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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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El profesor de Biología - por Otilia

Cuando salió del instituto ya había anochecido. Las luces de la ciudad parpadeaban como si el viento fuera a apagarlas y los viandantes encorvados caminaban a toda prisa.
—¡Hola, Blanca!
—¿Ignacio?
—No pongas esa cara: parece que has visto un fantasma.

Se conocieron cuando el calendario cambiaba de milenio. Ignacio era el nuevo profesor de Biología y su llegada supuso un revulsivo en el modesto instituto de ambiente apacible. También fue un estímulo en la vida de la profesora de mates.

Los pensamientos quedaron suspendidos al enfrentar aquella mirada que no pedía permiso.
—¿Qué haces aquí? Creía que habías huido al extranjero—dijo Blanca con tono sarcástico. En realidad, hubiera rugido como un león.
—Al quedar libre sin cargos fui a buscarte, pero no te encontré. Después recibí aviso de que mi padre se moría y me llamaba a su lado. Me quedé seis años en Londres hasta arreglar todo.

Mientras él hablaba, vio las imágenes en televisión del suceso. Alternaban las conexiones en directo con la comisaría de policía donde Ignacio permanecía detenido y con el escenario del crimen. Un indicio encontrado junto al cuerpo de Alicia permitía pensar que el profesor de Biología, y última persona con quien habían visto a la víctima, era el culpable.

—Me tengo que ir —dijo apartando la visita del recuerdo.
—Así, sin más. Tengo que hablar contigo, es importante.
—Veremos. No estoy sola…
—Lo sé, vives con el hermanastro de Alicia. Quiero decirte que él fue la última persona que estuvo con ella.
—Adiós, Ignacio.

El alud de recuerdos continuó. Se hicieron buenos amigos. Ella se fue enamorando del compañero. El hombre educado, amable y que la hacía reir.

Pero pronto empezaron los rumores en el centro: habían visto en distintos lugares a Alicia con el biólogo. Alicia era la profesora de Música. Era una mujer trabajadora y bonita, a la que no se le conocía ningún novio. Vivía con Carlos, su hermano, un escritor depresivo.

Una tarde, Ignacio invitó a Blanca al teatro. A la salida, ya en el coche, él dijo:
—El chismorreo de que estoy con Alicia, no es cierto. Yo te quiero a ti.
No hicieron falta más palabras. Se querían y tenían un futuro por delante.

Al mes, el cuerpo de Alicia apareció en un descampado. Las lesiones que presentaba el cuello indicaban estrangulamiento. La huella de una playera en la escena del crimen coincidía con la del profesor, que no tenía coartada.

Su mundo se derrumbó. Cuando Carlos se refugió en ella, Blanca se dejó querer. Juntos inventaron una nueva vida lejos de los tristes recuerdos.

Llegaba tarde a casa, pero no pensaba contar el motivo.
—¿Qué tal el día? No tienes buena cara, ¿ha pasado algo?
—No, solo estoy cansada. ¿Has cenado? ¿Has tomado la medicina? —dijo, besándole en la mejilla. Y añadió —: No tengo hambre, me voy a la cama.

Al día siguiente, cuando salió de casa, su marido dormía. Pasó toda la jornada nerviosa, y, a la salida del trabajo, Ignacio la esperaba.
—Hola, solo puedo quedarme una hora.
—De acuerdo, vamos.

Sentado al volante de un coche aparcado a pocos metros, Carlos vio marchar a su mujer con el hombre del que se había enamorado Alicia.

—¿Qué quieres contarme?
—Lo que te voy a contar va a ser doloroso. Os he encontrado porque la policía vigila a Carlos, creen que pudo matar a Alicia. La pista de la huella, descartada la mía, los llevó a él. Las playeras encontradas en el registro de su garaje coincidían plenamente. Aunque confesé bajo juramento que, cuando nos despedimos, él la esperaba en el coche, no disponían de ninguna prueba sólida ante su coartada, que ató las manos a la policía, pero el caso sigue abierto.

—¡Esto es una locura! Eran hermanos.
—Eran amantes. Los padres de ambos, viudos, se casaron. El marido tenía un hijo, Carlos, y la mujer aportaba al matrimonio una hija, Alicia. Al morir los progenitores, Alicia se hizo cargo de su hermanastro, un psicópata que se adueñó de ella.

Ignacio abrazó a Blanca.
—Tienes que alejarte de él. —No se dieron cuenta que su conversación había tenido un testigo.

Carlos se acercó a Ignacio, le miró fijamente y con una mueca imperturbable dijo:
—Tenía que haberlo hecho el mismo día que me robaste a Alicia, pero no lo vas a conseguir de nuevo.

Y sin mediar más, descerrajó dos tiros a quemarropa en el corazón de Ignacio. Este cayó al suelo todavía con una expresión de asombro en sus ojos.

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14 comentarios

  1. 1. Ulises Vidal dice:

    Hola Otilia!
    Una sórdida historia de amor con un inesperado final.
    Me ha resultado muy entretenida la lectura, porque el suspenso va in crescendo.
    Muy bien caracterizado el personaje del
    asesino. Y,
    el de la mujer, dos veces víctima del mismo hombre. También, Ignacio, que vuelve para recuperar a su amada y encuentra la muerte. Felicitaciones y hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 16 mayo 2019 a las 19:13
  2. 2. Galia dice:

    Hola Otilia: me gustó mucho tu relato, hay una intriga que va in crescendo, y mantiene expectante al lector hasta el final.Bien resuelto el conflicto y los celos como desencadenantes de la tragedia.Quizás podrías haber desarrollado un poquito más algunos síntomas de la paranoia que acusaba el asesino pero el no hacerlo no desmerece la historia.
    Nos seguimos leyendo.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 16 mayo 2019 a las 23:24
  3. 3. isan dice:

    Hola Otilia:
    Ya llego, por fin. Te comento primero un par de cosas a revisar.
    “y los viandantes encorvados caminaban a toda prisa.” Faltas dos comas para acotar “encorvados” ya que, como está, parece que solo caminaban los encorvados. Con las comas todos los viandantes caminan encorvados.

    “…que la hacía reir.” Reír con tilde.
    El fragmento del diálogo que empieza con “Me tengo que ir” ha parecido muy cortante y confuso. Máxime cuando el párrafo anterior empieza con: “Mientras él hablaba, vio las imágenes en televisión del suceso…” No entiendo en qué momento nos situamos ya que un momento antes estaba diciéndole que venía de Londres. ¿Cuándo están juntos para ver las imágenes? ¿Después de seis años se juntan, ven las imágenes y se tiene que ir?
    Entrando en el fondo de la trama. Me ha costado un poco entenderla. No ha sido hasta cuando he leído todo el relato. Parece raro que, amando Ignacio a Blanca, no haya tenido ocasión de contarle nada en seis años o que le diga que la policía sospecha de Carlos.
    Por lo demás intrigante hasta el final.
    Un saludo.

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 16:57
  4. 4. Sebas A dice:

    Hola Otilia:
    A mi me gustó mucho tu relato. Como lector me mantuvo entretenido, intrigado y expectante. Quizá hayan pequeñas cosas para corregir, que te señalan los compañeros, pero lo cierto es que lograste escribir un gran relato. Felicitaciones.
    Saludos desde el 81.

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 18:33
  5. 5. Otilia dice:

    Ulises Vidal, Galia e Isan, gracias por leer y por las aportaciones.
    Saludos.

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 09:37
  6. 6. Otilia dice:

    Hola Sebas A:
    Gracias por leer y por tu amable comentario. Ahora pasaré por tu historia.
    Saludos.

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 14:00
  7. 7. Josè maría dice:

    Hola Otilia,tu relato al principio me a parecido confuso ,hasta con la aportación que haces de que alicia y carlos no eran hermanos,no veo el tema principal ¿cual es? Él de carlos o ignacio después de seis años…un saludo mi relato es el 43

    Escrito el 20 mayo 2019 a las 14:25
  8. 8. Otilia dice:

    Gracias, José María, por comentar. Me preguntas por el tema, pues pienso que es la relación de Blanca e Ignacio y los problemas que en ella aparecen.
    Saludos.

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 09:08
  9. 9. kirjanik Maya dice:

    Hola, Otilia.

    El relato esta muy bueno, con algunas cosas a revisar que te indican los compañeros.

    A mi también me causa curiosidad, esta parte de tu texto que dejo entre paréntesis:

    —Al quedar libre sin cargos fui a buscarte, pero no te encontré. Después recibí aviso de que mi padre se moría y me llamaba a su lado. Me quedé seis años en Londres hasta arreglar todo.

    ( Mientras él hablaba, vio las imágenes en televisión del suceso. Alternaban las conexiones en directo con la comisaría de policía donde Ignacio permanecía detenido y con el escenario del crimen. Un indicio encontrado junto al cuerpo de Alicia permitía pensar que el profesor de Biología, y última persona con quien habían visto a la víctima, era el culpable. )

    —Me tengo que ir —dijo apartando la visita del recuerdo.

    Aunque en la última frase, el narrador nos dice que es un recuerdo, creo que sería conveniente esa acotación un poco antes, para cuando el lector la aborde sepa que eso es un pensamiento o colocar la frase completa entre comillas, creo que a eso se refería Isan.

    También podrías colocar en el cierre del primer párrafo, donde habla Ignacio, unos puntos suspensivos:

    —Al quedar libre sin cargos fui a buscarte, pero no te encontré. Después recibí aviso de que mi padre se moría y me llamaba a su lado. Me quedé seis años en Londres hasta arreglar todo…

    Además, al decir que “vio las imágenes” da la impresión que en efecto las esta viendo y no recordando, algo así:

    “Mientras él hablaba, ella recordó las imágenes en la televisión del suceso.”

    Son solo sugerencias, que a tu criterio puedes tener en cuenta o no. Las realizo con el animo de aportar y a la vez de aprender.

    Saludos y hasta el próximo taller.

    Escrito el 21 mayo 2019 a las 19:20
  10. 10. Otilia dice:

    Hola Kirjanik Maya:
    Muchas gracias por leer y por las aportaciones que tendré en cuenta para mejorar el relato.
    Enseguida pasaré a leer tu historia.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 09:58
  11. 11. Laura dice:

    Hola Otilia:
    Creo que tu relato da mejor para un desarrollo más pausado, con mayor extensión.
    Están muy bien las tramas que relacionan a los personajes, pero todo es demasiado veloz para mí.
    Tienes un diálogo que resulta muy cortante:
    “¿Qué tal el día? No tienes buena cara, ¿ha pasado algo?
    —No, solo estoy cansada. ¿Has cenado? ¿Has tomado la medicina?”
    Tal vez me resulta así porque hay muchos signos de entonación (qué antigua!!!) y oraciones cortas, pero que están dentro de un diálogo entre dos personas, no dentro de una escena de acción donde dan velocidad. Creo que con algunos incisos y eliminando algunas de las oraciones que pueden resultar innecesarias, ganarías, pero es tan sólo mi más que sencilla opinión. Queda a tu criterio.

    Mis saludos.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 23 mayo 2019 a las 12:12
  12. 12. Otilia dice:

    Gracias, Laura. Hasta la próxima escena.
    Saludos.

    Escrito el 25 mayo 2019 a las 08:57
  13. 13. Alex dice:

    ¡Bang, bang! y adiós.

    Mira que me gustan estas historias que acaban pegándole un par de tiros a alguno de los personajes. Bang, bang. Y a tomar por cu… y a otra cosa mariposa.

    Me he liado un poquito con los nombres y los diálogos. No puedo entrar en detalle de cual es el motivo, ya que los diálogos no son mi fuerte. Aún así, creo que deberías repasar esa parte y hacerla más clara.

    La lectura es fluída y bastante rápida. La gran cantidad de diálogos da mucha vida a todas las escenas y también ayuda a separar una escena de otra.

    Vocabulario, puntuación, ortografía… todo genial. A todos se nos escapa algún acento o alguna coma. Para eso estamos aquí, para aprender y perfeccionar. Si lo hiciésemos todo perfecto estaríamos en Fnac-Fnac firmando nuestro último best-seller.

    Buen trabajo y como en otros casos, me hubiese gustado que tuviesemos más espacio para poder desarrollar con más detalles la historia. Por que el asesino psicópata que has creado apunta muy buenas maneras. 🙂

    Escrito el 29 mayo 2019 a las 23:43
  14. 14. Otilia dice:

    Alex, gracias por tu visita y aportaciones.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 31 mayo 2019 a las 10:01

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