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Soy Tripolar - por Ana Rosa Paredes Aguilar

Soy Tripolar

El hombre se transformó en terapeuta. ¿Quién es un terapeuta?, ¿un servidor?, ¿un cuidador?, ¿un facilitador?, ¿uno que alivia, cura, o sana? No lo sé. ¿Tú lo sabes? Lo que sé, es que la imaginación vuela hacia el ideal de un terapeuta, pleno de amor incondicional, de paz, sobre todo con el don de dar. Con una formación profesional, conocimiento, una experiencia y un saber especialmente humano, cualidades que debe tener un terapeuta que satisfaga así mismo, en cuanto al cuidado de alguien, a la atención, al alivio.

Es un Ser, que se espera que posea habilidades y destrezas, conocedor de técnicas o métodos llevadas a la práctica con un propósito.

Antiguamente el terapeuta era el encargado de cuidar a alguien y se le llamaba “siervo”. Hoy es la misma figura, quizás más evolucionada, es el que se encarga de cuidar, de atender, de aliviar, de procurar, que ese ser en tiempo de enfermar, se conecte consigo mismo, y comprenda que posee todos los recursos para auto sanarse y, saber que el terapeuta, simplemente facilita ese movimiento energético con el que interactúa, y trata que las frecuencias vibratorias se activen, y la energía sane lo que tenga que sanar.

Con una responsabilidad compartida, un transitar mental, emocional y espiritual en un permanente peregrinar, que exige intención, intuición, confianza, honestidad, tolerancia, fe, mansedumbre, y responsabilidad por parte del terapeuta, con la finalidad que la persona asistida, tenga la posibilidad de entrar en sincronía consigo misma, en armonía, y en quietud.

Después de tanto andar lo comprendí. Estoy tratando desde hace tiempo, de responder mi inquietud: ¿Quién soy?, pues, un ser de Luz, viviendo una experiencia humana (sentida, percibida, y difícil de explicar), a veces disfrutando, otras tantas, sufriendo, y otras, intentando recrear mi realidad; a no esperar que las cosas ocurran, sino a hacer que las cosas ocurran, en coherencia, pero también he aprendido a observar (me), a reír (me) de mí mismo, aceptar y adaptarme, pues los acontecimientos en la vida te llegan porque los necesitas, para que recuerdes lo que eres en esencia; en un constante y permanente interactuar con uno mismo y con los demás, y así poder crecer en consciencia…

¡No es fácil!

Pero hay que intentarlo, y sigo intentándolo. Esto forma parte de mi necesidad de romper patrones establecidos, que en su momento dieron resultado, pero hoy en día limitan y estancan mi Ser, impidiendo desarrollar todo mi potencial humano.

Y hablando de potencial humano hasta que no lo conciencié, no fui capaz de aportar mis conocimientos, experiencias y saberes a favor del haciente, por ello, en algún momento de mi vida, – bajo presión y depresión – prometí conservar mi alma de niño, que siempre se ha manifestado en colores, danza, música y sonrisas, y ahora, éste niño como terapeuta, en proceso de formación permanente; hecho energía, y transformado a través del poder sanador, ha llevado a descubrirse en un estado inexplicable de complacencia y de paz interior, herramientas que he intentado utilizar para servir a otros, con humildad y muchas veces con un ego inflado, ¡lo reconozco!.

Sin embargo, intento que ese Otro, descubra su poder auto sanador, apoyado en sí mismo y en la solidaridad.

-¡Y… aprendí que el momento es Ahora, y que Ahora, es el Momento!-

Respondiendo la pregunta de quién soy, cómo terapeuta. Aún no sé quién soy, lo que sí quiero ser, es seguir siendo un Ser humano, que ayuda, que asiste a Otro, que pretende Ser. Un Ser, con debilidades y virtudes que se conecta con frecuencias energéticas de luz, que resuenan con las frecuencias vibratorias de ese Otro, que hace que vibremos como una Unidad, como lo que somos:

¡Un solo Ser!

Lo que sí sé, es que soy tripolar: Cielo, Tierra, pero también absolutamente Humano, en busca de un presente, de un aceptar permanente, de un ego que trato de manejarlo, de una misión que intento cumplir.

Y haciendo honor de mi dualidad, parte de nuestra naturaleza, muchas veces me desconecto de la fuerza del universo, cuando el ego hace de las suyas, cuando me identifico con la mente, cuando dejo mi consciencia a un lado, cuando no estoy consciente de que el poder sanador no me pertenece, entonces, me lleva a caminos ambiguos, desconcertantes y misteriosos.

Busco y encuentro. ¡Ese es el propósito!, gratificante, gozoso, y a la vez en permanente y movido transitar, que me ha llevado a pensar, sentir y hacer de aquel, el hombre que se transformó en terapeuta sanador.

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11 comentarios

  1. 1. Alberto dice:

    Hola Ana Rosa,

    Muy espiritual tu relato, aunque a mí en ocasiones se me ha hecho algo recargado. Pero quizá haya sido porque a estas horas de la noche uno está espeso para leer esta clase de temas.

    Un saludo.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 00:22
  2. 2. AnaRosa dice:

    Hola Alberto,
    Muchas gracias por tu comentario cuando dices: “se me ha hecho algo recargado”. Lo tomaré muy en cuenta para mi próximo relato.

    Feliz día
    Ana Rosa desde Venezuela.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 12:17
  3. 3. Otilia dice:

    Hola Ana Rosa:
    Tu relato me ha parecido una reflexión filosófica o una declaración de intenciones. Buen trabajo.
    Por aportar algo, diría que has escrito muchos gerundios y no es aconsejable porque empobrecen el texto.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 15:13
  4. 4. isan dice:

    Hola Ana Rosa:
    Te prometí hacerte una visita y aquí estoy.
    Entrando directamente en tu escrito, me ha parecido muy interesante. Es una reflexión profunda de un individuo o una disertación sobre lo que parece que es algo más que una profesión vocacional.
    Pero, con estar bien escrito, salvo que me digas otra cosa no parece que se trate de un RELATO al uso. Normalmente en un relato se cuenta un conflicto/historia que tiene planteamiento, nudo y desenlace y el tuyo no cumple a mi modo de ver. Habría que ver la forma de conseguirlo. Tal vez metiendo una pequeña historia, un diálogo con preguntas y respuestas… No sé.
    Ha sido un placer.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 22:59
  5. 5. Laura dice:

    Hola Ana Rosa.
    Gracias por pasar por mi relato.
    Con relación al tuyo, no es un relato pero es una magnífica reflexión sobre nuestro lugar en la vida. Sencillamente hermoso.

    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 11:03
  6. 6. AnaRosa dice:

    Hola, Isan.
    Agradecida por tus comentarios. Es cierto no tiene nada que ver con un relato. Espero hacerlo mejor para la próxima propuesta.
    Cordialmente
    Ana Rosa

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 23:35
  7. 7. AnaRosa dice:

    Hola, Laura.
    Muchas gracias por tu comentario. Reconozco que no tiene nada que ver con un relato.

    Cordialmente
    Ana Rosa

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 23:40
  8. 8. El unicornio lector dice:

    Hola Ana Rosa!

    Gracias por tu comentario en mi relato.

    Me ha parecido que este es más una reflexión que un relato, pero igualmente esta muy bien hecho, es interesante.

    Espero seguir leyéndote, un saludo 🙂

    Escrito el 22 marzo 2019 a las 00:04
  9. 9. Noemi dice:

    Hola Ana Rosa, gracias por leer y comentar mi relato.El tuyo me parece más bien una declaración de principios muy necesaria y excelente.A principios de nuestra era había en Egipto una secta que se llamaba “terapeutas” eran curadores ambulantes y hay quien dice que Jesús perteneció a ella. Al leer tu texto pensé que muy bien podría haber sido una reflexión suya. Sería fabuloso si a partir de aquí creases un relato que desarrollase el tema. me encantaría leerlo. Solo quiero apuntarte un par de cosas: en “un terapeuta que satisfaga así mismo” creo que quisiste decir que se satisfaga a sí mismo ¿no? Perdoname si me equivoco “haciente” paciente.
    Muchas gracias por compartir tus reflexiones y sigámonos leyendo.Saludos

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 19:32
  10. 10. AnaRosa dice:

    Hola, Noemí.
    Muchas gracias por tu comentario. Los valoro.
    Me gustaría otro dato más para buscar y leer lo que dices con respecto a los terapeutas como curadores ambulantes. Desconozco esa historia.
    Seguiré tu sugerencia y trataré de crear un relato acerca de este tema.
    Tienes razón quise decir “que se satisfaga a sí mismo” omití la palabra “se”.
    Al paciente se le llama “haciente” pues, este debe (hacer) pequeños cambios en su estilo de vida a fin de lograr su propia sanación.
    Un gusto conocerte y leerte.
    Ana Rosa
    Desde Mérida-Venezuela.

    Escrito el 24 marzo 2019 a las 00:54
  11. 11. Maurice dice:

    Gracias por tu comentario, muy constructivo.
    Tu relato, aunque de o impecable redacción y gramática, me impresiona más una reflexion metafísica y de anhelo, que una historia de ficción, con personajes, diálogos, conflicto, etc.
    Deberías leer algunas entradas de literautas sobre técnicas literarias. Asi, con el talento que tenes, podras escribir historias cautivantes. Adelante

    Escrito el 31 marzo 2019 a las 13:11

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