¡¡¡SORPRESA!!! - por CASSIA

¡¡¡SORPRESA!!!

Son las 7 de la mañana y ya está con el móvil leyendo las noticias. Noelia se ha presentado en mi casa en plan sorpresa y ha preparado dos tazas de café y tostadas. Está sentada en la banqueta de la cocina.

“Encuentran cadáver de tiburón en una playa de Isla Margarita”, lee.

-Marcos, ¿qué te parece Isla Margarita?
-No sé, aun quedan seis meses para la boda y el viaje.
– Venga va, será divertido. Tomaremos margaritas en Isla Margarita.

Marcos y Noelia llevan cinco años juntos y decidieron casarse hace año y medio. No quieren hacer una boda muy exagerada. Lo único “a lo grande” será el viaje de novios y están decidiendo el lugar. Noelia está muy ilusionada. La boda es un mero trámite pero para ella supone el principio de todo lo que la sociedad espera: piso, hijos, mascota,… Marcos no lo tiene tan claro. Hace un año que conoció a alguien.

¡Qué paradoja, decidir el destino del viaje de novios cuando no te puedo sacar de mi cabeza! Te conocí en el Jardín Botánico; trinaban los pájaros, olía a jazmín, se respiraba la primavera. Después de una mañana de mierda había decidido desconectar y el Botánico siempre ha sido mi vía de escape. Estaba sentado en un banco y te acercaste. Parecías Indiana Jones, vestido con pantalón beige y camiseta de camuflaje, con tu mochila al hombro, el pelo recogido en un moñete y esos profundos ojos verdes, hasta llevabas un colgante que parecía el diente de un tiburón.
Te sentaste en el mismo banco que yo y empezaste a decirme que acababas de llegar de la selva amazónica. Yo me sentí un poco intimidado ¿y este tío de qué va? Pero poco a poco tu monólogo se tornó dialogo. Te conté que había discutido con mi jefe porque él no sabía gestionar el trabajo y nos mandaba hacer cosas absurdas. En fin, me desahogue contigo. Y mientras hablaba tu ibas poniendo una mano en mi pierna, en plan comprensivo, pensé yo, pero la empezaste a mover arriba, abajo, arriba, abajo.
-¿Qué coño haces? Te dije, mientras te quitaba la mano de golpe y me levantaba del banco.
-Perdona, pensaba que,…
– Pues no sé qué pensabas, pero no.
– Vale, vale pero no te marches. Es que acabo de llegar a la ciudad y en la app que uso para ligar, ponía que este es un lugar de contacto gay, ¿no lo sabías?
– No, pero ahora me cuadran muchas cosas.
Y así fue como empezó todo. Poco a poco, con más paciencia que un santo, te fuiste haciendo un hueco en mi vida. Hasta el día que fuimos a tu apartamento a ver las fotos del Amazonas. Allí estábamos los dos sentados en la cocina, como estamos ahora Noelia y yo, cuando me besaste. Y ese no fue el problema. Mi problema es que te devolví el beso porque hacía tiempo que me moría de las ganas. De eso ya hace meses.

Y aquí estoy, con Noelia en la cocina, a punto de salir de mi zona de confort.
-Noelia, tienes razón. Tomaré margaritas en Isla Margarita, pero no contigo. Lo siento pero esto se acabo.

Xavi sale de la habitación, me coge de la cintura y me besa.

-¡Por fin, Marcos, pensaba que ibas a llegar hasta el altar! dice Noe; deja el anillo que le había regalado cuando nos comprometimos en la mesa, me da un beso en la mejilla y se marcha.
Xavi y yo nos miramos sorprendidos por la reacción de ella y, besándonos, nos volvemos a la cama.