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El emisario de Dios - por Raimundo Velazquez

Henry miraba tristemente a Carmen, con quien se había casado tres años después de él enviudar; ella, tras un fatídico accidente, se hallaba postrada en una cama del hospital en estado de coma. Sin importarle que tal condición fuera irreversible se mostró renuente a desconectarla de los aparatos que la mantenían con vida. Tras colocar sobre la pequeña mesa un ramo de margaritas, salió de la habitación.
Desconcertado deambuló por un largo pasillo. Su mirada se posó desganada en la indicadora cruz de madera que estaba fija en la pared. Despojándose de su ateísmo abrió la puerta; al no avizorar personas, entró. La paz reinante en la inmaculada capilla lo convidó a sentarse en el banco más cercano al altar. Su pensamiento materialista lo condujo a un miramiento indiferente de la escultura de Cristo crucificado.
Hundiéndose en el desánimo reflexionó dolorosamente sobre su trágica existencia; la pérdida de sus seres queridos pesaba en su alma más que cualquier cruz. Sin poder controlar la aflicción se desbordó en un inconsolable llanto.
Pasado un rato fue recuperando la cordura. A penas se pasó el pañuelo por los ojos sintió en su hombro una mano; sobresaltado, miró al hombre de sotana negra que se había sentado a su lado.
— ¿Se siente mejor? —preguntó amablemente el cura.
—Si…
—No pretendo invadir su privacidad.
—En realidad no sé qué hago aquí; yo ni siquiera soy creyente.
—El hecho de que muchas personas que al igual que usted no profesan la fe hallen paz en este lugar demuestra que tan grande es el amor de Dios.
—No pretendo ser ofensivo pero no puedo aceptar que existe un “Dios” tan amoroso; si así fuese, evitaría tanto sufrimiento.
—Su incredulidad no me ofende. A veces resulta complejo entender los designios del Señor. Tal vez esa sea la razón por la que usted no sepa el “porque” está aquí —el sacerdote hace una pausa, mirándolo fijamente arquea las cejas y valiéndose de una remarcada expresión deja plasmada la duda; después le dice—. Solo estoy aquí para ayudarlo.
— ¡¿Ayudarme Padre?! Piensa interceder por mí ante su Dios para que haga un milagro y saque del coma a mi esposa ¡Por favor! —el tono despectivo evidenció su malestar. Sarcástico, continúo—. Mejor aún, si logra que “él” lo atienda pídale que enmiende sus faltas. Porque solo pueden ser errores celestiales que mi primera esposa e hijo fallecieran y que yo ni siquiera consiga recordar las fechas de sus cumpleaños en cambio recuerdo perennemente en la que murieron.
El cura, que se mantuvo imperturbable durante el abrumador desahogo, le dijo:
—Acompáñeme; hallará la verdad por si mismo.
Henry, confuso, se dispuso a acompañarlo.
Luego de traspasar dos puertas, incluyendo la que se ocultaba tras un armario, quedó atónito observando el extraño cubículo: Diversos artefactos rodeaban una silla semejante a las utilizadas en las clínicas dentales.
Tras escuchar la extensa ponencia sobre la existencia de dos mundos paralelos y de la posibilidad de viajar en el tiempo, escéptico, se acomodó sobre el asiento. El cura le colocó en la cabeza un aparato, acto seguido se acercó a un ordenador e introdujo las significativas fechas mencionadas por él; consecutivamente, presionó Enter. Al instante Henry sintió un pasmo en todo el cuerpo y experimentó ser absorbido por un radiante túnel de luz.
Perplejo e invisible emergió en su antigua cocina, donde: Martha, su difunta esposa, sin dejar de hablarle a la mejor amiga se encaminó hasta el fregadero. Carmen aprovechó y extrajo un diminuto frasco; disimuladamente, vertió unas gotas en el vaso de jugo que consumiría la anfitriona. Posteriormente el cuerpo inerte de la ama de casa yacía en el piso mientras la otra se apresuraba en girar los botones de la estufa para facilitar la salida del gas y así hacer creíble el accidente doméstico.
Nuevamente el túnel de luz lo absorbió; inmediatamente, resurgió en el patio trasero: Nostálgico, contempló a su hijo que alegremente disfrutaba en la piscina. De repente vio a Carmen sumergirle fuertemente la cabeza en el agua. Horrorizado, veía el chapoteo de las pequeñas manitos antes de quedar espantosamente inmóviles. Ella agarró el flotador con forma de tiburón y, tras desinflarlo, lo soltó al lado del pequeño cuerpecito que flotaba boca abajo.
Desesperado, Henry se libró del artefacto en su cabeza y se levantó.
Posteriormente, miraba fijamente a la encamada. La tristeza que anteriormente denotara su mirada fue suplantada por odio. Decidido, salió en busca del Doctor para solicitar la desconexión.

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15 comentarios

  1. 1. Mario Fernández dice:

    ¡Que gran relato! El único detalle que me descoloca es que el cura tuviese una máquina del tiempo escondida en la capilla. ¿Es sólo este cura? ¿O insinúas que en cada casa de Dios hay una máquina del tiempo?

    De todos modos, estaba tan metido en la historia que no me he dado cuenta de ese detalle hasta después de terminarlo.

    ¡Buen trabajo!

    Mario

    Escrito el 18 abril 2019 a las 13:46
  2. 2. Luis Duque dice:

    Me encantó el argumento, pero colocarle a los pretéritos enemigos del progreso y la tecnología una maquina del tiempo lo hace muy forzado a mi modesto parecer.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 20:14
  3. 3. Josè maría dice:

    Buen relato ,¿por que no puede tener ese cura en ese momento el aparato?,y solo lo estaba por que era necesario que lo estuviera para el gran relato de Raimundo.he encontrado varias palabras que no aparecen en el RAE.Por lo demas un saludo mi relato es el 43 enhorabuena

    Escrito el 18 abril 2019 a las 21:23
  4. 4. Baxin dice:

    Me encantó la idea del relato, muy original. Sólo me molestó un poco el “procedimiento” para la máquina, cuando dice “presionó Enter”, rompe un poco la linea. 🙂

    Escrito el 19 abril 2019 a las 02:11
  5. 5. Raimundo Velazquez dice:

    Saludos a todos.
    Primeramente agradecerles por sus comentarios.
    No imaginé —ni me propuse— que crearía un porfía con respecto a que un “cura” —o la iglesia, como institución —contase con un artefacto capaz de transportarnos en el tiempo; tal maquina solo fue un vehículo para conducir al protagonista hasta la verdad. Hablando literalmente, pues no pretendo entablar un debate teológico: bastaría entrar en un templo que fue creado cientos de años atrás y nuestra mente —influenciada por la arquitectura o la ornamentación— rápidamente nos transportaría a esa época, todo el que visite la capilla Sixtina y contemplé las obras de artes plasmadas en su interior inevitablemente evocará la imagen de Miguel Angel. Por otra parte, miles de personas han creído durante siglos que “Dios” creó: el día, la noche, al hombre —y de una costilla de este a la mujer—; porque entonces resulta tan inverosímil creer que halla dotado a sus seguidores de ese “artefacto”. En cuanto a catalogar a los eclesiásticos como enemigos del progreso y de la tecnología, también puedo diferir, bastaría solo con mencionar el “Banco del vaticano”….dudo mucho que las transacciones la hagan en viejos pergaminos.
    Cordialmente le reitero mis saludos.

    Escrito el 19 abril 2019 a las 04:21
  6. 6. Josè maría dice:

    Hola Raimundo como te dije me he tenido que pasar otra vez por tu relato ,en el comentario te dije que solo eran varias las palabras ,renuente.”se mostró renuente a desconectarla” podría estar relacionada con reunir ,pero no es el caso.
    en la otra fue un error mio al leer la palabra y cambiar una sola vocal ,al repasarla me he dado cuenta ,te pido disculpas .Espero seguir leyéndote en la próxima un saludo.

    Escrito el 19 abril 2019 a las 19:14
  7. 7. Sebas A dice:

    Hola Raimundo:
    Me gustó el relato, me pareció muy original. Está muy bien escrito. Te felicito por tu trabajo.
    Saludos.

    Escrito el 20 abril 2019 a las 04:45
  8. 8. Labajos dice:

    Hola:
    El relato me ha parecido original y bien escrito. Desde luego tengo mis dudas sobre la opinión que los superiores del cura tendrían de éste… Posiblemente lo considerarían hereje.
    No fué muy caritativo por parte del cura desvelar esos secretos a Henri… Y por supuesto, el resultado no fué una eutanasia producto de amor lo que le hizo a Henri desconectar à Carmen, lo que me hace pensar que su paso por la iglesia no fue precisamente reconfortante sino inductor de odio. Un odio que antes cuando era más agnóstico no sentía.
    Has tratado temas de mucha actualidad y que darían para todo un debate. Por cierto… ¿Por qué identificar ateísmo con materialismo? ¿Un hombre materialista llevaría flores a su mujer en coma? No creer no significa no sentir.
    En todo caso, como ves, tu relato hace pensar. Felicidades. Ha sido un placer.

    Escrito el 20 abril 2019 a las 17:33
  9. 9. Laura dice:

    Hola Raimundo.
    En tu relato unes muchos conceptos profundos, entre ellos la eutanasia y la religión, el sufrimiento, las dudas.
    Coincido con varios comentarios que me anteceden:materialismo-ateismo, la capilla con la máquina del tiempo y los secretos del mismo. El propio sacerdote no da margen al perdón,parece más bien un enviado del diablo (ángel caído del cielo, si te gusta)
    Por ello, con respecto al contenido, mantiene la estructura de un relato aunque faltan explicaciones para los hechos que Carmen ha cometido ya que sólo los muestra.Desde lo formal no tengo detalles importantes a señalar, tan sólo el uso de alguna palabra inesperado para mì, pero totalmente habilitado (perennemente).

    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 20 abril 2019 a las 22:42
  10. 10. kirjanik Maya dice:

    Hola, Raimundo.

    Buen relato, en la ficción hay cabida para todo, si los animales pueden hablar, si puede existir un mundo sin hombres “las amazonas”, o un mundo sin mujeres “sería muy triste por cierto” o un ser con acido molecular en vez de sangre “alien, el 8º pasajero”, ¿porque no podría un cura tener una maquina del tiempo?
    Lo que si sería un buen debate, es porque un emisario de dios le facilitaría esa información a Henry, pero aún así es ficción, y le doy mas mérito a tu imaginación que al largo debate teológico.

    Saludos.

    Escrito el 26 abril 2019 a las 21:05
  11. 11. ARPA dice:

    Hola Raimundo.
    Excelente relato, llevas al lector hasta el final, que para mi fue de sobresalto. ¡Eso es! ¡Lo lograste! Atrapar al lector. Muestra imaginación y creatividad. Me encantó que el cura use la máquina del tiempo. Un recurso muy original para que Henry tomara decisiones.
    ¡Felicitaciones!

    ARPA

    Escrito el 27 abril 2019 a las 11:11
  12. 12. Liovis Escalona dice:

    Estupendo relato,felicitaciones!!muy buen trabajo

    Escrito el 28 abril 2019 a las 23:44
  13. 13. Nioslane dice:

    Que buen trabajo. La imaginacion es increible.Felicidades y muchos éxitos.Me enamoré de este relato.

    Escrito el 29 abril 2019 a las 18:57
  14. 14. El principiante dice:

    Hola Raimundo: primero felicitarte por el relato. Sin darme cuenta terminé de leer y con ganas de saber mas detalles sobre los motivos de la asesina… espero que en un relato futuro nos los cuentes. de nuevo ¡Felicitaciones!
    Veo que utilizas muchas palabras terminadas en “mente” en un solo párrafo:”Posteriormente, miraba fijamente a la encamada. La tristeza que anteriormente denotara su mirada fue suplantada por odio.”
    También adjetivas en todo el texto… yo también lo hago.
    “Henry miraba tristemente a Carmen” “fatídico accidente”, “pequeña mesa”
    Desconcertado deambuló por un “largo pasillo”. Su mirada se posó “desganada” en la “indicadora” cruz… “Su pensamiento materialista” . “reflexionó dolorosamente” sobre su “trágica existencia”. Sin poder controlar la aflicción se desbordó en un “inconsolable llanto”.

    Luego encuentro el texo muy “trabado” para ser leído. Te recomiendo leerlo en voz alta. Como que le falta fluidez…
    “— ¡¿Ayudarme Padre?! Piensa interceder por mí ante su Dios para que haga un milagro y saque del coma a mi esposa ¡Por favor! —el tono despectivo evidenció su malestar. Sarcástico, continúo—. Mejor aún, si logra que “él” lo “atienda” pídale que “enmiende” sus faltas.
    Palabras parecidas:
    Porque solo pueden ser “errores” celestiales que mi primera esposa e hijo “fallecieran” y que yo ni “siquiera” consiga “recordar” las fechas de sus cumpleaños en cambio “recuerdo” perennemente en la que “murieron.”

    No participé del taller. Saludos

    Escrito el 12 mayo 2019 a las 12:09
  15. 15. Lutgarda dice:

    Me gustó,tienes imaginaciòn, felicitaciones

    Escrito el 13 mayo 2019 a las 11:44

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