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“El que observa” - por Lupa Sívori

Web: https://viajarleyendo451.blogspot.com/

“El que observa”

Ya no puedo mirarme en el espejo.
O, mejor dicho, ya no puedo confiar en que ese que veo soy yo. Desde chico notaba esos pequeños delays. Una mueca que tardaba en aparecer. Una ceja que subía medio segundo más tarde. Pensé que era mi imaginación o que, como decía mi abuela René, “los espejos viejos tienen otro ritmo”. Durante años lo olvidé. O… a lo mejor me convencí de que no importaba.
Hasta que pasó lo de la actriz.
Me había tocado cubrir la entrega de los Premios Bahía Teatro como cronista de la ciudad. Un trabajo miserable, aunque mejor que seguir escribiendo reseñas de cine que nadie leía. Esa noche conocí a Brenda Medina, una intérprete en ascenso que, inesperadamente, accedió a hablar con este periodista de cuarta. Me dejó entrevistarla en privado, de hecho. Y aquella noche, por primera vez en mucho tiempo, noté algo completamente nuevo.
En la suite del hotel, mientras preparábamos el encuadre de la cámara, noté su reflejo moverse antes que ella. Fue apenas un parpadeo, pero lo vi. Brenda notó que yo me puse pálido.
—¿Lo viste? —me preguntó.
No supe qué decir.
Entonces me ofreció un vaso de agua y, de paso, una confesión. Me habló de una profecía. Una de esas cosas que nadie diría en una entrevista seria. Sin embargo, su tono era de absoluta seriedad. Me explicó que ciertas personas son elegidas por los espejos. Que en cada generación, cada tanto hay quienes “pasan al otro lado”. No me explicó qué significaba eso, sólo que el reflejo iba ganando fuerza. Una suerte de doble vida sin permiso. Deslizó, al final, que si yo alguna vez notaba que mi reflejo sonreía antes que yo… ya no había vuelta atrás.
Se me ocurrió pensar que Brenda estaba ensayando para algún nuevo personaje. Me dio una tarjeta con su número escrito a mano y agregó:
—Llamame cuando deje de imitarte.
Pasaron unos días. Primero fueron detalles ínfimos. Después, cosas imposibles. En el baño, forcé una sonrisa en mi rostro y mi reflejo lo hizo un microsegundo antes. Lo volví a hacer, varias veces, como para comprobar. Siempre esa mueca sombría, un tanto macabra. Como una certeza de que él sabía algo que yo no. Que lo disfrutaba.
Terminé sacando todos los espejos de la casa. Incluso rompí el vidrio del microondas. Pensé que sólo así estaría a salvo. Estaba equivocado. El otro empezó a aparecer en todas partes. En el reflejo oscuro del televisor apagado, en el vidrio del bondi, en la cuchara del café. Siempre mirándome fijo. Como esperando… o burlándose.
Un día intenté contactar a Brenda. Su número no funcionaba. La busqué en redes y nada. Pregunté a algunos colegas, nadie la había vuelto a ver desde esa noche. Entonces fui al canal. Le ofrecí al director un pequeño soborno para que me dejara entrar al archivo y revisar la entrevista cruda. Necesitaba ver qué había pasado realmente durante la entrevista.
Lo que vi me dejó helado.
En la grabación, mientras ella hablaba de la profecía, su reflejo no se movía. Ni una vez. Solo me miraba a mí. Fijo. Con esa misma sonrisa torcida. Y al final del video, cuando Brenda se iba del plano, su reflejo se quedó. Y me saludó.
Desde entonces, todo me resulta sospechoso. El vidrio del reloj. El borde cromado del celular. Las vitrinas de los negocios. Sé que el otro me observa. Sé que está esperando el momento para cruzar.
A veces siento que ya lo hizo.
Anoche, en el espejo del ascensor, vi a mi reflejo bajarse antes que yo.

Comentarios (7):

Mario Salgado

20/04/2025 a las 11:23

Hola, Lupa!!

Enhorabuena por este texto, me gusta mucho la temática de los espejos y la dimensión que se oculta en ellos, tanto así, que ayer pensaba en esto y hoy leo tu texto (espero que el otro no venga a por mí)

Un relato directo, desde el momento que tiene la entrevista y sabemos de esa “psicosis” con sus propios reflejos, se empieza a notar cómo acaba esto, no por ello, la historia deja de ser inquietante.

No obstante me deja con el sabor abierto de conocer qué le pasará al personaje principal, por el momento sé que lo tiene algo complicado.

Me ha gustado, Lupa, nos seguimos leyendo!!

Por cierto, si te apetece, estoy por el 9

Un saludo!!

Moldy Blaston

20/04/2025 a las 19:29

Hola Lupa Sívori, este mes me toca comentar tu relato, con mucho gusto.

Tu relato es un excelente ejemplo de cómo el terror psicológico puede construirse a partir de lo cotidiano y lo íntimo. Has logrado crear una atmósfera inquietante desde la primera línea, utilizando el espejo como puerta a lo desconocido y lo perturbador. El narrador transmite su paranoia y creciente desesperación de forma muy efectiva, permitiéndome que, como lector, me sumerja en su angustia y duda constante sobre la realidad.

La aparición de Brenda y la profecía añaden un giro interesante y abren el relato a una dimensión sobrenatural sin perder la ambigüedad: no parece quedar claro si lo que ocurre es real o fruto de una mente al límite, lo que intensifica el suspense. El desenlace es impactante y deja una huella duradera.

Si me lo permites, como aspecto a mejorar y aunque consciente de nuestra limitación de las 750 palabras, podrías trabajar un poco más la progresión del miedo: el relato va de lo inquietante a lo abiertamente terrorífico de forma bastante rápida. Creo que dosificando un poco más la escalada de sucesos extraños, el efecto sería aún más escalofriante.

En resumen, es un relato muy eficaz, con una voz narrativa sólida y recursos de terror muy bien empleados. El final abierto es un acierto y me dejó con una sensación de inquietud persistente.
¡Tienes mucho potencial en el género!

Si quieres puedes pasarte por mi relato (#2) y dejarme tus comentarios, que serán bien recibidos.

Nos leemos!!!

@henkoslowlife

21/04/2025 a las 18:05

Hola Lupa, tu relato me ha enganchado desde el primer momento con algo tan cotidiano como mirar un espejo… y notar que algo no encaja. A partir de ahí, la historia va creciendo en inquietud, sin necesidad de grandes artificios. Solo con detalles sutiles y muy bien medidos.

Lo que más impacta es esa sensación de que lo extraño puede estar en cualquier parte: en una entrevista, en el reflejo de una cuchara, o en el ascensor de tu casa. El tono es cercano y eso hace que el miedo se cuele sin que te des cuenta.

Y el final… tremendo. Te deja con un escalofrío y la duda de si tu reflejo también está tramando algo 😉

Un relato potente y muy bien escrito.
Enhorabuena!!

José Torma

21/04/2025 a las 18:56

Maestro Lupa.

Le diste, sin querer porque no tenias motivo de saberlo, en uno de mis más grandes miedos que temo, tengan un dejo de verdad. Los espejos. Yo veo cosas en ellos que no están, sombras que cruzan y realidades que son inversas a la nuestra. Afortunadamente mi reflejo sigue siendo el mismo yo aburrido de siempre.

Tu relato engancha y a pesar de lo limitado del espacio, logras plasmar la semilla. Es como cuando vez una serie o película, lees un libro y resulta que lo traes en la mente tiempo largo después del hecho.

Fluido y prolijo.

Felicidades, es todo lo que puedo decir.

Lupa Sívori

22/04/2025 a las 12:34

¡Hola, chicos! Gracias a todos por sus aportes. Los aproveché para subir a mi blog una versión revisada del texto.

@MaríaSalgado, tendré que sacar la Pt. II, ja.
@Moldy, sí, de acuerdo con vos. La limitación de 750 palabras me suele llevar a que los textos se sientan un poco apresurados. Aunque también es un lindo desafío lograr impactar en pocas palabras.
@henkoslowlife, gracias, gracias.
@JoséTorma, leerte siempre es un placer.

Mi versión final de “El que observa” quedó por acá.
https://viajarleyendo451.blogspot.com/2025/04/el-que-observa-y-una-exquisita-noticia.html

Pato Menudencio

23/04/2025 a las 19:01

Que buen relato te sacaste.

Me pasaré a ver la versión final.

Saludos.

María Jesús

27/04/2025 a las 19:45

Hola Lupa: Has creado un relato realmente original, me ha enganchado desde el primer momento. Me quedé con ganas de saber que fue de la actriz, si la pasó algo…quizá me pase por tu blog por si lo aclaras.
Un saludo.

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