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La última función - por Mario Fernández
Web: https://medium.com/@mariofelectronica
La llama del mechero encendió el extremo del cigarrillo. Era su ritual antes de abrir el dossier y comenzar el interrogatorio. El inspector Brandon H. Murray amaba su trabajo por encima de cualquier otra cosa. Era su vida. Los sospechosos eran su familia. El pitillo previo a las preguntas, su medicina.
Pero, como todos, estaba atrapado en el vagón del tiempo, cuya velocidad constante nos lleva hacia el detrimento del cuerpo y la mente. Brandon se acercaba a su parada. Lo sabía, y sus superiores también.
Le habían asignado su último trabajo. Una vez concluido, lo dejaría. Por ello se había esforzado para conseguir aquel caso y no otro. Su vasta experiencia le dijo que no iba a ser rápido, fácil ni agradable. Un último soplo de vida antes de bajarse del tren.
Abrió el dossier. En silencio, colocó sobre la mesa las fotos que mostraban lo que había quedado de las víctimas. Un calendario donde Brandon marcaba las fechas más significativas. La información del sospechoso que se sentaba frente a él.
Wilhelm Johnson. Un pobre fracasado. Por supuesto, ni él ni su confiada actitud de gangster tenían nada que ver con los asesinatos. Pero a Brandon le iba a resultar difícil demostrarlo. Se llenó los pulmones de humo. Que comience el primer acto.
—Señor Johnson, ¿cuál era su relación con Marie Gobbler?
—Digamos que parte de ella me ayudaba en mis peores momentos.
El ruido de sus esposas al frotarse lascivamente las manos asqueó a Brandon. Mierda, Johnson. Sigue tu puto guion. Los bastardos como vosotros sabéis hablar con la policía. Otra calada. Miró a su calendario.
—¿Dónde se encontraba el pasado viernes entre las diez y las doce de la noche?
—¿Y yo qué sé? Por ahí, borracho.
Y encima no tenía coartada. Joder, era el perfecto sospechoso. Interminables hojas con antecedentes de violencia y robo armado, cliente asiduo de Gobbler y posiblemente de las otras tres víctimas… Tenía el potencial para provocar un desenlace prematuro en la última función de Brandon. Pero él pretendía morir en el escenario, como Molière.
—¿Tuvo algo que ver con su muerte? —Brandon observaba atentamente sus reacciones. Vamos, Johnson. Compórtate. No has sido tú, así que no intentes colgarte esta medalla.
—¿Qué más da quién haya sido? La pequeña Mary está donde se merece. Lo que le ha pasado no es nada en comparación con lo que le habrían hecho los Boppers. ¡Ha tenido suerte!
Si risa psicótica inundó la sala gris. Sus botes sobre la silla no impedían que su siniestra mirada continuase fija en la foto de la pobre Mary. Brandon, decepcionado, apagó el cigarrillo. Un leve gesto hacia el espejo de la sala, y los agentes entraron a por aquel loco. El primer acto había concluido.
—No ha sido él. —Brandon debía gritar para hacerse oír sobre los gritos de Johnson, que era arrastrado hacia su celda por dos agentes.
—Según los testigos, fue la última persona en ver a Gobbler con vida. Y no ha negado su relación con el asesinato.
—Tampoco la ha confesado, Comisario. —Nada de lo que pudiera decir haría cambiar la opinión de su superior. Lo que quieres es cerrar el telón y acabar con mi obra, hijo de puta.
—Brandon, ha sido él. Mañana lo voy a poner a disposición judicial. Enhorabuena. Lo has conseguido. Te podrás retirar con todos los honores.
Brandon observó como el Comisario abandonaba la sala, dejándolo solo ante las cuatro fotos que adornaban la mesa. Comenzaba a acostumbrarse a aquellas horribles imágenes. Al fin y al cabo, le habían permitido mantener su puesto. Hasta que Johnson le robó el papel protagonista.
¿Qué importaba? Que lo declaren culpable. Ese cabrón merecía estar encerrado como el que más. Que se pudra en la cárcel. Brandon debía centrarse en el siguiente acto. Era necesario un quinto cadáver. Pero Brandon habría de ser más cuidadoso y elegir a alguien sin enemigos a los que inculpar. Tenía que darse prisa y reanudar la función antes de que le obligasen a dejar el cuerpo. Había demasiados jóvenes leones merodeando. Esperando la caída del viejo rey.
Hola, Mario:
Me ha gustado mucho tu relato. Muy bien escrito al estilo de la novela negra clásica. Al principio, me echó un poco para atrás el hecho de que los nombres fueran extranjeros y que uses tantos clichés del género policíaco; sin embargo, creo que tu escritura (ingeniosa, original y precisa) y el giro final lo justifican. Te felicito.
¡Un saludo y nos leemos!
Hola Mario.
Me dio un poco de pereza al ver que se trataba de un relato policiaco ya que es la opción más fácil para utilizar “no tenía coartada”. Pero me ha gustado, está bien escrito, se desarrolla a buen ritmo y es fácil de visualizar la escena. Y el twist del final no y lo esperas. Así que enhorabuena por un buen trabajo. Lo único que indicaría es el uso de comillas americanas en la frase «Lo que quieres es cerrar el telón y acabar con mi obra, hijo de puta». Para indicar que este es su propio pensamiento y no el narrador.
Un Salud desde el 69.
Hola Mario:
A mi sí me gustan las historias policíacas. De hecho soy asidua de la serie “Crimen e investigación”. Por eso me ha gustado tu relato. El comienzo es claro y bien narrado. Con unos personajes, el del inspector y el del detenido, muy creíbles. Los diálogos aportan agilidad al relato que es de lectura fácil.
Un final con sorpresa en donde el lector descubre la otra cara de la verdad.
Encantada de leerte, Mario
Hola Mario.
No soy fana de los relatos policíacos, pero el tuyo me ha gustado. Imaginaba que podía ser algo así, pero de todos modos está bien dosificado.
Mis saludos.
Hasta la próxima propuesta.
Hola Mario:
Me ha gustado la presentación y la utilización del símil del tren que, aunque recurrente, le va de maravilla a su vida profesional.
En principio me había parecido una aparente contradicción entre que el gangster no tenía nada que ver con los asesinatos pero que a Brandon le iba a resultar difícil demostrarlo. Parece que el poli tuviera que demostrar la inocencia del acusado. Y así ha sido. El poli se aferraba al sillón ¡y de qué manera! Un buen golpe de efecto.
El lenguaje, el ritmo, los diálogos la gramática estupendos. Has creado el típico ambiente del género policiaco. Quizás la forma de presentar algún diálogo podría revisarse.
Un placer.
Hola Mario
El mes pasado varios compañeros me pedisteis que continuara mi relato (53) y aquí estoy, con el nº 88.
Respecto al tuyo me ha gustado mucho. Le has metido una intriga extraordinaria, te felicito. Como puntuación lo veo también bien y el reto conseguido
Nos seguiremos leyendo
Un saludo
Creo que son muy atinados los comentarios anteriores.
Para no repetir lo dicho te doy mi impresion del cuento. Me parecio muy bueno. Si bien el policial negro no es el estilo que mas me guste, este cuento me atrapo.
Lo que si me parecio un cierre muy bien logrado. Absolutamente inesperado, fluye naturalmente, no fue forzado y eso lo hace cerrar muy bien.
Te felicito y espero seguir leyendote
Hola Mario,
Gran trabajo.
Adiós Mario.
Jeje, es broma. No puedo irme sin opinar.
A mi me ha gustado mucho. Considero que es difícil usar un cliché y conseguir que sea algo diferente y con un estilo propio.
A mi me ha gustado el uso de nombres yankis. Me lleva a la novela negra más pura. Que transcurre en Chicago, o en San Francisco, o en Nueva York. En cualquier gran urbe americana. Es una cuestión de gustos. He leído en algún comentario la opinión justamente contraria. Respetables todas.
El giro de que el poli sea el asesino se ha usado bastante en los últimos años. Yo de entre todos ellos, elijo a Dexter. Un crack!
Me ha gustado la facilidad con que se lee, aunque en el diálogo con el comisario me he perdido un poco.
Yo me leería un libro entero sobre la historia que has creado.
A veces los clichés son clichés porque funcionan. Felicidades y a seguir puliendo detallitos.
Hola Mario,
Muy buen relato, no encuentro nada para corregirte. Me gusta tu escritura.
No es mi género favorito, y era el más obvio para “no tenía coartada”. Pero destaco el final, le dio un giro que no imaginé pese a que había indicios.
Felicidades!
Saludos
Valery (70)
Hola,
Gracias a todos por vuestra visita y vuestros comentarios. Aprendo con cada uno de ellos.
Después de leer vuestros relatos y los de los demás compañeros, he visto que sí, había otras opciones además del obvio relato policíaco. Y la verdad es que tampoco es mi estilo favorito.
Pero como experimento, tanto de género como de estilo, estoy satisfecho y gracias a vuestro feedback positivo, quizás me anime a seguir por la misma línea (de estilo, que no de género).
Muchísimas gracias por pasaros por aquí, y espero con impaciencia el siguiente reto.
¡Nos leemos!
Mario