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No había mucho que hacer en el pueblo - por Dama de Bailalunas

No había mucho que hacer en el pueblo. La vida era igual todos los días, sobre todo ahora en invierno. Teodoro recuerda el verano pasado y siente una punzada de tremenda emoción, un cosquilleo de mariposas revoloteando en la barriga.
Siempre había sido vecino de Delfina, fueron a la escuela juntos y todos los días se veían en la fuente cuando iban a por agua. Delfina nunca fue muy simpática; peleona y escoltada por su perro Negro, no hacía buenas migas con nadie y menos con Teodoro, ese niño pelirrojo feucho al que le gustaba hacerla rabiar y provocar a Negro.
Pero el pasado verano fue distinto. Delfina se había transformado, ahora era muy guapa. Seguía siendo poco simpática pero miraba de reojo a Teodoro cada vez que salía a la plaza. Hasta Negro se había vuelto más tolerante, claro que viejito como estaba, ya no se ponía tan furioso, además Teodoro ya no le provocaba tanto.
En la fiesta del pueblo Teodoro se armó de valor y la sacó a bailar, ella aceptó. Ese día sucedió un milagro. Bailaron un pasodoble y salían fuegos artificiales de la pareja, todo el mundo pudo ver cómo se iluminó la plaza de colores y hasta la orquesta triplicó el tiempo de la canción para prolongar la magia que estaba sucediendo.
Ya después del baile cada uno volvió con sus amigos. Los dos tenían un aura sobre sus cabezas, la mirada perdida y la sonrisa de bobalicones.
Ahora en pleno invierno apenas se veían. A Teodoro le tocaba ir a por leña todos los días para encender la chimenea y la cocina bilbaína de su madre, la señora Margarita. Delfina había desaparecido, ¿se la habría tragado la tierra?.
El domingo llegaron a la plaza del pueblo un par de hombres que convocaron a todos los jóvenes varones del pueblo. Los buscaban para subirse en un barco y cruzar el océano. Había una mina de oro en Brasil y necesitaban manos para explotarla, manos de hombres jóvenes y valientes dispuestos a emprender una nueva vida. Sólo necesitaban 9 hombres, iban reclutando por toda la península y ya les faltaban pocos. El barco para Brasil partiría en un mes desde el puerto de Vigo.
Teodoro quería ir, era su oportunidad de conocer mundo y hacerse rico. Fue a la plaza, casi todos los mozos del pueblo fueron. Eran 20 que fueron haciendo fila por orden de llegada. Teodoro era el 15 y sólo necesitaban 9. Si alguno se daba de baja el siguiente en la fila ocuparía su lugar. Llegó la fecha y se habían dado de baja los suficientes para que Teodoro ocupara el número 9. Se iba…, su familia se oponía pero él estaba pletórico, lleno de fuerza y ganas de conocer mundo, ganar mucha plata y volver al pueblo a comprarse un buen terreno donde hacerse una casa para vivir con Delfina y formar una familia.
Fue a casa de sus vecinos, les expuso sus sueños y pidió la mano de Delfina. El matrimonio debía de celebrarse rápido pues Teodoro partiría en menos de un mes. Delfina aceptó y su familia también.
Se celebró una ceremonia muy sencilla. Estaban casados. Dos semanas de convivencia en casa de la familia de Delfina y Teodoro partió en burro hacia Vigo. De allí a su sueño, el de los dos.
En Marzo comenzó la travesía, fue larga y dura. Un mes después llegaron a Brasil, pisar tierra fue un gran alivio, aunque temporal pues el calor en Rio de Janeiro era sofocante. Había miles de mosquitos que picaban al caer el sol.
Aquello no era lo soñado, el calor, los mosquitos, el arroz y la empanada de tiburón que comían todos los días…al principio estaba delicioso pero poco a poco Teodoro empezó a extrañar el tocino y las morcillas de su pueblo, las frutas del huerto de su casa, el vino de sus viñas… a Delfina, ¿qué estaría haciendo Delfina?. Sus ilusiones se habían desmoronado, dormían hacinados después de largas y extenuantes jornadas de trabajo transportando sedimentos en la mina. Eran esclavos junto a otros cientos traídos de todo el mundo.
Alguien habló del país próspero de Panamá donde se acababa de construir el canal que unía los dos océanos y hacia allá se encaminaron a pie un grupito sin ser conscientes de la aventura que tenían por delante. Pensando sólo en Delfina que era lo que le mantenía cuerdo….

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4 comentarios

  1. 1. Diana dice:

    Hola, linda historia, tal vez mejoraría la puntuación, y revisaría algunas palabras que sobran( mejor mostrar que contar) me gusto mucho la parte de :salían fuegos artificiales de la pareja, felicitaciones, te seguiré leyendo.

    Escrito el 20 abril 2019 a las 17:33
  2. 2. Dama de Bailalunas dice:

    Muchas gracias por tus consejos y felicitaciones Diana. Trataré de mejorar.Si puedes especificar un poco más las palabras que piensas que sobran te lo agradeceré.

    Escrito el 22 abril 2019 a las 02:06
  3. 3. María Esther dice:

    hola Dama de Bailalunas, muy bien contada tu historia.Me gustó lo de los fuegos artificiales al bailar porque es un anticipo de lo que sucederá entre ellos.Por lo demás es la historia de los sueños rotos, la esclavitud tan dolorosa, de explotados y explotadores…
    Saludos, sigue escribiendo.
    Estoy en el114 por si gustas pasar.

    Escrito el 26 abril 2019 a las 23:44
  4. 4. Dama de Bailalunas dice:

    Muchas gracias por tu comentario María Esther. Te visitaré.

    Escrito el 29 abril 2019 a las 15:20

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