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La mejor medicina - por Sebas A

El hombre se transformó en un espectro. Si alguien lo hubiese visto en ese instante no habría podido reconocer si pertenecía a este mundo o al de los muertos. Su delgadez no ayudaba a disipar esa duda. Él tampoco estaba del todo seguro si continuaba vivo. Se miró los pies en los que sobresalían los huesos del tobillo. Estaba seguro que cuando salió de su casa la última vez iba calzado, pero ya no lo podía asegurar con certeza.

Su vida se había desmoronado sin previa advertencia. Se recordaba feliz junto a su esposa y a su hija. No sabía precisar si eso fue antes o después de cumplir los 40. Aun retumbaban en su mente las palabras de su mujer: "Me voy de casa. No te quiero más. Me enamoré de otro", dichas al pasar mientras deslizaba las maletas hacia la calle. Voces y frases que se mezclaban con la sentencia del juez que le ordenaba abandonar su hogar y alejarse de su hija, de sus juegos y sus besos, por un buen rato y a una buena distancia, por culpa de una violencia que jamás había ejercido.

La desazón fue tal que le nubló la razón. Sin claridad conceptual solo atinó a refugiarse de la lluvia en aquel edificio abandonado ubicado de la cuadra siguiente a la que hasta hacía un tiempo había sido su casa. Las nubes se habían disipado desde hacía días, tal vez semanas, pero él continuaba refugiado en esa oscura y húmeda construcción y su mente continuaba tan encapotada como antes. Ya no sabía si se guarecía de la intemperie o de la propia realidad. Desde entonces, deambulaba deslizándose sobre el suelo. Creía atravesar las paredes, aunque no tenía certeza de ello. No podía afirmar si había comido en todo ese tiempo. Creía haber dormido pero tampoco lo podía aseverar con certidumbre. Su energía vital era casi nula.

Acostado sobre el duro piso, rebuscó en el bolsillo derecho de su pantalón, y tocó la piedra filosa y puntiaguda que siempre llevaba consigo, lo que era un buen presagio. Pensó en usarla para extinguir su agonía, como muchas veces la había usado para poner fin a la de otros, pero le pareció una idea algo precipitada.

Se incorporó despacio y con dificultad, sintiendo las irregularidades del pavimento en la planta de sus pies. Caminó unos pasos, los pocos que le permitía su debilidad, hasta situarse al filo del precipicio que formaba el hueco de lo debió ser una puerta ventana. Entrecerró los ojos, el sol le lastimaba las pupilas. Continuó su marcha, como si más allá hubiera un piso que lo sostuviera, y se sintió flotar, sin saber si realmente lo hacía o si era una alucinación producto de la fiebre. ¿Estaba vivo? ¿Era real o era un fantasma? Tampoco lo sabía.

A la distancia vio un cartel que llamó su atención. Detuvo la marcha. En un arresto de bronca irracional e inexplicable arrojó la piedra que conservaba en el bolsillo, que golpeó con fuerza en el letrero, haciendo que las luces que lo iluminaban parpadearan y finalmente se apagaran. Se fijó en el cartel. Contenía la leyenda “En lugar de intentar controlar la situación, controla tu reacción ante ella”. Eso llamó su atención y activó algún sector de su cerebro transportándolo a un suceso lejano de felicidad. De forma inmediata sus piernas empezaron a moverse sin que su cerebro hubiese dado la orden, al menos no conscientemente. Sin darse cuenta del todo, pues continuaba como flotando por encima de la superficie, se encontró en el piso inferior saliendo de la vieja construcción, y de su estado de abandono. Al instante estaba de pie frente al cartel. Con desesperación se agachó a recoger la piedra, pues su pérdida hubiera significado su ruina definitiva, pero ella ya no estaba en el lugar en la que había caído. Al levantar la vista la encontró distinta; con un brillo especial que no llegó a interpretar de inmediato. Solo comprendió cuando una voz cercana y dulce llegó a sus oídos: “Hola papá. Por fin te encuentro, nunca fuiste bueno para jugar a las escondidas. Te volví a ganar, como siempre.” Y en ese momento, la sangre comenzó a fluir con fuerza en su interior, su boca se extendió en una amplia sonrisa; no tenía dudas, estaba más vivo que nunca.

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11 comentarios

  1. 1. Florencia M dice:

    Hola Sebas,

    Encuentro un relato que empieza muy ordenado, bien llevado y bien construido el personaje.

    Para mí el problema está en el último párrafo que lo encuentro confuso. Lo del cartel salido de la nada con una frase de “psicología positiva” que lo transforma, no me gustó (con mucho respeto lo digo). Me parece que tiene mucho más poder transformador la propia experiencia límite que él atraviesa. Incluso estar al borde de la muerte puede ser el punto de inflexión de tu protagonista.

    Me queda la duda de la piedra de su bolsillo, ¿la había usado para poner fin a la agonía de otros? ¿Cómo es eso? ¿Había matado a otras personas? queda suelta esa idea que no retomas en el relato. La pérdida de la piedra hubiera significado una ruina ¿por qué? Otra idea que queda suelta.

    Saludos! hasta la próxima
    Florencia

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 14:11
  2. 2. Sebas A dice:

    Hola Florencia,

    Muchas gracias por tus comentarios, los tomaré en consideración.

    Cuando terminé de escribir el relato tuve la sensación de que habían ideas incompletas y no resueltas mas adelante en el propio relato. Pero preferí dejarlas abiertas a imaginación del lector. Releyendo el relato, coincido con tu opinión.

    En cuanto a la frase del cartel, la leí mientras estaba redactando el relato, y me pareció interesante, por eso la incluí.

    Es mi primera participación aquí, por lo que tomaré en cuenta tus consejos para intentar mejorar y superarme.

    Luego pasaré a leer y comentar tu relato

    Saludos

    Sebas A.

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 18:13
  3. 3. Alex dice:

    Hola Sebas,

    Raro y bueno, aunque el final me despista un poco. Si está vivo y en perfectas condiciones para jugar al escondite (aquí en España se llama así a ese juego), ¿que demonios era esa experiencia alucinógena?

    Eso me ha dejado un poco descolocado.

    En otro punto, dices: ” Las nubes se habían disipado desde hacía días, tal vez semanas, pero él continuaba refugiado en esa oscura y húmeda construcción […]”

    Si han pasado semanas, ¿Cómo puede el niño encontrarlo y ya está? ¿Y que hace el niño en el edificio abandonado? ¿O es que él ha vuelto a su casa?

    No acabo de entenderlo. La primera vez, creía que el niño estaba muerto, fiambre, cadaver, frito, kaput. Como en la peli aquella de Bruce Willis…

    Pero no todo es malo, querido amigo Sebas.
    Ortografía bien. Puntuación bien. Vocabulario adecuado. Ritmo de lectura bueno. Construcciones sintácticas correctas (no entro en detalles, por que no soy quién para juzgar eso).

    Está bien, pero creo que no supiste transmitirnos bien la idea que pasaba por tu mente.

    Espero que te ayude a mejorar.

    Saludos desde más arriba.

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 23:17
  4. 4. Sebas A dice:

    Hola Alex:

    Muchas gracias por tus críticas, las que recibo del mejor modo. Las tomaré en consideración para intentar mejorar.

    Pasaré por tu relato para leerlo y comentar.

    Saludos,

    Sebas

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 00:14
  5. 5. Jose Luis dice:

    Hola
    Gracias por tus comentarios a mi cuento
    Has logrado escribir un buen retrato psicológico de un personaje. Aunque hay algunos puntos que no están aclarados y que resultan confusos, pues son detalles relevantes para el lector que hacen que se identifique más o menos con el personaje en cuestión, que se preocupe por su estado o no. Me refiero a la frase:
    “Pensó en usarla (la piedra) para extinguir su agonía, como muchas veces la había usado para poner fin a la de otros, pero le pareció una idea algo precipitada.”
    Esta frase, sacada de contexto, da una idea muy lúgubre sobre el personaje y su pasado. Hace que podamos pensar mal. Tenlo en cuenta para próximas ocasiones. En un relato breve cada palabra cuenta, no debe sobrar nada ni faltar nada.
    En cuanto al tema del cartel, suena a “deus ex machina”, un recurso para acabar el relato lo más rápido posible, dando un giro interesado a los acontecimientos. Pero no deja de ser un recurso más a disposición del escritor, y es válido, aunque a muchos no les guste.
    Un saludo

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 19:00
  6. 6. El chaval dice:

    Hola Sebas
    Te agradezco tu paso por mi relato: Si la duda que tienes es en “el entrono de Matías…si le piden ayuda por “cuestiones que vienen al caso”quizá falte algo de aclaración, pero se refiere a cosas que ellos pueden atender, como el cambio de cadera o rodilla.

    Me paso a tu relato.Un buen relato:una mente separada por una separación, que no se si realmente se produce o es alucinaci´n por temor a que se produzca. Queda en el aire el tiempo que pasa y el asunto de la piedra; Había matado a alguien?
    Saludos y hasta próxima

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 13:32
  7. 7. Sebas A dice:

    José Luis y Chaval,

    Muchas gracias a ambos por sus comentarios, los tendré especialmente en cuenta para futuros relatos.

    Efectivamente, el tema de la piedra es una idea que quedó inconclusa. El personaje no mató a nadie, lejos está de ello, pero es cierto que tal como está redactado deja una idea lúgubre sobre el personaje o permite pensar que si asesinó a alguien.

    Respecto al cartel, fue algo que se me ocurrió en el momento, que como bien decís José Luis, es un recurso válido que puede agradar o no al lector.

    Gracias nuevamente por sus aportes, y nos leemos próximamente.

    Saludos,

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 21:46
  8. 8. Laura dice:

    Hola Sebas A.
    Coincido con los comentarios que me preceden. No te preocupes, se aprende con las miradas de los otros.
    Te dejo como consejo que dejes reposar el relato unos días y lo retomes con otros ojos. Tal vez ahí encuentres cosas a revisar. A todos nos pasa que tenemos todo muy claro en la cabeza pero al plasmarlo, quien lo lee, que no está dentro nuestro, no encuentra las relaciones que queríamos.

    Mis saludos y hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 11:44
  9. 9. Sebas A dice:

    Hola Laura:
    Agradezco tus comentarios. Por supuesto, tomo las miradas de los compañeros para aprender y mejorar.

    Tomaré tus consejos y volveré a mi relato dentro de uno días. Evidentemente, me faltaron volcar algunas ideas en el texto para que el lector comprenda. Me sirve de aprendizaje para las próximas propuestas.

    Saludos,

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 15:50
  10. 10. María Jesús dice:

    Hola Sebas: Tu relato tiene mucha fuerza, el estado de ánimo del personaje está muy bien descrito, aunque duda constantemente, no sabe si esta vivo, si esta muerto, si tenía zapatos, si no los tenía…Un personaje muy al límite. La aparición de la piedra y cuando dices que la había usado para acabar con la vida de otros, desconcierta por la falta de información, ya que debería ser trascendental. Pese a tu explicación en los comentarios de que en realidad él no había matado a nadie, lo cierto es que se entiende claramente que ha sido así.
    Por último el final desconcierta ¿fue todo un sueño? ¿De donde ha salido la hija de repente?
    Mi opinión personal es que es un buen argumento al que tienes que hacer un pequeño retoque.
    Saludos desde el 114.

    Escrito el 26 marzo 2019 a las 19:16
  11. 11. Sebas A dice:

    Hola María Jesús:
    Muchas gracias por leer mi relato y comentarlo. Agradezco tus elogios relacionados a la descripción del personaje.

    En relación al resto, agradezco tus críticas. Revisaré el texto y corregiré todo lo que me indicas para darle un retoque que explique lo que queda sin comprenderse.

    Nos seguimos leyendo.
    Saludos,

    Escrito el 28 marzo 2019 a las 22:00

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