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EL OLVIDADO - por John Doe

El hombre se transformó en lo que siempre había deseado desde aquel día que todo cambiará de repente. Era humano de nuevo. Sin embargo ahora estaba más aterrado que aquella primera vez. Sentía que era una broma cruel que todo comenzará de nuevo, justo cuando ya estaba habituado a su extraña condición, de hecho ya había encontrado un lugar donde era aceptado y sentía querido y hasta celebrado por lo que era. Ahora era famoso, una celebridad, su rostro aparecía en el cartel del circo, era por él por quien la gente hacía fila y pagaba la entrada, por él y no por el odioso fortachón o la ebria mujer barbuda. No, todos afluían a la carpa del circo para verlo a él, el último espectáculo fascinante de la naturaleza. El hombre que se había convertido en bicho.

Pero ahora que volvía de nuevo a ser un humano normal y ordinario, se encontraba aterrado con la idea de serlo, había vivido tantos años lejos de la humanidad y sus obligaciones y dilemas que había olvidado lo que era ser un hombre. Demoró mucho tiempo en darse cuenta que él no era un monstruo, que él era algo más, algo único e irrepetible, un milagro del universo. Pero de nuevo algo o alguien con un terrible sentido del humor lo había desterrado del paraíso.

Lo último que lograba recordar de la noche anterior era una botella de ron que pasaba de mano en mano, la mujer barbuda dando un largo sorbo de la misma tambaleándose de la borrachera, mientras el hombre langosta se carcajeaba con un cigarrillo entre sus manos con forma de tenazas, la pareja de enanos bailaban en el medio de los demás. Alguien le colocó la botella en sus labios, recordó el largo trago de ron y la sensación de fuego bajando por la garganta. Todos reían y cantaban. Pero ahora se encontró con la soledad y la resaca en un edificio vacío y destruido.

La cabeza le dolía y por primera vez desde su primera transformación se encontró con unas ganas intensas de llorar, sus ojos se nublaron por las lágrimas mientras miraba sus dedos y sus manos como si no fueran parte él, moviendo lentamente los dedos intentando hallarle uso a los mismos.

Comenzó a caminar lentamente como haría un niño con sus primeros pasos, sosteniéndose torpemente de las paredes mohosas y las barandas oxidadas, mientras sus ojos se iban acostumbrando a la poca luz del lugar. Por fin logró hallar una salida.

Afuera hacía frío y él se encontraba completamente desnudo, no recordaba esa sensación pues su exoesqueleto lo protegía de la intemperie. Encontró una vieja y raída manta de lana con que cubrirse y comenzó a andar, echaba de menos sus seis patas con las cuales podía moverse a una velocidad sorprendente, con estas nuevas piernas apenas si podía caminar, además los guijarros lastimaban sus pies con cada paso, extrañaba sus patas quitinosas y duras.

Del circo no quedaba rastro alguno, y por segunda vez en su vida, había sido abandonado por los suyos. No podía culparlos, ahora que era un humano normal, tan ordinario como cualquier otro, no podía hacer parte de un espectáculo itinerante de fenómenos y monstruosidades, ahora le tocaba conformarse de nuevo con la vida triste de un humano cualquiera. Un pobre bicho convertido en hombre.

Se alejó de allí pensando en que podría hacer. No tenía donde ir, su familia verdadera lo había abandonado y su camarilla de monstruos lo había expulsado. Extraño en tierras extrañas.

Cuando se transformó en insecto , lo que más le preocupó fue perder su trabajo, ahora que volvía a ser un humano en toda su apabullante rutina lo que más le angustiaba era tener que volver a buscar trabajo, tener que formar una familia, conseguir una casa grande y una esposa que lo esperará cuando llegará del trabajo con la comida caliente y una sonrisa en el rostro, con dos niños pequeños y juguetones y un carro nuevo que estacionar frente a la casa. Tenía que volver a vivir la vida monótona de cualquier hombre normal y corriente. Una aburrida mentira. Por lo menos la vida del monstruo tenía asombro. Había odio, asco y aversión pero jamás había indiferencia.

Trato de pensar si su familia seguiría en el mismo lugar donde todo había empezado. Si él debía comenzar donde todo había terminado. Vio su reflejo en un vidrio sucio y no reconoció su rostro, supo entonces que ya no era Gregorio Samsa

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5 comentarios

  1. 1. HUGO dice:

    Gracias John por comentar mi texto. Me alegra que te haya gustado.

    Vayamos ahora a tu relato, que me ha gustado mucho. Está muy bien narrado y casi no tengo sugerencias que hacerte, salvo algunas pequeñeces que te comentaré más adelante.

    Pobre Gregorio…, no termina nunca de metamorfosearse. No esperaba ese final. Cuando leí el párrafo donde contás que lo último que recordaba de la noche anterior era una botella de ron que pasaba de mano en mano, pensé que todo sería efecto de una borrachera, quizás porque alguna vez leí un cuento en el que pasaba eso. Pero no es este el caso. Tu historia es más original. Es la inversa del cuento de Franz Kafka.

    Cuando mencionas a Gregorio Samsa, creo que hay un intertexto que expande el relato original, lo enriquece creando algo nuevo porque ese final cambia nuestro punto de vista sobre lo que se venía narrando. No desequilibra la narración, pero sí acentúa un aspecto de ella.

    Creo que la literatura está hecha de itertextos, donde un texto remite a otro. También me ha venido el recuerdo del final de Frankenstein, donde el monstruo dice “Estoy solo, soy un miserable, y los seres humanos no quieren mi compañía; pero no me negará esa compañía alguien que fuese tan feo y deforme como yo.” Y en tu texto dice: “…de hecho ya había encontrado un lugar donde era aceptado y sentía querido…” …”Pero ahora que volvía de nuevo a ser un humano normal y ordinario, se encontraba aterrado con la idea de serlo…”

    Si algo tengo para resaltar es el siguiente párrafo que me pareció EXCELENTE porque dice muchísimo con tan pocas palabras: “Tenía que volver a vivir la vida monótona de cualquier hombre normal y corriente. Una aburrida mentira. Por lo menos la vida del monstruo tenía asombro. Había odio, asco y aversión pero jamás había indiferencia.” Además las oraciones cortas, los punto y seguido le dan una fuerza que no tendría si estuvieran separadas por comas y juntas en una sola oración.

    Con respecto a mis sugerencias te marco entre corchetes lo que habría que agregar y entre paréntesis lo que yo sacaría.

    “El hombre se transformó en lo que siempre había deseado desde aquel día [en] que todo (cambiará) [cambió] de repente.

    “Sentía que era una broma cruel que todo comenzará (de nuevo),…” Se repite «de nuevo» en el renglón anterior, se podría reemplazar por «comenzara otra vez» o «que todo vuelva a comenzar»

    “Lo último que lograba recordar de la noche anterior era una botella de ron que pasaba de mano en mano, la mujer barbuda dando un largo sorbo (de la misma) tambaleándose de la borrachera…” Se sobreentiende que es de la botella.

    “La cabeza le dolía y por primera vez desde su primera transformación se encontró con…” Se repite la palabra «primera».

    “…mientras miraba (sus dedos y) sus manos como si no fueran parte [de] él, moviendo lentamente los dedos intentando hallarle uso (a los mismos). Se entiende que habla de los dedos, y se repite esa palabra.

    “…conseguir una casa grande y una esposa que lo (esperará) [espere] [,] cuando (llegará) [llegue] del trabajo [,] con la comida caliente…” Cambiaría el tiempo verbal de esperar y llegar y es necesario poner comas porque cambia el sentido. Así como está el que trae la comida caliente es él cuando viene del trabajo.

    Como verás nada importante que empañe un gran trabajo, solo pequeñeces que se podrían evitar dándole un poco más de tiempo a la etapa de corrección.

    Felicitaciones, nos volveremos a leer.
    Hugo

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 03:32
  2. 2. Toñi Avila (vibe) dice:

    Hola Yohn Doe:

    Es un relato muy bueno.
    Bien conectado y se entiende a la perfección.
    La idea de cómo vamos siendo abandonados por nuestros compañeros por el hecho de ser diferentes es tremendo y el miedo que sentimos al ser abandonados, a que no nos acepten es más horrible. Tenemos que aceptar que nos rechacen y volver a empezar.
    Gracias por escribir, me ha gustado tu relato.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 22:58
  3. 3. LUDIKA dice:

    Yhon Doe, gracias por tu comentario en mi relato.
    Por acá estoy leyendo el tuyo. Me gusto la propuesta, esa necesidad de ser otro y la inconformidad que eso puede ocasionar. Creo que en la frase ¨Por lo menos la vida del monstruo tenía asombro. Había odio, asco y aversión pero jamás había indiferencia.¨ podría una coma entre asombro y había. Me parece que son ideas que se conectan.

    A seguir escribiendo!

    Saludos

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 18:32
  4. 4. Laura dice:

    Hola John.
    Has continuado a Kafka, hiciste la contra metamorfosis.
    Muy buena idea. Grandioso lo de la vida de humano como cualquier otro a diferencia de ser un especimen de circo, único.
    No agrego detalles, ya se han señalado varios, con mucho acierto.
    Felicitaciones.

    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 28 marzo 2019 a las 11:39
  5. 5. Dama de Bailalunas dice:

    Hola John Doe!

    Gracias por tu comentario a mi relato.

    Me ha gustado el tuyo. Me ha parecido muy original la idea de la transformación al contrario de lo que tenemos por normal, de bicho a hombre, en lugar de ser de hombre a bicho.
    Me ha parecido un lectura ágil y entretenida.

    Las únicas correcciones que yo haría son en cuanto a algunas tildes que me han hecho confundir en el primer párrafo.
    En esta frase “desde aquel día que todo cambiará de repente”, creo que te sobra la tilde de “cambiará”.
    Lo mismo pienso que ocurre en esta “Sentía que era una broma cruel que todo comenzará de nuevo”, ¿no sería mejor “que todo comenzara de nuevo”?.
    En la frase “Se alejó de allí pensando en que podría hacer”, me parece que el “que” debe llevar acento para darle más énfasis.

    Enhorabuena por tu relato. Espero leer el siguiente.

    Escrito el 28 marzo 2019 a las 23:10

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