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Para el candidato - por Patricia RedondoR.+18
La voz me llegaba entrecortada, y aún así, le notaba el apremio.
– “¡Tenés que hacerlo! Sos una actriz de la hostia, seguro que podés. Si lo conseguimos es un quilombo. Nos cubrimos de oro tú y yo. Y podés mandar a la mierda a esos hijos de puta para los que trabajás. Y de paso nos sacamos a ese mamarracho-santurrón que nos quiere joder a todos.”
Ese mamarracho no era otro que Serafín Gilolmo, líder del partido de la oposición que se postulaba como candidato en las futuras presidenciales. Un hombre honesto, cabal, se había ganado la confianza de millones de personas por su encarnizada batalla a favor de los desamparados y su decidida defensa del medio ambiente.
Serafín no era un vendehúmos, no engañaba, lo que prometía lo cumplía. Llevaba años demostrándolo como gobernador de la provincia. Un hombre de bien. Por eso la gente lo apoyaba.
Desgraciadamente había tenido la “mala suerte” de que yo me cruzara en su destino.
Mi cara bonita y mis curvas no habían conseguido que mi carrera de actriz despegara. La melena rubia, los ojos azul turquesa, los pechos turgentes o la rotundidad de mis caderas no podían tapar mi total ausencia de talento. Los productores, a lo más, me daban papeles de figurín. A ellos no se les podía engañar. A Serafín por lo visto sí.
Un encuentro “casual”, un par de contoneos, una mirada ardiente. Nos hicimos amantes. Todavía me asombraba lo fácil que había sido.
Manteníamos nuestro romance en secreto. “Hasta después de las elecciones mi amor. Tú comprendes” Pues claro que comprendía, quien no entendía nada era él.
No me costó aceptar el soborno, pero me estaba costando llegar al final. No bastaban las fotos de la aventura con una comedianta de segunda. Había que mostrarlo como un ser depravado, pervertido. Había que hundirlo y que no se levantara jamás. Muchos intereses estaban en juego y yo era su mano ejecutora. Las fotos tenían que ser abyectas, cuanto más sucias mejor.
El viento de proa despeinó mi pelo. Saqué el espejito de mi bolso y me retoqué el peinado.
“Puerca”, me dije. El espejo me devolvió la voz de mi madre: “Puta. Acabarás en el lodo como la zorra que eres”. Mamá y sus profecías…
Desde bien chica llevaba machacándome con su estridente voz de fanática: “Satanás te ha dado un cuerpo de pecado ¡Arrepientete!” “Tápate, arrodíllate. Pide perdón a Dios por ese cuerpo de Belcebú”.
Jodida loca. Ni bien cumplí los quince me marché de casa, no podía seguir soportando sus desvaríos.
Lo curioso es que sus vaticinios parecían cumplirse. En aras de conseguir el papel que diera brillo a mi mediocridad me había desnudado, exhibido. Había chupado pollas, me había dejado dar por el culo. Había aceptado de todo, la lluvia dorada, el beso francés…
¿Porqué entonces me estaba costando tanto acabar el “trabajo”? Quizá era la voz suave de Serafín, su calidez, su ternura, su autenticidad. Quizá porqué sus ojos me miraban como nunca me habían mirado otros. Porque me veían como nadie me había visto jamás. El parecía creer que yo era capaz de hacer algo honrado, algo limpio, desinteresado. “Me acompañarás” decía ”Juntos recorreremos el camino. Construiremos algo mejor”. Algo mejor, no podía dejar de sentir como una bofetada la enorme ironía de todo aquello.
El móvil sonó y la voz bronca de Giner volvió a urgirme.
– “¿Cuándo lo vas a hacer? ¡Hacélo ya! Mirá que a esta gente se le está acabando la paciencia. ¿En tu camarote o en el suyo? Decíme para que pueda colocar al cámara. Tiene que ser hoy. Esa gente no se anda con bromas, ni yo tampoco. Como me jodan, te llevo por delante, entendés? A mi no me la juegas, a mi no me vas a joder ¿Entendés Vanessa?”
Su rugido arañaba mis oídos, retumbaba en mi pecho, me hacía daño. Aspiré hondo, intenté contestarle que sí, intenté decirle que estuviera tranquilo, que todo se iba a hacer. Pero las palabras se enredaban en mi cabeza, no conseguía ordenarlas, no conseguía pronunciarlas…en su lugar contesté:
– En realidad no me llamo Vanessa. Mi nombre es María.
Dejé el teléfono sobre una de las tumbonas de cubierta y me alejé despacio. La voz de Giner, que seguía bramando en el celular, fue atenuándose poco a poco conforme me iba alejando, hasta acabar casi en un susurro. El zumbido de un insecto.
Comentarios (21):
Pilar ( marazul)
19/04/2025 a las 21:36
Hola Patricia: Qué bien escrito está tu relato!
Así con las duras palabras que empleas y que caracterizan al personaje.
Me ha gustado todo, la historia, la forma y las palabras obligadas perfectamente encajadas.
Enhorabuena ‼️
Saludos
Carmenigne
19/04/2025 a las 23:40
El relato tiene un ritmo ágil, es fluido y la historia pone sobre la mesa una forma actual de hacer política. Escrito de una forma clara, sin remilgos, va mostrando prejuicios, mandatos, prácticas, que, sin pretensiones, a mi entender lo hace mas creíble y muy parecido a la realidad.
Los nombres me parecen bien elegidos, ya que convocan un imaginario en torno a ellos que enuncian una posible “transformación”.
Tiene fuerza. Saludos
Osvaldo Mario Vela Sáenz
20/04/2025 a las 00:43
Hola Patricia un SALUDO PARA TI. agradezco tu paso por mi relato.
Agradezco tu comentario, pues ya lo había recibido antes, solo que tu forma de plantearlo me hizo evaluar el valor de un consejo, gracias.
A tono con lenguaje potente y amenazante de una mujer que estaba decida a convertirse en la compañera de un Político que encumbraba, el principio de tu texto atrae.
Todo mundo esperaba que se convirtiera en una lideresa como ninguna otra. Solo que, cuando tenía que darle el golpe definitivo, recordó que su nombre no era Vanessa, sino María, como la madre de Dios. Su traición quedó en el aire por AGRADECIMIENTO a aquel hombre que le trataba diferente. vocablo que influye en todos mis escritos. Aquí lo explico.
Yo a los dos años padecí poliomielitis.
El médico que le encargara a mi madre el programa de ejercicios y cuidados para que el efecto fuera atenuante a mi físico, fue el Dr. Alejandro Velasco Zimbrón.
Así fue, como mi madre se convirtió en la mejor enfermera del Dr. Velasco Z. el Medico falleció cuando yo tenía once años y mi madre siguió siendo la mejor enfermera póstume del mundo. Todavía, después de casado., ella me llamaba para recordarme de seguir el tratamiento.
la polio finalmente me alcanzó a los 68 años, limitándome a muletas y silla de ruedas- Ahora a mis setenta y siete sigo ejercitando el tratamiento. Ayer visite a mi madre de Noventa y nueve años y juntos entonamos canciones de antaño-
Agradecí a amadeo al permitirme, con el tema de su escrito, el poder dedicarle a mi madre un merecido homenaje a su dedicación a aliviar mis males-
Fueron increíbles las bendiciones que he recibido toda mi vida y el agradecimiento es el don que me permite continuar.
Ahora te agradezco a ti, porque al despertar en mí una realidad, buscas otorgarme una bendición más: Gracias-
María Jesús
20/04/2025 a las 20:47
Hola Patricia: Antes de nada, muchas gracias por tus palabras a mi relato, ahora a lo importante. Tu relato me ha parecido soberbio, muy bien escrito y con una trama que engancha desde el primer momento. Me ha gustado mucho como has introducido a Vanessa/María y el repaso que haces a su vida hasta el momento en que decide pasarse al lado bueno. También destaco a los personajes corruptos, rivales políticos y sus tejemanejes para acabar con la carrera de un hombre decente. En definitiva, tu relato me ha encantado, no le pongo ni una pega.
Un saludo.
Brandon Quiroga
21/04/2025 a las 02:03
Hola, paso a comentar tu relato.
Primeramente debo alabar lo bien escrito y lo bien estructurado que está. Realmente no encuentro ningún problema en tu trabajo. Es totalmente redondo, muy bien logrado.
Felicidades 😀 Nos leemos el siguiente mes. Estoy en el 49 :3
Mario Salgado
21/04/2025 a las 22:55
Hola, Patricia!!
Aquí tienes a tu vecino del 9, que ha aceptado gustoso tu invitación a pasarme por tu relato y bendita la hora!!
Es un texto que he disfrutado mucho, de una gran complejidad emocional, con tintes políticos (la cloaca, como le llaman algunos a las “malas artes” para conseguir fines políticos beneficiosos) narrados con precisión y con fuerza. El texto engancha desde el primer minuto.
Vanessa/María, su descripción física como la de su propia vida, con la relación tan difícil con su madre, difícil por no decir durísima, son sencillamente perfectas. Casi he podido sentir el peso de la culpa, inculcada por su madre, por tener el cuerpo que Dios o la propia Naturaleza le había dado y por haberlo usado como un medio para prosperar en la vida. Una conjunción maravillosa la de una mujer arrebatadora que esconde un alma pura, que busca la libertad y la redención.
Y con respecto a la “trama política”, son historias que por norma general necesitan mucho espacio para expandir toda su complejidad, pero, tú has conseguido resumirlo en este texto, de forma clara, precisa, cruda, como la vida misma.
Me llama la atención el cómo alguien, el político, que tiene unas ideas que pueden ser buenas para un bien común, que mira a los ojos a Vanesa con ternura, con amor y no con el deseo propio de los bajos instintos pueda ser el objeto de algo tan mezquino, que quiera su destrucción, usando algo tan puro como el amor. Pero esto son reflexiones mías que me nacen al leer tu texto.
En definitiva, una historia cautivadora, muy bien escrita de principio a fin, con un final que no esperaba, que da esperanzas al mundo y a este lector. No todo tienen que ser finales tristes, podemos tener la oportunidad de ser mejores personas, como le ocurre a Vanesa y si le pasa a ella, por qué no a nosotros??
Enhorabuena, Patricia, me encantó
Seguimos leyéndonos!!
Kelvin I. Márquez
22/04/2025 a las 00:53
Saludos Patricia
Muy bien construido el relato y sus personajes. El lenguaje utilizado me parece perfecto y le da mucho realismo. Me encantó el giro al final, cuando Vanessa revela su verdadero nombre.
Un relato perfecto.
¡Nos leemos!
CARMELILLA
22/04/2025 a las 08:17
Hola, Patricia.
Escribes tu relato en primera persona y eso nos hace conectar más con el personaje de María.
Los párrafos cortos le dan agilidad al texto.
Se mantiene la tensión desde el principio gracias a las contradicciones y el conflicto interno de María a la que describes muy bien.
El lenguaje duro que has utilizado es el necesario para la trama del relato.
María es una mujer vulnerable “gracias” a la madre tóxica que la envenenó durante toda su infancia.
Giner continúa la labor de la madre de María durante la juventud de ésta.
Serafín aparece para “salvarla”.
Los personajes están muy bien definidos.
No sé si la utilización de las comillas en el diálogo es correcto. Y sobre las comillas, cuando María expresa sus pensamientos, creo que no has usado las correctas, nimiedades porque tu trabajo es muy bueno.
Saludos.
Pato Menudencio
22/04/2025 a las 21:17
Hola tocaya.
Gracias por comentar mi relato. Ahora me toca a mí.
Me ha gustado un montón. el lenguaje fuerte le da autenticidad, le da contexto a los personajes, y eso se agradece, porque muchas veces veo relatos timoratos en donde aún se ve el miedo al qué dirán; y en tu relato, cada palabra encaja perfectamente.
Si bien, la trama de la mujer que es contratada para engañar a alguien inocente se ha visto, el lenguaje, el ritmo y la forma como se cuenta siempre puede dar aire fresco.
La frase final “fue atenuándose poco a poco conforme me iba alejando, hasta acabar casi en un susurro. El zumbido de un insecto”. Me gustó de sobremanera por lo potente, la forma como le va quitando poder a quienes la manipulan hasta convertirlo simbólicamente en insecto.
Felicitaciones.
José Torma
23/04/2025 a las 00:40
Patricia…
Redondo, así como redondo es tu relato. Escrito con una fuerza necesaria para mostrar a María/Vanessa. Un personaje muy logrado. Con frases duras y fuertes. Yo no le encuentro desperdicio. La escena final es cinematográfica con María alejándose y el celular cayendo a segundo plano.
Bravo, me encantó. Poco te puedo contribuir en lo formal, ya que cuando yo me topo con una historia así de bien contada, me sobra la ortografía y voy a mil. Si hay algún fallo no lo vi.
Felicidades.
Mónica Bezom
23/04/2025 a las 07:36
Hola, Patricia.
Agradezco tu paso por mi texto.
Nos presentas un relato de una temática interesante, tan vieja como el mundo, desde un abordaje crudo y que cabalga sobre una narrativa de un adecuado tono confesional. Aunque no sé si resultan tan adecuadas las confesiones demasiado explícitas que, para mi gusto,acaban en más es menos.
La narrativa cabalga a fuerza de énfasis que sí, anudan con eficiencia la trama, pero en demasiados casos los encontré reiterativos. Por ejemplo, depravado y pervertido son sinónimos; pasa lo mismo con honesto y cabal; con “abyectas, cuanto más sucias mejor”. Y así con otras líneas que, desde mi modesto punto de vista, demeritan el texto, cuando contado desde un lenguaje más sutil y menos adjetivado, dejas lugar a la imaginación del lector.
Es lo que me pareció y puedo ewuivocarme. Así que disculpas, por las dudas.
Nos estamos leyendo.
Ysai Mara
23/04/2025 a las 08:24
¡Hola Patricia!
A veces sobran las palabras. Me encanta tu forma de escribir.¡Gracias!🙏🏽
Carlos Tabada
23/04/2025 a las 13:58
Hola Patricia, hay 2 cosas que me gustan particularmente del relato. En primer lugar el tipo del teléfono, es convincente si discurso y tambien como personaje. Pero sobretodo he disfrutado de la introspección de la “femme fatale”, y por más de un motivo. Para empezar hay una absoluta falta de autocompasión, olé, pero es que me pongo a pensar y, por lo menos a nivel de lector medio (ese soy yo), esas introspecciones son una auténtica rareza literaria, y leído bastantes libros.
Como mejora, igual soy corto de miras pero no se me ocurre una práctica de alcoba realmente reprobable que no hiciera reprobable al candidato, quiero decir, si hablamos de lluvias, faunas, o así, Serafín pierde su aura de irreprochable y eso hace perder sentido al relato, creo.
Que se podría sugerir?, pues solo se me ocurre el tema gemelas y, honestamente, no se si eso le haría perder votos :D.
Pd. Hay alguna clasificación +18 para comentarios?
Patricia Redondo
23/04/2025 a las 16:38
Gracias a todos por la lectura y comentarios!
Carlos no encuentro tu texto para poder devolverte la visita…
Nos seguimos leyendo!
Saludos!
Carlos Tabada
23/04/2025 a las 16:51
Hola Patricia, no he escrito relato. Le he dado algunas vueltas. Por un lado, hay algo de elegancia en evitar comentar si uno no ha compartido. Por otro, esto es un taller y aprender de los demás quizá sea tan importante como escribir uno mismo, así que me decidí por comentar. Espero que los que habéis subido relato seáis comprensivos.
Patricia Redondo
23/04/2025 a las 20:37
Hombre como no! Leyendo a los otros se aprende mucho también. Y los que escribimos agradecemos igualmente lectura y comentarios se haya subido relato o no.
Yo en el mue de la cabina no subí nada , las musas no me acompañaron, pero leí y comente igualmente
Vespasiano
23/04/2025 a las 22:52
Buenas noches, Patricia:
Accediendo a tu invitación he pasado para leer tu relato que me ha gustado.
Porque muestra la lucha fratricida que tienen los políticos, corruptos o no, por perpetuarse en el poder sin escatimar esfuerzo para conseguirlo, arrojando toda la mierda posible en su adversario.
Me ha gustado también el final, donde has calificado de “insecto” maravillosamente a ese sujeto sin escrúpulo, “correveidile” del mandamás que paga los sobornos, y lo que haga falta para derribar y desacreditar a su oponente, con el dinero de los impuestos recaudados a los contribuyentes que debería ser empleado para otros fines más sociales.
En cuanto al lenguaje me ha parecido acorde a la degradación moral de los personajes. Si bien un ápice de agradecimiento o cariño parece haber brotado de las entrañas de la mujer, dejando la puerta abierta a un giro radical en el proceder de esta.
Espero seguir leyéndonos en futuros retos.
Psicolochimpun
24/04/2025 a las 11:05
¡Buenas, Patricia!
Como punto fuerte de tu relato, además de la historia (que me parece bastante original), querría destacar la fuerza que tiene la protagonista y lo bien construido que está su conflicto interno, así como la explicación y las raíces del mismo. Además, resulta refrescante que precisamente el político sea el que esté fuera de la trama de corrupción. La frase final deja clara la actitud de María al alejarse del teléfono y todo lo que ello representa.
Por decir algo menos favorable, no sé hasta que punto las comillas en el diálogo son apropiadas. Creo que no lo he visto a menudo. No estoy tan segura como para decir que es incorrecto, pero desde luego no es lo habitual.
¡Por lo demás, muy bueno, Patricia!
Moldy Blaston
24/04/2025 a las 20:04
Hola Patricia. ¡Magnífico relato! Vaya por delante.
Destaca por su fuerza narrativa y la complejidad psicológica de la protagonista. Desde el primer párrafo, el tono directo y sin concesiones me atrapó. La construcción del personaje principal está, en mi opinión, especialmente lograda: su voz está cargada de cinismo, vulnerabilidad y una honestidad brutal que la hace muy real y humana. Ese contraste entre su fachada de femme fatale y su fragilidad interna, añade profundidad y matices a la narración.
El giro final, cuando revela su verdadero nombre y decide alejarse del chantaje, es un acto de dignidad y autoafirmación que cierra la historia con una gran coherencia y fuerza emocional.
En suma, creo que es un relato potente, valiente y bien escrito, que aborda temas difíciles con una voz propia y auténtica. El final nos deja una sensación de esperanza y liberación, invitando a reflexionar sobre el poder de las decisiones personales. ¡Un texto muy logrado, que demuestra tu madurez y tu gran capacidad para construir personajes complejos y memorables!
Si quieres puedes pasarte por mi relato (#2) y tus comentarios serán bienvenidos.
Nos leemos!!!
Antonio
25/04/2025 a las 17:28
Me ha gustado la crudeza de la descripcion, bastante clarita, y con el puntito realismo sucio que requiere la historia, in crescendo hasta que Vanessa se da cuenta que su talento no va a dar mas de si, buena trama, que parece que debe escandalizar a los posibles electores del candidato si esta en una situacion comprometida-por cierto un estereotipo si es consentido-en cuanto al desenlace, aunque la historia es muy buena y bien contada, no acabo de ver con el simple cambio de nombre el final de la historia, lo siento si en ese sentido no soy muy imaginativo.
Un saludo literauta-o, por cierto ando en el nº 57, un relato tirando al negro o medio luto, me encantaria que me lo comentaras.
Nos seguimos leyendo.
Wanda
26/04/2025 a las 20:11
Hola Patricia, muy bien logrado el relato, me gustan los temas politicos y creo que se pueden sacar muchas historias de ese tema. Creo que el personaje de Maria es muy bueno y creible. Me gustó mucho.
Saludos.