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UN PLAN PERFECTO - por Labajos

Charlaban en la biblioteca de la segunda galería de la Prisión Modelo de Valencia. Para ser exactos, el local tenía poco de biblioteca. En realidad, eran dos celdas unidas, amuebladas con una mesa rodeada de sillas y una pequeña estantería ocupada por no más de veinte volúmenes mil veces manoseados. Allí se podía también leer prensa atrasada, la del día se encontraba invariablemente en la oficina de los funcionarios. Dicho cuchitril justificaba el cumplimiento del artículo 57 de la recién estrenada LOGP(1), evitando que los reclusos de la segunda galería, siempre peligrosos, acudiesen “innecesariamente” a la escuela del Centro. Terminaba siendo un lugar de reunión para las élites penitenciarias, no accesible al resto de internos.

―Si tu plan era perfecto, ¿puedes explicarnos cómo te encuentras disfrutando de nuestra elevada compañía?― Preguntó el Pelargón. Ya sabía la respuesta, pero platicar es la única medicina para el tiempo “cuando se está dentro”.

―Un buen plan―argumentó el Inspector Basauri― incluye la previsión de que algo salga mal…

―Perfecta imperfección― dijo alguien.

―Uno no habla para necios―. Cortó haciéndose de rogar. El Inspector no era tal, pero todo el mundo lo llamaba así a consecuencia de su causa penal. Algunos le animaron a continuar.

―¿Qué preso deshojó más calendarios? ―Preguntó el Inspector

―El “pringao” que no tenía coartada.― Respondieron a coro.

―Os contaré como fabriqué la mía―. Todos se acomodaron para oír la historia, alguien lió un porro. El Rutinas acercó una cerveza del mercado negro al conferenciante.

***

En abril de 1985, Francisco Basauri esperaba su turno en la Delegación de Hacienda de Valencia. Una cola demasiado larga, de esas que dan para fantasear una historia hasta sus mínimos detalles, la demora era tal que se atrevió a preguntar a la funcionaria telefonista:

―Tengo un asunto familiar grave, ¿podría realizar una llamada?

―No disponemos de teléfono público, pero que no se diga que maltratamos al contribuyente. ¿Quién me dice que no es usted un inspector enviado por “Madrid”? Utilice el despacho cinco, que lleva meses vacío.

―Es usted muy amable. ¿Cómo se llama?

―Amparo

Transcurridos dos meses, un elegante Basauri comprueba que la telefonista no lo recuerda.

―Buenos días, supongo que es usted Amparito, ya tenía ganas de saludarla en persona. ¡Hemos hablado muchas veces por teléfono!, es usted muy eficiente. Por fin ha llegado mi traslado desde León. Soy el inspector Francisco Basauri, pase mis llamadas al despacho número cinco.

―Son cientos las personas que vienen cada día y miles las llamadas que pasamos. ¡Por supuesto que no sospeché nada!, su conducta era la normal en un inspector: puntual, cumpliendo estrictamente el horario, ― se justificaba Amparito ante el fiscal― era muy trabajador, siempre tenía contribuyentes en su despacho y continuas llamadas.

―Claro que preguntaban por mí.― en la biblioteca todos escuchaban al Inspector sin respirar― los “mirlos blancos” se iban recomendando unos a otros: “Merece la pena respirar tranquilo, pregunta por el inspector Basauri, por una cantidad razonable te asegura una inspección sin sobresaltos”. Había días que tenía cola, todos con sus libros de contabilidad en los brazos, cuando los hojeaba, solo tenía que observar la cara del “pardillo”, cuando se ponía nervioso carraspear…Cuanto más sudaban más aumentaba la propina. Me vine arriba y decidí pedir un crédito al banco de enfrente de la Delegación. ¡Cómo no se lo iban a conceder a todo un inspector de Hacienda! Meses antes me había registrado como ludópata y comprobado que me denegaban la entrada en bingos y casinos, monté alguna escena para que constase mi adicción al juego. Era evidente que los “honrados” empresarios no iban a denunciar, pero los talones sin fondos con los que pagué el crédito me delatarían. Estaba preparado.

―No entiendo― el Pelargón tenía la boca abierta.

―Sencillo. Vendría a la cárcel, pero poco tiempo, era una simple estafa, quisieron añadir suplantación de personalidad, pero yo no di datos falsos al banco y usé mi nombre cuando me “incorporé al Cuerpo de Inspectores de Hacienda”. Simplemente nadie comprobó nada.

―Sabías que te cogerían…

―Cierto pero también que no devolvería ni una peseta. Demostré en el juicio ser ludópata y confesé haber utilizado el dinero para pagar deudas de juego, no pudieron demostrar que mentía. Me espera una buena vida dentro de unos meses.

Todos coinciden en felicitar a Francisco Basauri. Incluso lo hizo el fiscal durante el juicio. "Es usted un artista", le dijo al estafador, que hubo de responder: "Si lo fuera no estaría aquí".

(1) Ley Orgánica 1/79, de 26 de septiembre, General Penitenciaria.

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14 comentarios

  1. 1. JUANA MEDINA dice:

    Hola Lapdog,
    Esa “biblioteca” parece más bien una clase para estafadores. Muy bueno. El plan es “casi perfecto”. Tengo sin embargo, una pequeña objeción: el Inspector dice en primera persona que va a contar su historia. Pero, luego empiezas el relato en tercera persona.Eso, a mi modesto modo de ver, desconcierta y no se entiende bien por qué lo resolviste así. Fuera de eso, la idea es excelente y tanto el ambiente carcelario como las situaciones cotidianas que lo llevan a “trabajar tranquilo y sin mentir”, están muy bien pintadas.
    Felicitaciones.

    Escrito el 17 mayo 2019 a las 20:30
  2. 2. JUANA MEDINA dice:

    Perdón por equivocar tu nombre.

    Escrito el 17 mayo 2019 a las 20:31
  3. 3. Laura dice:

    Hola Labajos.
    Realmente, un plan casi perfecto.
    Coincido con Juana Medina en la naturalidad con que desarrollas el ambiente carcelario.
    Creo que lo de calendario lo tuviste que poner medio a la fuerza porque viene de una pregunta que no hace al relato en sí.
    Por lo demás, me resulta muy bien llevado.

    Mis saludos y felicitaciones por la imaginación que posees.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 18 mayo 2019 a las 22:37
  4. 4. Labajos dice:

    Hola:

    Gracias Juana y Laura por vuestros comentarios.
    Debo aclarar que el texto esta escrito en tercera persona y la acción corre a cargo de un narrador omnisciente. (Charlaban en la biblioteca de la segunda galería). Los diálogos son los que están y en primera persona, lógicamente.

    En cuanto al calendario, fue una pieza muy fácil de incluir, pues si de algo se tiene verdadera obsesión en una prisión es del tiempo, es común que cada preso tache en el suyo los días que van pasando. Las condenas se miden en años, meses y días. Cuanto más larga la condena, más calendarios a tachar.

    Saludos

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 11:37
  5. 5. kirjanik Maya dice:

    Hola, Labajos.

    Buen relato, el titulo va de lujo con el relato, el quiebre a mitad del texto, genial.

    Donde comienza el relato el inspector Basauri lo encuentro natural, a excepción de esta frase:
    “Transcurridos dos meses, un elegante Basauri comprueba que la telefonista no lo recuerda.” en mi opinión rompe el ritmo de las palabras del inspector, suena frio, distante.

    Que tal así:
    “Transcurridos dos meses, vestido muy elegante comprobé que la telefonista no me recordaba”
    Más intimo y acorde con el resto de la narración que hace el inspector.

    Solo es una sugerencia de alguien que esta aprendiendo, no le des mucho atención a mi comentario.

    Saludos y hasta el próximo taller.

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 18:12
  6. 6. JaimeM dice:

    Hola, Labajos:

    En primer lugar, muchas gracias por tus comentarios a mi relato.

    Sobre el tuyo, ¡qué historia más enrevesada! Pero en el buen sentido. El Pelargón me representa cuando dice “No entiendo” con la boca abierta; pero al momento pasas a explicarlo y todo encaja.

    La historia está muy bien construida y contada con mucha inteligencia, con esa introducción en la “biblioteca” que da color y realismo a la vez que despierta el interés.

    Me gusta mucho cómo encadenas distintos elementos, como la interjección del Pelargón que ya he mencionado o la elegancia de ese diálogo inmediatamente previo al relato de Basauri (―¿Qué preso deshojó más calendarios? ―El “pringao” que no tenía coartada.―Os contaré cómo fabriqué la mía).

    Me parece muy meritorio cómo has conseguido encajar todos estos elementos en el límite de 750 palabras. Me da la impresión de que hay mucho trabajo detrás, y puedo decir que ha sido totalmente recompensado. Con esto no digo que se vea forzado: todo lo contrario.

    ¡Un saludo y nos leemos!

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 23:10
  7. ¡Bravo Labajos! Es un gustazo leer un relato de tanta inteligencia narrativa.

    -Los personajes creíbles (las voces de todos ellos de acuerdo a sus personajes, o sea, con personalidad, incluidos los alias, (aunque prefiero no preguntar el porqué le apodaban “pelargón). Se distinguen claramente los unos de los otros sin que te hayas explayado con demasiados “discendi”,en su justa medida.

    -La trama, coherente.

    -El ritmo, logrado.

    -El lenguaje concreto ciñéndose a los hechos, sin desbarrar con galimatías, escribiendo con naturalidad, dando a los diálogos el aire de una conversación escrita.

    -Has tenido la inteligencia narrativa, ya te lo dije al principio, de saber captar la atención del lector (mi atención como lectora), pues ni de coña me quería dejar de enterar de la estrategia de Basuari para conseguir su cometido.

    Y sobre todo, Labajos, espero que ningún funcionario de hacienda lea esto, ni nadie de la policía, lea esto, pues me has dado una idea fantástica, ahora que estamos en periodo “hacendil”. A ver si cuela y salgo de pobre 😉

    Un placer de lectura. Hasta pronto Labajos.

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 08:54
  8. 8. El chaval dice:

    Hola Labajos
    Con ironía has ido deslizando la narración que al parecer es así como los desposeídos de libertad tiene que pasar el tiempo y la vida.
    Creo encontrar en las rayas un pequeño desbarajuste, algunas veces unen las siguiente palabra y otras no, así como hay mayúsculas y otras veces minúsculas.
    Este mes no he podido entrar en la lista de textos; no admitieron mi relato, por saltarme a la torera la frase “no tenía coartada”

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 09:08
  9. 9. Amilcar Barça dice:

    Joder Labajos, ¡qué casualidad! En cierta ocasión vi armar un cisco de no te menees a un fulano que decía que era sobrino del director de la cárcel de Valencia. Todo cristo, incluidos los civiles, perdían el culo para concederle lo que antes negaban, una entrada para ver una película de cine. Eran otros tiempos.

    Entretenido el diálogo. salu2

    http://blog.tsedi.com/como-se-usan-los-guiones-de-dialogo/

    Escrito el 23 mayo 2019 a las 22:54
  10. 10. Amilcar Barça dice:

    Cagüento! No se que he hecho que no ha subido el comentario y ya no me acuerdo que había escribido. Creo era algo relativo a un fulano que montó un cirio por una butaca para ver una película. Era el casino de un centro minero y cuando la peli era buena, solo había butacas para los enchufados, el resto se quedaban al pairo. Pues el julai, que estaba decorando o pintando la iglesia, se cabreó y amenazó a los caciques con: “y tengan cuidado que soy sobrino del director de la cárcel de Valencia”. A partir de ese momento, le ofrecieron hasta el culo, civiles incluidos. Eran otros tiempos.(Estos estaban para controlar a los mineros) Me ha entretenido tu relato. salu2

    http://blog.tsedi.com/como-se-usan-los-guiones-de-dialogo/

    Escrito el 23 mayo 2019 a las 23:05
  11. 11. Amilcar Barça dice:

    ¡Coño y recoño! Es el tercer comentario que escribo. Te daba una dirección sobre el uso de guiones y parece ser, si este comentario sube, que eso tira para atrás los comenta-ríos. ¡Manda cojones! En fin, me ha entretenido el relato y me niego a escribir por tercera vez mi destructiva crítica. salu2

    Escrito el 23 mayo 2019 a las 23:09
  12. 12. Amilcar Barça dice:

    Lo siento, soy un zote.

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 17:31
  13. 13. Labajos dice:

    jajaja, Amilcar tas liao.

    Un abrazo

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 21:02
  14. 14. María Jesús dice:

    Hola Labajos: Es muy entretenida la trama de tu relato. La historia de ese truhan está muy bien ideada y se lee con interés. La verdad es que he disfrutado.
    Saludos desde el 48.

    Escrito el 26 mayo 2019 a las 20:21

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