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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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LA MALETA CON CANTONERAS DORADAS - por isan

Web: https://unacapadebarniz.blogspot.com

El hombre se transformó en cuanto oyó el seudónimo ganador del premio de literatura: «Yardena». Era su obra. Nombre derivado de Jordán, río añorado que, pese a no haberlo visitado jamás, conocía por la tradiciones transmitidas por sus padres a él y a su adorada hermana mayor, faro y guía en su infancia, quien llevaba ese nombre.

—No me llames Adif, yo no soy el preferido de nadie y menos de Yavé —decía cuando Yardena le llamaba así celosa de que sus padres tuvieran más atenciones con el chico—. Mi nombre es Efraín. Por eso yo estoy llamado a ser fructífero en todo lo que me proponga.

La vida feliz de la infancia poco a poco se fue transformando en dificultades crecientes que no terminaba de comprender. Yavé estaba con ellos —le decía su hermana para tranquilizarle— y les protegería de la maldad que cada día se hacía más insoportable a su alrededor.
En plena adolescencia fueron a por ellos. Cosas rutinarias, mintieron. El país estaba en conflicto y para protegerlos debían desplazarse. Algo provisional. Después de tres días sin salir del vagón, llegaron al infierno. Allí los separaron sin tiempo de despedidas.

Efraín quedo solo el último de una larga fila con la maleta de cuero con cantoneras doradas cuya madre le había preparado con esmero para el viaje. En la entrada de la puerta un letrero les daba la bienvenida: «El trabajo os hará libres». Pronto se disiparon las dudas. Estuvo el primer día agarrado a su maleta, llorando, sin levantarse del catre y negándose a vestir ese horrible traje a rayas. Eso le supuso la primera paliza. Enseguida comprendió que la supervivencia dependía de hacer de la necesidad virtud. «Hice cosas de las que me avergonzaré durante toda mi vida», diría como único comentario cuando le preguntaban por su experiencia. Lo que para algunos despertarse al día siguiente era un privilegio, para él fue una condena.

Salió cuatro años después, pero ya no fue el mismo. Sus creencias religiosas tan arraigadas se resquebrajan hasta el punto en que, definitivamente, desaparece el más leve indicio de Dios y, con ello o paralelamente, cualquier rastro de creencia en la bondad del ser humano. Tienta el suicidio sin llegar a consumarlo.
Su salud queda dañada desde entonces. Arrastra secuelas de por vida como una pulmonía crónica que le hace ingresar con frecuencia en el hospital y una lesión de cadera producto de las palizas de un despiadado carcelero, quien destacaba por su brutalidad, si aun podía haber un nivel más alto de ensañamiento en ese permanente castigo.
La paga del Estado le permite llevar una vida austera. El recuerdo idealizado de su hermana es el soplo apacible de ánimo que le da fuerzas para refugiarse en la literatura como la más eficaz medicina que le devuelve a la infancia. Le gusta pasear a las noches por las calles solitarias. Repudia amistades pasadas y no le interesan nuevas. Mantiene —ironías de la vida— una conducta reservada y desdeñosa, esclavo de sus costumbres y recluido en sí mismo. Con todo, aborrece tanto la autocompasión como el autodesprecio. Su obra trata obsesivamente de un ser venciendo dificultades y liberándose. Siempre reinventando el mito del paraíso soñado representado en una naturaleza bañada por el Jordán, con el referente de Yardena como diosa del Edén. Escribe a mano y guarda celosamente los escritos en la misma maleta que le pusieron sus padres cuando los separaron, pero que hace tiempo perdió las cantoneras doradas.

—Siento que el hálito de mi vida poco a poco se irá apagando —dijo al enfermero que tantas veces le atendía—. En esta maleta está lo mejor y lo peor de mí. Haz con ello lo que quieras.

Efraín escucho los aplausos emocionado. Permaneció inmóvil mientras los invitados miraban expectantes a los lados por descubrir quién recogía el premio y poner cara y nombre a aquel enigmático seudónimo. Pronto desistieron formando corros en animada conversación. Efraín se encontraba perdido cual náufrago en un islote, con un cóctel en la mano y rodeado de espaldas pertenecientes a lo más granado de la sociedad. Unas se cubrían de esmóquines de hilo, otras mostraban generosos escotes. Por un instante cerró los ojos. Sintió las fragancias más exóticas y oyó las risas más fingidas. Horrorizado de aquel boato insultante, no pudo evitar evocar el barracón de su adolescencia, los repulsivos trajes a rayas, los lloros constantes y, sobremanera, el olor a carne quemada. Se abrió paso entre los asistentes y discretamente abandonó el salón.

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44 comentarios

  1. 1. Laura dice:

    Hola Isan.
    Me ha encantado tu relato. Gran uso de la frase inicial.
    El título es sumamente visual, en eL final vuelves a él, luego del paso del tiempo.
    ¿Puede ser que no hayas podido revisar tu texto como habitualmente los presentas? Me he encontrado varios detalles que me han llamado la atenciòn: Una oración bastante larga con mucha información (Nombre derivado de Jordán, río añorado que, pese a no haberlo visitado jamás, conocía por la tradiciones transmitidas por sus padres a él y a su adorada hermana mayor, faro y guía en su infancia, quien llevaba ese nombre). Luego la hermana no tiene mucha incidencia en el relato, queda más como un simple dato, sin reflejar el peso de lo que parece haber sido para el protagonista.
    Considero que deberías pasar al tiempo pasado en el siguiente pàrrafo: “Salió cuatro años después, pero ya no fue el mismo. Sus creencias religiosas tan arraigadas se resquebrajan hasta el punto en que, definitivamente, desaparece el más leve indicio de Dios y, con ello o paralelamente, cualquier rastro de creencia en la bondad del ser humano. Tienta el suicidio sin llegar a consumarlo.” Lo inicias en pasado y luego sigues en presente.
    La frase que dice al enfermero, me resulta algo fuera de lugar en un relato tan corto donde considero que se trata de un repaso a la vida para terminar con el premio y el abandono de la sala sin recibirlo, molesto por el contexto en que se da.
    Me resulta adecuado el uso de los tiempos pasado y presente con el ir y venir entre los recuerdos y el presente, pero hay uno en el que te lo he señalado.
    En resumen, me parece un texto interesante, que puede desarrollarse adecuadamente en forma más extensanya que hay varias cosas que quedaron (a mi criterio) algo descolgadas o insertas a la fuerza, afirmando mi idea inicial de que no pudiste revisarlo adecuadamente antes de enviarlo.
    Todo esto va con todo mi respeto por tu obra, con mi más sincero modo de considerar el texto, sin intenciòn alguna de ofender o hacer sentir mal.
    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 16:49
  2. 2. isan dice:

    Hola Laura:
    Vaya rapidez la de Iría en publicar y la tuya en comentar.
    El tiempo pasado del párrafo que me comentas está puesto así con toda la intención. No me parecía mal que se hable en presente aunque se comente lo que ocurre desde que salió de aquello. Igual tienes razón.
    La presencia de la hermana es una presencia constante en su vida como fuente de inspiración, lo que ha sido siempre.

    La aparición del enfermero. Tenía una vida de nula relación exterior. Él era incapaz de hacer nada con la obra que le parecía que merecía la pena y se lo deja en sus manos.

    Te agradezco enormemente tu análisis viniendo de ti porque te considero muy cualificada y es un un punto de vista a tener en cuenta. No siempre se acierta o no siempre gusta y prefiero que me lo digan sin que haya que disculparse. Me vale más que las alabanzas. Yo no tengo ningún problema en decir mi parecer sea el que sea.

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 17:27
  3. 3. Galia dice:

    Buenas tardes Isan: muy intenso tu relato, deja un sabor amargo como la vida del protagonista. Me gusta cómo trabajas los símbolos, la maleta como el receptáculo de las experiencias mismas, la escritura como salvación, su hermana la luz que siempre lo iluminó y el premio rodeado de tanta frivolidad.Y en realidad, no se transformó pues ni siquiera pudo recibir el premio en un ambiente tan diferente a su realidad, a su esencia.Desde el punto de vista formal, faltó un acento: “Efraín escuchó”, pero es sólo un detalle.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 22:01
  4. 4. Alex dice:

    Mira si soy chulo que te comento antes de leer.

    Ahora voy a ver que buena historia nos has preparado esta vez.

    Dame unos minutos.

    Alex

    Escrito el 16 marzo 2019 a las 23:53
  5. 5. Alex dice:

    Lo ves, lo que yo decía: Una historia muy, muy buena.

    Quizás en algún punto el relato me sonó un poco telegráfico, pero entiendo que es por la limitación de 750 palabras. Con unas descripciones aquí y allá, quedaría fantástico, pero con 1500 palabras.

    Quizás me sorprende que pasara 4 años en un campo de concentración y que consiguiera salir vivo. Así sin más. Por desgracia, no sé si hubo muchos casos así.

    Está muy bien como saltas de la historia personal de él cuando era pequeño, al momento actual con la entrega de premios. Muy hábil.

    Quisiera aportarte una corrección desde mi más humilde respeto:

    En la frase: “Efraín quedo solo el último de una larga fila con la maleta de cuero con cantoneras doradas cuya madre le había preparado con esmero para el viaje.”

    No sé si es la madre de la maleta o de las cantoneras doradas, pero en ningún caso puede ser la madre de Efraín. Hay que enjuagar y escurrir esa frase para que se entienda correctamente que es la madre del chico.

    Nada más, que vas mejorando, y eso es sin duda por los sabios consejos que te dan los demás, los míos no los tengas mucho en cuenta.

    Te tengo ya en mi lista de lectura fija. Así que ojito: Te seguiré leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 00:09
  6. 6. Ulises Vidal dice:

    Hola Isan
    Un relato ameno sobre un tema muy triste. Muy logrado el personaje principal.Hubiese querido conocer más acerca de esa hermana, luz de sus ojos.
    Estoy casi seguro que no has releído el relato y de ahí las observaciones que apunta Laura a las que adhiero con el mayor respeto, puesto que están dirigidas a hacernos reflexionar sobre nuestra tarea.
    Espero seguir leyéndote. Hasta la próxima.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 00:49
  7. 7. Osvaldo Vela dice:

    Hola Isan, al llegar a tu escrito me llama la atención el título. Maletas de principios del siglo pasado que eran muy comunes para guardar valores y papeles importantes.

    Luego vuelcas tu comunicación a la escritura. Nada más importante para un escritor que un premio en reconocimiento a una obra: «Yardena».

    Cubres un tema que ni los sufrimientos de un cautiverio de años pudieron borrar. Todo lo puro de una vida estaba representado en un solo personaje, la hermana.

    Hay ciertas expresiones que, me atrapan por su comunicar, “la supervivencia dependía de hacer de la necesidad virtud”, «Hice cosas de las que me avergonzaré durante toda mi vida», “Lo que para algunos despertarse al día siguiente era un privilegio, para él fue una condena”, “refugiarse en la literatura como la más eficaz medicina que le devuelve a la infancia”.

    Todas estas aseveraciones establecen el derrotero que llevará el texto hacia el inevitable final. El epilogo más desastroso para un escritor es estar consciente que todo lo escrito quedará sin pena ni gloria en el olvido, por eso, se lo encomienda al enfermero.

    Y al final, cuando Yavé le concede ver la culminación de su trabajo, el ambiente sórdido que lo aplaude no es de su agrado. Decepcionado abandona la celebración. Simplemente muy profundo.

    Leo los comentarios de los compañeros, Laura con tino menciona el cambio de los tiempos y y por allí hay una “a” que se atrevió a visitar el texto sin ser invitada pero por lo demás un muy bien texto Te felicito, y agradezco todo lo que enseña.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 03:36
  8. 8. isan dice:

    Hola Galia:
    Me ha encantado el resumen que has hecho. Directa al fondo.
    Te lo agradezco. Luego te comento el tuyo.
    Un saludo.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 09:29
  9. 9. isan dice:

    Hola Alex:
    Tu observación sobre la madre aguda, ingeniosa y certera. El caso es que le di una cuantas vueltas con el cuya o el que porque no me convencía y no terminé de arreglarlo.
    Agradezco tus consejos, cómo no, y encantado de que me vapulees.
    Un saludo.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 09:41
  10. 10. isan dice:

    Hola Ulises:
    Pues sí que repasé el relato bastante y lo cambié, como suelo hacer siempre. Será que lo hice mal (el repaso). Gracias por tu aportación.
    Un saludo.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 09:47
  11. 11. isan dice:

    Hola Osvaldo:
    Me alegro que te hayan atrapado algunas expresiones. Respecto a esa “a” errante, sigue desaparecida para mis ojos aun después de darle un repaso al texto. Lo haré con más calma.
    A ver cuándo te devuelvo la visita.
    Un saludo.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 10:01
  12. 12. Osvaldo Vela dice:

    Hola Isabel, La razón que no encuentras la “a” es porque la expresión es muy española. En México solo decimos “fueron por ellos” nos comemos una deliciosa a.

    Una Disculpa por ello.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 15:04
  13. 13. Osvaldo Vela dice:

    Isan.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 15:04
  14. 14. isan dice:

    Aclarado, Osvaldo. Gracias.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 17:15
  15. 15. Jose Maria Moreno Pelayo dice:

    Hola Isan, bonito y triste relato ,lo que no entiendo bien es el tipo de narrador que utilizas ,¿quien cuenta la historia? un saludo

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 17:41
  16. 16. isan dice:

    Hola José María:
    El narrador es el llamado omnisciente. Es quien tiene conocimiento de todo lo que sucede o, incluso, piensan los personajes, aunque puede haber narradores que tengan grados de omnisciencia. Depende del escritor.

    Hace un rato he leído tu relato que te comentaré un día de estos. He apreciado una notable mejoría en la dicción respecto al primero que presentaste.

    Gracias por comentar. Un saludo.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 19:05
  17. Es un trabajo hecho desde la seriedad Isan, no queda otra que tratar con respeto este tipo de temas. Sin embargo no hay populismo facilones ni tragedias desgarradas, ya tiene suficiente dramatismo las situaciones para que se te vaya la mano. Lo has hecho de manera comedida, y eso me gusta. Has personalizado en Efraín el drama del genocidio del pueblo judío. Aunque parezca una aberración, creo que se entiende más el dolor de una persona (si nos centramos en ella), que el de un número infinito.

    Supongo que te habrás tenido duda sobre el tipo de voz para enfrentar este relato profundo, y me parece que la que has elegido es la adecuada, el narrador omnisciente, así puedes meterte en todos los frentes, lugares y tiempos. Sabremos lo que piensa (él y su hermana, en este caso), y lo que sienten. Tu relato es complejo pese a la brevedad, por el tema que trata, y el narrador es adecuado, además no ha abusado de él ni se ha entrometido más de la cuenta. Claro que imagino que juegas con la ventaja de que piensas en líneas generales como él, (me refiero al factor humano, no hablo de religiones), si se dieran las circunstancias, y eso no es meterse, es hacer coincidir los pensamientos aunque no se sea objetivo. Difícil lo tendrías si se tratara de un personaje antagónico al autor, un asesino por ejemplo ;), en el que se debe tener un tratamiento cuidadoso con el sabelotodo omnisciente, que nos puede delatar de inverosímiles.

    Tampoco has hecho juicios de valor sobre los personajes secundarios (los carceleros, los que odian y encierran), te has limitado a narrarlo de manera contenida y me parece todo un acierto, ya te lo dije al principio.

    Sobre lo ortográfico, despistes o erratas, hay por ahí un aún sin acento, y no estoy segura de su autodesprecio va junto o separado, y en general con las palabras que llevan el “auto” delante. Ya me dirás.

    Y por último el título Isan, me encanta, (aunque lo pondría en minúsculas), la imagen de la maleta con cantoneras doradas nos retrotrae a otros tiempos pasados, incluso a quienes no los hemos vivido.

    Un abrazo señor Isan. Buen trabajo. Hasta pronto.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 20:29
  18. 18. isan dice:

    Hola Isabel:
    Lo primero empiezo por el final. El tratamiento de señor me ha sacado una sonrisa.
    Gracias por ese análisis acerca del narrador. Parecía el que mejor iba. Efectivamente no he querido hacer un drama de lo que ya fue. Me quería centrar en el interior del individuo. En las tres etapas de su vida (infancia, cautiverio, resto). Cómo las vive y cómo le marcan.

    Autocompasión y autodesprecio. La primera está admitida por la RAE, la segunda no. Lo sabía porque me lo marcó el corrector de textos, pero no me apetecía separarla por cuestión estética al ir las dos palabras juntas. Los dos acentos que faltan se me han despistado.

    Gracias por tu extenso análisis. Tengo ganas de hacer un un relato en tono de humor porque ya llevo un par de dramones. A ver si se presenta la oportunidad y mi inspiración en el próximo.

    Un abrazo.

    Escrito el 17 marzo 2019 a las 21:08
  19. 19. Mariel Sulbarán dice:

    Hola Isan:

    Me ha guatado mucho el relato, admiro la forma en que nos llevaste del presente al pasado. Aunque admito que me confundió un poco el parrafo que señaló Laura.

    Me encantó la sensación de realidad que tuve al terminar de leer.

    Saludos.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 17:45
  20. 20. isan dice:

    Hola Mariel:
    Gracias por pasarte y comentar. Luego te leo el tuyo.
    Un saludo.

    Escrito el 18 marzo 2019 a las 18:43
  21. 21. AnaRosa dice:

    Hola Isan:

    Me encantó tu relato. Fluye sutilmente desde tu infancia hasta el presente. Lo relatas de manera muy equilibrada, dando la sensación de una realidad que no te golpea con violencia, sino mas bien la incorporas de manera gradual.
    ¡Felicitaciones!

    Cordialmente
    Ana Rosa

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 00:56
  22. 22. kirjanik Maya dice:

    Hola, Isan.

    Otra vez por aquí, nos estas acostumbrando a muy buenas lecturas y en pocas palabras, en esta ocasión le he dado dos lecturas a tu texto, aunque se lee rápido y sin contratiempos, por laguna razón no le cogí el hilo de inmediato, pero no necesariamente se deba al texto, puede ser una deficiencia mía, así que no le prestes mucha atención a mi comentario.

    En fin me gusto mucho, tienes una forma de escribir que atrapa al lector.

    Una duda y me disculpo por preguntar porque podría sonar irrespetuoso, pero Isan, es una mujer o un varón, lo pregunto por la respuesta que le diste a Isabel. Igual si no te apetece responder, lo entenderé. No es mi amino ofenderte ni causarte un malestar.

    Saludos y seguro que por acá estaré en el próximo taller disfrutando de tus letras.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 02:48
  23. 23. isan dice:

    Hola Ana Rosa:
    Gracias, a ti te gustó mi relato y a mí tu comentario.
    Te visitaré por ver esa tripolaridad.
    Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 10:20
  24. 24. isan dice:

    Hola Kirjanik:
    Ni ofendes ni te debes disculpar. Este taller está para decir lo que se piensa de lo que lees, siempre con respeto. Ya tenemos suficiente confianza entre nosotros para decirlo. Dicen que no hay preguntas indiscretas (o impertinentes o lo que quieras), sino respuestas inadecuadas.

    Respecto a tu duda, Isan es un seudónimo como ya puedes suponer. El que lo usa, o sea yo, soy un tipo hecho y derecho, pero mi sonrisa fue por el tratamiento de señor que me hizo gracia.
    Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 10:36
  25. 25. El Apuntador Mudo dice:

    Hola Isan, aquí estoy para leer tu relato, y comentarlo con gusto.

    Todos las apreciaciones que haga, son hechas desde un punto de vista muy personal y con el único ánimo de mejorar el texto si fuera posible. Aunque la última palabra, por supuesto, la tiene su autor.

    Me llamó la atención en un primer momento, que la localización de los hechos iniciales fuera incongruente con la historia conocida de dicho lugar. Y me explico, dicha zona geográfica fue un protectorado británico desde el fin de la Gran Guerra (primera) hasta la independencia de los diferentes estados que lo conformaron. No pudo haber ningún tren hacia ningún campo de concentración alemán partiendo de dicha zona.
    También, por otro lado, me llamó la atención la maleta con cantoneras doradas. Puesto que al ingreso de cualquiera de los campos de concentración, era retirado cualquier objeto personal. Con posterioridad sería apreciado si tenía valor o no por los “administradores” del campo de exterminio.

    En cierta manera, a mí personalmente, estos dos aspectos, le restan mucha veracidad al relato. Pero sin embargo, aquí entra en escena la gran labor artesanal del autor. Porque en realidad todo lo anterior no tiene importancia. Y aquí sí, me quito el sombrero.

    En realidad que fuera a un campo de concentración o a una prisión en Pernambuco es algo secundario. Son usados como símbolos, que dan una gran fuerza emotiva al relato. Y facilitan que de una forma veraz, los sentimientos y emociones del protagonista vean la luz con naturalidad, y su comportamiento ante la sociedad sea creíble.

    Veo también muy acertado, no sé si habrá sido tu intención, el uso del presente en esos párrafos intermedios, para que no fuese tan abrupto el salto temporal entre sus recuerdos (memorias escritas) y la entrega del premio. Y en parte crear cierta disrupción en el uso del pasado, para percibir los diferentes puntos temporales con más claridad. Un premio al que opta por voluntad del enfermero al cual entregó sus manuscritos.

    Repito, toda una obra de artesanía, que hace creíble lo increíble.

    Me ha encantado, y he disfrutado mucho con su lectura.

    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 11:09
  26. 26. Laura dice:

    Isan…
    Me has hecho sonrojar. Mis aportes son nada más que con la intención de colaborar.

    Mis saludos y agradecimiento.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 12:26
  27. 27. isan dice:

    Hola Apuntador:
    Lo primero que debo hacer es agradecer tu dedicación a analizar mi relato, tanto por la cantidad como por la calidad.

    Entrando en tus objeciones en cuanto a la localización que hacen inverosímil el relato. Cuando me refiero al rio Jordán (no a jordania), no digo que estuvieran allí sino: ” río añorado que, pese a no haberlo visitado jamás, conocía por la tradiciones transmitidas.” Yo pensé que esta familia vivía en un ambiente rural de Polonia.
    En cuanto a la maleta. Ya lo comento más arriba respecto a la larga permanencia vivo (4 años). Había prisioneros con ciertos privilegios por ser colaboracionistas: “hice cosas de las que me arrepentiré toda la vida”.
    El uso del presente en los párrafos intermedios es intencionado. Ya lo comento a algún otro comentarista a quien le parecía incorrecto.
    Te vuelvo a agradecer el análisis y que lo hayas disfrutado.
    Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 12:46
  28. 28. El Apuntador Mudo dice:

    Hola Isan, gracias por tu aclaración.

    Sin duda, no he sido capaz de sustraerme a la imagen del río Jordán, el cual recorre diferentes países de oriente próximo entre ellos Jordania. Estando el relato ambientado en esa época, no veía complicado que vivieran alejados de dicho río (200 o 300 kms.) y nunca haberlo visitado. Ni siquiera con posterioridad, años después de ser liberado.

    Ahora con el dato que tenías en mente, respecto a la localización en Polonia, cobra otro sentido para mí el escenario inicial del relato.

    Gracias de nuevo por tus explicaciones.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 13:47
  29. 29. marazul dice:

    Hola Isan, pensaba que llegaba de las primeras pero, chico, ya no quedan canapés je,je…, pero no importa porque la lectura de tu relato me ha encantado.
    Me gusta el título, que es muy sugerente (esas maletas son de otra época). El hecho de que su madre se la hubiese preparado me ha llegado al alma, una punzada totalmente premeditada… Sobre el Holocausto se ha escrito mucho, creo que aún se pueden seguir escribiendo historias que siempre nos seguirán conmoviendo.
    Muy bueno en cuanto a la forma, tu relato tiene un añadido más que me gusta: la reacción del protagonista al recibir el premio. Incapaz de afrontar la frivolidad del momento decide abandonar el acto. Creo que ese final le añade realismo a la historia. El “colorín colorado para los cuentos” ¿verdad?
    Bueno Isan que no me quiero poner seria. Ya que no hay canapés voy a ver si pillo un cóctel que estoy viendo a muchos literaturas conocidos.
    Hasta la próxima

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 17:43
  30. 30. Sergiodammerung dice:

    Bueno, no puedo decir nada más que me ha encanta, y de que este relato merece ser más largo. El título es perfecto para atraer la mirada en una librería y comprar el libro (si alguna vez conviertes esto en novela). Espero volver a leer más cosas tuyas. Saludos.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 18:12
  31. 31. isan dice:

    Hola Marazul:
    Sustituiré los canapés por alabanzas. Muy generosa en tus apreciaciones. Tu relato ya lo he leido. Un tanto complejo. Dejo para más adelante el análisis.
    Gracias.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 19:43
  32. 32. isan dice:

    Hola Sergio…:
    No entra en mis planes alargar los relatos, pero nunca se sabe.
    Gracias por comentar. Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 20:04
  33. 33. Pepe dice:

    Hola Isan,

    No es el primero de tus relatos que leo, pero sí el primero que te comento, y es que siempre que llego ya hay pocas cosas que decir.

    Un relato cargado se simbolismo (lo de la maleta me parece sublime) y, como ya te han comentado, con una forma delicada y muy bien armada para narrar la historia de manera excepcional, a pesar del uso de frases largas en determinados momentos.

    La parte que pasas a presente me ha parecido extraña. He leído que ya te lo han dicho y también cómo te has justificado, pero sigue pareciéndome rara. Empiezas en pasado y terminas en pasado pero en la misma escena que al principio y esa parte (el párrafo que cambias de tiempo) forma parte de su historia anterior. Al hacer el cambio parece que lleve al cenit del relato, pero no es asi; luego pensé que a lo mejor querías tratarla como una descripción de “cambio de hábitos”, pero tampoco me lo parece… No sé, al parecer escapa de mi capacidad de comprensión. No obstante, no quisiera encallarme en ese tema y dar a entender otra cosa: el relato me ha encantado, y aunque no pienses desarrollarlo más o extenderlo tengo que decirte que en mi cabeza, y seguro que la de muchos, has dado pie a que empece a formarse su secuela o versión más extendida.

    Un saludo y… Nos leemos!!!

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 22:48
  34. 34. isan dice:

    Hola Pepe:
    Tendré que revisar si los tiempos verbales empleados son los correctos. Algo habrá que hacer puesto que se repite la objeción.
    Te agradezco que me leyeras ayunque no comentaras y más ahora que te has decidido a hacerlo.
    Te devolveré la visita.
    Un saludo.

    Escrito el 19 marzo 2019 a las 23:07
  35. 35. Patricia Redondo dice:

    Hola Isan , te debía un comentario a tu relato del mes pasado, que hiciste al mío y que yo no correspondí. Aqui estoy, que quien paga , descansa 🙂

    El relato me ha encantado , es precioso, coherente y fluido de inicio a fin. LLeno de sensibilidad y mensaje. Me choca un poco ese paso del pasado al presente en el parrafo “Salió cuatro años después, pero ya no fue el mismo. Sus creencias religiosas tan arraigadas se resquebrajan hasta el punto en que etc…” pero entiendo que es un juego con los tiempos verbales que se puede permitir y que no le resta valor al texto para nada.

    Comentar también que salvo por el letrero de la entrada y el pijama a rayas no identificaba que el relato hiciera referencia al holocausto judío. Bien podria ser la historia de cualquiera en cualquier “campo de trabajo” de cualquier regimen asesino , que ejemplos tenemos a patadas…La referencia a Polonia que he leido en un comentario posterior tuyo tampoco la he visto en el relato, torpe de mi.

    En cualquier caso , la historia cala , y mucho. Y está magnificamente escrita.

    No me busques este mes , que aunque algo se me ocurrió y no encontré el tiempo de escribirlo 🙁

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 14:00
  36. 36. isan dice:

    Hola Patricia:
    Ya había buscado tu relato como hago todos pos meses y no hay. Eso que nos perdemos.
    Conscientemente no quería poner localizaciones concretas, pero daba pistas para situar la escena. La referencia a Polonia es el añadido de las cosas que se piensan para completar el relato pero que no se escriben.
    Me satisface que sea una historia que cala.
    Gracias por comentarme. Te espero en el siguiente.
    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 16:58
  37. 37. IreneR dice:

    Buenas, isan.

    Me ha gustado mucho el relato. Creo que has sabido transmitir los sentimientos del personaje durante toda la historia.
    Aunque ha habido algún que otro momento en el que me he perdido con las frases, algunas veces demasiado largas, y en otras ocasiones por el cambio de tiempo verbal.

    Aun así, creo que es un muy buen escrito.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 19:39
  38. 38. isan dice:

    Hola IreneR:
    Gracias por verlo así. Lograr transmitir sentimientos es importante.
    Te devolveré la visita.
    Un saludo.

    Escrito el 20 marzo 2019 a las 23:24
  39. 39. Carla Daniela dice:

    Hola Isan!
    No estaba segura de comentar, ya que no queda más para decir. Pero creo que nunca esta demás un comentario con una linda palabra a un compañero.
    Así que… Tu texto me encantó, las historias del Holocausto me tocan mucho, digo las historias en plural porque me refiero a las historias que cada uno (dentro de la cifra enorme) vivió. Te quería contar que yo estuve en Polonia, en los campos, estudiando un poco, y al principio te iba a decir lo de las pertenencias, pero luego leí tu comentario con la aclaración y aunque no estoy de acuerdo que pudo haber sido real, me pareció fascinante! Me gusta mucho la referencia de la maleta, ahí está toda su vida.
    Me la pasé de diez leyendo tu texto y los comentarios, soy nueva en el taller y estos días aprendí muchísimo solo con los comentarios (Hacia mí y hacia los demás). Me encantaría leerlos todos, conocerlos y seguir aprendiendo.
    Un gran saludo, y nos leemos! (N°80)

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 16:57
  40. 40. isan dice:

    Hola Carla:
    Te agradezco doblemente que te hayas decidico a comentar a pesar de que te has encontrado con muchos comentarios. Para mí todos los comentarios aportan algo y se agradecen.

    Como bien dices, los comentarios que nos hacen nos enriquecen, pero los que hacemos nosotros creo que más aún ya que te debes esforzar por entender y atinar en lo que dices.

    Bienvenida al taller. Espero que te guste y te enganche como a mí.
    Me pasaré un día de estos a comentarte, pero dame tiempo que ando un poco retrasado en otros comentarios.
    Un saludo.

    Escrito el 21 marzo 2019 a las 18:08
  41. 41. Rafa Frisby dice:

    Me ha gustado mucho tu relato, Isan. Capturó mi imaginación de inmediato. He visto muchos documentales y películas sobre la segunda guerra mundial, el tema del holocausto siempre es difícil de abordar, y tú lo ha hecho con naturalidad. Me recordó un poco a las historietas de Maus.

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 04:18
  42. 42. isan dice:

    Hola Rafa:
    No conozco las historietas que mencionas, pero documentales y películas de esta temática hay inficindad. Ya se ha convertido en un clásico como las de Western o ganster.
    Me paso para comentarte.
    Un saludo.

    Escrito el 23 marzo 2019 a las 09:07
  43. 43. Jose Luis dice:

    Hola
    Agradezco tu visita a mi relato.
    Tu cuento tiene enjundia y profundidad dramática. Está bastante bien descrito y se nota más lo que no se dice que lo que se dice.
    Cuando se habla de temas tan dramáticos como lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial (y antes de ese tiempo) siempre hay que hacerlo con cautela, con medida. Creo que has analizado la vida de un personaje que ha sufrido mucho con bastante mimo y cuidado.
    Aunque hay algo que me chirría un poco. En mitad del cuento se pasa a narrar en tiempo presente, cuando se ha hecho todo el rato en tiempo pasado. Luego vuelves otra vez al tiempo pasado. Aunque sea intencionado, le resta coherencia interna al relato, le quita algo de homogeneidad. Pero claro, es mi opinión, nada más.
    El final, tal vez, es lo que menos me ha gustado. El personaje ha sufrido, de acuerdo, en el pasado. Y mucho. Luego se presenta a un concurso literario que gana, de acuerdo. ¿Por qué se marcha de repente? No tiene sentido. Es muy poético, muy “literario”, hasta con una carga emocional, si quieres, pero yo sigo sin ver el sentido de terminar el relato así. Es como si ya nunca pudiera disfrutar de anda de la vida. Es como si hubiese fracasado. Si el personaje no ha superado todo lo malo que ha pasado en la vida, no debiera haberse presentado a un concurso literario. (Te presentas, precisamente, para ganar, ¿no?)
    Pero es tu historia, y la respeto.
    Un saludo

    Escrito el 27 marzo 2019 a las 17:59
  44. 44. isan dice:

    Hola José Luis:
    Gracias por este análisis tan pormenorizado. Respecto a los tiempos verbales, tu comentario ratifica lo que otros comentaristas apuntaban, así que debo concluir que me he equivocado. Creo que este recurso lo he visto, por ejemplo, cuando escriben la biografía de algún difunto donde se emplea el tiempo presente: “Fulanito vive y muere sin haber conocido…”

    La otra objeción, si me permites la redundancia, es más objetable. El trauma no llega (mira, lo digo en presente) a superarlo jamás. Vive recluido… Al premio no se presenta él directamente ni pide que lo hagan. Acepta resignado su situación, pero cuanto ve todo el lujo que hay a su alrededor en la entrega de los premios, evoca el pasado. Este era mi planteamiento.

    De todas formas si no ha llegado este punto de vista es que he fallado. Te agradezco de nuevo tu análisis.
    Un saludo.

    Escrito el 27 marzo 2019 a las 19:00

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