Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Hermanos - por Jose Luis

El viento soplaba fuerte en el área de descanso, y una pequeña luz roja, situada en un lugar estratégico, brillaba como una minúscula estrella, remedo de las del cielo despejado. La luna no tenía coartada y, completamente desnuda, dominaba la noche.

Los hermanos Ubaldo y Argimiro viajaban en coche por autopista para asistir a una boda, pero tuvieron que detenerse en el área de descanso. Rodeado de algunos árboles, no era un lugar demasiado grande, porque contaba con una gasolinera y un minúsculo merendero.

—La gasolinera está cerrada… —protestó Ubaldo, que iba de copiloto—. ¿Para qué paramos aquí?

—Tengo que mear, tío —dijo Argimiro, bajándose del coche. No tenía ganas de soportar las protestas de su hermano y sí de aliviar las que sentía en la vejiga.

—¡Pues hazlo entre esos árboles de ahí! —gritó Ubaldo. También se bajó del vehículo para hacer lo mismo.

—Es lo que pensaba hacer, pesado —replicó el otro, mientras se sacaba el miembro de los pantalones.

Justo cuando terminaron de hacer sus necesidades, los hermanos se vieron envueltos en un jaleo de narices. Saliendo de ninguna parte, aparecieron tres facinerosos armados. ¡Uno de ellos sujetaba una motosierra!

—¿Los conoces? —preguntó Ubaldo, cuando se acercó a Argimiro.

—Esto no tiene sentido. No sé lo que querrán, pero prepárate para correr.

Ambos sentían en aquel momento esa conexión especial que se origina entre familiares cuando hay que enfrentarse a determinados obstáculos. Todo lo demás quedó en un segundo plano.

Los hermanos, al principio, intentaron mantener la compostura. Aunque la sensación de peligro era alarmante, dados los gestos no verbales, de pura hostilidad, que demostraban aquellos malcarados. Para colmo, el coche quedaba demasiado lejos, porque lo ideal hubiera sido subirse al vehículo para salir de allí cagando leches.

—¿Llevas el móvil encima? —inquirió Argimiro, susurrando—. Me dejé el mío en el coche.

—Por suerte, sí —contestó Ubaldo.

—¿Cómo está de batería?

—Está… —Ubaldo echó un rápido vistazo a la pantalla—. Bien.

—Prepárate para llamar a la policía; estos tipos van en serio.

Argimiro se dirigió a los desconocidos.

—¿Qué coño queréis? ¡No tenemos dinero! ¡Dejadnos en paz!

Ninguno de los desconocidos soltó palabra. Simplemente siguieron acercándose peligrosamente mientras hacían alarde de sus armas.

—¡Avisaremos a la policía!

El de la motosierra la puso en marcha de repente, y el ominoso ruido del motor inundó con sus ecos el área de descanso.

—¡Joder! ¡Llama ahora mismo, Ubaldo!

Uno de los tipos, armado con un hacha, se puso a gritar y se abalanzó sobre Argimiro. Este, con sangre de hielo, pudo esquivar el hachazo por un pelo. El corazón le iba a mil, pero solo podía preocuparse por su hermano.

Ubaldo, mientras tanto, hablaba por teléfono como un desesperado, tratando de pedir ayuda. Difícil explicar la situación cuando otro de los agresores, con una cachiporra, lo iba persiguiendo.

Parecía la escena de una película de terror, y que en cualquier momento el director iba a gritar que cortaran para pasar a la siguiente, si no fuera porque era real.

«Es una puta locura. ¿Pero qué motivos tienen estos gilipollas para hacer esto?», pensaba Argimiro, dando esquinazo al del hacha de nuevo.

—¡Ubaldo, hay que llegar al coche!

—La poli vendrá enseguida. ¡Joder, me ha costado un huevo explicarles dónde estamos!

—¡Para cuando lleguen igual ya estamos muertos!

El tipo de la motosierra se acercó al coche para reventar las ruedas, cortando el caucho. Su cara de loco estaba en éxtasis, y a la luz de la luna la situación hasta parecía irreal.

—Ahora sí que estamos jodidos —gritó Ubaldo—. ¿Qué hacemos ahora?

—No te separes de mí —ordenó Argimiro.

Los hermanos corrieron en dirección a la gasolinera, que estaba a poca distancia, pero se les hizo eterna. Los tres malvados les pisaban los talones.
En un momento dado, los hermanos quedaron acorralados delante del edificio principal, rodeados por sus enemigos.

La motosierra hacía un ruido terrible. El final estaba cerca…

Entonces sonó un disparo de advertencia, y varias luces procedentes de los vehículos policiales iluminaron los alrededores de la gasolinera. Fue como una señal de aviso para los facinerosos, que tiraron las armas al suelo y huyeron en direcciones diferentes. Algunos policías los persiguieron.

Los hermanos, sintiéndose por fin a salvo, se abrazaron.

Oculta a simple vista, la luz roja de cierta cámara continuó brillando. Había captado toda la escena y quienquiera que la puso ahí al fin averiguó el tiempo de reacción de los policías que acudieron a la llamada de socorro.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

12 comentarios

  1. 1. Florencia M dice:

    Hola José Luis,

    Gracias por pasarte por mi relato. Aquí te devuelvo la visita.

    Creo que construyes tu escena desde el absurdo, al menos me suena un poco a parodia estos facinerosos que aparecen de la nada, armados hasta los dientes, para matarlos sin razón alguna. Muy bueno el párrafo inicial y me gustó que al final retomes la luz roja. Los diálogos son fluidos, igual que todo el relato.

    Para señalarte alguna cosa, te hago unas sugerencias, a ver si concuerdas conmigo:

    -Creo que esta frase sobra:
    “Ambos sentían en aquel momento esa conexión especial que se origina entre familiares cuando hay que enfrentarse a determinados obstáculos. Todo lo demás quedó en un segundo plano”.
    No creo que muestres en tu relato nada de esta conexión especial, sino que reaccionan como dos personas cualquiera ante una situación de peligro. Luego, decir que todo lo demás quedó en segundo plano cuando alguien viene con una motosierra para matarte es como obvio; lo puedes quitar sin problemas que nos imaginamos que pasó eso.

    Cambiaría por: “Habla por teléfono desesperado” (sacaría el comparativo ya que él está realmente desesperado).

    Luego, encuentro que el tiempo en el que transcurre la escena es demasiado corto para que la policía, aún la más rápida del mundo, pueda responder a esa velocidad.

    Ha sido un gusto leerte, como otras veces. Hasta el mes próximo!

    Un saludo, Florencia.

    Escrito el 17 mayo 2019 a las 11:43
  2. 2. El Apuntador Mudo dice:

    Hola Jose Luis, aquí estoy para disfrutar de tu relato.

    En lo formal, poco que añadir a lo dicho por la Florencia, creo que tu relato está escrito de forma correcta. Quizás en la última frase del relato, hubiera agradecido algún símbolo de puntuación o una redacción diferente para reducir las 28 palabras de la oración.

    En cuanto al contenido:

    Creo, si no me equivoco, que el narrador es omnisciente en tercera persona. Me llama un poco la atención, que ese narrador omnisciente se sorprenda cuando aparecen los desalmados y uno de ellos porte una motosierra.

    Por otro lado, también me parece extraño que el narrador omnisciente explique lo que parece la escena. En vez de expresarlo a través de los protagonistas o mostrarlo a través de la acción.

    En cuanto a los diálogos, a mí personalmente, no me parecen creíbles. Coincido con la compañera, da la impresión que es una parodia. Creo que le falta verosimilitud en diferentes facetas. La intervención final de los vehículos policiales, por ejemplo, transmite irrealidad por su repentina aparición.

    Sin embargo la introducción y ambientación inicial está muy conseguida, te mete muy bien en la historia.

    He disfrutado leyendo el relato y he aprendido.

    Saludos, nos leemos.

    Escrito el 17 mayo 2019 a las 23:59
  3. 3. Rafa Frisby dice:

    Hola José Luis. Me gusta la fluidez de los diálogos. En cuanto a la trama, me dejo un poco confusa. Por el último párrafo deduzco que en realidad los facinerosos no pensaban matarlos, solo querían medir el tiempo de la respuesta policial, ¿cierto? Tal vez el relato cobrara credibilidad si al principio se establece que el coche que bastante alejado de los arboles o enramada donde los hermanos se disponen a orinar. Lo digo porque, dudo muchísimo que sea factible en ciudad alguna que la poli llegué con esa inmediatez.

    Escrito el 18 mayo 2019 a las 05:41
  4. 4. Pepe dice:

    Hola José luís,

    Un relato inquietante y entretenido.
    Coincido con los matices de los compañeros. La narración es tensa pero a veces pierde esa tensión y los diálogos, sobre todo en la parte de la Persecución. me parecieron algo sosegados para la acción vivida. Además, eché de menos algún que otro estímulo por parte de los asesinos que no fuera el sonido de la motosierra.
    La parte de la luz roja me parece la mejor, aunque eso entraña una incongruencia en la trama, es decir, ¿para què quieren saber cuánto tarda la policía?¿que ésta va a dejarles siempre ese margen de ventaja sabiendo que existe una serie de asesinos por esa zona? Si quieren saber cuánto tarda la pasma en llegar para matar impunemente, ¿por qué no matar directamente a Argimiro y hermano en vez de esperar a que a otros les pille pis y se animen a parar en un lugar que cierra por las noches? Para mí falta algo de información al respecto.
    Dicho todo esto con ánimo aportar, como te he dicho, me parece un muy buen relato que con los matices de los compañeros será mejor.

    Nos leemos!!!

    Escrito el 18 mayo 2019 a las 15:19
  5. 5. Laura dice:

    Hola José Luis.
    Al igual que los compañeros que me preceden, la historia parece una parodia de las de terror, en especial por el tipo de la motosierra. Coincido con Pepe en la necesidad de saber el tiempo de llegada de la policía.
    Es difícil calcular que van a parar para orinar en una gasolinera pero van a los árboles. En ese caso, pueden parar en cualquier lugar del camino, sin llegar a ella, pero elecciones son elecciones. La luz roja de grabación da un toque más que interesante pero queda en el aire la respuesta a la gran pregunta: ¿Pára qué todo ese montaje? Parece mucho para lo que quiere comprobar.
    Desde lo formal, no tengo nada que señalar.

    Mis saludos.
    Hasta la pròxima propuesta.

    Escrito el 18 mayo 2019 a las 23:10
  6. 6. Pilar dice:

    Hola, José Luis

    ¡Menuda has montado este mes! No sé si querías hacernos pasar miedo o troncharnos de risa…
    A mí me ha recordado a una pesadilla donde quieres gritar y no puedes; donde quieres correr y no avanzas; donde el tiempo se ralentiza y las distancias se estiran como un chicle. Y todo esto porque me ha resultado descompensado el pequeño tamaño del área de descanso con lo lejos que dices que está el coche de los árboles donde los hermanos “se desahogan”. En cuanto a los diálogos, la parte del móvil la cambiaría por:
    -¡Llama a la policía!
    -¡Joder! Me he dejado el móvil en el coche…
    -Pues… corre cagando leches, que yo tampoco lo tengo…
    Creo que con algo similar, se harían más verosímiles e imprimirías más tensión y velocidad a la acción.
    Claro que entonces tendrías que variar también el final y, puesto que lo del experimento de la poli para mediar su tiempo de reacción no termina de encajar, yo sustituiría el origen de la lucecilla roja, por ejemplo, por la cámara de unos frikies del cine gore que tratan de hacer su peli con escenas de verdad. Bueno, José Luis, todo esto es una sugerencia: el relato es tuyo y si estás satisfecho con tu resultado, no cambies nada ¡faltaría más!

    Otra cosa es lo del narrador que te apuntan más arriba: Yo, sinceramente, cuanto más leo sobre el tema y más me fijo en los libros de verdad, más dudas tengo. Sinceramente, creo que es difícil mantener un narrador puro, sea del tipo que sea, a lo largo de toda una novela: siempre se mezclan con pinceladas de los demás (como en “La ladrona de libros”, que se supone que es un narrador testigo, pero a veces resulta omnisciente), así que en ese aspecto, a mí tu relato me parece correcto y coherente.
    No quiero despedirme sin decirte que el primer párrafo me ha encantado, sobre todo como has integrado la frase reto en la luna llena.
    Pese a todo, me declaro fan de ti, por tu desparpajo al describir situaciones surrealistas, el lenguaje cotidiano y lo fácil que resulta visualizar tus textos.
    Hasta pronto,
    Nº 41.

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 22:39
  7. 7. Pilar dice:

    Hola, José Luis

    ¡Menuda has montado este mes! No sé si querías hacernos pasar miedo o troncharnos de risa…
    A mí me ha recordado a una pesadilla donde quieres gritar y no puedes; donde quieres correr y no avanzas; donde el tiempo se ralentiza y las distancias se estiran como un chicle. Y todo esto porque me ha resultado descompensado el pequeño tamaño del área de descanso con lo lejos que dices que está el coche de los árboles donde los hermanos “se desahogan”. En cuanto a los diálogos, la parte del móvil la cambiaría por:
    -¡Llama a la policía!
    -¡Joder! Me he dejado el móvil en el coche…
    -Pues… corre cagando leches, que yo tampoco lo tengo…
    Creo que con algo similar, se harían más verosímiles e imprimirías más tensión y velocidad a la acción.
    Claro que entonces tendrías que variar también el final y, puesto que lo del experimento de la poli para mediar su tiempo de reacción no termina de encajar, yo sustituiría el origen de la lucecilla roja, por ejemplo, por la cámara de unos frikies del cine gore que tratan de hacer su peli con escenas de verdad. Bueno, José Luis, todo esto es una sugerencia: el relato es tuyo y si estás satisfecho con tu resultado, no cambies nada ¡faltaría más!

    Otra cosa es lo del narrador que te apuntan más arriba: Yo, sinceramente, cuanto más leo sobre el tema y más me fijo en los libros de verdad, más dudas tengo. Sinceramente, creo que es difícil mantener un narrador puro, sea del tipo que sea, a lo largo de toda una novela: siempre se mezclan con pinceladas de los demás (como en “La ladrona de libros”, que se supone que es un narrador testigo, pero a veces resulta omnisciente), así que en ese aspecto, a mí tu relato me parece correcto y coherente.
    No quiero despedirme sin decirte que el primer párrafo me ha encantado, sobre todo como has integrado la frase reto en la luna llena.
    Pese a todo, me declaro fan de ti, por tu desparpajo al describir situaciones surrealistas, el lenguaje cotidiano y lo fácil que resulta visualizar tus textos.
    Hasta pronto,
    Nº 41.

    Escrito el 19 mayo 2019 a las 22:39
  8. 8. María Esther dice:

    Hola José Luis, tu relato está muy interesante, es algo así como tragicómico.
    No sé, todo me resulta absurdo, desde que se detienen en una gasolinera cerrada, luego van a los árboles.Si estaba cerrada ¿por qué se bajaron?
    Las armas: una motosierra(pesada para correr con ella),un hacha,(no sé cómo se las arreglaba para correr y llevar el hacha agarrada con las dos manos que es como se maneja), y por último la cachiporra, que sería la más adecuada, aunque no entra en acción.
    Otra cosa, ellos salieron corriendo hacia el auto, perseguidos por los hombres,y el del hacha llegó primero al auto, y ya le había tirado dos hachazos a Argimón.Luego la policía que aparece como por magia, igual que los bandidos.
    Como si eso fuera poco la cámara oculta había captado la absurda escena.
    Para mí es una perfecta escena filmada para ironizar o burlarse de situaciones cotidianas. Así lo interpreto.
    Felicitaciones José Luis.
    Saludos (59)

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 01:42
  9. Hola Jose Luis
    Varios compañeros me pedisteis el mes pasado (relato nº 53) una continuación y aquí estoy con el nº 88.
    Respecto a tu relato realmente parece un guion ce cine o de teatro. mi personalmente me enseñaron que no se debe emplear el mismo lenguaje “de la calle” para escribir. Esto le da una imagen muy normalizada, no engancha. De todas maneras me ha gustado mucho sobre todo la luz roja del final.
    Espero no tomes a mal mi comentario, siempre es con la mejor intención.
    Nos seguiremos leyendo
    Un saludo

    Escrito el 22 mayo 2019 a las 10:29
  10. 10. María Jesús dice:

    Hola Jose Luis: A mi tu relato me ha parecido tan disparatado como entretenido. Si te pones a analizarlo como han hecho por ahí arriba los compañeros, la trama resulta absurda, pero en mi opinión es de lo más amena. He creído entender que la supuesta agresión de los facinerosos era un montaje para comprobar cuan de eficaz es la policía cuando tiene que presentarse urgentemente. En fin, Jose Luis, yo he disfrutado leyéndola, has hecho un derroche de imaginación.
    Saludos desde el 48.

    Escrito el 27 mayo 2019 a las 18:07
  11. 11. Osvaldo Vela dice:

    Hola Jose Luis.

    Por fin llego a comentar tu texto. Algo tarde pero ya te tenia e la lista de visitas.

    El primer párrafo contiene poesía. Armonía tal, que me atrapó a seguir leyendo. Que lectura tan mas ágil de seguir pues tus descripciones son exactas.

    en el párrafo en que mencionas la relación especial entre familiares, creo que debería ser entre hermanos por el contexto de la historia. Relación que les permite estar mas preocupados el uno por el otro que por si mismos.

    el desenlace sale algo golpeado con la duda de que es casi imposible de creer que la policía tenga una reacción tan eficiente ante la premura del escenario. Puedes dejar esta intervención a la suerte de que pasaba por el lugar una patrulla de vigilancia nocturna. Aunque como dice Pilar tu eres el dueño de tus letras. Los demás solo tratamos de aportar posibilidades a mejorar.

    El texto me gusto.

    Te felicito y te mando un abrazo.

    Escrito el 29 mayo 2019 a las 13:20
  12. 12. Attica dice:

    Hola, José Luis.

    Tu relato me ha resultado entretenido.

    A mi parecer, le resta credibilidad a la situación las conversaciones que los hermanos mantienen mientras esquivan los golpes: “me ha costado un huevo explicarles donde estamos…”, etc.

    Hay determinados momentos del relato, como “Justo cuando terminaron de hacer sus necesidades, los hermanos se vieron envueltos en un jaleo de narices. Saliendo de ninguna parte, aparecieron tres facinerosos armados. “, que pienso que podrían resultar más efectivos (en cuanto a sorprender al lector, o asustarlo) si relataras la aparición de los facinerosos así, sin más, en plan “escucharon un crujido de hojas… de entre los árboles salieron tres hombres armados…” Pero vamos, que eso no es más que mi opinión subjetiva y para gustos los colores.

    En general, decir que he leído tu relato hasta el final con ganas de saber qué pasaba, y me ha entretenido.

    Un saludo y hasta la próxima.

    Escrito el 29 mayo 2019 a las 19:16

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.