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Cuerda sin fin - por Ocitore
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James sintió la dureza de la cama, se levantó y se miró en el espejo. Hizo unos cuantos gestos tratando de reconocerse. Su tiburón tatuado estaba más lúcido, casi nuevo. Encogió los hombros y salió de la casa. Cerca de la puerta estaba una mujer. Era Alice. Lo miró con sorpresa.
—Es un milagro que te hayas recuperado, James—le dijo con una voz aguda.
—Sí, la verdad no sé ni siquiera dónde estoy y quién soy. ¿Qué hago aquí?
—¿No te acuerdas, James?
—No. Te lo juro, es como si hubiera nacido hace unos minutos.
—Estabas inconsciente. El doctor dijo que si hoy no volvías en sí, te daría por perdido. Te declararía en coma.
—¿En coma?
—Sí, estabas fatal, James.
—¿Por qué?
—¡Te dispararon! Te caíste de aquella colina, ¿la ves? Solo Dios sabe cómo te encontramos. ¡Fue un milagro, James! ¿Puedes caminar? Mira, vamos allá para que la veas.
Andaron un poco y Alice empezó a llorar en silencio. James la abrazó y sintió su dolor traspasándolo. Volvieron abrazados. James tenía frio, estaba en pijama y el viento lo empezó a calar.
—Me gusta este lugar—dijo con voz suave, James.
—Es tu sitio preferido.
Entraron en la casa. Alice reavivó el juego de la chimenea y preparó café. James recordó la colina, el rifle, el golpe en la cabeza y el viaje al otro mundo. Miró a Alice con ternura y sorbió de su taza.
—Tenemos que encontrar la fosa, James.
—¿La fosa?
—Sí, James, solo tú sabes dónde está.
—Pero, ¿qué hay en la fosa?
—El cuerpo de McNeil.
—¿Quién es?
—Tú viste dónde lo enterró el asesino, por eso escapaste, el criminal te vio y te disparó.
Hubo un momento de silencio. James lo sabía todo, quería dar la impresión de que desconocía la historia, le habían advertido de la intuición de Alice. Era necesario ir al sitio donde estaban las margaritas y desenterrar el cuerpo de McNeil, luego leer la nota secreta y volver al futuro. Lo separaban trescientos años. Todo era tan común. James, perdía la concentración quería descubrir cosas, tocar a los animales, ver las liebres, incluso comerse un ciervo pequeño. Deseó estar en la vida de verdadero James y disfrutar de la poesía de la naturaleza, pero su misión se lo impedía. Calculó el tiempo y se dio cuenta de que podría realizar su antojo. Cogió la escopeta, corrió al lago y le disparó a un pequeño ciervo. Lo asó allí mismo en una hoguera. Se acercó Alice y compartió con ella la carne. Después de saciarse. James se restregó las manos con las yerbas y le pidió a Alice que la siguiera. Caminaron hasta una explanada en la que había una alfombra amarilla.
—Es allí—dijo despacio James.
—¿Estás seguro, James?
—¡Claro! La pala y la pica están en esos arbustos.
Era cierto. Estaban allí con la tierra aun fresca. James los cogió, husmeó un poco y al encontrar un montículo comenzó a escarbar. Daba fuertes paladas sacando grandes cantidades de tierra.
—Tardaré una media hora, Alice. Ve por agua para limpiar el cuerpo de McNeil.
—Está bien, James. Vuelvo pronto.
James aceleró su trabajo. Tenía que leer la nota lo más pronto posible. Sus gotas de sudor bañaban la tierra, limpiándose con el antebrazo se aseguraba de que Alice no estaba allí. Vio el cuerpo inerte de McNeil. Retiró la tierra con las manos. Sacó la nota. No podía leerla por la falta de luz. De pronto se había nublado el día. Desdobló el papel y se orientó hacia el débil chorro de rayos que atravesaban las nubes. Levantó la cabeza y vio el cañón de un rifle. Sabía que era el final. La misión no se cumpliría. Oyó el estruendo de una explosión.
—Haz fallado otra vez—le dijo un hombre severo.
—Lo siento, general, no debí confiarme de Alice. No pude leer la nota, pero le prometo que la siguiente vez lo haré.
—James, llevas diez veces cometiendo el mismo error.
—Lo sé general, pero le prometo que si me manda de nuevo cumpliré sin falta la misión.
Volvió a despertarse en la cama dura, se miró en el espejo, cruzó viendo la cocina a su derecha, salió y habló con Alice, cazó al ciervo, subió a la planicie de las flores y comenzó a escarbar. Recordó los errores de las diez veces pasadas. Desdobló la nota y cuando buscó la luz para leer explotó en su cara una detonación de fusil.
¡Hola Ocitore!
Me encantó tu historia. Es bastante entretenida y cuentas en pocas líneas algo bastante surrealista. Logras que la tensión vaya en aumento hasta el final. El final de la historia coincide con el inicio, algo que a mi parecer le da bastantes interpretaciones.
Tienes algunos errores de tipeo arriba. Por ejemplo: “James, perdía la concentración quería descubrir cosas, tocar a los animales, ver las liebres, incluso comerse un ciervo pequeño.” Lo correcto sería: “James perdía la concentración, quería descubrir cosas, tocar a los animales, ver las liebres, incluso comerse un ciervo pequeño.” Por lo demás me parece un buen trabajo.
Hola, Ocittore.
Buen relato, un ciclo sin retorno, como el efecto mariposa.
En esta frase: Entraron en la casa. Alice reavivó el juego de la chimenea y preparó café.
El corrector ortográfico te cambio la palabra “fuego” por “juego”.
Saludos.
Miguel y Kirjanik, les agradezco las observaciones tan certeras. Por desgracia no tenenmos una función para corregir y reeditar, pero en mi blog si que lo cambiaré. Me da gusta que les haya llamado la atención este cuento en círculo sin fin. Un abrazo y suerte.
Buenas, Ocitore.
Parece que James no aprende de sus errores, once vences vive lo mismo, once veces comete el mismo error. Eso me ha dejado un poco confusa, ¿por qué hace todas y cada una de las veces lo mismo? Si se supone que está allí para cumplir una misión y se acuerda de lo que pasa, ¿por qué no intenta hacer algo diferente? Sería distinto si, a pesar de llevar a cabo la misión haciendo otras cosas, siempre acabase con el fusil de Alice en la cara; es el destino, es inevitable, sin embargo, él pone de su parte para cambiarlo. Pero hacer una y otra vez lo mismo no me parece lógico, y no me parece que sea normal que, a pesar de eso, le sigan mandando a él a realizar la misión, cuando está claro que va a volver a fracasar, siempre, una y otra vez. No sé, no le encuentro lógica a eso.
Sobre la forma, a pesar de creo que lo has llevado bien, se repiten muchísimo los nombres de los personajes. Se nombran mucho entre ellos, en especial ella a él, ¿es necesario que diga tantas veces su nombre? Queda un poco repetitivo.
Y, para mi gusto, las frases del narrador, en general, son muy cortas. Da la sensación de estar leyendo un mensaje de telégrafo.
Pero vamos, esto son impresiones mías. Igual tú no estás de acuerdo con ello y es totalmente válido.
Nos leemos.
Un saludo.
Hola Ocitore. Coincido con los comentarios que ya te han hecho. Estoy de acuerdo en que los nombras, sobre todo el de ella, se repite mucho. Cuando platicas con alguien que conoces muy bien y se encuentran solos, no dices su nombre, solo expresas su opinión. También me parece un poco ilógico que le den tantas oportunidades, quizá exageradte un poco. Quizà con dos o tres hubiera sido suficiente. Por último, personalmente se me hace que la mención al tatuaje del tiburón está muy forzado en la historia, pues no aporta nada a la historia y se sale totalmente del contexto de la misma. En fin, es mi apreciación personal. Lo importante es que en general la historia es muy buena y de fácil lectura. Mucha suerte y un abrazo.
Hola a todos, gracias por los comentarios. Me gustaría aclarar que sí, en efecto, se usan en demasia los nombres James y Alice, en algunas frases con cambiarlos por un pronombre es suficiente. Lo tomo en cuenta, por otro lado, lo de las veces que se repite el viaje es porque hubo una complicación en la máquina que transportaba a James y estaba en un círculo vicioso tratando de avanzar en la historia para resolver el caso. Les agradezco mucho sus opiniones. Un abrazo.
Hola Ocitore
Me gusta tu relato, fluye y me proyecta imágenes. Con tu explicación queda más clara la lectura. ¿Pero que dirá el bendito papel? me tiene intrigada jeje, ojalá puedas contárnoslo en otra entrega.
En cuanto a mejorables:
-repites varias veces “dijo”, que puedes cambiar por otros verbos dicendi.
-el guión en:
James—le dijo
allí—dijo
va despegado de la primera palabra.
Gracias por permitirme aprender con tus letras. Te invito a leer mi cuento #31 “Dios no puede venir a la Tierra” que participa en el reto https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-60
Saludos!
(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)
Hola Ocitore. coincido con los compañeros en las repeticiones de los nombres ,etc pero creo que según se desarrolla la historia para mi no hay ninguna misión que cumplir en realidad es un entrenamiento que no logra pasar.un saludo mi relato es el 43
Me encantó, estoy tan intrigada de saber qué decía el papel 🙂
¿Y esta variante quedaría mejor?
James sintió la dureza de la cama, se levantó y se miró en el espejo. Hizo unos cuantos gestos tratando de reconocerse. Su tiburón tatuado resaltaba, estaba como nuevo. Encogió los hombros y salió de la casa. Cerca de la puerta estaba una mujer. Era Alice. Lo miró con sorpresa.
—Es un milagro que te hayas recuperado, James—le dijo con una voz aguda.
—Sí, la verdad no sé ni siquiera dónde estoy y quién soy. ¿Qué hago aquí?
—¿No te acuerdas, James?
—No. Te lo juro, es como si hubiera nacido hace unos minutos.
—Estabas inconsciente. El doctor dijo que si hoy no volvías en sí, te daría por perdido. Te declararía en coma.
—¿En coma?
—Sí, estabas fatal.
—¿Por qué?
—¡Te dispararon! Te caíste de aquella colina, ¿la ves? Solo Dios sabe cómo te encontramos. ¡Fue un milagro! ¿Puedes caminar? Mira, vamos allá para que la veas.
Anduvieron un poco y Alice empezó a llorar en silencio. James la abrazó y sintió su dolor traspasándolo. Volvieron abrazados. Él tenía frío, estaba en pijama y el viento lo empezó a calar.
—Me gusta este lugar—dijo con voz suave, James.
—Es tu sitio preferido.
Entraron en la casa. El fuego de la chimenea se avivó y prepararon café. James recordó la colina, el rifle, el golpe en la cabeza y el viaje al otro mundo. Miró a Alice con ternura y sorbió de su taza.
—Tenemos que encontrar la fosa, James.
—¿La fosa?
—Sí, solo tú sabes dónde está.
—Pero, ¿qué hay en la fosa?
—El cuerpo de McNeil.
—¿Quién es?
—Tú viste dónde lo enterró el asesino, por eso escapaste, el criminal te vio y te disparó.
Hubo un momento de silencio. Lo sabía todo, quería dar la impresión de que desconocía la historia, le habían advertido de la intuición de Alice. Era necesario ir al sitio donde estaban las margaritas y desenterrar el cuerpo de McNeil, luego leer la nota secreta y volver al futuro. Lo separaban trescientos años. Todo era tan común. James, perdía la concentración quería descubrir cosas, tocar a los animales, ver las liebres, incluso comerse un ciervo pequeño. Deseó estar en la vida del verdadero James y disfrutar de la poesía de la naturaleza, pero su misión se lo impedía. Calculó el tiempo y se dio cuenta de que podría realizar lo que quisiera a su antojo. Cogió la escopeta, corrió al lago y le disparó a un pequeño ciervo. Lo asó allí mismo en una hoguera. Se acercó Alice y compartió con ella la carne. Después de saciarse. James se restregó las manos con las yerbas y le pidió a Alice que la siguiera. Caminaron hasta una explanada en la que había una alfombra amarilla.
—Es allí—dijo despacio.
—¿Estás seguro?
—¡Claro! La pala y la pica están en esos arbustos.
Era cierto. Estaban allí con la tierra aun fresca. James los cogió, husmeó un poco y al encontrar un montículo comenzó a escarbar. Daba fuertes paladas sacando grandes cantidades de tierra.
—Tardaré una media hora, Alice. Ve por agua para limpiar el cuerpo de McNeil.
—Está bien. Vuelvo pronto.
Aceleró su trabajo. Tenía que leer la nota lo más pronto posible. Sus gotas de sudor bañaban la tierra, limpiándose con el antebrazo, se aseguraba de que Alice no estaba allí. Vio el cuerpo inerte de McNeil. Retiró la tierra con las manos. Sacó la nota. No podía leerla por la falta de luz. De pronto, se había nublado el día. Desdobló el papel y se orientó hacia el débil chorro de rayos que atravesaban las nubes. Levantó la cabeza y vio el cañón de un rifle. Sabía que era el final. La misión no se cumpliría. Oyó el estruendo de una explosión.
—Haz fallado otra vez—le dijo un hombre severo.
—Lo siento, general, no debí confiarme de esa mujer. No pude leer la nota, pero le prometo que la siguiente vez lo haré.
—James, llevas diez veces cometiendo el mismo error.
—Lo sé general, pero le prometo que si me manda de nuevo cumpliré sin falta la misión.
Volvió a despertarse en la dura cama, se miró en el espejo, cruzó viendo la cocina a su derecha, salió y habló con Alice, cazó al ciervo, subió a la planicie de las flores y comenzó a escarbar. Recordó los errores de las diez veces pasadas. Desdobló la nota rápido y cuando buscó la luz para leer explotó en su cara una detonación de fusil.
Muy buen relato. Me gustó mucho. Coincido con los comentarios de los compañeros en relación a lo que deberías mejorar.
Saludos
Gracias, Sebas A, ya he hecho algunos cambios. Espero mejorarlo un poco más. Hasta pronto y suerte.
no entiendo bien…algunos comentarios…vamos a suponer que se utilizan muchas veces los nombres de los protagonistas…se trata de un error o es una decisión del autor?
Se supone que es decisión del autor para remarcar en cada momento al personaje, pero quitando algunos sustituyéndolos por los pronombres también queda aceptable. Recuerdo cuando leí “El asesino que llevo dentro” de Jim Thomson, quien abusa un poco del uso de los nombres tanto en la forma de narrar como en el mal hábito del personaje de repetirlos. Todo es cuestión de gustos.
Buen relato, me quedé con las ganas de saber que decía la nota. Me recordó en cierta manera al día de la marmota con el día repitiendose, pero como no se explica el motivo de tanta repetición y pk es tan importante la misión, siento que falta algo.
saludos
Hola, a todos, otra vez por acá.
En efecto todo lo escrito es decisión del autor. Pero por mas que nos guste la escritura, no escribimos para nosotros, la idea primordial de todo escritor aficionado o profesional es transmitir, sensaciones y sentimientos, de ahi que a muchos compañeros del taller no les guste de a mucho, las palabras repetidas.
Para algunos las palabras repetidas crean una especie de caja de resonancia, que los saca de la lectura.
En ese sentido no es un error repetir nombres o palabras, es la forma como estas palabras suenan al momento de leerlas, y digo suenan, porque cuando leemos no importan las letras, importa lo que escuchamos internamente, lo que sentimos y percibimos de lo leído.
Esa es mi opinión personal, no soy un experto, si alguien desea complementar o refutar mi opinión, bienvenido sea, para eso estamos en el taller, para compartir nuestros textos y aprender.
Saludos.
Kirjanik, te agradezco mucho la opinión. Creo que habría que pensar que si el autor abusa de los nombres es con una intención, también si los personajes entre sí se tratan con esa familiaridad para subrayar que sus palabras tienen alguna intención. Tal vez en los diálogos se usen bastante para dejar claro quién es el personaje que habla, aunque esté claro que es uno u otro. De cualquier, forma muy buena tu opinión. Es un placer. Hasta pronto.
Hola Ocitore
De nuevo por aquí. Leo que escribes otra variante de tu relato, mas los errores que te anoté no los corriges, te lo comento por si te interesa pulirlo con esos detalles.
Saludos!
(¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)
Hola, Ocitore: Me encantó esa atmósfera cíclica de sueño y fatalidad. Muy buen escritura.
Y gracias por tu comentario, tan gentil.
Hola, Beba, por desgracia todavía no he pasado por tu propuesta, pero seguro que te dejaré, igual que Ortzaize, un halago: “princesita”, sea por el personaje de tu historia, sea porque lo eres de verdad. Un abrazo y mucha suerte.
Hola, Wbecky, me imaginé un tipo de infierno al estilo de Jean Paul Sartre en el que los sucesos que rodean al personaje, o los acontecimientos que forman parte de su situación espacial y existencial, se convierten en un infierno. Imaginemos que la máquina de la transportación en el tiempo se ha descompuesto y el personaje se ha quedado atrapado en un círculo vicioso en el que viaja al pasado, luego es asesinado y al volver a su tiempo, llega a otro tiempo y dimensión en el que su superior no es el real sino una copia o el jefe en el momento del inicioo de la misión. Algo así como una paradoja en el futuro en el que vuelves a la inicio y no al tiempo real. Lo que si habría que tomar en cuenta es el número de veces que el viajero va haciendo, pero se arreglaría con las palabras de James diciendo: “No , no es la segunta vez, es la undécima…, en tonces el jefe le diría: “LLevas haciendo lo mismo once veces…”
Bueno, gracias por la opinión y la visita. Un abrazo.
Hola Ocitore,
gracias por la aclaración. Muy bueno
Hola Ocitore.
Vaya que la historia que escribiste es repetitiva pero atrapa. De verdad que no quisiera quedarme con la duda de lo que dice la nota. Por el remoler de la trama y la falla de la maquina,imagino que habrá otro regreso. Dicen que no hay doce malo.
seria bueno que en esa ocación lleve una lampara de mano para leer la nota allí mismo y no tenga que buscar la luz para hacerlo, pues es cuando truena el rifle.
Una pequeñez de tecla cambiada, no se debe jugar con fuego. en una chimenea es fuego no juego.
me gustó el reto como lo desarrollas.
Un abrazo y saludos.
Buenas noches Ocitore
Me ha gustado tu historia, tiene misterio. James ha estado tantas veces en ese lugar y esa época que hasta desearía quedarse allí y disfrutar de la naturaleza. Y aunque a tu personaje siempre le vaya mal al menos se come el ciervo asado.
La idea de un viaje al pasado es interesante. Si bien tu viajero no consigue completar su misión, da para pensar que tal vez esté atrapado en un círculo temporal que se retroalimenta.
Por otro lado, siempre se aprende de los aciertos y errores, propios y ajenos. Personalmente aprecio aquellas críticas que me marcan detalles que se me pasaron por alto.
Saludos y nos seguimos leyendo.
Hola, Ofelia, me da gusto que la historia te haya interesado. Estoy completamente de acuerdo contigo en que el aprendizaje através de la prueba y el error son el mejor métodod de aprendizaje, pues solo practicando y trabajando es como se logra conseguir algo. Un abrazo muy fuerte y éxito.
Hola, Ocitore.
Me ha gustado tu relato ¡Vaya cuerda sin fin! Al leerlo me fue llevando hasta el final. Esto es lo que se busca en un relato, que el lector quede enganchado hasta el final. Los diálogos se comprenden muy bien.
¡Enhorabuena! Continúa escribiendo. ¡Nos leemos!
ARPA. Relato N° 44.
Muchas gracias por los comentarios, las sugerencias son de mucho valor y las recordaré para las próximas participaciones. Hay muchas películas y literatura de ciencia ficción en las que se trata el tema del tiempo. Un cuento que me impresionó fue el de Enoch Soames de Max Beerbohm se lo recomiendo a los que estén en busca de cuentos con estructuras interesantes y un tema sorprendente. Un abrazo a todos y suerte.
¡Hola, Ocitore!
Me gusta la idea de la paradoja temporal cerrada, cuyo ciclo el protagonista intenta abrir mediante pequeños cambios, pues si actuara de forma muy distinta en algo fundamental, probablemente los cambios en el futuro sería tan imprevisibles que distarían mucho de aquello que debe hacer para conseguir “su misión”. Esta idea del continuo retorno al inicio del ciclo, tras la muerte del protagonista, se ha explotado en muchas historias. Quizás en la tuya me falta la explicación “pseudo-científica” de porqué este reinicio de ciclo, pues si tu personaje muere en un tiempo que no le pertenece, su línea temporal en ese tiempo acaba, a no ser que la “máquina” disponga de algún tipo de “sensor” para posibles situaciones críticas que haga volver a James justo antes de que se produzca el impacto del proyectil, con lo cual James no moriría, sino que solo él sería consciente de la paradoja temporal, como parece ser…
Por otra parte el “tempo” de sucesión de acontecimientos me parece acelerado, casi onírico, lo que ha hecho que al comienzo del relato me diese la impresión de que estábamos dentro de un sueño. Quizás, unificando ambas cosas, la máquina tiene el cometido de hacer que James entre en los “recuerdos” (que por otra parte siguen una línea temporal) de Alice, suplantando al auténtico James, y de esta forma obtener la información contenida en esa nota…
Es solo una propuesta que te hago, respetando tu línea argumental, que creo que solucionaría esos dos pequeños “datos discordantes” y haría del relato un ecosistema “más cerrado”, pero es posible que tú ya tengas tu línea argumental propia y que sea tanto o más valida… Esto es solo una reflexión que hago por si te ayuda…
En cuanto a lo formal ya te han comentado las cosillas que le veo.
La verdad es que es un buen relato y he disfrutado mucho su lectura… ¡Enhorabuena y Saludos!
Hola, Solidsteel, te agradezco mucho el análisis tan certero que le haces a mi historia. Te confieso que me imaginé la máquina del tiempo en la que viajaba James, como un cacharro de esos que salían en las películas del pasado, en la que de pronto se descompinía una pieza o el programa, entonces la misión de James comenzaba a repetirse una y otra vez. Por la imposibilidad de apagar la máquina para no perder los datos que contiene durante su funcionamiento, la historia se repite y empiezan a registrarse algunas cosas raras como el conteo de los regresos de James al futuro. Bueno, muchas gracias por la visita.