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La sombra de Santiago - por Gonzalo LM

Web: http://elmurodelopez.blogspot.com

El hombre se transformó en su sombra. Así fue, por extraño que parezca. Lo vimos con nuestros ojos, y nada de cuanto le había pasado, hacía prever un desenlace tan fantástico.

A Santiago (ese es el nombre del hombre) lo conocemos -no me atrevo a usar el pasado aún- desde el colegio primario. Somos cinco amigos con la misma raíz. Atravesamos buenas y malas, tuvimos desacuerdos y afinidades, presenciamos la vida de cada otro, nos frecuentábamos, ya sea solos o en familia. Nuestros hijos eran amigos entre sí. Quiero decir: manteníamos un vínculo fuerte, una amistad envidiable.

Antes del incendio fatal, nos veíamos con una asiduidad semanal, al menos. Luego y durante los meses siguientes, poco y nada. En un sólo hecho, Santiago sufrió las desgracias más terribles. Como si se tratara de un Juego de la Vida en el cual los dados lo fueron enviando a los casilleros aciagos. De ese modo llegó como pudo al final de la partida.

Quisimos quebrar esa soledad, varias veces, pero él se negaba, y estaba bien, y era lógico, hasta esperable. Como también era lógico que nosotros le tendiéramos una mano. Y pese a que tratamos de acompañarlo en el trance, comenzó a inventar maniobras para evitarnos. La excusa más repetida era del género fantástico: “Hoy no soy”, solía decirnos cuando aún tenía teléfono.

Un amor, un hijo, un hogar, una empresa, un futuro, todo, absolutamente todo en su vida, había terminado en aquél incidente.

Creo que Pedro fue quien en un arrebato de optimismo habló de darle tiempo, de estar a su lado en silencio. Pasividad que a mi me resultaba imposible. El resto, ensayamos una preocupación que terminaría siendo real. Los cambios que acompañaron el distanciamiento de Santiago, se notaron en su vida diaria, paso de un buen vivir a la discreción absoluta propia del luto. Al ostracismo de un monje. Y de allí a vivir con lo imprescindible.

Había abandonado su casa familiar, si le cabe el término, para atrincherarse en la fábrica abandonada donde lo visitamos la anteúltima (o debo sincerarme y decir: última) vez que lo vimos.

Sobre paredes desvencijadas, húmedas, sucias, aún con un el aliento de las llamas impregnadas, allí estaba sentado y derrotado, con mirada al piso. Cruzamos media palabra, y luego de pasar cerca de dos horas en un silencio de misa, le dejamos algunos víveres y nos retiramos.
A la semana siguiente insistimos en verlo. Habíamos tomado la decisión de sacarlo de allí, de devolverlo a la vida, o a lo que le quedaba. Entramos a la misma habitación que en otras épocas supo ser su despacho. Afuera, la Luna Llena. Por la ventana tras los vidrios biselados de hollín entraba algo de luz, muy tenue.

Una sombra se dibujaba en la pared descascarada. Y a pesar de la espléndida Luna, no lográbamos verlo con claridad .
Pedro prendió un encendedor y luego yo saqué mi celular y encendí la linterna. La sombra permanecía allí, aún iluminada por nosotros, seguía allí.
Me sentí algo estúpido al preguntar en voz alta si a esa sombra era Santiago.

Y entonces pasó: la vimos moverse, y como si ingresara en un túnel, entre las grietas de la pared, se fue alejando poco a poco, lentamente, hasta volverse lejana, imperceptible.

Hasta quedarse sin luz que haga sombra.

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20 comentarios

  1. 1. Jose Luis dice:

    Hola
    Agradezco tu visita previa y tus comentarios a mi texto.
    Ha sido entretenido leer tu historia de fantasmas, porque hay un personaje que acaba transformándose en uno. (En este caso, sombra sería sinónimo de fantasma.)

    Cruel relato sobre la bajada a los infiernos de alguien que queda desamparado y tampoco quiere dejarse ayudar por sus amigos. Tiene un punto desgarrador.
    Acertado utilizar un narrador testigo, hace la obra más cercaba al lector.
    Un saludo

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 19:30
  2. 2. JaimeM dice:

    Hola, Gonzalo LM:

    Tu relato me ha resultado muy interesante. Creo que la idea, aunque sencilla, tiene mucha fuerza, y la cuentas de manera que resulta realista y convincente.

    También debo reconocer que me resultó un poco trabajoso leerlo. En una primera lectura me resultó un poco confuso, y me costaba entender qué había pasado. En sucesivas lecturas ya tengo toda la información y el relato me resulta más sólido. Puede ser algo personal mío, pero igualmente te lo comento por si te sirve. Por ejemplo, cuando dices: “Antes del incendio fatal, nos veíamos con una asiduidad semanal, al menos”. Como lector me quedo un poco confundido: ¿qué incendió? ¿Les afectó a todos? Voy aprendiendo poco a poco que fue el incendio de su casa, y un párrafo después que afectó a su familia. En mi caso hubiera agradecido que la información me llegara un poco más ordenada y clara. No sé si yo mismo me explico con claridad 🙂

    En cualquier caso, un placer leerte.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 21:05
  3. 3. Gonzalo dice:

    Hola, José Luis:
    No había pensado en la sombra como fantasma, aunque es una interpretación válida. Si como una metáfora de presencia, es necesario que algo haya para hacer sombra. Y al final, ni eso.

    Gracias y saludos.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 02:00
  4. 4. Gonzalo dice:

    Hola, Jaime:
    Gracias por tus comentarios, siempre son bienvenidas esas apreciaciones.
    Creo que al ser un relato tan corto, es sabido que la explicación (si existe) está un par de líneas debajo nomás. Aunque tomo nota para futuras redacciones.

    Saludos, Gonzalo

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 02:02
  5. 5. Laura dice:

    Hola Gonzalo.
    Me ha gustado tu relato. Me resulta muy acertada, como ya te han señalado, el uso del narrador testigo.
    Muy crudas pero no por ello reales ciertas expresiones (El resto, ensayamos una preocupación que terminaría siendo real.)
    No tengo nada que señalar desde lo formal.
    Muy bueno el tema tratado.

    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 11:37
  6. 6. Conrad Crad dice:

    Hola, Gonzalo
    Una historia dura, real y lamentablemente más cotidiana de lo que podamos imaginar. Me gusta el narrador testigo. Me gusta la candencia tranquila y sin dramatismos de la historia y ese final metafórico y mágico que como una guinda cierra el relato.
    Ha sido un placer. Saludos

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 12:08
  7. 7. Apuntador Mudo dice:

    Hola Gonzálo L.M., por buena vecindad me ha tocado leer tu relato, y comentarlo con gusto.

    Todos las apreciaciones que haga, son hechas desde un punto de vista muy personal y con el único ánimo de mejorar el texto si fuera posible. Aunque la última palabra, por supuesto, la tiene su autor.

    En el segundo párrafo, haces una enumeración de vivencias compartidas, que al final del mismo defines muy bien como “vínculo fuerte, amistad envidiable”. Bajo mi punto de vista con la enumeración queda bien claro al aspecto que te refieres al final, y creo que es superfluo mencionarlo al final. Y a la inversa si de forma concisa haces la definición final, no sería necesaria la enumeración previa. Creo que buscabas dejar claro el fuerte vínculo que había entre los amigos, pero creo que quedó un poco reiterativo.

    En el tercer párrafo escribes “poco y nada”, aquí creo que debería utilizarse una “o”, “poco o nada”, puesto que las dos opciones simultáneas se excluyen (poco/nada).

    En el párrafo cuarto pones “comenzó a inventar maniobras para evitarnos”, creo que con el sentido que transmite el párrafo, sería más correcto “comenzó a hacer maniobras para evitarnos”

    En el párrafo ocho, después de “impregnadas”, creo que debe ir punto y no coma. Después creo que se te coló el “un” en “aún con un el aliento”. También un poco más adelante pones “sentado y derrotado, con mirada al piso”, y creo que debería poner “sentado y derrotado, con la mirada al piso”. Poco después escribes “Luna Llena” y debería de poner “Luna llena”, en minúsculas el adjetivo. Y a continuación “vidrios biselados de hollín”, creo que quería decir “vidrios biselados llenos de hollín”, sino no soy capaz de entender la frase, lo siento.

    Casi al final “en voz alta si a esa sombra era Santiago”, sobra la “a”.

    Me ha gustado tu relato. Comenzando por el final y luego extendiéndote con los antecedentes que llevaron a ese desenlace, creo que es una manera muy oportuna de mostrar la historia. Con narrador en primera persona, tanto singular como plural, lo cual me dificultó un poco la lectura. En cuanto al reto opcional, creo que no se cumple puesto que: Me da la impresión que no “…todo el relato transcurra en el interior de un edificio abandonado.” Me ha gustado especialmente la excusa ofrecida por Santiago: “Hoy no soy”, me ha recordado al “to be or not to be”.

    He disfrutado leyendo y analizando tu relato, muchas gracias y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 13:50
  8. 8. Gonzalo LM dice:

    Gracias, Laura y Conrad por vuestra percepción y devolución del relato.

    Saludos y a leerse.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 14:44
  9. 9. Gonzalo LM dice:

    Buen día, Apuntador Mudo:

    Gracias por tus apreciaciones, tomo nota y respondo algunas:
    El vínculo creí necesario remarcarlo, tal vez no hacía tanta falta.
    “Poco y nada” está bien porque es ordinal, de mucho pasó a poco, y luego a nada.
    Inventar tiene una acepción bien diferente a hacer, creo que transmite lo que quise poner.
    Ciertamente va punto y coma donde decís. Y sobra “un”.
    “sentado y derrotado, con mirada al piso” puede ir sin artículo, es una suerte de modismo.
    Como dices, va “Luna llena”.
    La idea de “vidrios biselados de hollín” hace referencia al tratamiento de biselados que se hace en el cristal, lo que permite hacer firuletes en una copa sobre un fondo opaco, por ejemplo. Pero es cierto que cuesta comprenderla.
    Claramente, esa “a” que mencionas, está de más.

    A mi me da la sensación que la historia si transcurre en ese edificio abandonado; lo crucial está ahí. Los diálogos, la sombra, el incendio… Pero es subjetivo. Claro.

    Muchas gracias de nuevo, me has puesto a releer concienzudamente.

    ¡Salud!

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 15:03
  10. 10. Apuntador Mudo dice:

    Hola Gonzalo LM, gracias por tus aclaraciones.

    Entiendo ahora mejor por tus explicaciones al respecto de “poco y nada”. Puesto que en tu texto “mucho” se reflejaba en otra oración ajena a la oración en la que aparecía “poco y nada”. Por eso creí más factible usar una conjunción disyuntiva, como bien sabes “…sirven para unir dos preposiciones, palabras, o sintagmas, que pueden ser alternativas o excluyentes y se colocan en medio de los vocablos alternantes o se anteponen a éstos.”, que una conjunción copulativa. Pero con tu explicación me ha quedado clara tu intención.

    En cuanto al biselado, entiendo el efecto causado en una copa. Pero no era capaz de percibirlo en una cristalera (o eso entendí en el relato). Pero con tu explicación aprecio mejor la imagen que querías mostrar, sin ninguna duda.

    Tomo nota de tus aclaraciones, de las que extraigo buena enseñanza, muchas gracias

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 16:04
  11. 11. Gonzalo LM dice:

    Gracias a vos, Apuntador.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 16:46
  12. Hola Gonzalo.Coincido con tus comentaristas en que el narrador testigo le va genial, y además hay una vinculación afectiva del narrador con Santiago, con lo cual resulta cercana la voz contadora del suceso-deceso.

    Pero el autor me parece que se entromete mucho, y te lo digo yo que me han “acusado” del mismo pecado en mi aporte 😉 Ejemplo de esto, cuando nos “aclaras” que Santiago (es el nombre del hombre), además de cierto cacofonía en n-ombre y h-ombre por su cercanía. Misma cacofonía en las terminaciones vecinas de sent-ado y derrot-ado. Además, parece que dudas de lo que escribes y lo justificas a menudo. Ej: (si cabe el término) y aclaras lo innecesario (o debo sincerarme y decir: última) y (Habíamos tomado la decisión de sacarlo de allí, de devolverlo a la vida, o a lo que le quedaba)

    Todas estas virutas sobrantes es una rémora para el relato, le resta fuerza y tensión, además de adelantarnos futuros acontecimientos.

    Te preguntarás Gonzalo que tiene de bueno tu historia. Pues tiene mucho y bueno, por eso vale la pena pasarle el palo del polvo. Hay una historia interesante, con la que puedes, además, conseguir empatía (unos amigos pierden a otro querido amigo en circunstancias adversas). Hay una sombra, el epicentro del relato en contraposición a la luz de las llamas, que llena de inquietud, y que la tratas muy bien al principio y sobre todo en el cierre. Hay buena intención de los amigos de sacarlo de la sombra. Había esperanza con algo de luz muy tenue tras las ventanas de vidrios biselados. Y de nuevo la sombra reinando la inquietud sobre lo que es real o deja de serlo dando razón al mito de la caverna.

    Es lo que he traducido Gonzalo, pero lo mismo me he ido por otros derroteros y no tiene nada que ver con lo que pretendías contar.

    Un cordial saludo compañero.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 16:11
  13. 13. Gonzalo LM dice:

    Buen día, Isabel:

    Gracias por tus observaciones. El autor no se entromete. Es el narrador que “duda” o tiene esa manera de contarlo, son ciertas vueltas. La primera cacofonía que señalás, fue adrede; la segunda involuntaria.

    Guardo todas las sugerencias, y en un tiempo; vuelvo a leer todo, para reescribir o no las líneas que lo merezcan.

    Saludos,

    p.s.: Me gustó tu frase de “pasarle el palo del polvo”. ¿Tiene que ver con el mate?

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 16:25
  14. No no, nada que ver con el mate Gonzalo. Quise decir “paño del polvo”, que la ñ y la P están muy cercanas la una de la otra en el teclado.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 19:06
  15. La ñ y la L quise decir…¿ves Gonzalo? Despistada máxima 😉

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 19:07
  16. 16. Gonzalo dice:

    Ahhh… ¡perfecto!

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 19:31
  17. 17. Beba dice:

    Hola, Gonzalo. Hermosa historia que resalta valores:amor, amistad, solidaridad. Aunque termine mal lo bueno existe. Coincido con los comentarios anteriores, en especial en eso de ver que te entiendan exactamente. Un aplauso.

    Escrito el 24 marzo 2019 a las 02:24
  18. 18. Gonzalo dice:

    Muchas gracias, Beba.
    Lindo comentario.

    Saludos.

    Escrito el 24 marzo 2019 a las 03:38
  19. 19. María Jesús dice:

    Hola Gonzalo: Me gusta como escribes, tu relato tiene un claro tono de desesperanza regado con la preocupación legítima de los amigos del protagonista. Una historia de derrota muy bien plasmada. Te felicito.
    Saludos desde el 114.

    Escrito el 1 abril 2019 a las 11:41
  20. 20. Gonzalo LM dice:

    Te agradezco mucho, María Jesús.

    Nos leemos.

    Saludos, Gonzalo

    Escrito el 1 abril 2019 a las 14:31

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