se alegró, si había algo de líquido en su interior le daría algo de estabilidad y podría moverse poquito a poco hacía atrás. Empezó a hacer medias lunas con su culo de botella en el escalón. Bien, la primera media luna hacia la derecha, bien, la primera hacia la izquierda, genial, ya estaba un poquito más hacía atrás. Segunda media luna a la derecha….uuuuuy tambaleo del hombre que se transformó en una botella, paró, respiró, ¡uf¡ casi se cae. Otro intento, dos medias lunas más y ¡bien! Ya no estaba al borde del escalón, estaba apoyado en la pared del escalón de arriba. De esa manera y con el líquido en su interior, ninguna ráfaga de aire podría tumbarlo. El problema eran los niños, pero bueno, parecían estar entretenidos en dar toques y pases al balón. Volvió a fijarse en el grafiti. YO.

Y de pronto cayó en la cuenta. Su yo humano era cobarde, miedica como le decían sus hermanos. Un pequeño roce o intercambio de opiniones le servían para estar todo el día mascullando en su cabeza, sin decir nada a los demás, guardando silencio, callado, tragando. Con una enorme presión en el pecho.
Y ahí estaba, transformado en una botella de vidrio verde arañado, frágil, de un solo golpe como diría su abuela. Apoyado contra la pared del escalón para no caerse, para que no le rompieran, para seguir protegiéndose en su nueva forma de botella.

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6 comentarios

  1. 1. Pepelu Martín dice:

    Me parece un relato/cuento que se lee ágilmente y de un tirón, esperando conocer los motivos (si es que los hay), de saber porqué razón se convierte en botella de sidra.
    Me gusta la capacidad imaginativa desarrollada en tu relato. Creo que quedaría más contundente: 1º) el narrador es un niño de 13 a 17 años.(a menudo oía a su abuela) “el hombre se transformó”.2º) ¿Por qué se transforma? (al lector le gustaría saber) 3º) El desenlace me parece falto de “mordiente” o moraleja.
    ¡Bueno!, simplemente es mi opinión que pongo a tu servicio como lector y debido a que la idea es genial, pues me gusta y mostrando detalles, es un impacto.
    Un cordial saludo

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 22:11
  2. 2. Ales dice:

    Hola Sonia. Me ha gustado el relato. Aunque al principio la situación que planteas es un poco bizarra, al final has conseguido darle forma. Coincido con Pepelu en que al final le falta un pelín de fuerza, de impacto. Algo que al lector le haga encajar qué es lo que quieres transmitir con el relato (también entiendo que 750 son pocas y todos vamos un poco faltos de espacio ;)). ¡Ánimo y a seguir escribiendo!

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 16:44
  3. 3. Ana Roda dice:

    Hola Sonia.
    Qué idea tan original. Me encanta.
    La has desarrollado muy bien y la haces creíble, pese a ser una situación tan extraña.
    El desarrollo de la historia es muy fuerte, por eso quizás el final quede un poco flojo.
    Una historia arriesgada y conseguida.
    Enhorabuena

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 17:55
  4. 4. Sonia dice:

    Muchas gracias a todos por los comentarios. De verdad que esto ayuda a seguir mejorando en la escritura.
    Me alegra que la idea os haya gustado a pesar de que el final parece que se me ha quedado un poco disipado.
    Quería mostrar que el hombre, a pesar de haberse transformado en un objeto, sigue siendo en esencia el mismo, un ser frágil que le da miedo enfrentarse a otras opiniones, es de los que prefieren guardar silencio con tal de no discutir. Le daré una vuelta para darle más fuerza a ese fina.
    Un abrazo.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 11:42
  5. 5. Víctor Alverdi dice:

    Un saludo Sonia. Me gustó tu relato, me pareció muy originalsincembargo también me qieda la duda de cómo se convirtió en una botella, ¿aunque también podría ser solo simbólico? Un saludo.

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 11:24
  6. 6. María Esther dice:

    Hola Sonia, he leído sin mayores problemas tu relato, encontré una buena idea lo de transformarse en una botella, pero me doy cuenta que al ser un objeto se te presentaron algunos problemas.Tanto que llegué a pensar que se trataba de un sueño, que en cualquier momento daría un giro y el hombre despertaría desconcertado por lo sucedido.
    No me queda claro lo del grafiti, es una reflexión poco convincente, pero desde mi punto de vista podrías solucionarlo, si logras que la botella ruede, se haga añicos, no sé, algo que provoque un cambio.
    Saludos, me gustó leerte.

    Escrito el 30 marzo 2019 a las 00:26

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