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El compañero impertinente - por Eric Milne

El salón 1-2 del bloque B de la universidad era un auditorio, en el que debían caber unas cincuenta personas. Cuando Amanda llegó ya estaba lleno, con apenas dos sillas desocupadas. Se movió lo más rápido posible hasta la que estaba más hacia atrás.
Mientras ella se miraba el maquillaje entraron dos hombres. El primero, un joven que no debía superar los treinta, vestido con una camisa blanca a la que le parecían sobrar dos tallas. Éste se sentó en la otra silla desocupada, que estaba en la primera fila, y su compañero se quedó de pie a su lado.
Se fijó más en este último porque llamaba mucho la atención: pelo blanco como la nieve, y un traje igual de blanco con un cuello alto y que le cubría los pies, parecido a una sotana. No cuadraba en la jornada de inducción a docentes, ni en una universidad, ni en una ciudad del trópico.
Mientras contemplaba al personaje llegó la directora. Una mujer alta, con un vestido negro muy elegante. Dejó su bolso junto al computador que había enfrente y tomó el micrófono.

–Buenos días, y bienvenidos, a esta la que será de ahora en adelante su universidad. Esta jornada de inducción se extenderá por dos días, y tienen el programa completo en sus mesas. Mi nombre es Margarita Toledo, soy la vicerrectora académica, y tengo ya un año en el cargo. El rector se disculpa por no poder acompañarlos el día de hoy…
–¿Lo ves? ¡Te lo dije! Está en el congreso ese del ministerio —gritó alguien. Amanda miró al impertinente: era el de blanco, hablándole a su compañero.
Estaba a punto de quejarse, pero enseguida se dio cuenta que la vicerrectora había seguido hablando.
–…El profesor Samuel Álvarez, del área de ciencias exactas, la profesora…
–Samuel es el gordito, el cachetón que vimos en la entrada.
–…del área de Humanidades, que recientemente regresó de un diplomado que…
–Vi que el edificio de Humanidades tiene un diseño más moderno que el resto, debe ser el último que hicieron.
En este momento, la hoja de asistencia llegó hasta su compañero, pero el de blanco no la firmó.
–…contribución en la investigación sobre la caza de tiburones blancos en colaboración con…
–Oh, sí, ésa fue bastante interesante. Duró como cuatro meses casi seguidos en altamar.
Amanda miraba, cada vez con más sorpresa, cómo no sólo la vicerrectora no parecía molestarle el verse interrumpida por aquél sujeto, sino que nadie más parecía determinarlo. Sólo el amigo le asentía ligeramente, sin voltear a mirarlo. Quizá sólo se habían conocido recién y ahora lo estaba dejando en vergüenza.

La hora del receso llegó. En el movimiento de la gente perdió al de blanco de vista, pero ella estaba determinada en seguirlo. ¿Quién era él? ¿Un profesor, un director? La vicerrectora ni siquiera lo había mencionado en la presentación.
No tardó en encontrarlos. Afuera del auditorio, su amigo degustaba la cocina gourmet que les tenían preparados, pero el de blanco no había tomado nada para comer.
Siguió mirándolos mientras a ella le servían una ensalada. Margarita caminaba hacia ellos, por detrás del de blanco. Seguro que ella había estado esperando ese momento toda la mañana. Pero cuando Amanda pensó que se giraría para que hablaran los tres… Margarita simplemente lo atravesó.
Se rascó los ojos. Caminó para cambiar de ángulo y asegurarse de que sus ojos no le estaban jugando una broma.
Mientras tanto, el de blanco, aparentemente molesto por aquella falta de respeto, se había cambiado de sitio quedando al lado del joven. Margarita habló con éste, sin mirar al amigo ni decirle nada en absoluto. Se rieron un poco, y luego se fue.
Amanda no intentó disimular más y fue directo hacia ellos.
–Buenos días. Ustedes, ¿a qué área entran? —les preguntó con todo el valor que pudo reunir.
–Ingenierías —respondió Elías con agrado, hasta que se dio cuenta de que había empleado el plural. La joven que tenía enfrente miraba a Tod. Pero no miraba a lo lejos, como hacían todos, como había hecho la vicerrectora hacía un momento.
–¿Usted puede ver a Tod?

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7 comentarios

  1. 1. M.L.Plaza dice:

    Hola,Eric.
    Has escrito un relato muy curioso.
    Nunca había oído lo de Jornadas de Inducción a Docentes. Parece que es algo habitual en las Universidades chilenas al principio de curso.
    Me he perdido en la frase: “miraba a Tod. Pero no miraba a lo lejos, como hacían todos” ¿Tod es visible para todos desde lejos?
    Me he quedado con ganas de saber más de tus personajes y de los poderes que tienen.
    Ha sido muy interesante leerte.
    Saludos

    Escrito el 18 abril 2019 a las 05:45
  2. 2. Eric Milne dice:

    Hola M.L. Plaza.
    Pues me enteré de la existencia de las jornadas de inducción en mi propia universidad hace poco, pero tiene sentido, los profesores son nuevos, muchos vienen de otras universidades, no conocen la sede ni los sistemas internos, y me dio curiosidad.

    En la frase “Pero no miraba a lo lejos, como hacían todos”, lo que quería decir era que no lo veían. Es decir, miraban lo que estaba detrás de Tod, en lugar de enfocarse en él, entonces parecería que estuviesen mirando a lo lejos. Pero ya veo que debo buscar una expresión mejor para eso.

    Gracias por pasarte por acá. Saludos!

    Escrito el 18 abril 2019 a las 17:44
  3. 3. MOT dice:

    Hola Eric.
    Según iba leyendo, me iba preguntando a ver adónde llegaría la historia, a ver por dónde iba a tirar… me tenía enganchado, y luego el final, ESE final… ¡Magistral! Hace que todo cobre sentido, o al menos eso me ocurrió a mí. Magnífico y excelente trabajo, enhorabuena.
    Saludos

    Escrito el 19 abril 2019 a las 18:37
  4. 4. Eric Milne dice:

    Hola MOT! Me alegra ver que te haya gustado el relato. Me pasaré por el tuyo. Saludos!

    Escrito el 20 abril 2019 a las 18:16
  5. 5. Anémona dice:

    Hola, Eric.

    En primer lugar, gracias por pasarte por mi relato. Como M.L. Plaza, yo tampoco sabía de la existencia de las “Jornadas de Inducción a Docentes”, inclusó pensé que sería algo inventado para el relato, pero ya leí en una de tus respuestas que se celebran realmente. Lo que si me atrevería a decirte es que el nombre de esas jornadas debe ir en mayúsculas.

    Me atrevo a señalarte que las rayas de los diálogos deben ser siempre guión largo y
    después de los puntos suspensivos se escribe en minúscula (–…El profesor Samuel ), en otros párrafos está bien escrito.

    Las palabras del reto están bien introducidas en el texto y la escena que relatas es muy visual.

    Un saludo y nos leemos

    Escrito el 22 abril 2019 a las 17:44
  6. 6. Eric Milne dice:

    Hola Anémona!
    Gracias por tus comentarios.

    Ya veo el error de las líneas de diálogo. Lo que pasa es que estoy escribiendo el primer borrador en LaTeX, y éste permite introducir tres tamaños de guión, entonces estaba usando guión medio para el inicio de la conversación y guión largo para el intermedio. Pero acabo de revisar y, efectivamente, la RAE dice que sólo debe usarse el guión largo. Lo tendré en cuenta de aquí en adelante.

    En cuanto a las jornadas, tengo entendido que no es un nombre propio, y que es un evento común, como cuando entras a una empresa (aunque no sé si esto sea una práctica general, por lo que veo no lo es en otros países). Lo averiguaré mejor.

    Gracias por pasarte por acá!

    Escrito el 22 abril 2019 a las 18:46
  7. 7. Laura dice:

    Hola Eric.
    Me ha gustado tu relato.Engancha y da para que lo puedas continuar con estos dos personajes tan particulares.

    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 28 abril 2019 a las 12:00

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