<< Volver a la lista de textos
A la deriva - por Jose LuisR.+18
El sol ya había desaparecido, ahogados sus poderosos rayos en mitad del mar, como si este se lo hubiera tragado. Como hecho de cristal templado, el mar era de color naranja, aunque se difuminaba hacia el horizonte.
En mitad de la calmada agua, un barco de madera bautizado como Viorica, flotaba a la deriva, con las velas destrozadas y los mástiles rotos, realizando la singladura sin mando alguno.
Visto a la débil luz blanquecina de la luna creciente, recién asomada, el navío parecía hechizado. No obstante, el barco estaba carcomido por la decrepitud y la putrefacción, porque la Parca había hecho de las suyas. Aparte de las velas raídas y los mástiles partidos, había cadáveres de marineros sobre la cubierta. Yertos en posiciones antinaturales, era como si los hubieran arrojado contra algo duro y más resistente que su carne y sus huesos. Cráneos y cuellos rotos, bocas abiertas, todos mostraban gesto de sorpresa. Tal vez no esperaban morir aquel día…
Debía haber silencio, arrullo de la brisa aparte, pero unos gritos agudos sacudieron las entrañas de la embarcación. Los chillidos no pararon hasta que se oyó un golpe fuerte, seco y breve. Pero a continuación se escucharon varios golpes parecidos, y el ruido de madera crujiendo, como si estuviera haciéndose astillas.
La mujer se había escondido en la bodega como último recurso para salvar su vida. Tarde se dio cuenta de que se había quedado acorralada. Aunque era de complexión menuda, los barriles que la tapaban de la vista no iban a servir, porque su enemigo era demasiado listo y poderoso como para ser engañado por un truco de camuflaje tan pobre. Ya había reventado la puerta de la bodega con facilidad y la mujer sabía que veía perfectamente en la oscuridad; no digamos en la penumbra…
Su respiración era agitada, y obviamente los nervios estaban destemplados, pero ella, desde su torpe escondite, pudo observar al vampiro, gracias a que varias lámparas de farol aún no habían agotado su combustible.
Era un hombre alto, vestido de marinero. El disfraz no la engañaba, porque sabía quién era en realidad. La nariz aguileña le daba porte soberano, así como su frente, alta y amplia. Sus cejas pobladas cubrían unos ojos de certero cazador. Movía, como un animal, sus orejas largas y puntiagudas, buscando oír su presa. Abrió la boca de labios rojos e hinchados, como en una mueca, esbozando media sonrisa, y la mujer pudo ver mejor sus largos colmillos, blancos y agudos.
—¡Sal! —gritó el vampiro, desde la profundidad de su garganta—. ¡Pierdes el tiempo!
La mujer obedeció, para sorpresa del vampiro. Salió de detrás de los barriles, que olían a cerveza vieja. Temblaba, y el miedo se podía rastrear en sus grandes ojos oscuros, pero aún así el vampiro notó en ella algo… diferente. Una especie de nueva determinación. ¿O era quizá esperanza?
—¿Por qué has matado al capitán? ¿Quién llevará el barco ahora? —preguntó la mujer, clavando sus pupilas dilatadas en los ojos de su atormentador.
—Tenía hambre. —Se echó a reír y añadió—: Puedo llevarlo yo mismo. Voy vestido para la ocasión…
Que el barco fuera a la deriva no le importaba al vampiro, porque solo tenía una obsesión: morder el delicado cuello de la mujer y desangrarla.
Antes de que se acercara demasiado, la mujer le ofreció un soborno al monstruo. Aunque no era dinero… En ocasiones una información concreta puede ser más valiosa que el oro, si una persona lista sabe hacer buen uso de ella. En aquel momento, valía tanto como su propia vida. Ella jamás pensó que tendría que revelarle la profecía, pero no le quedó alternativa.
Habló al monstruo sobre un augurio legendario que detallaba que una de sus propias novias acabaría con su vida.
El vampiro la consideró una buena actriz, tan melodramática y sentida. Con tal de salvarse diría cualquier cosa.
—He muerto muchas veces.
—Esta vez sería PARA SIEMPRE…
El monstruo decidió no matar a la mujer… todavía.
De repente, hubo una gran sacudida, y la madera crujió, como si el Viorica hubiera chocado contra algo violentamente. ¿Cómo pudo suceder, en mitad de la nada? El agua, fría como el hielo, comenzó a inundar la bodega en el acto. El vampiro se lanzó hacia la puerta de salida, pero se había quedado atorada. Por más que lo intentó, no pudo abrirla: al otro lado algo la estaba obstruyendo.
Con sentimientos encontrados, la mujer pensó: «Es posible que yo estuviera equivocada y que al final la palmemos los dos…»
Comentarios (5):
Otilia
20/04/2025 a las 10:22
Hola, Jose Luis, me toca comentar tu relato.
La historia me ha gustado, original con un toque de intriga. ¡Buen trabajo!
Hay una cosa que no me ha parecido bien, las palabras obligatorias, en mi humilde opinión, noto que las has insertado un poco forzadas.
Saludos.
Ocitore
20/04/2025 a las 17:20
Hola, José Luis, es interesante tu historia, pero creo que se podría describir de una forma más, digamos poética, también la mujer que describes aparece de pronto como si ya la conociéramos y con el hombre sucede lo mismo, no hay una escena que los implique en una persecución. Falta un poco de coherencia. Es inverosimil la presencia de un vampiro en un barco tratando de chuparle la sangre a una mujer, me parece un poco fuera de lugar. El final es extraó y la historia no acapara la atención del lector por la falta de ritmo.
Osvaldo Mario Vela Sáenz
20/04/2025 a las 23:16
Hola José Luis, saludos .
Después de leer el texto sin ningún tropiezo y en tiempo récord, solo me queda reconocer que el uso que le das a tus letras tienes unas letras es impactante. Comunican de forma clara lo que tu cuentas
Admiro el vocabulario que usas en tus descripciones pues se nota el cuidado de selección que posees.
Se nota que tu trabajo tiene mucho material para una historia mas larga.
Si se me cumple el deseo de una novela estaría listo para leerla. Échale ganas.
Te felicito y agradezco tu visita a mi texto.
José Torma
24/04/2025 a las 18:55
Tocayo.
Me paso por tu relato y tengo dos líneas de comentario, primero me pondré pesado y te comentaré lo que, en mi opinión, es mejorable.
El sol ya había desaparecido, ahogados sus poderosos rayos en mitad del mar, como si este se lo hubiera tragado. Me parece que le falta un acento en la primera e a éste.
En mitad de la calmada agua, un barco de madera bautizado como Viorica, flotaba a la deriva, con las velas destrozadas y los mástiles rotos, realizando la singladura sin mando alguno.
Te invito a revisar la primera parte de la frase. En mitad del agua en calma. En medio de las tranquilas aguas. Eso evitaría la cacofonía de leer “calmada agua”. Como siempre, una sugerencia en mi no tan erudita opinión.
Creo la parca va en minúscula, tal vez sea cuestión de gusto, pero lo que investigué me hace creer que es correcto.
Temblaba, y el miedo se podía rastrear en sus grandes ojos oscuros, pero aún así el vampiro notó en ella algo…
Ese aun es sin acento, la regla que yo uso es acentuar cuando puedes substituir por todavía.
Usas bastante los tres puntos, y en cierto modo funcionan, pero me sorprendió por la cantidad.
La puntuación del dialogo donde el vampiro le dice que tiene hambre. Creo que el punto iba después del guion.
Usar mayúsculas en un texto para indicar elevación del tono o grito, creo que es válida, pero te sugeriría usar los signos de exclamación.
Esto termina la parte odiosa del comentario.
El relato lo divido en dos partes, la primera cuando todo es misterio, nos llevas muy bien, adentrándonos en esa nave, que flota a la deriva, el silencio. Un narrador que va viendo y nos convida lo que ve. Hasta ahí muy bien, incluso los sonidos que lo perturban y le llaman la atención. Creo que esto hubiera sido mejor si el narrador era el vampiro, así lo conocíamos de antes y no pasa lo que te comenta Ocitore.
Las historias de vampiros son muy conocidas y es difícil encontrar un punto que amarre y diga algo nuevo. Me parece un buen ejercicio, pero creo que si hubieras invertido un poco más en los personajes el resultado habría sido mejor.
El relato entretiene y eso es lo que uno al escribir busca. Conectar con el lector. Aquí me quedo un sabor agridulce, porque la primera parte es enganchadora, pero si se diluye un poco en cuanto aparece el vampiro.
Un gusto leerte Tocayo y toma mis opiniones como lo que son, un intento de ayudar.
Felicidades y saludos.
Iz Miranda
25/04/2025 a las 20:29
Hola, soy Iz, la nº 14 de este mes.
Tras el comentario de José Torma, poco queda que poder añadir 😉
Quitando los dos primeros párrafos de apertura en los que quizás le cuesta arrancar, el texto es muy fluido y se lee en un santiamén. Es entretenido, engancha y trasmite bien la sensación de desesperación inicial de la mujer.
Además de lo mencionado por José, te recomendaría tener cuidado con las repeticiones muy cercanas en textos tan cortos, como por ejemplo “en mitad de” o “golpe” en el mismo párrafo. Teniendo en cuenta la riqueza del vocabulario utilizado, me parece que no te costará nada retocar esa parte.
Iba a añadir la tilde de “aun así”, que veo que ya te han mencionado antes, así que me queda hacer hincapié en lo bien ambientada que está y el buen ritmo que tiene. Tiene fuerza y es cierto que te quedas con ganas de saber más. ¡Enhorabuena!