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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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San Dionisio - por Isabel Caballero

Web: http://alzapalabra.blogspot.com/

Simón, el antiguo sepulturero, me contaba la historia del cementerio en mayestático equilibro, y es que era uno de esos borrachos dignos que casi nunca perdía las formas; parecía un ilustrado guía de voz engolada cuando hablaba sobre San Dionisio.
—En 1893 una epidemia de cólera invadió la isla diezmando sus habitantes, fue especialmente cruenta en ésta zona. Fue entonces cuando hicieron San Dionisio, el antiguo cementerio no daba para tanto cuerpo.
Enseñaba el lugar con un amplio gesto de la mano que abarcaba las desvencijadas tumbas, las cruces, el ángel de la entrada, la que antaño fuera capilla y luego un cuarto de aperos.
Un bajo muro separaba el cementerio de la playa y del chiringuito donde, Simón y yo, siempre acabábamos tomando algo. El tipo me caía bien.
—¿Cómo van las cosas? —se interesó mirando con curiosidad los planos del futuro tanatorio de tres plantas con vistas al mar.
—¿Quitarán todas las tumbas?, mire, tengo a mi madre enterrada allí. —Señaló una de ellas.
—Conservaremos la capilla y el ángel, no modificaremos demasiado el recinto original. Éste lugar tiene carácter, la tendencia actual es combinar lo clásico con lo puntero, ¿entiendes de lo que hablo? —le pregunté enderezando los planos que Simón miraba del revés; el ángel y su flamígera espada boca abajo como un mal presagio.
Simón se entristeció sin motivo aparente. Se le escaparon dos lágrimas. Una resbaló despacio haciendo un camino sinuoso hasta la barbilla, la otra se detuvo junto al lagrimal. Lloraba sin pudor, con gravedad y en silencio.
—¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí, Simón?
—Hasta que lo cerraron, de sepulturero, de jardinero, de lo que fuera… Tenía las tumbas como la patena, mire que pena como crece ahora la maleza, aquella siempreviva la planté en el 74, justo el año que cerraron el cementerio.
—¿Cuántos enterrados hubo a causa de la epidemia?
—Creo que del pueblo y alrededores unos cuarenta, a mí me emplearon en el 55, y al cierre de cementerio me dieron la patada.
—¿Tu padre también era sepulturero?
—Al principio sí, luego trabajó en la carretera, casi todos los presos ayudaron a construirla, a muchos de ellos los mataron.
—¿De qué presos hablas?
—¿De cuáles van a ser?, los de la guerra, invíteme a un trago por caridad que sea de ron si puede ser.
Lo dijo todo seguido, sin respirar. Pedí otros dos rones y al rato volvió con la misma cantinela.
—La tengo ahí a mí madre… no le pude conseguir su medicina. La penicilina solo la podían conseguir los ricos. Como el camposanto es suyo, cuando la espiche podría hacerme el favor de enterrarme con ella o junto a ella.
Desistí de explicarle al infeliz el significado de una multinacional.
De aquella noche tengo una vago recuerdo de imágenes turbias: Simón y yo bebiendo y cerrando bares; Simón dando un discurso subido a una mesa; Simón defendiéndome con un león en una pelea con alguien…
Cuando desperté, estaba aterido en el suelo de la capilla, pegado a la espalda de Simón, compartiendo una manta que hedía. Se dio la vuelta y me sonrío. No sabría decir que apestaba más, si su boca etílica, o el raído cobertor que aparté con asco. La misma hediondez de cuando unos días después, excavando el solar adyacente al cementerio encontramos otra fosa. La mayor parte de los restos que pudimos ver tenían agujeros en los cráneos.
¡Carajo! —exclamó Simón persignándose varias veces.
Enseguida comuniqué el hallazgo a la empresa. La consigna fue seguir trabajando, echar cemento sobre la fosa extramuros, despedir al maquinista y a los peones, pagarles un sobresueldo a todos y contratar gente de fuera.
Eso hice. Desde entonces siempre tengo sed.
Y después, una larga nebulosa, un rosario de días iguales los unos a los otros, días de medir a golpe de pasos tambaleantes el cementerio porque nunca encajaban las variables medidas: unas veces se alargaba unos metros hasta el fondo, otras parecía ensancharse y comerse parte de la arena de la playa. Días de borracheras que terminaban, a menudo, durmiéndolas en la capilla junto a Simón.
La carta de despido no tardó en llegar. Motivo: incumplimiento del calendario establecido para finalización de la obra. No tenía coartada, ni justificación. Recuerdo que sentí alivio.
Le entregué el dossier de documentos al nuevo técnico, un joven bien peinado de camisa blanca y cartera al hombro.
Nos tomamos la penúltima Simón y yo, mientras, desde la tasca, mirábamos al eficaz perito midiendo de nuevo el pequeño cementerio de San Dionisio.

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57 comentarios

  1. 1. isan dice:

    Hola Isabel:
    Hay que apresurarse porque, si me descuido, llego el último a los comentarios.
    Me ha gustado la sonoridad, el ritmo, los diálogos, el lenguaje cuidado, las explicaciones detalladas del cementerio y de Simón. Has mostrado varias denuncias, sobre el actuar de las multinacionales, sobre echar tierra por medio, sobre los restos con agujero en el cráneo y su razón. Creo que es un trabajo magnífico.
    Te comento alguna cosa de forma que he visto. Parece que has llegado apurada al repaso..
    “…cruenta en ésta zona…” esta sin tilde desde hace un tiempo.
    “…cuando hicieron San Dionisio, el antiguo…” Yo pondría dos puntos en lugar de coma.
    “…No sabría decir que apestaba más,…” QUÉ con tilde.
    “…si su boca etílica, o el raído cobertor…” Creo que sobra la coma.
    “…excavando el solar adyacente al cementerio encontramos…” Pondría una coma después de cementerio para acotar el inciso “excavando el solar adyacente”.
    “…que terminaban, a menudo, durmiéndolas…” El verbo terminar está en tercera persona, sin embargo todo el relato anterior y posterior está en primera. Parece que es la única oportunidad que le has dado este narrador omnisciente.
    Como siempre ha sido un placer.
    Saludos.

    Escrito el 16 mayo 2019 a las 18:58
  2. 2. Pia Daría dice:

    Hola Isabel, me toca aquí comentarte como dios manda. Manos a los planos y a la obra, que conste en actas. Mal empezamos con San Dionisio, uff, siendo el santo que fue decapitado, y por mucho que le doy vueltas a tu relato no hay que tocarle un pelo mi hijita. La historia esta muy bien definida con esos dos protagonistas, el diálogo ente ellos tan veraz, tan auténtico; el narrador y el ritmo tan buenos en su tono y tiempo, mezclados con la fórmula perfecta a la que sueles acudir para escribir tus historias. Te destaco esa frase “desde entonces tengo sed” para soltar la lengua; un guiño a la memoria histórica, muerte sobre muerte. La tuya, una forma sencilla, llana, de contar una historia cruel, intencionada, sangrienta y aguerrida.Gusto leerte.
    Un saludito compañera

    Escrito el 17 mayo 2019 a las 00:47
  3. Isan, lo primero me alegra un montonazo que te haya gustado San Dionisio. Gracias. Sobre las correcciones son todas acertadas …¿y a mi que no se me mete en la cabeza que ya se acepta los demostrativos este, ese, esa… sin tildes? Lo tendré en cuenta compañero.
    Un saludo Isan, nos “vemos” en tu aporte.

    Pía Daría… mira, la frase “desde entonces tengo sed”, la puse aparte y sola para potenciar la intención, y tú lo has sabido ver, así que es un gustazo que unos escriban y otros “comprendan”
    Gracias Pía. Hasta pronto.

    Escrito el 17 mayo 2019 a las 15:02
  4. 4. Josè maría dice:

    Hola Isabel Caballero.un relato sobre lo que suele pasar en muchos pueblos cuando el cementerio se hace pequeño,comienzan las obras y con ellas las sorpresas.Ya te corrige la compañera Isan que yo para eso soy un desastre.Un saludo mi relato es el 43

    Escrito el 17 mayo 2019 a las 16:29
  5. 5. kirjanik Maya dice:

    hola, Isabel.

    Tus relatos ya están entre los referentes del taller, escribes tan bien que en lo que suelo comentar qué es en lo formal, lo de fondo, no dejas nada que sugerir o comentar.
    Todo en su lugar y con un ritmo medido, felicitaciones.

    Saludos y hasta el próximo taller.

    Escrito el 18 mayo 2019 a las 02:50
  6. Gracias Jose María.
    Desde que tenga un ratito paso por tu aporte.
    ¿Isan es chica o chico?, ¡anda! y yo tratándole de “don” todo el rato 🙂 Y ya me ha corregido ella o él, y con muy buen criterio. Hasta pronto compañero.

    Hola Kirjanaik, muchas gracias por tu generoso comentario. Sobre el escribir bien … hago lo que puedo 🙂
    Hasta pronto.nos vemos en tu relato.

    Escrito el 18 mayo 2019 a las 11:54
  7. 7. Beba dice:

    Hola, Isabel: Gracias por tu visita y comentario.
    Un relato muy denso en connotaciones socio políticas: el signo empresarial de las multinacionales, la inseguridad laboral, el silencio culpable ante las tragedias colectivas; y el desgaste personal del trabajo alienante. Muy, muy bueno.
    Algunas observaciones:
    1- Colocaría punto y coma en ves de coma, en estos casos: “…hicieron san Dionisio, el antiguo..” “trabajó…en la carretera, casi todos los presos ayudaron a construirla”. Esto, porque estás uniendo dos proposiciones independientes, como si fueran dependientes entre sí; tienen distinto sujeto y verbo y no hay nexos subordinantes entre ellas.
    2- El tema de los acentos en los demostrativos, se refiere a los Pronombres Demostrativos; en tu caso son Adjetivos, pues modifican a sustantivos; nunca llevaron tilde los adjetivos; al día de hoy, la Academia “recomienda”no usar tilde en los pronombres, a menos que se preste a confusión en el discurso.

    Escrito el 18 mayo 2019 a las 22:03
  8. 8. Beba dice:

    Pufff: en VEZ DE.. Perdón.

    Escrito el 18 mayo 2019 a las 22:03
  9. 9. Sebas A dice:

    Hola Isabel:

    Es la segunda vez que te leo. Leí tu relato de la escena anterior y realmente escribís muy bien.

    Tu relato es magnífico y no creo estar en condiciones de corregirte ni sugerirte nada.

    Te feicito nuevamente por tu trabajo.

    Saludos

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 03:58
  10. Gracias Beba. Mi monstruo particular son determinados acentos, sobre todo con las nuevas tendencias de la RAE.
    Hasta pronto Beba.

    Hola Sebas. Puedes hacer las sugerencias que consideres sin ningún problema,compañero. Gracias por tus palabras Sebas. Ya te buscaré y leeré desde que tenga un ratito. Hasta pronto.

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 08:53
  11. 11. Laura dice:

    Hola Isabel.
    Comparto el monstruo de los acentos y las nuevas tendencias.
    Tu relato, está muy bien logrado, yo me sentí transportada a tu escena.
    No tengo nada que señalar.

    Mis saludos, hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 12:30
  12. ¡Qué casualidad! estaba buscando tu aporte para comentártelo desde que pueda.
    Gracias Laura.
    Sigo buscando…

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 12:34
  13. 13. isan dice:

    Hola, de casualidad caigo por aquí buscando algo y leo sobre mi género. Es masculino. No sé por qué se empeña José María en lo contrario. Creo que un día se lo advirtió alguien o yo, no recuerdo.
    Saludos.

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 20:34
  14. Aclarado Isan 😉

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 21:51
  15. 15. Carla Daniela dice:

    Hola Isabel, como estas?
    Me saco el sombrero con tu escritura. Una prolijidad visible, y las palabras siempre justas y acertadas.
    Respecto a la historia, me gustó mucho! El tema de las multinacionales toca todo, viviendas, naturaleza, y también cementerios. Muy bien armado el personaje de Simon!!!
    Un gran saludo, y nos leemos!! (N°47)

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 14:35
  16. 16. Carla Daniela dice:

    Hola Isabel, como estas?
    Me saco el sombrero con tu escritura. Una prolijidad visible, y las palabras siempre justas y acertadas.
    Respecto a la historia, me gustó mucho! El tema de las multinacionales toca todo, viviendas, naturaleza, y también cementerios. Muy bien armado el personaje de Simon!!!
    Un gran saludo, y nos leemos!! (N°47)

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 14:35
  17. 17. Paola Panzieri dice:

    Hola Isabel

    Llego tarde pero llego.
    Me han gustado los dos personajes y me duele no saber el nombre de uno de ellos. Humanos, yo diría que nobles los dos aunque muy distintos uno del otro…

    Un abrazo y un aplauso con orejas y todo.

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 16:27
  18. 18. JUANA MEDINA dice:

    Hola Isabel,
    ¡Qué buen relato el tuyo!! Tan bien llevado desde la relación de esos dos personajes y -silenciosamente-de los habitantes de San Dionisio. Has traído a mi memoria unos versos de un largo y hermoso poema de P.P.Pasolini: “La muerte no consiste/ en no poder comunicar/ sino en ser ya para siempre incomprendido.”
    Tal vez Simón y nuestro relator no los comprendan en la conciencia pero sí que los sufren; en tanto los patrones y las multinacionales siguen sin tener en cuenta, y por tanto sin respetar, lo que no se ve. Espléndido.
    Simón: un personaje muy trabajado y muy bien descripto.
    Me saco el sombrero, compañera.
    Hasta el mes próximo.

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 17:12
  19. Hola Carla Daniela, te has sacado el sombrero 2 veces ¡no era para tanto! .9 Gracias compañera.

    Paola, te cuento. En el relato original, que era más largo, el otro personaje se llamaba don Tomás… un guiño que hice a los borrachitos, ya sabes, Dionisio, don Simón,Don Tomas…tonterías mías. Gracias Paola.

    Buen Verso Juana. Gracias.

    Un abrazo mancomunado para las tres.

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 18:16
  20. 20. Nómada dice:

    Que tal Isabel, devolviendo la lectura. Tu relato me encantó, si lo entendí como debió ser, el cementerio o, la tierra sobre la que se encontraba, hacía de las suyas para evitar que lo demolieran. Jajaja espero haberlo entendido bien, me gustó mucho.

    La verdad no tengo nada que señalar, al principio me revolví un poco con los diálogos pero igual pude haber sido yo y no tu texto, en hora buena.

    Saludos.

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 20:40
  21. 21. Pepe dice:

    Hola Isabel,

    Como siempre, estupendo relato.
    En mi juventud solíamos frecuentar las cercanías del cementerio de mi pueblo para, al cobijo de la soledad que junto la noche éste nos proporcionaba, nos juntábamos amigos, botellas y deshinivición cada noche de verano. Digo esto porque, al leer tu relato, has conseguido transportarme de nuevo a aquellos años, e incluso has conseguido, con tu visualidad y deslumbrante pluma, que viva nuevas vivencias, ambientadas en aquel escenario, como si de recuerdos propios se trataran…

    Como te dije (¿te lo dije?) un magnífico relato. Como dice kirjanik, para mí, tus relatos también son referencia.

    Hasta la próxima propuesta!!!

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 21:55
  22. Gracias Nómada y Pepe por vuestras apreciaciones tan positivas. Me anima a seguir escribiendo compañeros. Hasta pronto.

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 18:01
  23. 23. Luigi Callieri dice:

    Hola Isabel,
    He de confesar que tengo un hándicap añadido a la hora de comentar tus trabajos: Ya empiezo la lectura entregado de pies y manos y cuesta remontar y abrir el ojo crítico como se merece el esfuerzo que hacemos por compartir en este taller. Bueno, menos rollo y adelante.
    Me gusta el trabajo, en esta ocasión tu “autora implícita” se apoya en una voz narrativa en primera persona/personaje con una característica muy interesante para la historia que es ser narrador testigo. Pero esa voz narrativa se despista y peca de “sobrada” en la medida que aporta rasgos de omnisciencia con el resultado de pérdida de espontaneidad y desconfianza del lector.:

    1 – se interesó mirando con curiosidad los planos del futuro

    ¿Cómo se mira con curiosidad?

    2 – Simón se entristeció sin motivo aparente.

    Es una frase que da la impresión subjetiva del personaje sabelotodo. Tal vez suprimiéndola tenga más fuerza la acción que se «muestra» :Se le escaparon dos lágrimas. Una resbaló despacio haciendo un camino sinuoso hasta la barbilla, la otra se detuvo junto al lagrimal. Lloraba sin pudor, con gravedad y en silencio. Incluso sería revisable el sin pudor, a mi me suena más potente : LLoraba en silencio 😉
    Y sobre todo, me jode a mí ;-)), el barniz que escoge el narrador para glisar las fosas comunes de los presos de posguerra (supongo). La imagen del tiro de gracia y la potencia del cemento cubriendo las antiguas fosas de cadáveres desconocidos. Da la impresión que tu “autora implícita” se coló usurpando el puesto de ese narrador, el cual no parecía tener problemas para llamar al pan pan , al ron, ron y al mojo, mojo picón.
    Hay algo que me rechina, y es lo de la hediondez de la fosa. Excepto alguna situación muy especial, dado el tiempo transcurrido, -hablas de guerra y sitúas la acción en tanatorio y multinacionales- no creo que hubiese tal fetidez. Alguna experiencia tengo y suelen ser unos restos de los más digno y discreto en el clamor de su silencio ominoso.
    Bueno, estimada colega, me quedo aquí. Ya te han hecho comentarios valiosos por lo que poco puedo aportar y ya sabes que todo esto es EMDO, con lo cual… Un abrazo y nos seguimos leyendo

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 19:05
  24. Estaba esperando como agua de mayo tu comentario porque me interesa tu opinión. Te contesto de inmediato.

    Lo de las tres palabras designadas para llorar sin pudor, con gravedad y en silencio… una vez vi a un borracho llorar así, justo como lo describo, y lo metí en un relato, claro 😉

    Por supuesto, sobre la hediondez de las fosas te haré caso, por supuesto, nunca he visto ni olido ninguna.

    Y sobre la dichosa omnisciente… ayayayayyy!!!! qué difícil es no entrometerse compañero, en este sentido se me escapa el baifo (por aquí llamamos baifos a las cabrilla que se escapa del redil)

    Gracias Luigi Callieri. Aprendo y agradezco.

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 19:23
  25. 25. Luigi Callieri dice:

    Isabel, no hay duda que lo viste así. El problema es que quien está hablando con el lector es un narrador testigo y solo puede mostrar no decir lo que siente o cree o piensa. Eso lo puede hacer en la medida en que sea personaje. Si quieres introducir eso, ponlo en boca del personaje contándoselo a otro , por ejemplo. O concédele la omnisciencia parcial y asume los riesgos

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 19:37
  26. Veré como lo arreglo.
    Me haces trabajar ¡ehh? ¡Negrero! 😉

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 20:57
  27. 27. Alex dice:

    ¡Ay, Isabel! ¡Qué bien que escribes!

    Es uno de los pocos ejercicios de este mes en los que vuelvo hacia atrás al leer, no porque no lo entienda, sino para saborear de nuevo la forma que tienes de entrelazar las palabras. Que bien lo haces. Como me gusta tu forma de escribir.

    El argumento no está mal, pero no ha sido lo mejor. Aunque al final le das ese “volver a empezar”, que nos deja pensar libremente en si el nuevo seguirá los pasos de su predecesor.

    Siempre es un gustazo deleitarse con las cosas bien hechas.

    Saludos.

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 23:56
  28. Pues muchas gracias Alex ,9

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 08:57
  29. Intenté una sonrisa con el teclado, pero salio, una coma y un 9 (sonrío)

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 08:58
  30. 30. Luigi Callieri dice:

    Hola de nuevo, Isabel
    En un comentario al texto de Carla Daniela (47) escribes :

    A mí también me ha fallado algo el tópico en mi relato, es algo en lo que se suele, solemos caer (una fosa de muertos en la guerra con un tiro en el cráneo)

    EMDO el relato se debilita en ese punto, no tanto por el tópico que puede ser válido, como por la incongruencia en el lenguaje del narrador/personaje, y la (des)organización de la TRAMA en ese punto
    A riesgo de enrrollarme más de la cuenta :
    1 – Situándose en el párrafo :

    […unos días después, excavando el solar adyacente al cementerio encontramos otra fosa. La mayor parte de los restos que pudimos ver tenían agujeros en los cráneos.
    ¡Carajo! —exclamó Simón persignándose varias veces.]

    2 – El narrador, personaje no olvidemos, define una voz narrativa autodiegética, ya que es el personaje central y además participa de los hechos.
    3 – Tal como está colocada la trama con la interjección de Simón y el contexto descrito, lo llamativo, el acmé que dicen en teatro, es el descubrimiento de que el agujero en la cabeza corresponde a algo trágico, terrible, que pone al descubierto que las personas que hubo en esos restos, murieron de un disparo en la cabeza (posible tiro de “gracia”).
    4 – La pérdida de fuerza en ese punto, EMDO es debida :

    A la aparente incongruencia del lenguaje, no en el ¡Carajo! de Simón, sino en la metáfora suavizante o eufemismo del narrador («agujeros en los cráneos»).

    Una vez más digo que no entro para nada, en la arquitectura del texto ni en la fuerza o justeza del tema y argumento. Es la vivencia como lector empedernido que agradece sobre todo el cómo se siente transportado a lo largo del camino que es un relato.
    Un abrazo y ya sabes que es un placer compartir y comentar sobre todo en textos como este, idóneos para un taller donde desmenuzar y ver las tripas y los clavos que usamos para levantar una escena.
    Y sí, ¡soy un esclavista vocacional! juo, juo, juo,…

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 09:46
  31. Haciendo los deberes ;(

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 11:02
  32. 32. Labajos dice:

    Hola Isabel:

    Al devolverte tu amable visita he tenido la oportunidad de leer tu relato, la verdad es que me ha encantado y no sólo por lo bien escrito que está.
    Por nuestra geografía vemos esos cementerios que narran la historia de la población. Personas importantes en lugar destacado, los ricos, los pobres…los represaliados fuera, en un organizado mapa social. He visitado algunas tumbas de personajes ilustres, la última la de Antonio Machado. También he estado en otros que muestran la despiadada realidad de aquellos a los que se negó el último derecho. Ante estos últimos sólo cabe pedir justicia y reparación.
    Ha sido un placer.

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 16:18
  33. Así es Labajos, “justicia y reparación”.
    Muchas gracias por tus apreciaciones compañero.
    Un cordial saludo.

    Escrito el 23 mayo 2019 a las 11:07
  34. 34. Ofelia Gómez dice:

    Buenas noches Isabel
    He leído tu escrito y me ha resultado conmovedor.

    Ambos personajes, el narrador y Simón, son mensajeros de injusticias que permanecen ocultas, pero que existieron y aún persisten.

    ¡Qué fácil resulta cubrir lo que no se quiere revelar, simplemente con un poco de cemento!

    Muy buen relato el tuyo. Lo guardaré en mi pc, además, para releerlo y aprender.

    Un abrazo

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 00:20
  35. Buenos días Ofelia. Gracias compañera.

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 08:46
  36. San Dionisio modificado:

    Simón, el antiguo sepulturero, me contaba la historia del cementerio en mayestático equilibro, y es que era uno de esos borrachos dignos que casi nunca perdía las formas; parecía un ilustrado guía de voz engolada cuando hablaba sobre San Dionisio.
    —En 1893 una epidemia de cólera invadió la isla diezmando sus habitantes, fue especialmente cruenta en ésta zona. Fue entonces cuando hicieron San Dionisio; el antiguo cementerio no daba para tanto cuerpo.
    Enseñaba el lugar con un amplio gesto de la mano que abarcaba las desvencijadas tumbas, las cruces, el ángel de la entrada, la que antaño fuera capilla y luego un cuarto de aperos.
    Un bajo muro separaba el cementerio de la playa y del chiringuito, donde Simón y yo, siempre acabábamos tomando algo. El tipo me caía bien.
    —¿Cómo van las cosas? —se interesó mirando los planos del futuro tanatorio de tres plantas con vistas al mar.
    —¿Quitarán todas las tumbas?, mire, tengo a mi madre enterrada allí. —Señaló una de ellas.
    —Conservaremos la capilla y el ángel, no modificaremos demasiado el recinto original. Este lugar tiene carácter, la tendencia actual es combinar lo clásico con lo puntero, ¿entiendes de lo que hablo? —le pregunté enderezando los planos que Simón miraba del revés; el ángel y su flamígera espada boca abajo como un mal presagio.
    Simón se entristeció sin motivo aparente. Se le escaparon dos lágrimas. Una resbaló despacio haciendo un camino sinuoso hasta la barbilla, la otra se detuvo junto al lagrimal. Lloraba con gravedad y en silencio.
    —¿Llevas mucho tiempo trabajando aquí, Simón?
    —Hasta que lo cerraron, de sepulturero, de jardinero, de lo que fuera… Tenía las tumbas como la patena, mire que pena como crece ahora la maleza, aquella siempreviva la planté en el 74, justo el año que cerraron el cementerio.
    —¿Cuántos enterrados hubo a causa de la epidemia?
    —Creo que del pueblo y alrededores unos cuarenta, a mí me emplearon en el 55, y al cierre de cementerio me dieron la patada.
    —¿Tu padre también era sepulturero?
    —Al principio sí, luego trabajó en la carretera, casi todos los presos ayudaron a construirla, a muchos de ellos los mataron.
    —¿De qué presos hablas?
    —¿De cuáles van a ser?, los de la guerra, invíteme a un trago por caridad que sea de ron si puede ser.
    Lo dijo todo seguido, sin respirar. Pedí otros dos rones y al rato volvió con la misma cantinela.
    —La tengo ahí a mí madre… no le pude conseguir su medicina. La penicilina solo la podían conseguir los ricos. Como el camposanto es suyo, cuando la espiche podría hacerme el favor de enterrarme con ella o junto a ella.
    Desistí de explicarle al infeliz el significado de una multinacional.
    De aquella noche conservo un vago recuerdo de imágenes turbias: Simón y yo bebiendo y cerrando bares; Simón dando un discurso subido a una mesa; Simón defendiéndome con un león en una pelea con alguien…
    Cuando desperté, estaba aterido en el suelo de la capilla, pegado a la espalda de Simón, compartiendo una manta que hedía. Se dio la vuelta y me sonrío. No sabría decir que apestaba más, si su boca etílica, o el raído cobertor que aparté con asco.
    Unos días después, excavando el solar adyacente al cementerio encontramos otra fosa.
    ¡Carajo! A lo mejor mi padre está entre estos desgracios. Dios lo tenga en su gloria —exclamó Simón persignándose varias veces.
    —No le cuentes esto a nadie.
    Enseguida comuniqué el hallazgo a la empresa. La consigna fue seguir trabajando, echar cemento sobre la fosa extramuros, despedir al maquinista y a los peones, pagarles un sobresueldo a todos y contratar gente de fuera.
    Eso hice. Desde entonces siempre tengo sed.
    Y después, una larga nebulosa, un rosario de días iguales los unos a los otros, días de medir a golpe de pasos tambaleantes el cementerio porque nunca encajaban las variables medidas: unas veces se alargaba unos metros hasta el fondo, otras parecía ensancharse y comerse parte de la arena de la playa. Días de borracheras que terminaban, a menudo, durmiéndolas en la capilla junto a Simón.
    La carta de despido no tardó en llegar. Motivo: incumplimiento del calendario establecido para finalización de la obra. No tenía coartada, ni justificación. Recuerdo que sentí alivio.
    Le entregué el dossier de documentos al nuevo técnico, un joven bien peinado de camisa blanca y cartera al hombro.
    Nos tomamos la penúltima Simón y yo, mientras, desde la tasca, mirábamos al eficaz perito midiendo de nuevo el pequeño cementerio de San Dionisio.

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 08:47
  37. 37. Pilar dice:

    Hola Isabel,

    Vengo con mucho retraso a devolverte la visita y ya veo lo destripado que ha quedado…

    Creo que sí que eres un referente en esta taller, no solo porque utilizas vocablos como “mayestático” sino por lo bien que lo haces todo en general: el tema que has elegido, cómo lo has planteado y la forma que va tomando línea a línea. Por supuesto, a todo se le puede dar un vuelta de tuerca, y para eso estamos, pero a mí, cuando un relato me gusta prefiero dejarlo tal cual y no sugerir ningún cambio: en eso reside la personalidad y el estilo de cada escritor y no en pretender que todos lo hagamos igual: frases cortas, párrafos separados y un narrador puro. En cuanto a esto tengo mis dudas (creo que ya lo he comentado a otro compañero): En los libros publicados es muy difícil no encontrar una línea o un párrafo que no se mezcle con otro narrador. Actualmente, tengo entre manos “La ladrona de libros”, cuya narradora entiendo que es testigo, pero se mezcla con omnisciente ya que no solo se limita a contar la historia sino que sabe lo que piensan, lo que sienten o lo que sueñan ciertos personajes, unos más que otros, pero ahí está esa intromisión. Así que, yo no me preocuparía ni me obsesionaría. Está bien conocerlos y saber utilizarlos, pero si hay libros corregidos, publicados y best sellers que no siguen estas normas a rajatabla, tampoco será tan malo picotear de unos y otros, pienso.
    (Ahora vendrá Luigi Calleri a desmontarme la teoría, jajaja)

    Bueno, después de este tostón que he soltado, te digo que lo que más me ha gustado ha sido:
    * La caracterización de Simón
    * Los diálogos
    * La localización del cementerio al lado del mar: son dos imágenes muy opuestas. En mi zona no los hay, por desgracia.
    * Echar cemento para tapar los restos: triste, potente y lamentablemente realista
    *La frase “desde entonces tengo sed” no sé si interpretarla a la necesidad de compartir con Simón más rato de conversación y por consiguiente siempre, siempre será la penúltima copa.

    Felicidades por tu trabajo!

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 15:41
  38. Hola Pilar. Lo primero: gracias. Me voy a explayar un poco o un mucho 😉 en responderte.

    Entiendo lo que me quieres decir en cuanto a la personalidad de cada escritor, o el estilo, como quieras llamarlo, y eso es una cualidad intrínseca en el escritor. Tenemos el ejemplo del compañero Alex Cea que tiene un estilo muy marcado, y se expresa con personalidad, o sea, dice las cosas de un modo propio, pero… yo no creo que no se trata de que, cuando nos corrigen con criterio y con honestidad por el bien de la narrativa (no por o para el lucimiento del comentarista), sí que vale la pena experimentar, e intentar darle, como dices, un giro de tuerca a ver que pasa.

    Tampoco hablo de ser obsesivo.

    Dice el escritor Angel Zapata, que ser perfeccionista es lo contrario de ser un ludópata, y que representa un obstáculo muy serio para la “personalidad” de la escritura. No hay nada más aburrido que escrito perfecto, sin despeinar. A mí me gusta “jugar”, por lo tanto cuando me proponen o me sugieren otra forma de hacerlo, si la propuesta es coherente, pongo todo mi empeño y mi curiosidad en darle la vuelta a ver qué pasa. Y aprender a hacerlo de otro modo sin perder, por supuesto, mi esencia. Decían los griegos que la personalidad era la máscara tras la que sonaba la persona, en el teatro, la ficción, la creatividad, lo que hacemos por aquí.

    También reconozco inmediatamente a los que juegan cuando escriben, (aunqu ehaya mucho trabajo detrás del jeugo), y suelen ser mis relatos preferidos. Tú también eres juguetona Pilar.

    Sobre los libros publicados y los best sellers, calla calla Pilar… que hay cada uno!!!!!!!!

    Disculpa el rollo patatero compañera.

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 18:44
  39. Por cierto… el cementerio existe, se llama cementerio de San Andrés, en la playa de las Teresitas, en Santa Cruz de Tenerife. Vale la pena ver alguna imagen de él. Me inspiró el relato.

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 18:46
  40. 40. Luigi Callieri dice:

    Respuesta a Pilar tomándome la libertad de invadir el espacio que corresponde a Isabel Caballero ;-)) [todo lo escrito a partir de ahora está en modo buen rollo, distendido, y tomando un café o cualquier bebida que se quiera 😉 :
    1 – Estoy de acuerdo con todo lo que has escrito, si tú lo ves así. El asunto consiste en que eso son opiniones y valen lo que valen. Es decir, nada. Todas las opinones, empezando por las mías son igual de despreciables. Sé que -sobre todo en los últimos tiempos-cuesta abandonar ese lugar inventado donde nos gusta colocarnos como monos más listos que los demás jeje.. Pero es lo que hay, la opinión carece de importancia, solo importa que demostremos (mediante un experimento u otra forma, y ahí entra la TEORÍA) por qué sabemos lo que sabemos.
    2 – En consecuencia no puedo desmontar ninguna teoría, porque no la hay en tu exposición.
    3 – Solo hay opiniones y las opiniones en sí mismas no tienen demasiado valor porque solo son reflejo del nicho social del que cada uno de nosotros formamos parte.
    4 – Otra cosa sería conocer que teoría aplicas en el caso del texto de Isabel Caballero, de acuerdo con tus percepciones. Y desde luego sería muy de agradecer qué teoría mantienes en realidad. Arriesgándome a meter la pata, creo que sostienes que en cualquier trabajo literario, puede haber diferente voces narrativas o mejor aún puede haber o no haber un narrador, y también puede o no haber un narratario. Lo que es seguro es que debe haber un “autor implícito” (aunque no haya un ÚNICO autor real)
    5 – De igual modo sería enriquecedor para el taller, el saber cómo llegaste a las conclusiones que expones en la lectura del libro “La ladrona de libros”. Sin destripar nada, uno de los grandes aciertos de Markus Zusak nacido Branko Cincovic,es elegir una voz narrativa fundamental e indiscutible en su TOTAL omnisciencia :LA MUERTE. El resto de narradores circunstanciales, lo son en función de su caracterización como personajes, (muy bien conseguida por cierto);-) algo imprescindible para el lector objetivo al que va dirigido el libro: Infantil, juvenil.
    No obstante ya te digo que me gustaría conocer con más detalle tus conclusiones o análisis para elaborar la teoría.
    Y nada más, pienso que he logrado no meterme en exceso en el terreno de la autora Isabel Caballero que ha propuesto un magnífico trabajo para montar esta escena en este espacio, que no olvidemos es un taller.Un abrazo

    PS:No sé por qué, o tal :vez sí, pienso que puede ser muy ilustrativo este comentario del maestro, Juan José Millás en una entrevista hecha ayer a propósito de la publicación de su último libro:

    Juan José Millás, entre otras cuenta que a las personas puedes decirles cualquier cosa menos que no sabe escribir, porque, según él, es algo que está muy mitificado en la sociedad: “Todo el mundo cree que no escribe porque no tiene tiempo”.

    (*)

    (*)https://www.lasexta.com/programas/el-intermedio/thais-villas-accion/juan-jose-millas-medita-sobre-la-euforia-excesiva-aunque-estes-muy-contento-tienes-que-hacerte-el-cabreado-para-que-el-destino-no-te-de-algo-malo-video_201905235ce7031f0cf2db1df52004d1.html

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 19:34
  41. 41. Pilar dice:

    De rollo patatero, nada monada, es un lujo poder hablar de estas cosas con libertad. Si con juguetona te refieres a ser versátil… pues sí que lo soy, jajajaja, cada reto, historia y personajes me piden un modo de escribir. Tal vez nunca encuentre mi estilo, pero así es cómo disfruto de esto… cómo nunca voy a ser best seller, hago lo que quiero 😉
    Y el cementerio lo pienso visitar en Google. Gracias por el aporte!!!

    Escrito el 24 mayo 2019 a las 19:58
  42. Contestando a Luigi Callieri (con un café y buen rollito mañanero) 😉

    1.-Todo el mundo puede invadir mi espacio, (especialmente Juan José Millás)

    2.- Gracias Luigi por llamar “texto” a mi relato.

    Y efectivamente, como esto es un taller, donde se aprende y expone, todas las opiniones por muy despreciables que sean, son bienvenida. De tus críticas asertivas he aprendido mucho, y lo agradezco.

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 09:12
  43. 43. Pepe dice:

    Yo también me acoplo a ese café, ;).

    No estoy del todo de acuerdo con lo de las opiniones que comenta Luigi; para mí cada opinión es importante, aunque lo realmente importante es saber qué hacer con ella, desde sucumbir a su lógica o desecharla por su macabro significado (como podréis pensar de esta).

    Por otro lado, el tema de los narradores, yo pienso que de una forma correcta y coherente se puede ir cambiando de uno a otro, (Faulkner incluye múltiples narradores en sus libros, por ejemplo), pero cuando el autor no es consciente de ese cambio es cuando la cosa cambia, digo yo.

    Isabel me ha encantado el el concepto que citas de “jugar a escribir”, aunque no sé si lo dices por algo positivo o no.

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 10:37
  44. Ya casi que es la hora de la cervecita o el martini Pepe 😉

    Me remito de nuevo a “Ángel Zapata” y su percepción del “cuarto de los juegos”, el lugar en el que elegimos escribir (puede ser un cuarto, al aire libre, en una libreta o en el PC), y en ese lugar vale de todo. Cuando éramos niños utilizábamos los juguetes, las herramientas del juego, ahora que somos adultos, o casi 😉 , las herramientas son las lecturas, la cultura en mayor o menor medida, la práctica del relato, y los buenos consejos, entre ellos los que nos da el compañero Luigi Callieri, con los que estoy completamente de acuerdo.

    Ahora bien, una cosa es la teoría, y otra la práctica. Me parece muuuy difícil escribir, debajo del juego hay trabajo y resistencia, y un modo específico de ver la vida a través de la experiencia y de la escritura.

    En fin… otra despreciable opinión más 😉

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 11:35
  45. 45. marazul dice:

    Hola Isabel: el lugar que has elegido para desarrollar tu relato es muy interesante.La vida nos ofrece argumentos constantes para nuestras historias, pero la muerte,que encierra secretos, muchos más.
    Una trama muy bien llevada, perfecto el lugar, bien caracterizados los personajes y ese descubrimiento añadido que no interesa destapar.
    Entretenido y bien escrito.
    Te felicito Isabel

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 17:47
  46. 46. Luigi Callieri dice:

    Ausente del vermú, me dejo caer al café:
    Tengo la impresión que hablamos de lo mismo, sin saber de lo que hablamos. Suele suceder cuando no se acuerdan previamente los conceptos.Así que voy a dar a mi propuesta.
    OPINIÓN :Coincido con Pepe, “cada opinión es importante”, la putada es que las opiniones NO LE IMPORTAN a nadie aparte del emisor de las mismas, porque su valor real es inexistente fuera del nicho social al que pertenece quien la emita. Un problema añadido es la seguridad de saber que las opiniones nunca han servido para incrementar el número de conocimientos de la humanidad.
    Con la revolución científica,(siglos XVI-XVII), y ya llovió desde entonces, se nos vino a decir a los simios listillos, : «tu opinión ya no importa, solo importa que demuestres (mediante un experimento u otra forma) por qué sabes lo que sabes.»(Con eso apareció la TEORÍA, entre otras cosas).
    2 – NARRADOR Y VOZ NARRATIVA-Es evidente que en un texto puede haber un narrador, infinidad de narradores o no puede haber ninguno, y lo mismo el narratario (del que hablaremos en otra ocasión).
    VOZ NARRATIVA : Aprovecho la propuesta y cita de Pepe acerca de William Faulkner. Precisamente Faulkner en esa “obra maestra” que es “Mientras agonizo” plantea un punto de vista múltiple con una sola voz narrativa (como ejemplo el magnífico monólogo central de Addie que es la clave de bóveda de toda la novela), cuando Addie sale del espacio reflexivo o íntimo y privado (piensa, reflexiona, recuerda) y muestra el diálogo con Anse

    —¿Es que no hay mujeres en su casa? ¿Cómo es que no le mandan a que se corte el pelo?
    —No hay ninguna —contestó.
    Y añadió, de repente, fijando en mí sus ojos, intranquilos como dos perros en corral ajeno:
    —Por eso es por lo que he venido a verla.
    —…Y que le digan que enderece esa espalda —dije—. ¿De modo que no tiene ninguna mujer? Pues casa, sí que tiene. Al menos, eso es lo que a mí me han contado: que tiene usted una casa y una granja que no están nada mal. Y vive allí usted solo, haciéndoselo todo, ¿no es así? —él me miraba, sin parar de darle vueltas al sombrero—. Y que la casa es nueva. ¿No irá usted a casarse?
    Y él volvió a decir, sin quitar sus ojos de los míos:
    —Por eso es por lo que he venido a verla —y añadió—: Yo no tengo a nadie. Así que nadie la molestará. En cambio, usted…
    —Sí, yo tengo algunos parientes. En Jefferson.
    Y al decir esto su rostro se ensombreció un poco.
    —Bueno, yo tengo alguna heredad. Y soy hombre de posibles. Mi nombre es tan honrado como el que más. Sé cómo es la gente de la ciudad; pero, a lo mejor, cuando se pongan a hablar conmigo…
    —… Puede que lo que hagan sea escucharle a usted —le atajé—. Pero será difícil que tenga que hablar con ellos —él no dejaba de examinar mi rostro—, porque los tengo enterrados.
    —Pero con los que vivan —dijo— será diferente.
    —¿Usted cree? —dije—. No sé qué decirle: yo jamás he tenido otra clase de parientes.

    Por un momento aparece como narrador testigo en tercera persona, sin meterse en los pensamientos, intenciones y dramas varios de Anse. Solo muestra lo que vé. Cuando de nuevo, vuelve al monólogo en primera persona recobra la omnisciencia, como no puede ser menosAhí entra la teoría que nos puede enseñar en un taller de estas características algo así como :

    Cuando organices tu trama y propongas al lector un narrador en primera persona y a la vez personaje, cúidate mucho cuando este tome un respiro y recurra a un personaje de apoyo, porque entra en funcionamiento la tercera persona y con ella la pérdida de la omnisciencia de tu narrador

    Precisamente el gran mérito (entre otros desde luego) de W. Faulkner en esta novela es su DESAPARICIÓN como autor : la voz narrativa es de los personajes en su totalidad.
    3 – TEXTO Y RELATO DE ISABEL CABALLERO : Plantea dos personajes principales y da la voz narrativa en primera persona a uno de ellos (“perito”). El punto de vista es el de este narrador principal, que lo comparte dando juego al otro personaje (antiguo narrador). Para ello utiliza un recurso que demuestra su conocimiento de la técnica narrativa (lo que utilizó Faulkner en la parte central del monólogo ¿recuerdas?): Introduce el narrador testigo en tercera persona..
    El resultado es que todos los lectores que pasamos por aquí gozamos de su lectura.
    Pues bien, dado que estamos en un taller y valiéndome del aprecio y admiración que tengo a la forma de trabajar de Isabel, me pareció prudente y pejigueras proponer una pincelada en el cuadro : ¿qué tal quedaría si se evitan esos brochazos de “conocimiento” que no los puede tener un narrador testigo. Generalmente esos aportes corresponden al autor/a cuando empezamos a escribir. Corresponden a eso que tan bien describió Pilar con su OPINIÓN : a mí, cuando un relato me gusta prefiero dejarlo tal cual y no sugerir ningún cambio: en eso reside la personalidad y el estilo de cada escritor […] . Y es que cuando empezamos a escribir -ganemos el Nóbel o no- la mayoría de nosotros llenamos nuestros relatos con el escritor que nos gustaría ser, más que con el escritor que tememos ser en realidad.
    Y con esto creo que me enrollé hasta límites infinitos 😉 Lo dejo aquí, con la confianza de haber aclarado a que me refiero cuando utilizo este o aquel concepto.
    Como despedida y resumen aporto esto que escribió el psicólogo Gary Marcus

    «Cuando dos personas discrepan, la causa hay que buscarla muy a menudo en que sus convicciones previas les llevan a recordar (o a centrarse en) fragmentos de información diferentes»

    Un abrazo

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 17:58
  47. 47. Luigi Callieri dice:

    Fé de erratas : “antiguo narrador” debería decir “antiguo enterrador

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 18:45
  48. Perfectamente explicado, comprendido, y asimilado. A mi, desde luego, Luigi, ME IMPORTA TU OPINIÓN, y estoy convencida de que algún “tertuliano” de esta peña también.
    Creo que con las dos pinceladas que he dado o he omitido al relato, gracias a tu ayuda, ha ganado prescindiendo de la presencia del autor entrometido.
    Aleccionador también el fragmento que has escogido de Faulkner, y nos has llevados de los ojos como si fueran bridas a ver y mirar las frases que son significativas en relación con la omnisciencia o falta de ella, según toque.

    Es todo un lujo contar contigo Luigi. Gracias de nuevo.

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 19:03
  49. Marazul, gracias compañera. Hasta pronto.

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 19:05
  50. 50. Pepe dice:

    Que grande eres luigi, me alegro de dejar esa incognita (faulknier) es para escuchar tu réplica, das mucha profundidad a este taller.

    Isabel lo mismo te digo,siempre es buena hora “pa” juagar…

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 19:50
  51. 51. Paola Panzieri dice:

    Llego muy tarde y ya no son horas, donde estaba no había cobertura.
    Que sepáis que me ha encantado la charla y que tomo nota de todo.
    Saludos

    Escrito el 27 mayo 2019 a las 10:13
  52. Pues voy a tener que abrir un “bareto” o un algo, a ver si nos reunimos más a menudo para hablar de estos menesteres del escribir y todo eso.
    La primera la pago yo ¡ea!

    Escrito el 27 mayo 2019 a las 12:42
  53. A ver, no me lo montes muy lejos que yo me apunto a esas reuniones de horarios intempestivos, cafeina y creatividad a mansalva. 🙂

    Escrito el 29 mayo 2019 a las 09:49
  54. 55. El Apuntador Mudo dice:

    Hola Isabel, aquí estoy para disfrutar tu relato.

    Me ha gustado la trama, cual si transformaras una noticia del periódico en un relato, ha cobrado vida y forma, con las conversaciones, idas y venidas del antiguo sepulturero y el jefe de la obra.

    Me ha llamado la atención que al constatar Simón que ni las tumbas de sus ancestros (su madre) son para “siempre” como ocurría antaño, aunque tiene un peso emocional grande en el relato, sin embargo, su reacción (un par de lágrimas) me parece poco proporcionada para estar borracho, siendo como es alcohólico. Pero es una apreciación muy personal.

    Me ha gustado el relato, he disfrutado y he aprendido.

    Saludos, nos leemos. Este mes me lo perdí, no me busques.

    Escrito el 29 mayo 2019 a las 20:24
  55. 56. Osvaldo Vela dice:

    Hola Isabel.

    Lo que tanto apuró a Isan me sucedió a mi. Llego al final.

    Agradezco tu visita a mi texto y excusome de la tardanza en una sola oración. La grandeza de las letras.

    La expresión, que llamó mi atención, poco tenia que ver con beber agua: sed de vivir, de leer, de escribir, sed de tantas cosas solo por enfatizar las necesidades.

    Te felicito

    Me disculpo

    Y te mando un abrazo grande desde Mexico.

    Escrito el 31 mayo 2019 a las 12:12
  56. Hola Apuntador mudo, lástima que no estuvieras con nosotros esta vez. Espero que para la próxima. Gracias por tus observaciones compañero.

    Osvalo, otro abrazo desde Gran Canaria. Gracias por tu comentario.
    Hasta pronto.

    Escrito el 31 mayo 2019 a las 14:26

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