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Día de fuga - por Beatriz Emilia

Nunca se me olvidará ese día, fue el último en mi colegio, como le decíamos todas. ¡Nada malo podía pasar! Lo teníamos todo planeado desde el día anterior, cada detalle estaba fríamente calculado. Las muchachas y yo habíamos ideado el plan de fuga, allá en nuestro rincón secreto, detrás de la gruta de la virgen, en la que solíamos entrar obviando con rebeldía el letrero de ¡No pisar la grama!, que habían mandado a pintar las monjas en el jardín de margaritas.

¡Sería genial mi despedida!

Ese día yo me sentía invencible. Era una mañana como cualquier otra, fría, pero llenita de sol, la neblina se había quedado pegada y espesa en el verde del Ávila. Ese era el cuadro que a diario se veía desde la cocina de mi casa. Mientras mi mamá corría de un lado a otro exhalando su aliento de café recién hecho y preparando el desayuno para mis hermanitos. Parecía una radio encendida, anunciando con alarma las advertencias del día: ¿llevan sus tareas? ¿tienen los zapatos limpios? ¿se lavaron la cara y los dientes? ¿las medias están arriba? ¡cuidado se queman! ¡sóplalo! ¡está caliente! Atareada y llena de preocupaciones ajenas, como casi todas las mamás.

Ese día yo me había esmerado en arreglarme, en no perder ni un detalle: piernas depiladas, medias pulcras y dobladas hasta los tobillos, los ojos y los labios delineados, todo a tono, y debajo del uniforme, la ropa de calle para irnos juntas a Radio Capital, a conocer en persona el rostro de Gustavo Pierral, esa voz que nos traía locas a todas.

Lista, estaba más que lista para nuestro día de fuga.

Frente a mi taza de café con leche, una lágrima de indignación se escurrió por mi mejilla: «¿Cómo se le ocurrió a mi papá separarme de mis amigas, justo el último año en que estudiaríamos juntas? ¿Qué le costaba esperar un añito más? Y mi mamá, con su vocecita de siempre, que no le contradecía nada, lo que diga su papá está bien, ¡qué idiota! ¡quería morirme!»

En nuestro salón, el de humanidades, siempre le dábamos permiso al llanto de instalarse cuando la situación lo ameritaba. La camisa de mi uniforme estaba firmada y llena de Mafaldas o Snoopys llorando, trozos de poemas, ¡Nunca te olvidaré! «Y todo por culpa del idiota de mi papá, ¡qué arrechera! ¡qué impotencia! ¿quién me preguntó si me quería ir? ¿qué carajo haré en ese monte pa donde nos vamos a vivir? Qué fastidio me da ir a encerrarme eternamente en ese calorón, sin tener nada qué hacer, ni amigas con quienes hablar, qué injusticia esta vaina». Transcurrió el día entre llantos y promesas de amigas para toda la vida, y hasta la madre superiora se había despedido cariñosamente de mí.

Eran las once y quince, se acercaba el momento. Ya me había hecho el último retoque en el maquillaje, respiré ante el espejo y dije: —Ya no lloro más, aunque mis ojos estaban inflamados y rojos, me arreglé de nuevo la enorme falda plisada, y dije: —Ya no lloro más.

Repicó el timbre del último receso, mientras nosotras, muertas del miedo, enmudeciendo nuestras risitas con las manos en la boca, estábamos escondidas en los baños del primer piso. La portera del colegio, la Sra. Coralia, que era como una madre tiburón con sus crías, cuidaba la salida con desconfianza, ella conocía todos nuestros nombres y horarios, nada se escapaba a su mirada.

El plan era el siguiente: Tibisay se quedaría en el colegio, ella iría a buscar a Coralia, y poniendo cara de susto le diría que la madre la llamaba: ¡Algo urgente pasaba!; mientras ella la distraía, nosotras nos escaparíamos para la radio. Todo estaba fríamente calculado, nada podía fallar.

Como estaba previsto, Coralia dejó a Tibi en la puerta, y fuimos saliendo una a una. Nos quedamos en ver en la esquina, ya sin uniformes. Todas se quedaron esperándome…nunca llegué, mis papás me intersectaron a la salida del colegio. Ese último día me fui llorando y castigada.

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5 comentarios

  1. 1. A BERUMEN dice:

    Muy buen relato Beatriz. La narración es impecable y te lleva de un tiro hasta el final. Lo único que me desconcertó un poco es el término “arrechera”, pues no conozco su significado. Supongo que es cuestión de idiosincracia, y en país, México, no se utiliza. Muchas felicidades y sigue escribiendo. Un abrazo.

    Escrito el 17 abril 2019 a las 18:43
  2. 2. Eric Milne dice:

    Hola Beatriz!
    Entonces, por lo que entiendo, no es que la cambien de colegio, sino que no la van a dejar terminar la secundaria? Mal, muy mal. Pero, por qué? Mala situación económica de los padres?

    El final me pareció un poco brusco (hubiese sido bueno ver el impacto de la chica al ver al papá en la entrada), pero el relato me gustó mucho.

    A. Berumen: estar arrecho significa estar enojado (si mi memoria no me falla), se usa así en Venezuela y algunas partes de Colombia.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 14:43
  3. 3. El recreo dice:

    Hola Beatriz,
    Queda palpable la indignación desde el primer momento de nuestra protagonista ante el plan frustrado y esa carga emocional está muy bien conseguida. En cuanto al ritmo creo que se rompe cuando da el salto al momento más actual y está llorando en el desayuno, algo brusco desde mi punto de vista. En cuanto al final me ha faltado algo que rompiera el relato, quizá se quede sin fuerza por falta de espacio narrativo.

    Un saludo!

    Escrito el 19 abril 2019 a las 02:12
  4. 4. M.L.Plaza dice:

    Hola Beatriz.
    Has escrito un relato precioso, lleno de melancolía y rabia por ese pequeño paraíso perdido. Creo que has reflejado muy bien la psicología de la adolescente protagonista.
    Tal vez lo que menos me ha encajado es el párrafo que dedicas al llanto. Me parece contradictorio que en un momento digas:Ese día me sentía invencible…y poco después:transcurrió el día entre llantos…
    Te quería comentar unas cosas, que ya sabes que solo son una opinión personal de la que puedes pasar ampliamente:
    -planeado y plan están muy seguidas,
    -virgen,Virgen,
    -mandado a pintar, mandado pintar,
    -Mientras,
    -estudiaríamos,ibamos a estudiar
    -contradecía nada,contradecía en nada,
    -de instalarse, para instalarse
    -ameritaba, ameritase,ameritara,
    -transcurrió y despidió
    -desconfianza;
    -intersectaron,intersecaron. Según acabo de leer, intersectar no es correcto. Se dice intersecar. Es la primera vez que lo oigo y, sinceramente, de cualquier manera me suena mal. Pondría un sinónimo de interceptar: detener, parar en seco…
    Creo que es la primera vez que te leo y, sinceramente, me ha encantado. Felicidades.
    Saludos

    Escrito el 21 abril 2019 a las 05:26
  5. 5. Beatriz Emilia dice:

    Hola mis apreciados BERUMEN, Eric Milne, El recreo y M.L.Plaza

    Gracias, mil gracias por leer y comentar mi relato. Me siento muy apenada porque no había encontrado un espacio de tiempo para agradecerles sus valiosos comentarios, dejé que pasara el tiempo y bueno, no me excuso más.
    En el mes de mayo estuve más juiciosa en cuanto a la revisión del texto antes de enviarlo y no tener errores tan obvios como los de este relato. Ahora mismo lo estoy revisando y agradezco profundamente su tiempo y dedicación.
    Nos seguimos leyendo!!
    Un abrazo!!
    Mil gracias a todos!

    Escrito el 26 mayo 2019 a las 18:06

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