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El hambre del tiburón blanco - por Ofelia Gómez
Daba vueltas y vueltas en la cama, desde hacía días lo perseguía un sueño recurrente, soñaba que era un hombre rana en una misión secreta, que nunca podía cumplir porque lo perseguía un tiburón blanco, dispuesto a tragárselo entero. Afortunadamente siempre lograba escapar, pero terminaba agotado por la huida.
Fue por ese maldormir que se despertó transpirado y con hambre, una vez más, y decidió que sería bueno comer algo.
Caminó descalzo por la casa buscando el reloj pulsera, hasta que llegó al destartalado pasillo y de ahí a la cocina. Encendió la luz de la pequeña lamparilla que colgaba del techo e iluminaba las paredes mugrientas, salpicadas de grasa y salsas de tomates. En un rincón había varias ollas sucias, algunas tenían restos de comida. Sobre la mesada se amontonaban manteles llenos de manchas. Se dijo que tanta mugre no estaba bien y que algún día tendría que lavar esas paredes y tal vez tirar los manteles al basurero.
Buscó una hogaza de pan. En la heladera encontró dos latas de cerveza y varios restos de fiambre. Sintió que recuperaba el ánimo, ya tenía el desayuno. Nunca sentía saciedad y sí, siempre tenía hambre, siempre estaba dispuesto a comer algo más.
Había estado bebiendo y jugando a las cartas con sus amigos hasta pasada la medianoche. Ahora todos, menos él, dormían tirados por los rincones exhalando un agrio olor a vino. Por un instante pensó en despertarlos y decirles que se fueran a sus casas, pero entonces querrían comer y él no estaba dispuesto a ceder ni su pan, ni su fiambre, ni su cerveza. Sería como echarles margaritas a los chanchos. Además ellos no hacían más que criticarlo y quejarse de su gordura, y a él no le interesaba oírlos. Lo suyo no era gordura sino buena alimentación.
De pronto sintió que estaba cansado de todo, de la suciedad de la casa, de sus amigos borrachos y roñosos, hasta de su vida. Sin embargo no todo estaba perdido, decidió cambiar y ser mejor persona. Lo primero era dejar de preocuparse y desayunar en la cama. Dispuso todo bajo las sábanas, no fuera que alguno de esos hijiputas se despertara y lo descubriera. Poca diferencia harían unas manchas y algunos restos de pan, necesitaba un poco de intimidad.
Termino de comer y se acomodó para dormir, mañana sería otro día, arreglaría la casa, tiraría todo en el basural cercano, hasta podría empezar a cocinar más sano.
Se sentía feliz con la vida que lo esperaba, pero no consiguió dormir, fue imposible. Se desveló pensando que hacía tiempo que no disfrutaba de un buen asado, así que bien temprano echaría a sus amigotes e iría hasta la carnicería de Juan. Compraría una buena parrillada, y entonces, por fin, podría comer en paz.
Hola Ofelia.leido tu relato asi del tiron, no me dice nada del otro mundo para ser escrito .No se si me explico, es una historieta pobre ,sin acción,amor,terror u otro aliciente para enganchar a cualquiera en su lectura. Te quiero mucho, pero estoy como se dice aquí en Tarifa(Cadiz) España. Mosqueado, que es lo mismo enfadado conmigo mismo .la palabra transpirado la podrías haber cambiado por su sinónimo más común que es sudar, seria se despertó sudando,la palabra mesada no me sale en ninguna búsqueda de la R.A.E.Repites la palabra siempre muy cerca ambas,la palabra hijiputas no existe .
por lo de mas nos leemos y un abrazo tienes mi escrito para vengarte
Hola José María
Muchas gracias por leer mi texto.
Toda crítica, ya sea buena o mala, es siempre bienvenida.
Tienes razón, la palabra “mesada” no figura en el Diccionario de la RAE, así que te la defino según Wikipedia:
Mesada (español rioplatense) denominación que recibe el complemento liso que se coloca encima de los muebles de las cocinas y los baños.
En cuanto a la palabra “siempre”, la he repetido para dar fuerza a la frase.
Finalmente, “hijiputas” es un modismo que tal vez debería haber ido en bastardilla. Significa “hijos de putas”.
Pasaré por tu escrito, no para vengarme (me has arrancado una sonrisa) sino para aprender.
Te dejo un saludo y espero que nos sigamos leyendo.
Hola Ofelia,
Apoyo lo que te han comentado. La historia no está mal, pero se echa de menos un conflicto. Casi hubiese valido la pena que sus amigotes despertasen y se enzarzara en una pelea con ellos por el cacho de pan que le queda. (O cualquier otro conflicto. Es solo un ejemplo).
Por otro lado, repasa dónde pones coma y dónde punto. Intenta que los signos de puntuación (comas incluídas) no te corten las frases: sujeto-predicado. E intenta hacer una frase, coma, y otra frase subordinada. Punto. Y vuelves a empezar. Si enlazas 3 o 4 frases seguidas sin puntos, resulta un poco liado.
Espero haber sido de ayuda.
Un saludo,
Alex.
Cordial saludo Ofelia. Atesoro su comentario y más aún las correcciones. En este oficio, soy un secuestrado de la carrera informática que siempre ha tenido pasión por el arte de escribir, aunque no le soy del todo fiel al estilo, gramática y ortografía como es obligación. Pero atenciones como la que gentilmente se ha tomado contribuyen a crecer y tomar en cuenta estos detalles.
En cuanto su relato, en sus partes obligadas de introducción o planteamiento, desarrollo o nudo, desenlace o final, la tensión la percibo en la gula del protagonista como conflicto moral por lo que no hay clímax. Es mi humilde opinión en la cual puedo estar errado.
Hola Alex
Gracias por tomarte el tiempo para comentar mi relato.
Tendré muy en cuenta tu ayuda, revisaré y reescribiré el texto.
Nos seguiremos leyendo.
Un saludo
Hola Luis
Tienes razón, me ha quedado un relato demasiado plano. No debería haber puesto toda la tensión en el hambre continuo del protagonista.
Me ha faltado un poco de acción.
Gracias por leer y comentar.
Un saludo
Hola Ofelia,
Tu texto está bien escrito y puntuado.
Las descripciones son acertadas. Haces hincapié en la suciedad, En la mugre roñosa del un ambiente que casi podemos palpar con tus palabras.
Respecto al contenido, como ya te han comentado, le ha faltado acción y algún conflicto exterior. Aunque opino que el protagonista tiene más de un conflicto interior. Tiene insomnio y cuando consigue dormir tiene pesadillas recurrentes, está harto de su tipo de vida, y siente ansiedad que se le manifiesta con un hambre voraz que nunca se sacia.
Nos leemos en futuros talleres. Si te quieres pasar, mi relato es el 38. ¡Un saludo y a continuar escribiendo y aprendiendo!
Buenos Día Ofelia.¡Felices Pascuas!
Gracias por pasar por mi relato, ya tuve en cuenta tus observaciones, tengo un problema existencial con los guiones, ja, ja.
Tu relato describe muy bien al personaje, un verdadero tiburón blanco, como contextualiza el título, muy bien ambientado con toda la lobreguez que necesita para desarrollar su gula. El juego, el alcohhol, la avidez por la comida, lo van devorando como ese tiburún blanco que se le aparecía en sueños.
Una buena parábola en este domingo de Pascuas.
Saludos.
Galia
Hola Ofelia.
Es verdad que no hay mucha tensión, pero algo hay en la cuestión del protagonista que se está planteando un cambio en su vida, mirando el estado en que está su casa y analizando su cuestión alimentaria.
Tal vez si haces presión en cómo se siente él con la vida que lleva puedas lograrlo.
Tienes muy buenas descripciones.
Mis saludos.
Hasta la próxima propuesta.
Hola Elena
Muchas gracias por tu análisis, esta tarde pasaré por tu relato.
Literautas es buen lugar, así que nos seguiremos leyendo.
Un abrazo
Hola Galia
Espero que hayas pasado unas Felices Pascuas.
Sí, mi texto tiene poca acción, no puedo decir que me faltó espacio porque no es así, algo tendría que haber cambiado.
Gracias por leer y comentar, nos seguiremos leyendo.
Un abrazo
Hola Laura
Sí, verdaderamente reescribiré mi texto. Algo resultará.
Gracias por tu tiempo y atención.
Un abrazo
hola
Casi toco la suciedad, pero le falta algo de jaleo, el conflicto no lo veo y ha sido monotono. pero ya han puesto de todo.
Buen regreso de vacaciones, yo termino de llegar y estoy con la nubecita de vacaciones puesta.
saludos.
Hola Ortzaize
Espero que lo hayas pasado bien en tus vacaciones y vengas “con las pilas cargadas”, como decimos por aquí.
Gracias por leer y comentar. Nos seguimos leyendo.
Saludos