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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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AÑORANZAS - por Baltasar

AÑORANZAS

Cuando esta mañana llamó el cartero, no podía imaginar que la carta que me entregaba era de Alejandra. Al ver el remite no he podido evitar emocionarme. ¡Dios mío! ¡Cuánto tiempo pasado desde que abandonara el pueblo! ¡Medio siglo, sí! Yo tenía dieciocho años y acabo de cumplir sesenta y nueve. Fue por entonces cuando los pueblos empezaron a despoblarse. Pasaba de los mil quinientos habitantes y ahora no llegamos a los cien. Nos escribimos con frecuencia durante mucho tiempo: ¿Por qué no te vienes?, me decía una y otra vez y me explicaba las maravillas que iba descubriendo en la capital.

Luego, un buen día, dejó de hacerlo. Yo también, después de que la escribiera unas cuantas veces sin que tuviera contestación. Tendrá sus motivos, pensé entonces.

Cuando después de un rato he podido tranquilizarme, al abrir el sobre han caído al suelo pétalos de margarita, que han hecho de nuevo que mi pecho estuviera a punto de estallar.

A Alejandra le gustaban las margaritas. Me lo dijo un día que paseábamos por el campo, lejos de la playa, donde desde la mañana se apiñaban los veraneantes.

Al día siguiente fui a buscarla con un ramillete, que casi me arrancó de las manos, alborozada. Cuando nos vimos por la tarde me dijo que las había puesto en un jarrón en la ventana de la cocina. Me hubiera gustado ponerlas en el salón, pero la cocina es mucho más luminosa, me dijo, alborozada todavía.

Los pétalos caídos parecen extraídos de uno de esos libros en los que ella guardara los que yo le enviaba en cada una de mis cartas. Cuando estas terminaron, yo seguí recogiendo margaritas, que ofrecía a Alejandra en la distancia, a cientos de kilómetros. Hoy parece que fuera nuestro vínculo: yo recogía, ella conservaba.

Me cuenta cosas de su vida. De una vida de solitaria. Como yo, como la mía. Que quiere volver, que se siente vieja, que el ruido de la ciudad hace ya mucho que la aturde y que cuanto más tiempo pasa más echa de menos ese mar que veía desde su ventana; el verdor de ese bosque, de estos campos cuajados de margaritas… Que quiere venir a morir aquí, en la paz de este precioso pueblo. Cuánta razón, me dice, que tenía yo al no quererlo abandonar.

¡Qué puedo yo contestarla ahora! Que sí, que se venga. Pero me enteré de que su casa, la casa de sus padres se vendió hace ya muchos años. Decirle que tiene la mía a su disposición. Claro que aquí, en el pueblo, no se vería bien. Ya sé, ya sé que las cosas han cambiado mucho. ¡Y tanto!, pero no en este rincón apartado de todo eso que llaman civilización, en el que además solo quedamos un centenar de viejos, casas vacías y no pocas a punto de desaparecer también. ¡Claro! ¡Puede que muchas de esas que quedaron vacías se alquilen o se vendan! Eso voy a decirle. Que me encargaré de encontrarle una desde la que pueda contemplar el mar, como lo hacía entonces desde la suya, como yo lo hago casi todos los días, sentado en aquella piedra en la que entonces nos sentábamos los dos, junto al camino por donde yo bajaba a pescar tantos días… Pero que ya no tengo ganas de pescar, le diré también; que he dado las cañas a un vecino.

Con la carta en la mano, he rebuscado en el arcón que tengo por ver si encontraba algún recuerdo suyo, pero no he encontrado nada. Luego, en el fondo, he descubierto una caja de cartón y en ella, además de sus cartas, que conservo,un par de fotos de la joven Alejandra –tenía un año menos que yo–, que he contemplado durante muchos minutos. La verdad es que era una preciosidad y he querido imaginármela cómo sería ahora, pero además de serme imposible he preferido quedarme con aquel recuerdo. Seguro que a ella le ha pasado algo parecido cuando haya pensado en mí al escribirme.

La lluvia, que ha caído durante toda la mañana, intensifica el verde de estos campos y bosques.

Ya me he puesto a escribir. Estoy nervioso…

Afuera, un hombre anuncia a gritos que un tiburón ha aparecido muerto sobre la arena de la playa.

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11 comentarios

  1. 1. Alberto dice:

    Buenas Baltasar,

    Tienes un estilo muy dinámico, agil y se nota que controlas la herramienta que necesitamos, es decir, el lenguaje. Se me ha hecho muy entretenido leer tu relato, aunque no he visto la misma fluidez en el final (se me ha hecho muy forzada la inclusión de la palabra tiburón). Pero fíjate las horas, por lo que igual estoy algo espeso ahora mismo.

    Mañana prometo volver a leerlo con más calma.

    Saludos desde el 98.

    Escrito el 19 abril 2019 a las 00:33
  2. 2. Baltasar dice:

    Hola, Alberto: Muchas gracias por tu lectura y comentarios, que de veras te agradezco, incluida esa falta de fluidez que achacas a mi «tiburón». He leído tu «exterminador»: me ha gustado, pero ya lo comentaré en su lugar. Si lo cito ahora es porque, como dominador que lo eres también del lenguaje, sabes lo fácil que resulta meter una palabra, por extraña que parezca, en cualquier párrafo de un relato. Lo hice a propósito, aun a sabiendas de que iba a parecer forzado. No era tu hora, no. A cualquiera le parecerá.

    Mi más cordial saludo

    Escrito el 19 abril 2019 a las 10:23
  3. 3. Lady N dice:

    ¡Hola Baltasar!

    Tu texto me ha gustado, me ha parecido interesante tu forma de hacer que realmente parezca un dialogo interno; el protagonista va contando las cosas y a veces antes de acabar con un suceso, cambia de pensamiento y con ello cambia la historia. Es algo que me ha chocado en la primera lectura, pero después he caído en que hacemos eso constantemente en nuestro día a día y me ha parecido magistral, es algo difícil trabajar con ello y lo has sabido plasmar bastante bien.

    En cuanto a detallitos que encuentro a mejorar, te diría que he visto varios laísmos en el texto como “fuí a buscarla un ramillete” o “de que la escribiera unas cuantas veces “.
    También te diría que a mi me parece un poco extraño que el personaje sepa que Alejandra guarda las cartas en un libro (por cierto, ¿por qué guardara y no un guardaba? Con ese tiempo verbal me he confundido un poco).

    Y hay algunas frases que noto algo raras como por ejemplo “que he dado las cañas a un vecino” me sonaría mejor un “que le he dado las cañas a un vecino”. Por otro lado, en la de “cuando después de un rato he podido tranquilizarme, al abrir el sobre han caído al suelo” me falta algo, quizás me sonaría mejor un “cuando después de un rato he podido tranquilizarme y me he atrevido a abrir el sobre, han caído al suelo…”. O la de “además de sus cartas, que conservo, un par de fotos de la joven Alejandra” quizás me sonaría mejor quitando el “que” y la segunda coma. Te lo menciono solo por si te puede servir de algo tener otra opinión al respecto, espero que no te moleste.

    Por último, añadir que la frase final a mí me ha gustado porque le da un toque diferente, pero me habría gustado aún más que, no sé, el personaje dijera algo al respecto.

    Y creo que eso es todo. ¡Un saludo y muy felices letras!

    Escrito el 22 abril 2019 a las 11:32
  4. 4. María Esther dice:

    Hola Baltasar, muy hermosa y tierna tu historia. Se desarrolla en esos pequeños pueblos que bostezan olvidados y lejanos en el
    tiempo.
    Llama la atención que todavía se escriban cartas, en estos lugares.Ella, en la ciudad, por más que rechazara la tecnología, tendría que usar la aunque fuera la telefonía celular.
    En fin, Alejandra no tiene teléfono sigue escribiendo cartas añorando su pueblo y el amor que dejó en él.
    Todo el relato se basa en mostrar el pensamiento del protagonista, en un ir y venir de recuerdos, imágenes, situaciones en las que se encontraban, y las que podrían ser si ella volviera.
    De tal manera va tejiendo una ilusión, que se ha puesto nervioso y ha comenzado a escribir la carta
    que alentará el sueño de Alejandra.
    Hay un clima apacible, una lluvia que cae y reverdece el paisaje.
    De pronto se quiebra la quietud, con los gritos de un hombre anunciando que apareció un tiburón muerto en
    la playa…
    Creo que el final está pensado con intención de ir más allá de las palabras. Es una metáfora.
    Felicitaciones. Si deseas visitarme, estoy en el 114.

    Escrito el 23 abril 2019 a las 02:23
  5. 5. Baltasar dice:

    Hola, Lady N:
    Muchas gracias no solo por tu lectura, sino por ese extenso y estupendo comentario.

    ¡Ay!, mis laísmos. Te diré: soy segoviano, de la mismísima Castilla la Vieja en la que el laísmo nos es tan común a todos, que así hablamos y así escribimos, por más que me esfuerzo en evitarlo.

    Tomo nota de tu opinión sobre la mejora de esas frases, que te prometo estudiar más despacio.

    La frase final: me pareció mucho mejor así de lacónica, pero…

    Ya te he leído. Prometo mi comentario.

    Muchas, muchísimas gracias por el tuyo.

    Mi más cordial saludo

    Escrito el 25 abril 2019 a las 18:47
  6. 6. Baltasar dice:

    Hola, María Esther:

    Gracias, María Esther, por la lectura de mi relato y tu hermoso comentario, por el que déjame que también te felicite.

    Y no digo hermoso por lo que sobre el mismo dices, sino por la belleza que demuestra tu manera de escribir.

    Claro que voy a leerte. Lo haré encantado.

    Mi más cordial saludo.

    Escrito el 25 abril 2019 a las 19:04
  7. 7. kirjanik Maya dice:

    Hola, Baltasar.

    La ultima frase, me ha gustado y mucho, es como una pequeña sacudida para mostrar que el personaje no esta solo, que hay un entorno que lo rodea, que la vida va mas allá de su simpleza y melancolía.
    Hay algunos detalles que ya te mencionaron y que no quiero ni tocar, soy de Latinoamérica y las diferencias en expresiones y modismos, es abrumadora.
    Buen relato, el personaje casi que lo ví, creíble al 100, por lo menos para mí.

    Saludos.

    Escrito el 26 abril 2019 a las 21:31
  8. 8. María Esther dice:

    Hola Baltasar, volví a leer tu relato más detenidamente ,y sabes que encontré muchos detalles similares entre ambas historias. Yo las había notado, pero cuando tu me lo señalaste, creí que no eran tantos.
    Más o menos serían:
    1)Emoción al recibir la carta de Alejandra. Retrospectiva unos 50 años atrás.(Similar al oír el nombre de Juan Andrés por teléfono, y le dijo que era el que le regalaba margaritas, que tanto le gustaban).
    2)Luego se corta la comunicación.( pasan años sin saber uno del otro).
    3) Al abrir el sobre, pétalos que caen,( parecen los que ella guardaba en los libros, cuando él se los regalaba). Emoción otra vez. (Recuerdo de las cajitas de fósforo).
    También a Alejandra le gustaban las margaritas, él le regala un ramillete.
    4)Cuando no hubo más cartas, él siguió juntándolas, y se las enviaba a distancia.
    5)Ahí habla de la soledad, y que quiere volver.(De Juan Andrés no se sabe nada, pero él vuelve y es porque quiere).
    Continúa el tono tierno, nostálgico,renovador de los sentimientos juveniles. Aun quedan rescoldos que pueden encenderse.(Acá podría compararse con el ensueño
    que domina a María Elena).
    Cuando escribe la carta la ansiedad se apropia de su mente, los sentimientos lo conmueven…Ese pasado es demasiado hermoso,solo puede vivir en el recuerdo…”La fina seda se rompe, la muerte que allí venía: vamos el enamorado, que la hora ya es cumplida”.
    Por eso me gusta, porque la vida es así, un instante y todo cambia,entonces nada vuelve a ser como antes.
    Recuerdo a García Lorca : “Las cosas que se van no vuelven nunca, todo el mundo lo sabe, y en el claro gentío de los vientos es inútil quejarse es inútil quejarse”…
    (Dudo que la transcripción esté correcta.Lleva muchos años en mi memoria. Sabréis disculpar)
    No sé si te parecerán acertadas las coincidencias, o si tienes alguna otra.
    Mis sinceros y agradecidos saludos.

    Escrito el 30 abril 2019 a las 01:59
  9. 9. Baltasar dice:

    Hola, kirjanik Maya:

    Gracias, muchísimas gracias, Maya. Tu comentario me ha llenado de orgullo. ¿sabes por qué? A ti, como a mí nos han enseñado que no hay que describir: “hay que mostrar.”

    Y tú me dices que casi viste mi personaje. Me ha encantado y por eso mi agradecimiento.

    Otra afirmación por la que me parece (estoy seguro) que tú entiendes de esto de escribir.

    “soy de Latinoamérica y las diferencias en expresiones y modismos, es abrumadora.”

    Tuve un profesor que sobre tu afirmación decía con frecuencia: “En mi variante de lengua…” que viene a ser exactamente lo que dices. Me encanta. Te seguiré en adelante.

    Mi saludo, muy cordial. Gracias otra vez.

    Escrito el 30 abril 2019 a las 21:29
  10. 10. Baltasar dice:

    Hola, María Esther, de nuevo:

    Solo voy a decirte esto: Hay tantas similitudes, que si no fuera porque desconocemos todos lo que escriben los demás, más de uno hablaría de plagio. ¿Quién de quién?

    Bueno, vamos a ver si coincidimos en el próximo, que por supuesto ya me tienes entre los primeros lectores.

    Un muy cordial saludo

    Escrito el 30 abril 2019 a las 21:57
  11. 11. kirjanik Maya dice:

    Hola, Baltasar.

    Gracias, por tan buen comentario y claro tan bien estaré al pendiente de tus próximas propuestas en el taller.

    Saludos.

    Escrito el 2 mayo 2019 a las 05:00

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