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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El laberinto - por Auxi Morata Alegre

Jaume se había perdido, ese maldito laberinto de puertas, los viajeros tenían un poder inmenso y el imbécil de Jaume se había perdido.
Le daba hasta vergüenza pedir ayuda, el nuevo liándola, era una calamidad.

El laberinto era un lugar lleno de puertas mágicas, portales que te permitían viajar a todos los momentos de la historia; los viajeros, un selecto grupo de personas, eran las mariposas que empezaban los caos, sabían como ocurría la historia y se ocupaban personalmente de que nada fallara, aunque en ese momento, Jaume se sentía en un estanque de tiburones, más que rodeado de bellos insectos.

Suspiró intentando tranquilizarse, quería ir a Valencia, año 1964 y conocer a su iaio Ramón antes de que muriera en un accidente de coche, pero ya había acabado en el foro romano, las highlands escocesas, la Inglaterra Victoriana… y nada de nada.


En realidad es que no tenía ni idea de como funcionaba aquello, seguramente había un código, uno que todos sabían menos él; eran puertas aleatorias, ninguna era igual que la otra, la misma puerta no te llevaba dos veces al mismo lugar, Jaume tenia la sensación de que cambiaban casi al segundo. 

La que te llevaba un día al sofá de una casa ochentera, al siguiente te hacía caer de culo en un campo de margaritas renacentista.



Jaume se convenció de que ese trabajo no era para él, al fin y al cabo, lo había conseguido por casualidad; él trabajaba en una tienda de sombreros, era aburrido pero le pagaba el piso, ahora ya no podía volver, más que nada porque no sabía como. Un día cualquiera un señor entró, dejándole un sombrero Homburg roto, al arreglarlo le había transportado a ese laberinto misterioso que empezaba a ser una cárcel.
De pronto una idea le sobrevino, tal vez al haberlo arreglado Jaume de mala manera, no funcionaba correctamente, a lo mejor el problema no eran las puertas, era el maldito sombrero. 
Decidió pues tomar la opción más madura: robar otro.

Vamos a ver, Jaume no era una mala persona, ni un delincuente, robar chucherías de niño no cuenta, pero era un momento desesperado.
Intentó serenarse lo máximo que pudo, el plan hacía aguas por todas partes, el plan era el Titanic, pero no podía flaquear.
Se dirigió muy serio a una de las puertas, colocándose justo detrás de otro hombre, estaba rodeado, iba a tener que meterse en el primer portal que viera o se le tiraran encima; efectivamente, era carnaza en el tanque, dependía de su velocidad convertirse en el tiburón blanco.
Fueron segundos, a la gente le costó hasta reaccionar, Jaume agarró el sombrero del delante, tirando el suyo propio, se lo puso y se lanzó contra una puerta, casi de forma tan literal que pensó que se iba a romper un brazo; le confundió un poco el pensar que tenía que abrir la puerta, como si no se acordara del funcionamiento de la misma.

Sintió como unas manos le agarraban cuando aterrizó sobre tierra mojada.

Le costó darse cuenta que nadie le seguía, había cerrado la puerta a tiempo, se puso en pie contento, miró a su alrededor un poco confuso, creyó reconocer donde estaba, eso le dio algo de esperanzas.
Un grupo de niños pasó corriendo al lado suyo, agarró a uno del brazo algo desesperado.
—Perdón, pequeño —el niño le miró frunciendo el ceño— ¿dónde estoy?
—En El Perellonet —respondió de mala gana intentando zafarse de su agarre.
—¿Qué año? —dijo ilusionado.
—AY, està boig —se quejó el niño enfadado— 1958
Se había vuelto a equivocar, lugar adecuado, año erróneo.

—¡Vamos, Josep! —le llamó otro niño, se acercó a ellos— señor suéltele, la Amparín, la costurera, se está probando su vestido de novia, desde la ventana de su cocina le podemos ver les mamelles.
Jaume estaba escandalizado con el descaro de los niños, les siguió por pura curiosidad, no tenía nada mejor que hacer, no podía volver al laberinto de todos modos.

—No está bien que espiéis a una mujer así —se enfadó él, otros valores supuso.
Fue entonces cuando la vio, a su abuela, su abuela Amparo, en la flor de su vida, con el vestido blanco que había visto tantas veces en fotografías. Su abuela con solo dieciocho años.

Se quitó el sombrero conmocionado, había llegado al lugar adecuado, al momento erróneo, o tal vez había una razón por la que estaba ahí.

Al fin y al cabo era la mariposa que comenzaba el caos.

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10 comentarios

  1. 1. kirjanik Maya dice:

    Hola, Auxi.

    Bonito relato, por ahí encontré algunos errores al teclear como:
    “iaio” que debe ser hijo.
    “boig” no se si es intencional o un error al teclear.

    Repites mucho “Jaume y viajeros”

    Salvo esas pequeñeces, es un buen relato, muy bonito, digno de una segunda parte o continuación.

    Saludos.

    Estoy en el 63, MOMENTUM, por si tienes tiempo de visitar mi relato.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 16:14
  2. 2. Josè maría dice:

    buen relato. kirjanik los errores que dices creo que no son tales, son expresiones en valenciano ,si no que me corrija auxi,saludos mi relato es el 43

    Escrito el 18 abril 2019 a las 21:34
  3. 3. kirjanik Maya dice:

    Hola, José María.

    Buena observación, alguien de España que nos saque de dudas.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 22:57
  4. 4. Baxin dice:

    Me encantaría que continuara el relato, para saber cómo llegó al laberitno y para qué ¿? 🙂

    Escrito el 19 abril 2019 a las 02:18
  5. 5. Raimundo Velazquez dice:

    Hola Auxi.
    Me ha gustado la forma que has utilizado para introducirnos en tu relato, buen comienzo. El final es como una de esas puertas a las que haces referencia en el texto… una puerta abierta a la imaginación. Felicidades. Con espíritu constructivo me tomo el atrevimiento de señalarte que en el dialogo que el protagonista sostiene con el niño sería correcto independizar: 
—En El Perellonet —respondió de mala gana intentando zafarse de su agarre.
    Saludos

    Escrito el 19 abril 2019 a las 03:12
  6. 6. Labajos dice:

    Hola a Auxi y a todos:

    En ocasiones, nos gusta utilizar un lenguaje intimista. Empleamos palabras locales que no son comprendidas por todos. A mi me gusta cuando tropiezo con localismos de América latina, consultar en la red y las apunto en una lista que llamo “orfanato de palabras” y así nos damos cuenta de lo grande que es nuestro idioma. En este caso, nuestra amiga Auxi ha ido un poco más hacia adelante, y ha introducido palabras de otro idioma hermano. Algo muy frecuente en nuestra querida bilingüe Valencia. Tan frecuente que es imprescindible en ocasiones. Sabed que “iaio” es abuelo, y un “boig” es un loco. Tuve la misma dificultad el mes pasado…pero ¿Cómo no introducir palabras locales cuando hablas de nuestra querida Albufera de Valencia?. Afortunadamente nada que no se pueda solucionar si recurrimos a San Google.
    Por cierto felicidades por tu relato, vecina.
    Un beset desde el Mareny de Barraquetes.

    Escrito el 20 abril 2019 a las 00:29
  7. 7. kirjanik Maya dice:

    Auxi y Labajos.

    Me disculpo por mi falta de conocimiento al respecto, creía erróneamente que en España solo se hablaba eapañol, catalán y andaluz. Y también por mi despiste al suponer que eran errores al teclear.

    Labajos, gracias por tomarte el tiempo de despejar la duda, estaré a futuro al pendiente de estos detalles.

    Auxi, como te había expresado antes es un buen relato, ojalá nos permitas leer una continuación del mismo.

    Saludos.

    Escrito el 20 abril 2019 a las 01:08
  8. 8. wbecky dice:

    Buen relato, me ha recordado un poco al Ministerio del Tiempo. Muy entretenido y bonito final encontrandose con su abuela en la flor de la vida. 🙂
    Al final me quedé con la duda sobre la utilidad del sombrero

    Escrito el 23 abril 2019 a las 12:40
  9. 9. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola a todos! Muchísimas gracias por vuestros comentarios!

    Siento no haberme dado más prisa para comentar, estoy de vacaciones de Pascua, mañana prometo visitar todos vuestros relatos y devolveros el favor.

    Por alusiones, kirjanik, ya te lo han dicho pero sí, las palabras iaio es abuelo y boig loco, siento que no haya quedado claro, debí haber dejado un comentario avisando, es que soy de la terreta y para mi era obvio jajajjajaja.

    Hola Baxin, siempre me gusta enlazar mis relatos, voy a ver si el mes aue viene puedo seguirlo, si tienes curiosidad de saber como empieza, este relato es una continuación del de agosto del año pasado (agosto? Ahora no estoy segura) pero Jaume ya ha aparecido en el blog jajajaja

    Ay Labajos, quina il•lusió el teu comentari! Si, la verdad es que tenía que poner alguna palabra en valenciano pero debía de haberlo aclarado en los comentarios, nota para la próxima vez.

    Hola wbecky! Un honor que te recuerde porque es una de mis series favoritas jajajajajaja la verdad es que con el sombrero estoy improvisando un poco pero quien sabe en la próxima entrega.

    De nuevo muchas gracias a todos! Nos leemos!

    Escrito el 23 abril 2019 a las 20:56
  10. 10. David Rubio dice:

    Hola, Auxi.
    Me gusta la manera como narras. Es un estilo muy conversacional que siempre es el ideal para atrapar al lector. A veces intentamos ponernos “muy literarios” y la lectura se resiente. Sin embargo, a veces abusas un tanto, como si trasladarás literalmente la conversación al papel y las frases se atropellan un poco. Por ejemplo: “Le daba hasta vergüenza pedir ayuda, el nuevo liándola, era una calamidad.” Aunque es comprensible, quizá habría que “literalizarla” un poco más. Por ejemplo: “Le avergonzaba hasta pedir ayuda. “El nuevo liándola otra vez”, dirían. ¡Era una calamidad!”

    En lo formal, también habría que revisar la tilde de los “como”. Cuando es una comparación no lleva, pero si es exclamativo o sugiere una pregunta, sí. “sabían c(ó)mo ocurría la historia” “no tenía ni idea de c(ó)mo funcionaba aquello”. Esto me costó muchísimo a mí.

    En cuanto al fondo.
    El relato se detiene bastante en el mecanismo del viaje temporal, pero no me queda demasiado claro el papel del sombrero, ni la función de los viajeros. Si su trabajo consiste en que no se altere el pasado ¿no sería lo mejor no viajar a él? Si esa es su función, ¿no estaría saltándose su responsabilidad al querer ver a su iaio sin razón de peso alguna, más allá de sus sentimientos? Creo que ese conflicto en el que Jaume decide romper la regla debería desarrollarse más.

    En cuanto a los términos valencianos, el problema es que en el editor no se puede escribir en cursiva. Para el próximo entrecomíllalos.

    Por lo demás, me pareció un muy buen trabajo. Y el tono conversacional muy acertado.

    Saludos

    Escrito el 1 mayo 2019 a las 13:13

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