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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Madeleine - por Isabel Caballero

Web: http://alzapalabra.blogspot.com/

Nací en Commercy, un lugar casi anodino si no fuera por mí. Conocerme es recordarme. Quienes han sentido la dicha de tenerme sueñan conmigo para siempre. Otras congéneres, incluso más exquisitas que yo, no han corrido la misma suerte. Voilà! La vida es así.

Me llamo Madeleine, como mi creadora, un nombre tan bonito como Clementine, o Albertine, y mucho más evocador, ¡dónde va a parar!

Fui pasado añorado y soy dulce presente, viajera del tiempo, alfombra mágica, puente de plata, puerta del cielo, causa de alegría, salud de los enfermos, estrella de los desayunos y de las meriendas también.

Mi presentación oficial se hizo en un banquete ofrecido por el Duque de Lorena. Todo empezó porque en las cocinas del castillo, el intendente y el cocinero se pelearon, soltaron los mandiles, espumaderas y sartenes, hasta saquearon las harinas dejando a los invitados sin postre. En medio de este desastre aparecí yo, temerosa de los hambrientos tiburones, tímida y sencilla, sin aguas de azahares, sin abalorios ni guarnición, sin pasas, ni almendras, ni piñones, ni canela. ¡Tal cual! Sorprendí gratamente a los comensales hasta el punto de que el Conde me envió como regalo a la Reina María de impronunciable apellido “Leszynska”. Fui regio regalo en bandeja de plata edulcorando los paladares Versallescos. Algunos cortesanos quisieron llamarme Pastel de la Reina, por fortuna respetaron mi precioso nombre de Madeleine.

Dos siglos después de mi nacimiento hechicé a un tal Marcelo enredado de palabras. Me prueba con te o tila, nunca se ponen de acuerdo los traductores del brebaje evocador. Marcelo me prueba embelesado y sueña o ensueña. Está abrumado que rima con bruma. Me besa, se estremece. El vaho en espirales envuelve su nariz y todo Combray entra en su taza: ora la torre de la iglesia, ora su ábside, la nervada cúpula, las alegres margaritas, y los rosales que surgen de un recodo de un camino. Marcelo mira las gotas de la reciente lluvia que forman pequeños caminos en los cristales de la ventana, la luz perlada esmerila los cristales, una rama del espino asoma y el color rosado de los brotes le hace sentir tan feliz como una perdiz de final de cuento.

Y aquí me tiene casi deshecha flotando sobre el líquido casi frío, nunca me han tratado así. Este hombre es un desastre. Cuelga algunas migajas debajo de su mostacho, mientras a golpe de pluma mi esponjoso cuerpo se convierte en un recuerdo proustiano.

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34 comentarios

  1. ¡Anda! Ya tenemos lío 🙂

    La última frase del relato debería ser así:

    “Y aquí me tiene ya deshecha, flotan mis restos sobre el líquido casi frío, nunca me han tratado así. ¡Este hombre es un desastre! Cuelga algunas migajas debajo de su mostacho mientras a golpe de pluma mi esponjoso cuerpo se convierte en un recuerdo.

    Escrito el 17 abril 2019 a las 19:48
  2. 2. Beba dice:

    Hola, Isabel: Nunca se me hubiera ocurrido una torta como narrador protagonista; y menos, una “madeleine”, tan sencilla y doméstica…No sé si has inventado su historia, pero es muy bonita. Proust, el enredado en palabras y metáforas, se desfigura con mucho ingenio, en bigotudo troglodita.Relato pulcro y bien tramado.
    Un saludo.

    Escrito el 17 abril 2019 a las 20:53
  3. 3. Alex dice:

    ¡Oh, mi apreciada Madeleine!

    Lejos de ser ni mucho menos un experto, guardo gratos recuerdos de tus besos matutinos, tan suaves y esponjosos que podría tumbarme en ellos y proseguir con mis sueños hasta la hora de comer.

    A pesar de tu desnudez, libre de incómodos ornamentos y sin necesidad de aderezos; tus formas perfectas, con tu piel canela ligeramente tostada te hace deseable hasta el extremo. Apetecible en grado sumo. Irremediablemente sensual.

    ¡Oh, Madeleine! Suspiro por las mañanas cuando te veo, cuando te siento agolpada en mi gaznate, cuando te empujo con el apresurado café de las ocho…

    Hubieron otras, es cierto. Mordí labios de chocolate. Disfruté pálidos cuerpos azucarados. Me perdí en cremosos abrazos adornados con mil y una corazas de infinitos sabores. Pero siempre te tuve en mi mente, en mi corazón y por supuesto en mi despensa.

    Y no digo nada más. Solo que el azar nos ha llevado, tras el furtivo y casual comentario de ayer, a que seamos hoy vecinos. Estoy en el texto inmediatamente anterior al tuyo. Si te apetece pasar a leer un texto escrito con prisas, con más ganas que técnica y sin nada personal por esta vez, estaré encantado en ser víctima de tu análisis despiadado.

    Yo por mi parte, leeré de nuevo tu trabajo, que a primera vista me ha resultado sublime. Haré un análisis hondo como un abismo, por si encontrase algo que aportar. Aunque creo que es ya muy, muy bueno.

    Voy a prepararme un vaso de leche, apreciada Madeleine.

    Escrito el 17 abril 2019 a las 21:10
  4. 4. Alex dice:

    Hola Isabel,

    Repito al comentarte, pero esta vez con los deberes hechos y sin metáforas pasteleras. (Aquí va una sonrisa).

    Tiempos verbales: Genial.
    Vocabulario: Genial.
    Narración: Genial.
    (Vamos bien por el momento)
    Descripciones: Genial.
    Argumento: Genial.

    Puedo seguir así un buen rato, pero se haría aburrido. (otra sonrisa, por favor).

    He encontrado una cosilla, que creo es corregible:
    “pasteles Versallescos”, aunque Versalles es un nombre propio, versallescos es un adjetivo y por tanto creo que debería ir en minúsculas.

    Y por mejorar algo, en la frase:
    “Me prueba con te o tila, nunca se ponen de acuerdo los traductores del brebaje evocador”

    Parece que los traductores traduzcan el brebaje, y no el texto que lo describe. Quizás habría que darle un repaso a esa frase para que sonase mejor.

    Aún así, no he podido empezar mejor mi periplo de lecturas del taller de este mes. Un trabajo fantástico. Enhorabuena.

    Alex.

    Escrito el 17 abril 2019 a las 21:35
  5. Hola Beba. Pues te cuento que la historia de la magdalena es real. Así nació el dulce, o la torta, como vosotros la llamais.
    Los nombres de Clementine y Albertine no están puesto a lo loco, fueron amantes del narrador (en la vida real se especula sobre si fueron varones), Albertine desaparecida título del volumen sexto de “En busca del tiempo…” y Clementine, con menor importancia y de manera esporádica, en uno de los primeros volúmenes.
    Muchas gracias compañera, mañana voy a por tus “Margaritas”.

    ¡Pero Alex! ¡Qué comentario más bonito oye!, si es que en sí mismo parece una alegoría poética de la dichosa magdalena. Muuuchas gracias. Gracias. Y ya sabes, puedes hacer la crítica que quieras y en cualquier sentido.
    Mañana con tiempo y calma te comento tu relato. Has pronto.

    Escrito el 17 abril 2019 a las 21:37
  6. ¡Ahh! acabo de ver tu segundo comentario Alex. Tienes razón, versallescos con minúsculas… y sobre la traducción del brebaje… lo pensaré 😉

    Gracias compañero generoso. Hasta mañana.

    Escrito el 17 abril 2019 a las 21:39
  7. Me auto corrijo de nuevo una frase en la que repito cristales:”las gotas de la reciente lluvia que forman pequeños caminos en los cristales de la ventana, la luz perlada esmerila los cristales”

    La dejaré así: “las gotas de la reciente lluvia que forman pequeños caminos en los vidrios de la ventana, la luz perlada esmerila los cristales”

    Escrito el 17 abril 2019 a las 22:32
  8. 8. Miguel Rojas dice:

    Hola Isabel.

    Pobrecita Madeleine :(. Me dio curiosidad la torta. Me gusta esta clase de humanización de los objetos, en los que se va relatando la historia detrás de los mismos. Me parece que el vocabulario es evocador y le da llama y color a la vez que olor y sabor: casi puedo sentir el dulce y la crema asomarse a mi paladar. Me dejó con hambre este relato. Ya quisiera comerme una Madeleine. 😉

    Escrito el 17 abril 2019 a las 23:33
  9. 9. IreneR dice:

    Buenas, Isabel.

    ¡Qué relato más original! Me ha encantado. Jamás se me hubiese ocurrido escribir desde el punto de vista de una ¿magdalena?
    No conocía la historia, y me ha parecido muy interesante y curiosa.

    La verdad es que no tengo nada más que resaltar, solo reiterar tu buen trabajo y lo mucho que lo he disfrutado.

    Nos leemos.

    Un saludo.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 07:40
  10. 10. El Apuntador Mudo dice:

    Buenos días Isabel.

    Me ha resultado simpático el relato autobiográfico de la madalena. Gran calidad narrativa, alguna palabra del reto se me escondió de lo bien encastrada que estaba en el relato. Una fusión final con el célebre Marcel Proust por si alguien tenía dudas o no captaba la esencia el relato. Dejándolo redondo sin esquinas.

    Me ha gustado tu creación, he disfrutado y he aprendido un buen “cacho”.

    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 09:04
  11. 11. Luigi Callieri dice:

    Hola Isabel, Me gusta mucho este juego que propones, con un objeto (magdalena) que es personaje y a lo que parece también narrador.
    Para dejar mi opinión (despreciable) aprovecho un comentario que haces a Beba:
    Los nombres de Clementine y Albertine no están puesto a lo loco, fueron amantes del narrador
    Da la impresión de que hubo duda por parte de la autora en elegir narrador. El pobre Marcelo, tal vez fue el primer candidato, que al final fue desplazado por la “madalena” del sábado. El lapsus proustiano que se te coló en el envío y que corriges en el primer comentario me refuerza más en esta opinión.
    El relato me gusta mucho, pero tal vez merezca la pena experimentar y decidir por alguno de los dos narradores, o los dos jejeje, y resistir la tentación “autoral” de meterse por medio.
    ¡Ah! y a mí me gusta el final como está “recuerdo proustiano” ¿por qué no?.
    Un abrazo

    Escrito el 18 abril 2019 a las 09:15
  12. 12. Josè maría dice:

    Bonita forma de escribir,¿Es la historia de la magdalena ,por casualidad? un abrazo y nos leemos

    Escrito el 18 abril 2019 a las 11:43
  13. Gracias Miguel. ¿te entró hambre?, mira, como a la Margarita de tu relato ¡pobre!

    Irene y José María, muchas gracias a los dos, y sí, es la historia real de la magdalena o madalena, pero contada o desvirtuada ;( a mi manera.

    Mil gracias Apuntador… bueno, se trataba de hablar también de un viajero del tiempo ¿quién mejor que el Gran Marcelo en su búsqueda del tiempo perdido y su madalena viajera? 😉

    Luigi, así es, fui dando bandazos entre el narrador proust y el objeto de su viaje, al final terminé por cosificar la madalena. Ya afinaré algunas cosillas del relato. Eso es lo bueno de este lugar, que me ayudais. Un abrazo de los apretaos Luigi 🙂

    Escrito el 18 abril 2019 a las 14:32
  14. 14. Patricia Redondo dice:

    Fantástico relato Isabel, original por los cuatro costados y bello en la forma. La primera vez que lo leí se me torció el morro, como establecer una conexión emocional con una madalena??? Pero sí, en una segunda lectura la condenada me ha hecho reír con esa pelea entre cocineros, me ha traído aromas literarios ya olvidados y me hecho revivir lecturas lejanas, tanto que hasta he vuelto a abrir ese primer libro buscando el tiempo perdido. Hay que joderse! Todo por una madalena! Felicidades! busca del tie

    Escrito el 18 abril 2019 a las 21:16
  15. 15. Paola Panzieri dice:

    Hola Isabel

    Y algunos sin encontrar creatividad! Fíjate que incluso una magdalena tiene tanto que contar… bueno, siempre que se encuentre en buenas manos!!

    Buen trabajo

    Escrito el 19 abril 2019 a las 11:49
  16. 16. Osvaldo Vela dice:

    Hola Isabel.

    Estoy seguro de haber escrito mi comentario cuando solo había cuatro, pero, me imagino que no lo transcribí correctamente.

    En el te contaba que mi mujer administraba una pastelería familiar de nombre “Karella”. Nombre nacido de nuestros apellidos, Cardenas (Kar) y Vela (ella). El bocadillo que mas se vendía era la “madalena”, aunque se oye mas distinguido en Francés.

    Además, con los aderezos escritos que tu le otorgas al panecillo, lo conviertes en digno manjar de un paladar poético y principesco.

    Me encanta la personalidad que le das al principio para luego rematar con con el trato infame de un hombre. Genial.

    Un abrazo y te felicito

    Escrito el 19 abril 2019 a las 15:39
  17. 17. JUANA MEDINA dice:

    Bravo, Isabel!!
    ¿Qué más puedo decirte? Es fino, con gracia, culto con excelente ritmo, poético y mucho más.
    He pasado un buen rato. Siempre encantada de leerte.
    Felicidades

    Escrito el 19 abril 2019 a las 18:01
  18. Paola… te he echado de menos colega. A ver si te animas pronto ¿vale? Gracias por tu comentario.

    Patricia… gracias, ¿en serio vas a leerte oootra vez el mamotreto del tiempo perdido? 😉 Gracias compañera, ya leo tu “Obdulia”

    Osvaldo… pese a las cualidades y calidades de la madalena,
    nosoy nada golosa salvo del chocolate negro, así que no pienso pasar por “Karella”. Lo que si voy a hacer es pasarme en un rato
    por tu “Peregrina”

    Juana… muuuchas gracias por todas las cosas bonitas y generosas que me apuntas, apuntado también tengo a “Tiburón-Yacaré”

    Gracias compañeros.

    Escrito el 20 abril 2019 a las 12:08
  19. 19. Pepe dice:

    Hola Isabel,

    Ge…nial, mac… macnífico…

    Me has dejado sin palabras, mucho menos sin calificativos, y si me han salido eso dos es porque los recuerdo haber leído por los comentarios… Un segundo… ¡Imaginativo y original…! Eso también me suena… Mejor así. No añado nada más; mis palabras nunca estarán a la altura.

    Como todo lo que he leido de ti, me encantó.

    Enhorabuena (de nuevo) y… Nos leemos!!!

    Escrito el 20 abril 2019 a las 20:41
  20. Pero bueno Pepe…¡qué entusiasmo! Muuchas graciasss.

    Escrito el 21 abril 2019 a las 09:12
  21. 21. Laura dice:

    Hola Isabel.
    Nada queda que no se haya dicho. Tan sólo te felicito por la calidad y belleza de tu texto.
    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 21 abril 2019 a las 16:31
  22. 22. David Rubio dice:

    ¿De qué me suena esta autora? Je, je, je… ¡Hola, Isabel! Bueno, un gusto encontrarte en esta red que, para mí, es la mejor de todas las redes literarias. Hacía más de dos años que no participaba y este mes me animó ese viajero en el tiempo, con la lengua fuera pero conseguí presentarlo en plazo.
    Bueno, a tu relato. Es un relato que formalmente es impecable, tiene ritmo, tiene fluidez, tiene entusiasmo. Las frases y las palabras bailan entre las líneas. Si fuera una historia más tradicional, te diría que habría abuso de adjetivación. Pero en este divertimento literario queda bien.

    Prometo que cuando me coma una madalena me sentiré un poco culpable.

    ¡¡Un fuerte abrazo!!

    Escrito el 21 abril 2019 a las 18:18
  23. Hola Laura, muchas gracias compañera… busco tu relato y ya te diré. Hasta pronto.

    Amigo David, que bueno que andes por aquí. No te conocí inicialmente en “Como Margaritas para los tiburones”, que por cierto ya te dije me pareció un estupendo trabajo…, pero al leer algún comentario tuyo a otros aportes, además del nombre y el apellido, pensé que lo mismo eras tú. ¡Qué bueno tenerte de compañero por aquí!, llevo en literautas un par de meses y estoy encantada con el lugar, y sobre todo, con lo que se aprende.

    Sobre los adjetivos tienes razón, y aunque no se debe excusar los trabajos, adjetivé adrede en algunos párrafos intentando hacer una parodia de como escribía el maestro Proust y su rebuscada (y maravillosa) prosa, (algo imposible de imitar, claro)… son las frases en que todo Combray entra en su taza.

    Pues un fuerte abrazo David, ya sabes que puedes y debes hacerme las críticas que consideres necesarias. Hasta muy pronto, aquí o allá, o allá y aquí 🙂

    Escrito el 21 abril 2019 a las 19:33
  24. 24. Conrad Crad dice:

    Hola, Isabel
    Que texto tan bien horneado. La masa subió en su justa medida, esponjosa, aromática y delicada al paladar. Se nota la mano de una repostera experta. Me sumo a todo lo dicho por los compañeros. Es una delicia leerte.
    Un abrazo fuerte.

    Escrito el 22 abril 2019 a las 15:09
  25. Gracias Conrad. Un fuerte abrazo de parte de la cocinera 😉

    Escrito el 22 abril 2019 a las 19:35
  26. 26. M.L.Plaza dice:

    Hola Isabel.
    Gracias por pasarte por mi texto.
    Pues no es presumida tu Madeleine,ni nada. Los líos que nos trajimos de pequeños para decidir si el bollo de todas las tardes se llamaba magdalena o madalena. Siempre he pensado en ellas en minúscula. Pero la tuya, tan literaria y aristocrática, se merece el nombre propio y, además, en francés.
    Me ha encantado tu relato: divertido, dinámico y magníficamente escrito.
    Te comento lo que he visto, que ya sabes que solo es una opinión personal:
    -Primero hablas del Duque de Lorena, después lo tratas de Conde.
    -En ese párrafo repites regalo.
    -En el siguiente, me prueba.
    -Sobra alguno de los tres Marcelo.
    -“Está abrumado que rima con bruma.”,más que rima parece una cacofonía.
    -un recodo de un camino. Quitaría un un: un recodo del camino.
    -A continuación repites camino.
    -“en un recuerdo proustiano”,en recuerdo de un tiempo perdido. Ya sé que es cursi y manido, pero quería ponerlo.
    Me ha encantado leer el relato y eso que no me gustan las madalenas ni tu Marcelo.
    Saludos

    Escrito el 22 abril 2019 a las 19:36
  27. Hola M.L. Plaza, ahora mismo estaba terminando el borrador del relato, y coincidimos en las correcciones. Lo único que dejo es la frase de “Está abrumado que rima con bruma”, porque lo hago de manera irónica buscando precisamente ese efecto rebuscado.
    Te agradezco tu tiempo ML

    Al final, con ayuda de todos, la propuesta ha quedado así:

    Madeleine

    Nací en Commercy, un lugar casi anodino si no fuera por mí. Conocerme es recordarme. Quienes han sentido la dicha de tenerme sueñan conmigo para siempre. Otras congéneres, incluso más exquisitas que yo, no han corrido la misma suerte. Voilà! La vida es así.

    Me llamo Madeleine, como mi creadora, un nombre tan bonito como Clementine, o Albertine, y mucho más evocador, ¡dónde va a parar!

    Fui pasado añorado y soy dulce presente, viajera del tiempo, alfombra mágica, puente de plata, puerta del cielo, causa de alegría, salud de los enfermos, estrella de los desayunos y de las meriendas también.

    Mi presentación oficial se hizo en un banquete ofrecido por el Duque de Lorena. Todo empezó porque en las cocinas del castillo, el intendente y el cocinero se pelearon, soltaron los mandiles, espumaderas y sartenes, hasta saquearon las harinas dejando a los invitados sin postre. En medio de este desastre aparecí yo, temerosa de los hambrientos tiburones, tímida y sencilla, sin aguas de azahares, sin abalorios ni guarnición, sin pasas, ni almendras, ni piñones, ni canela. ¡Tal cual! Sorprendí gratamente a los comensales hasta el punto de que me enviaron como regalo a la Reina María de impronunciable apellido “Leszynska”. Fui regio presente en bandeja de plata edulcorando los paladares versallescos. Algunos cortesanos quisieron llamarme Pastel de la Reina, por fortuna respetaron mi precioso nombre de Madeleine.

    Dos siglos después de mi nacimiento hechicé a un tal Marcelo enredado de palabras. Me prueba con te o tila, nunca se ponen de acuerdo los traductores del brebaje evocador. Se embelesa con mi sabor y sueña o ensueña. Está abrumado que rima con bruma. Me besa, se estremece. El vaho en espirales envuelve su nariz y todo Combray entra en su taza: ora la torre de la iglesia, ora su ábside, la nervada cúpula, las alegres margaritas y los rosales que surgen de un recodo del camino. Marcelo mira las gotas de la reciente lluvia que forman pequeños caminos en los vidrios de la ventana, la luz perlada esmerila los cristales, una rama del espino asoma y el color rosado de los brotes le hace sentir tan feliz como una perdiz de final de cuento.

    Y aquí me tiene ya deshecha, flotan mis restos sobre el líquido casi frío, nunca me han tratado así. Este hombre es un desastre. Cuelga algunas migajas debajo de su mostacho mientras a golpe de pluma mi esponjoso cuerpo se convierte en un recuerdo.

    Escrito el 22 abril 2019 a las 20:00
  28. Y me acabo de dar cuenta de que “presente” lo repito, bueno… ooootra vez a corregir 😉

    Escrito el 22 abril 2019 a las 20:01
  29. 29. kirjanik Maya dice:

    Hola, Isabel Caballero.

    Conozco a varias Magdalenas y una Madeleine, pero ninguna de ellas es un postre.
    Cuando leí el primer párrafo, creí que el relato iba por otro lado, salvo mi gran ignorancia en temas culinarios (que es mas que evidente) es un relato exquisito, vaya que llevas un ritmo muy natural, las palabras claves del taller están casi sumergidas en el relato, habría que untarse las manos para encontrarlas. Lo del viaje en el tiempo, no lo vi hasta que lo dejaste en los comentarios, pero sigo creyendo que es mas falencia mía que de tus letras,

    Como siempre, es muy grato leer tus propuestas en el taller.

    Saludos.

    Escrito el 23 abril 2019 a las 03:06
  30. Muchas gracias Kirjanik Maya.Lo del viaje en el tiempo lo lleva implícita la propia madalena proustiana, ya sabes, los recuerdos involuntarios del pasado al oler, o saborear, en este caso una madalena: El propio título de Marcelo (Marcel Proust) así lo indica, “A la búsqueda del tiempo perdido”. Un cordial saludo.

    Y yo sigo dándole vueltas a las indicaciones o correcciones que algunos compañeros me han sugerido. Oootra vuelta de tuerca más, a ver que sale de esto 🙂

    Gracias a todos.

    Escrito el 23 abril 2019 a las 13:16
  31. 31. isan dice:

    Hola Isabel:
    Bonita forma de contar la historia de un postre tan humilde como universal. Desde que se crea hasta que se destruye. Me ha parecido elegante y divertido. Bien trabajado y documentado, pero casi sin que se note. Lo único que no veo es cómo o dónde ubicar al tal Marcelo.
    Te felicito porque de una modesta magdalena has hecho una joya.
    Un slaudo.

    Escrito el 24 abril 2019 a las 21:48
  32. Hola Isan, buenos días. Muchas gracias por tu comentario. Cuando tengas tiempo y un ratillo, por favor, explícame que quieres decir con la ubicación del tal Marcelo (Marcel Proust)

    Un cordial saludo compañero.

    Escrito el 25 abril 2019 a las 08:15
  33. 33. isan dice:

    Hola Isabel:
    No había caído que el tal Mrcelo era Proust. Con lo de la ubicación me preguntaba qué papel jugaba. La lectura de los comentarios me han sacado de mi ignorancia.
    Un saludo.

    Escrito el 25 abril 2019 a las 21:23
  34. Compañeros, quiero agradecer toda la ayuda que me habéis prestado, gracias a vosotros Madeleine ha crecido y se ha esponjado. Ya he hecho las correcciones oportunas y solo queda daros un fuerte abrazo colectivo. Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 30 abril 2019 a las 18:47

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