Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Encuentro ardiente - por Gustav

Encuentro ardiente.
El hombre se transformó en una bestia rencorosa y vengativa, al ver pasar a través del ojo de la cerradura de la sala de profesores, a los asistentes al reencuentro zombi, en esa escuela abandonada. Todos los compañeros —por llamarlos de alguna forma—, que lo humillaron y ofendieron cruzaron delante de su ojo, para vivir una terrorífica fiesta.

Cada uno con su disfraz preparado para ponérselo. Todos se dirigían a la última planta, —que era la que en mejor estado se conservaba— para vestirse y prepararse.

El cordero, como le llamaban en ese mismo colegio, debido a su personalidad tímida y su continuo comportamiento apocado y retraído. Vio pasar a los que él llamaba verdugos: compañeros masculinos, que le hicieron todo tipo de burlas y vejaciones; y las hienas: chicas que con sus risas y carcajadas tanto daño emocional le propinaron.

Después pasó Laura acompañada de Tom, los que creyó que eran sus mejores amigos, hasta que en la universidad, le inculparon del vaciado de los extintores en la planta baja, para lograr un borrón en su impecable expediente.

Delante de su escondite vio pasar a Alberto y su inseparable amigo Víctor, causantes de la publicación hace seis meses en redes sociales, del vídeo erótico manipulado, protagonizado por él y una indigente, con el nombre: “el cordero y la vagabunda”, lo que le costó la expulsión del puesto en la gran empresa de informática Infortum.

A la que no esperaba ver por ver por allí era a Enma. Amiga de su hermana Ana —pensó que ella no se merecía su castigo, nunca se metió con él— que iba acompañada de alguien ya disfrazado, por su complexión parecía una chica, pero esos andares le resultaban familiares. Los ropajes del disfraz eran propios de un zombi; rotos, mugrientos y desaliñados. Con un maquillaje muy logrado, sobre todo los moratones y la sangre.

Y la última en atravesar su campo de visión fue Amelie. La única profesora que había decidido acompañarlos. Se preguntaba si seguía soltera. Para él siempre fue una mujer muy atractiva, incluso ahora, a sus cincuenta y pocos. Su esbelta figura, le hacía mirarla de manera deseosa y unas prominentes caderas engrandecían más si cabe su silueta, además siempre fue adorable. Tampoco quería hacerle daño.

Todos sus maltratadores estaban en esa planta, más dos personas que no merecían su castigo, y una, que no conocía.
—Pero, con todo preparado y coordinado, no puedo echarme atrás —Pensó.

Una vez que todos se repartieron en las diferentes aulas, salió de su meditado escondite.

Con la larga soga rodeando su hombro y una sensación de nerviosismo, se fue al fondo del pasillo. Descolgó la cuerda y empezó a pasarla por las manillas de cada puerta, dando la vuelta sobre estas. Así, lo hizo con las puertas de ambos lados de pasillo.

Pasó la cuerda por la baranda de la escalera y tensó con fuerza. Lo ató con un fuerte nudo.

Todas las puertas de la última planta quedaron cerradas entre sí.
Volvió a entrar a la sala de profesores y sacó dos garrafas de diez litros llenas de gasolina.

Caminó hasta el final del portal y fue derramando el combustible por las paredes y puertas de los dos lados. No hacía falta que moviese sus manos para hacer salir el líquido, sus nervios lo hacían por él. Mientras oía el cuchicheo en las aulas.

Cuando se vaciaron las botellas las dejó en el suelo y cogió otras dos de igual contenido. Su corazón palpitaba con gran velocidad. Fue vaciándolas por las escaleras de madera y hasta terminar en la única entrada al edificio.

Sacó un encendedor de su bolsillo derecho y con la mano en continuo movimiento, lo pasó por encima del líquido… fogonazo y todo empezó a arder.

Ya desde fuera, podía oír los gritos y observaba como salía humo por las ventanas de la parte superior del colegio.
Ya lo había hecho, su pecho retumbaba con gran fuerza. No dejaba de pensar en Amelie, Enma y la chica del disfraz de zombi.

Fernando llegó a su casa. Pasó por el umbral de la puerta y cerró. Había una nota en el mueble de la entrada. Manchada de un líquido parecido a la sangre. En el papel ponía:

«Hola Fer. Nos espera una noche tenebrosa. Enma me ha invitado a la fiesta zombi que se celebra en tu antiguo y abandonado colegio. Te compré un traje chulísimo, lo tienes encima de tu cama. Yo me fui disfrazada. Ana».

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

4 comentarios

  1. 1. Nariko dice:

    Hola Gustav,
    Me pareció muy interesante tu relato, un poco predecible el que su hermana estuviera en la fiesta, pero me enganchó el hilo.
    Un saludo

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 23:15
  2. Hola. Creo que hay varios aspectos que deben manejarse del relato.

    Lo bueno:

    El relato se puede leer de un tirón. EL lenguaje es directo y fácil de seguir.

    A corregir: La historia me pareció un tanto predecible, como que uno ya podía anticipar qué podría ocurrir (joven se venga desus abusadores, pero termina dañando a unapersona importante).
    Por otro lado, creo que sólo debiste poner que el bulling era en el colegio.

    Saludos. NOs leemos.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 20:46
  3. 3. Carla Daniela dice:

    Hola Gustav!
    Me gustó mucho la historia. Creo que mas de una sueña con su venganza… El titulo llama la atención, o desvía la atención y nos hace pensar que es otro tipo de “Encuentro ardiente” lo cual, ahora, leyendo el texto, lo encuentro original.
    Como comentaban los compañeros, si es un poco predecible lo de la hermana, quizas no haber nombrado tanto al personaje misterioso, no nos preparaba tanto y nos daba una sorpresa mayor al final. Asi y todo, un gran relato.
    Saludos y nos leemos (Nº 80)

    Escrito el 24 marzo 2019 a las 05:03
  4. 4. Anaclara dice:

    Hola, Gustav:
    Gracias por comentar mi relato. A mí me gustó el tuyo, me atrapó la trama.
    La primera parte donde describís lo que él mira desde la cerradura, me reaultó un poco lenta. La segunda parte del relato que comienza cuando el protagonista sale de su escondite, me resultó más dinámica, rápida de leer.
    Ahora que leí en este blog un artículo de Anael “trucos parra corregir el estilo de tu relato”, me parece que tal vez lo que hace más lenta la primera parte es que hay algunas repeticiones, por ejemplo: “vestirse y prepararse”, “comportamiento apocado y retraído”, “risas y carcajadas”; en esos ejemplos, a mi humilde entender se podría elegir solo una de las dos palabras.
    El tema que elegiste me parece muy interesante. Está bueno que te hayas animado a escribir sobre esas venganzas tan actuales. ¡Felicitaciones!
    Saludos,
    Anaclara

    Escrito el 25 marzo 2019 a las 13:48

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.