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El dinosaurio y el cavernícola. - por Servio Flores

Cuando el dinosaurio despertó, el hombre dormido, aún estaba allí. Decidió volver a dormirse, justo junto a él.

«Cuando despertó, 
el dinosaurio todavía estaba allí».
Llevaban varios inviernos juntos, habían forjado una relación de compañerismo.

Aquel alud los había atrapado en aquella cueva. Pasaron hambre y sed hasta morir.

Millones de años después, en el ascensor, el arqueólogo, vio la foto de aquellos fósiles. La robustez del animal y la daga al cinto. «Pudieron haberse matado o comido el uno al otro, no lo hicieron. Parecen un hombre y su perro.» Pensó, mientras sobaba la cabeza de su pitbull.

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16 comentarios

  1. 1. Héctor dice:

    Todo un homenaje a nuestro compatriota. Me ha fascinado.

    Escrito el 17 junio 2019 a las 18:29
  2. 2. Dieguito dice:

    Papi tu cuento me encantó soy muy afortunado de poder ser tu hijo te ama tu hijo Diego Flores

    Escrito el 17 junio 2019 a las 23:12
  3. 3. Solidsteel dice:

    ¡Hola, Servio Flores!
    Me encanta tu relato, la reflexión final y lo naturalmente que incluyes las palabras del reto en tu micro.
    Como mejorables te indico varias cosas, por si te pueden ayudar:
    1.- No debe ponerse coma entre sujeto y predicado, errorcillo que cometes en dos ocasiones: “Cuando el dinosaurio despertó, el hombre dormido, aún estaba allí.” –> “Cuando el dinosaurio despertó, el hombre dormido aún estaba allí.” o “Cuando el dinosaurio despertó, el hombre, dormido, aún estaba allí.” (en esta ocasión “dormido” estaría entre comas a modo de inciso aclaratorio, y así no interrumpe la relación sujeto-predicado).
    “Millones de años después, en el ascensor, el arqueólogo, vio la foto de aquellos fósiles.” –> “Millones de años después, en el ascensor, el arqueólogo vio la foto de aquellos fósiles.”
    2.- “Aquel alud los había atrapado en aquella cueva.” Repites aquel/aquella en poco espacio, por lo que se mejoraría la sonoridad cambiando el inicio por “El” o “Un” –> “El alud los había atrapado en aquella cueva.”
    Como puedes ver, son pequeñas cosillas que, en mi opinión, harían tu relato aún mejor…
    ¡He disfrutado mucho leyéndote!¡Saludos!

    Escrito el 18 junio 2019 a las 12:11
  4. 4. Charola dice:

    Hola, Servio Flores.

    Interesante tu relato. Me gustó.
    Estoy de acuerdo con Solidsteel en cuanto a los mejorables.
    Dos más al final: “La robustez del animal y la daga al cinto”, creo que podría decirse: La robustez del animal y la daga al cinto del hombre o del humano, para no repetir. Y por último en: «Pudieron haberse matado o comido el uno al otro, no lo hicieron. Parecen un hombre y su perro.» Pensó, mientras sobaba la cabeza de su pitbull. Las comillas se cierran y luego la coma y pensó con minúscula: «Pudieron haberse matado o comido el uno al otro, no lo hicieron. Parecen un hombre y su perro», pensó mientras sobaba la cabeza de su pitbull.
    Felicitaciones.

    Escrito el 18 junio 2019 a las 17:28
  5. 5. Daniel Costa-Llobet dice:

    Hola Servio,

    Tu historia es, de lejos, la que más me ha inspirado. Hay madera de auténtico escritor, sobretodo en los primeros párrafos. Permíteme no obstante, de hacer unas pequeñas observaciones, que ojalá contribuyan a la mejora del texto.

    1. Bonita simetría del texto del dinosaurio y del hombre en el dormir. Tendríamos solamente que acentuarla, ponerla más clara y en evidencia.
    2. Llevaban varios inviernos juntos… no es muy creíble, ya que hay veranos y deshielos de por medio. Un sólo invierno basta para matarlos.
    3. Relación de compañerismo queda… un poco frío, yo preferiría para esas situaciones límite palabras más drámaticas como fraternidad, amor, etc.
    4. “Millones de años después, en el ascensor…” queda un poco vago, tanto a nivel de tiempo como espacio. Yo lo cambiaría por “en el ascensor de la historia…”
    5. El arqueólogo (¿por qué arqueólogo?) y el pitbull (¿por que pitbull -el agresivo- y no cualquier otro perro?) distraen innecesariamente o llevan a la historia, a mi parecer, hacia otros derroteros.
    6. La daga me gustaría poder situarla más arriba, en la acción principal.
    7. “Pudieron haberse matado o comido el uno al otro, no lo hicieron.” Demasiado obvio, la historia ya lo plasma, ya que somos humanos y conocemos nuestras posibles reacciones ante tal eventualidad
    8. “Parecen un hombre y su perro”. También demasiado explícito…

    En definitiva, me gustaría proponerte tu texto retrabajado en el modo siguiente:

    Cuando Pepe, el dinosaurio, despertó, el hombre dormido aún estaba allí. Decidió volver a dormirse, junto a él. Cuando Paco, el hombre, despertó,
    el dinosaurio también seguía allí. Decidió también dormir.
    El feroz colmillo y la daga hiriente también quedaban anestesiados. Nadie pensó nunca en utilizarlos.
    Llevaban todo el invierno juntos, aquel alud los había atrapado en la cueva. Murieron juntos de hambre y sed.
    Hombre y perro, perro y hombre. En el ascensor de la historia, la historia de Pepe y Paco, Paco y Pepe, quedará quizás como el primer y máximo ejemplo de esa fraternidad tan especial del hombre con la naturaleza.
    También te incluyo unas cogitaciones mías sobre el mismo tema, por si te antoja corregirlas. El motivo de que no las publiqué en su tiempo fué porque: 1. Llego casi siempre tarde; 2. No soy capaz de restringirme a menos de mil palabras; 3. Me cuesta mucho escoger entre varias opciones, una sóla me mata. Así que, sin más tardar:
    Rigoberto, el nuevo colaborador peruano, decidió aquella tarde aceptar el reto del jefe, de elaborar una serie de historias cortas sobre dinosaurios, puñales y otros horrores para la sección infantil de la revista. Con ese ánimo fué despidiendo uno a una a cada uno de sus compañeros, que se fugaban hacia sus inconfesables ocupaciones nocturnas y empezó con su redacciones, en la firme decisión de sacrificar unas cuantas horas de sueño para alzarse hacia la fama:

    “1. Los ardientes rayos solares caían como puñales, como dagas, sobre los lomos de los diplodocus, brontosaurios, (y otros saurios) … que yacían inertes sobre el (a rellenar después) del calcinado planeta. Numerosos tornados de polvo y piedras se elevaban como ascensores hacia la estratosfera. En el interior de uno de ellos, una nave circular delataba la presencia de seres de otros mundos…”

    No, pensó Rigor (para los amigos), demasiada ciencia ficción y poco terror… probemos de nuevo.

    “2. Manuel estaba visualizando en la pantalla el rollo americano de los dinosaurios que resucitan, deleitándose al mismo tiempo con unas palomitas cuando, mirando distraído hacia unas filas más adelante, una visión clavó como una daga en su corazón: su compañera Hortensia estaba besuqueándose locamente con un desconocido. La palomita que se colaba en su esófago parecía seguir el mismo camino que el ascensor que descendía vertiginosamente de su mente hacia las entrañas de la tierra…”

    No, tampoco, demasiado dramático y nada infantil. Otra vez.

    “3. Tras comprar la entradas, el niño, todavía en su disfraz de Halloween, tiró de su papá hacia las primeras atracciones. El pequeño ascensor disimulado en la pata del primer dinosaurio, el tiranus, perdón, tiranosaurus rex, les subió en un plis plas hasta la cabeza, donde varios niños gritaban a pleno pulmón. Una vez lograda su plaza en la plataforma de las fauces abiertas, entre los afilados dientes, Nicolás blandió hacia el mundo su terrible daga de plástico…”

    No, no, no, demasiado cómico e intrascendente. Hay que buscar más chicha cerebral.

    “4. Al bajar del ascensor en la nave principal aquella mañana descubrí horrorizado la daga hendida en la frente de Max, mi amigo brontosaurio. El mítico animal sufría en su huesos una vez más el escarnio de la muerte. Esta vez no a causa de una bola de fuego caída del cielo, sino de un frío y mezquino metal lanzado por el desquiciado Pepino, el loco guarda nocturno del museo que yacía ebrio a sus pies. El nuevo cuerno de unicornio parecía dirigirse en ese instante hacia un ténue rayo de luz que se fugaba en la lúgubre bóveda, como indicando un camino hacia la libertad: vislumbré en ese gesto como un inmenso anhelo de vida eterna…”

    Puff, no sé si llegaré muy lejos con esa filosofía barata. Mejor dejar reposar todos estos excrementos, para ver si algo realmente madura mañana.

    Tomo el ascensor para salir y, súbitamente, el ingenio se quedó clavado entre dos pisos. Sus dedos, en un vaivén frenético, se hundían desesperadamente, no como puñales sino como dagas, en todos los botones del artilugio, sin resultado.
    Dado que se trataba del largo puente de la ascensión, lo más probable es que sus compañeros lo encontrasen más tarde ya en modo “fiambre”, o quizás hasta en condición esquelética de diplodocus rex.

    Escrito el 19 junio 2019 a las 11:45
  6. 6. Dalyoko dice:

    Hola,
    En el mensaje precedente, Daniel ha cometido un claro error: la Historia se escribe con H mayúscula. O sea, “en el ascensor de la Historia, la historia de Pepe…”

    Escrito el 19 junio 2019 a las 12:39
  7. 7. Vespasiano dice:

    Hola Sergio Flores:

    Gracias por pasar por mi relato y dejar tu comentario.

    Sinceramente no estoy muy puesto en relatos de ficción en general y me cuesta meterme de lleno en una historia de ese tipo, porque enseguida pienso en la poca credibilidad de la misma remitiéndome si querer a la Historia. Y claro, mezclar dinosaurios y personas conviviendo no me cuadra.
    Pero más que una crítica (que para nada quiere serlo) hacia la originalidad de tu relato, digo esto por mi falta de empatía hacia ese género literario.

    Pero quién soy yo para hacer críticas, cuando un genio como Spilberg ha creado Parque Jurásico.

    “Cuando el dinosaurio despertó, el hombre dormido, aún estaba allí”. Con esta oración paralela y opuesta a la original, puedo ver un guiño en forma de homenaje al autor Augusto Monterroso.

    “Decidió volver a dormirse, justo junto a él”. En esta frase creo que sobran la coma y la palabra “justo”. Podría quedar así: “Decidió volver a dormirse junto a él”.

    «Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí». Aunque en una primera lectura esta frase la vi como un plagio; entiendo que has querido recuperar el “micro original” del autor antes citado, para recalcar lo del dinosaurio mostrando la buena harmonía existente entre el hombre y la bestia.

    Bien, como te decía tu relato me ha parecido original y lo he leído con interés.

    Felicidades y seguiremos leyéndonos.

    Escrito el 19 junio 2019 a las 22:11
  8. 8. Ichabod Kag dice:

    Hola, Servio.

    Te relato me pareció un buen homenaje a Monterroso. Utilizas bastante bien las 100 palabras, aunque creo que la historia se hubiera beneficiado de una extensión mayor. La parte final, la del perro, creo que sale sobrando; terminaría bien la narración con el asombro del arqueólogo.

    Saludos.

    Escrito el 20 junio 2019 a las 18:12
  9. 9. Josè maría dice:

    Hola servio ,ya te han señalado algunos fallos e incluso te han dicho que los dinosaurios no convivieron con el hombre pero quien sabe si hubo otra civilización anterior al hombre que si lo hiciera.Por otra parte puede entrar en un relato de fantasía o ciencia ficción con un viaje en el tiempo…Un saludo y mi relato es el 148

    Escrito el 21 junio 2019 a las 23:39
  10. 10. Ryan Infield Ralkins dice:

    Saludos Servio

    Me encantó tu relato, es de verás un gran homenaje. Sin lugar a dudas, recuerdo el micro del dinosaurio por ser el primero que leí y desde ese momento, comencé a interesarme en los micros.
    En cuanto a tu relato, ya te han comentado unas cositas que pueden mejorar, así que no diré más en cuanto a eso. Me gustó mucho tu relato y nuevamente repito, es un gran homenaje.
    Mis felicitaciones

    Escrito el 22 junio 2019 a las 05:30
  11. 11. Héctor M (169 Metamorfosis) dice:

    Buen relato tal vez sobra la frase ” “Parecen un hombre y su perro” de esta manera al mostrar la imagen del hombre moderno acariciando al perro daría un suspense de ¿qué pasaría si ellos se encontraran en una situación similar?

    Escrito el 24 junio 2019 a las 16:19
  12. 12. Hilda G.M. dice:

    Hola, Servio Flores.
    Me ha gustado tu relato y la manera de “recrear” el de Monterroso. En cuanto a las sugerencias de corrección, coincido con Solidsteel y Charola. Gracias por compartir tu micro. El mío está en el 129.
    Saludos

    Escrito el 25 junio 2019 a las 09:45
  13. 13. Luis Duque dice:

    Cordial saludo Servio Flores

    Un micro con brillo, que atendiendo a las sugerencias ya hechas gentilmente por los compañeros, adquirirá mayor luminiscencia e imprimirse en la huella del tiempo de este bello arte. Gusto leerle.

    Escrito el 25 junio 2019 a las 15:39
  14. 14. María Jesús dice:

    Hola Servio: Me ha gustado la imaginación que le has echado a tu micro uniendo dinosaurios con humanos. Si hubiesen coincidido en el tiempo, es posible que alguna especie de los primeros hubiese servido como mascota, pero mucho me temo que el resto hubiese sido una especie cinegética.
    Como en los relatos uno puede contar lo que quiera, puesto que la imaginación es libre, yo admiro el trabajo que has hecho.
    Saludos desde el 142.

    Escrito el 26 junio 2019 a las 11:05
  15. 15. Toñi Avila (vibe) dice:

    Hola Servio Flores:

    Bonito micro y excelente homenaje a Monterroso .
    Hay dos formas de escribir, una realista y otra con una desbordante imaginación.A mi me gusta segunda,la de ficción.

    Escrito el 29 junio 2019 a las 18:43
  16. 16. Labajos dice:

    Hola Servio:
    Repasando los comentarios del mes, veo que no envié el tuyo, se ve que olvidé dar a “publicar”. Mil perdones.
    De la parte formal, no tengo nada que añadir al análisis que han hecho los compañeros.
    En cuanto al contenido, me ha gustado mucho. En pocas palabras, has reflejado la idea de la relación que humanos y mascotas tenemos desde el principio de la humanidad. El hecho de que dinosaurio y pitbull, sean considerados en principio peligrosos, acentúa la intención del relato. Debo felicitarte.
    Espero que este retraso no impida que ahora sí leas y recibas estas felicitaciones y buenos deseos para el verano.

    Escrito el 1 julio 2019 a las 09:03

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