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UN CÓCTEL MARGARITA EN ISLA MARGARITA - por Andy Garcia

AÑO 777 d.B (Después de Burton)
No hay nada después que una larga jornada de competencias, estudios y entrenamientos para un atleta de natación submarina en aguas abiertas, que no pueda solucionar un buen avistamiento de sirenas latinas, ver como caen de las palmas los cocos y dejarse golpear el viento en la cara por parte de la furia oceánica veraniega.
El, Joseph, no estaba de vacaciones, el nunca descansaba, pero se había quedado estancado, en los entrenamientos no mejoraba tiempos, su pasado de discotecas, table, alcohol, mujeres y drogas lo empezaban a atormentar, pero si bien dice el dicho si no puedes con tu enemigo, únete a él y así fue.
Por consejo del psicólogo, quién mamado de su retahíla, de su verborrea que utilizaba para excusarse por su mal tiempo, por su marea baja y por no estar en una condición óptima para competir contra sí mismo, lo mandaron a Venezuela, a Isla Margarita de entrenamiento.
Para que fuera allí con una sazón de cocina a base de mariscos, con especialidad en tiburón, -porque después del siglo de dictaduras vencidas y por vencerse no quedo más nada- se aburriera de su realidad ficcionada y recordase aquella realidad en donde la gastronomía –necesaria en la vida de un nadador- resaltase por su abundancia más no destacase por su autonomía destacatoria.
Duró 1 semana y media y a pesar de que se había enamorado de bellísimas sirenas especialistas en placeres burbujeantes, su estadía para 1 mes no pudo llegar a puerto feliz porque estaba cansado de la dieta del tiburón.
Desayuno, huevo con bistec al tiburón. Almuerzo paella a la valenciana (pero solo con aleta de tiburón). Medias tardes, mollejas de tiburón y para la noche arepa venezolana con hígado de tiburón. Para variar hígado de tiburón encebollado, para endulzar flan de mousse bañado en leche de tiburón. Para beber tiburón fermentado en chicha del Táchira.
Eso no era vida, para Joseph ni para nadie. Esas vacaciones se convirtieron en un verdadero infierno alimenticio, en un infierno gastronómico de la especificidad.
“¿Y el cóctel margarita en Isla Margarita pa cuándo?” reflexionó mientras tomaba el avión que lo llevaría de regreso a su nada agitada vida en Girona.

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4 comentarios

  1. 1. Labajos dice:

    Hola Andy:
    Curiosa situación has inventado para juntar margaritas y tiburones en una cocina. Un original relato con mucho humor. No es de extrañar que, el intemporal protagonista, no durase un mes en la isla Margarita, por lo monótono de la dieta, y además por la machacona insistencia de los valencianos indignados: “ “Que barbaritat! La paella no porta tauró. A qui se li ocorre afegir tauró a l’arròs d’una paella? En tot cas a l’arròs a banda”. Qué barbaridad, la paella no lleva tiburón. ¿A quien se le ocurre añadir tiburón al arroz en la paella? En todo caso al arroz a banda (Traductor de Las Provincias) .
    En cuanto a posibles erratas: …el (él) nunca descansaba.
    Ha sido un placer.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 17:29
  2. 2. Josè maría dice:

    Hola Andy que pecha de tiburón no ?divertido relato en el que aparte de la errata que señala el compañero veo otra en la palabra, estadia en vez de estancia, se te fue los dedos o se los comió el tiburón jajaja un saludo .Mi relato es el 43

    Escrito el 18 abril 2019 a las 21:03
  3. 3. Luis Duque dice:

    Saludos. Dibujaste de manera jocosa la crisis de mi país. Pero esa paella seguro era lentejas con tiburón, menú al que el optimismo llama paella, no podría faltar el mango con coco y tiburón. Me gustó el enfoque.

    Escrito el 18 abril 2019 a las 22:26
  4. 4. Auxi Morata Alegre dice:

    Hola Andy.

    Un relato muy curioso, creo que los compañeros ya te han dicho los fallos gramaticales, así que me ceñiré al estilo y la narrativa; me ha gustado mucho aunque creo que podrías haber explicado de forma más extensa el contexto del protagonista.

    Pese a eso me ha gustado mucho, aunque debo de ser la valenciana de la que hablaba Labajos, TIBURÓN EN LA PAELLA PERO BUENO QUE ES ESTO XD

    Muy buen trabajo!
    Soy tu vecina del número 6 por si te quieres pasar 🙂

    Un beso! Nos leemos!

    Escrito el 30 abril 2019 a las 13:03

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