Literautas - Tu escuela de escritura

<< Volver a la lista de textos

Ausencia - por Mónica Bezom

Web: http://letrasturquesa.blogspot.com

Quería escribirte y depositar la carta en la Cajita de Joyas; ese encendido caudal de la Cruz del Sur y gentil custodio auxiliar de mis azules imposibles. Pero pasa que no te escribo porque se niega a razonar mi corazón y a sentir mi entendimiento.
Aunque sé que Dios habita en las páginas del desconsuelo, debo admitir que me rebela esta arbitraria huelga de los sentidos y de la razón.
Ni siquiera son obedientes los dedos en las teclas. Esas teclas florecientes de versos coloridos, menos o más felices según el destinatario y la causa, hoy son negros escalones hacia el subsuelo olvidado donde guardo los trastos en desuso, pero que tampoco tiro por las dudas de uso. Y me encuentro allí por involuntario impulso de las teclas, las negras, sin letras.
No sé bien dónde empezar a buscarte. Comprendo que es una exploración inútil porque para esta clase de pesquisa no se valen las candelas ni el soborno de los camposantos.
Sin embargo, te adivino allí donde descansan, solitarios, tus dioses cotidianos.
Ahora estás sentado, callado y sensitivo, somnoliento y abordable por cualquier caricia que te retaceo de apurada, de la prisa que no es risa y que es injusta la prisa, en tanto me empuja a escena. Y por la cena, el quehacer, el hacer qué y la reunión, endoso el presente en favor de beneficiarios abusivos. Así, voy ganando intereses que no me interesan, que no deben, pero resulta que de no deber me dejan débitos y hábitos malogrados porque no estás, y cuando estabas no te acaricié lo suficiente, no te cuidé lo necesario. Si yo te quería, ¿cómo no te aseguré contra el mundo?
Esta noche me aguardan tus deidades en la oscuridad, aunque descreo que la luz las disipe. Hay interrogantes que practicaron por siglos la resistencia. Y sé, por acción y reacción, que mañana estarás con ellos jugando a los bolos en la montaña, fabricando truenos. Para cuando regreses de tu travesía por las engañosas tempestades de las lágrimas, en vez de minutos habré contado eternidades.
Ya conoces del tiempo su fama de invento necesario para ordenar deberes y derechos, aunque no está probada su existencia. Su falta, en cambio, es ostensible. Crúzate al planeta siguiente y lo verás claro. La muerte, esa actriz empedernida que se burla de los calendarios y sus profecías, conoce muy bien que éstos nunca fueron, salvo en la clandestinidad que nos entrega, abusivo, el tedioso impuesto de encasillarlo todo.
Si aún estás por acá -y estás, porque me duele- quédate y abjura del espacio; es simple utilería que explota el narcisismo de la materia. (No debí decir “aún”). Aún, ¡ay, Aún!, eres mascarada incierta, eres plazo de gracia del destiempo.
Si estás, demoleré la estafa del Hades.
Prefiero el silencio de Pompeya, el sueño de lana de Penélope, la penitencia de Nínive, a tener que inclinarme ante altares fraudulentos solo porque se te ocurrió irte al mediodía y porque yo ignoro qué clase de azul se honró con tu llegada.
Pero he abolido el tiempo y vuelto por defecto esencial. Devuelto el efecto inicial, nunca te has ido. Extraño, entonces, tu ausencia, porque este tipo de presencia me duele.
Y eres nueva excusa de teclas ya sombrías y de lágrimas nubladas.

Comentarios (15):

Patricia Redondo

19/04/2025 a las 20:56

Me ha sorprendido Monica, porque aunque tu maestría con las palabras es obvia, tus textos suelen ser, más sencillos, más claros, más cotidianos (no por ello menos complicados de escribir, ahí está el genio). No sé a quien va dirigido este, pero si lo llega a conocer de seguro que se siente orgulloso. Pura poesía.
Estoy en el 51 por si te apetece pasarte.
Un abrazo, nos leemos.

Diana T

20/04/2025 a las 17:10

Hola Mónica.
Le pedí a mi hermano que me dijera un número a azar para leer y comentar ese relato y tocó el tuyo.

¡Vaya! Voy a comenzar diciendo que a mí en lo personal siempre se me ha hecho muy difícil leer poesía, porque como a la mitad me pierdo y de repente digo “espera, ¿de qué iba esto?” Y me tengo que regresar muchas veces.

La primera vez que leí tu escrito, me pasó algo así, las palabras se convirtieron simplemente en eso, un montón de palabras sin significado, hasta que llegué a la parte de “los trastos en desuso, pero que tampoco tiro por las dudas de uso” y me di cuenta de que era un relato más poético que literal.

Y quiero contar, que además, la primera vez que lo leí, venía de haber escapado una cueva en Minecaft llena de arañas, en la que duré atrapada 3 horas con mi hermano, así que digamos que mi cerebro no venía al cien.

Unas horas más tarde, leí de nuevo el relato y fue entonces que noté cada uno de estos juegos de palabras, que agregaron un gran tiempo a la lectura. De hecho, fue muy divertido leerlo en voz alta, por las pequeñas rimas y aliteraciones que sacabas de vez en cuando. Se me hace tan asombrosa tu habilidad para jugar con las palabras y sus significados, porque yo no soy muy buena en ello, pero me gustaría aprender algo.

Y ya la tercera vez que lo leí,me pude enfocar bien en el significado de cada una de las frases, que no solo son bellas por sus palabras, sino que tienen profundidad y agregan detalles a la historia, que solo se pueden notar cuando lo analizan a detalle.

Me gusta mucho esa forma en que describes la ausencia que siente esa persona, como algo tangible, algo que siempre está ahí y que es un peso sobre los hombros del narrador, que se pregunta en qué hubiera pasado si hubiera hecho algo diferente y que se imagina lo que esta otra persona estaría haciendo.

Justamente, una amiga que también escribe textos así un tanto poéticos andaba haciendo un trabajo sobre la pérdida de un amigo y usó la frase “tu ausencia siempre presente”, así que me sorprendí al ver que al final dices “Extraño, entonces, tu ausencia, porque este tipo de presencia me duele.”, y otras frases así que tienen cierto parecido.

Muchas gracias por este relato, que si bien es difícil de leer y todavía más de comprender, tiene tantos detalles ocultos y sentimientos bordados qué se pueden notar al analizarlo bien, y que llenan a uno como lector.

Saludos 😊

Miriam Ugryn

21/04/2025 a las 04:40

Mónica, hermosa y poética manera de describir ese estado de ánimo que puede ser temporal o más prolongada, y afectar la atención, el estado de ánimo, y la percepción de la realidad del ser humano. También debí leerlo más de una vez para comprender los detalles y sentimientos que describe y que componen ese estado de ausencia que siente quien lo está padeciendo.Me gusta la cadencia y elección de la rima, le da movimiento al texto y lo transforma en una prosa poética. Un placer leerlo.

Kelvin I. Márquez

22/04/2025 a las 01:49

Saludos Mónica

Concuerdo con las compañeras: un relato poético difícil de leer y de entender y más de alguien como yo, que la poesía se me hace muy complicada. Aun así puedo decir que manejas un vocabulario bastante soberbio y esas rimas de cuando en cuando me sacaban una sonrisa pues a pesar de que a la mayoría no les gustan las rimas en los relatos, a mi si.
Pese a todo y a que se me hace difícil, te digo que me ha encantado. Me parece bien logrado y da mucho que pensar.
¡Felicitaciones y nos leemos!

juanjohigadillo

22/04/2025 a las 08:46

Buenos días, Mónica:
Leo este relato unos días después de publicada la recopilación de relatos de este mes (ya sabes, el puente de Semana Santa y todo eso…) y me he quedado sin palabras, sin nada que añadir a lo que ya han dicho previamente otros “literautas”.
¡Enhorabuena!

José Torma

23/04/2025 a las 00:48

Vaya Monica.

Difícil comentar un texto que te sobre pasa. Yo elegí dejarme llevar por las palabras, por el ritmo y traté de meterme en la piel de la persona que escribe y, fracasé.

Es bonito, sonoro y como te comentó alguien, seguro el destinatario tendrá muchos sentimientos al leerlo.

Yo me quedo con lo bien estructurado, las palabras “cultas” que me sobrepasan y me mandan al diccionario.

Muchas felicidades, se nota que estas en otro nivel.

Moldy Blaston

23/04/2025 a las 20:09

Saludos Mónica y te devuelvo tu amable visita y tus comentarios tan enriquecedores.

Tiene tu relato una gran carga lírica y emocional, con una voz íntima y reflexiva, que dialoga con un “tú” ausente, probablemente un ser querido perdido, y que utiliza la carta como espacio de desahogo y exploración existencial. Creo que uno de tus mayores aciertos en el texto es tu capacidad para transmitir el desasosiego y la contradicción entre razón y sentimiento, así como la lucha interna del yo por comprender y sobrellevar la ausencia.
El tono confesional y la alternancia entre lo concreto y lo abstracto hacen que la carta se convierta en un monólogo interior, en el que la palabra intenta dar cuenta de una experiencia límite: la del duelo y la ausencia, que se vuelve presencia dolorosa.

En suma, es una carta de gran riqueza poética, que me ha conmovido y hecho reflexionar sobre la ausencia, el tiempo y el sentido de la escritura. Tu voz es madura, culta y honesta. Por eso te leemos tantos.
¡Un texto muy logrado, que invita a releer y a dejarse llevar por la música de sus palabras!

Descontando los días para volver a leerte….

Nos leemos!!!

Cristina Otadui

23/04/2025 a las 22:22

Qué maravilla Mónica…me ha encantado.

El tono lírico del escrito, la voz intima que dolida nos cuenta una perdida, que nos habla desde el duelo emocional. Un texto que no necesita claridad, solo expresión.
La atmosfera que consigues con el uso de esa primera persona es brutal, el tono metafórico ahonda en esa sensación de ausencia que anticipa el título.
El lenguaje, tan creativo y diferente, lleno de imágenes, de metáforas, pero con el que, en ningún momento pierdo conexión…el juego de oposiciones, de contrastes: “presencia/ausencia – luz/oscuridad – sentimiento/razón”. La mezcla de imágenes bíblicas, mitológicas y cotidianas.
Y esas frases: “Silencio de Pompeya”: ¿puede haber algo más silencioso?, “Negras, sin letras”: el luto, el silencio emocional, “Cajita de joyas”: que crea en mi mente un lugar ¡tan intimo!
Es cierto que puede resultar un texto demasiado exigente, denso para según qué lectores, pero a mí me resulta ¡tan conmovedor!
¡Qué grande Mónica! ¡Qué gran texto!
No sé qué más decir…estoy impresionada y deseo desde lo más profundo, que la tranquila tristeza que envuelve tus palabras sea tan solo producto de tu imaginación.

Gracias
¡¡Nos leemos!!

IGNACIO Zrgz

24/04/2025 a las 15:51

Hola Mónica. Me ha impresionado tu texto. Está lleno de imágenes poéticas de una extraordinaria belleza. Lo volveré a leer más despacio. Más que leerlo hay que estudiarlo. La entrada, el primer párrafo, sensacional. El cierre en círculo, muy bien también. Enhorabuena.

Clarinete

24/04/2025 a las 17:19

Espléndido como siempre. He leído muchos textos tuyos pero éste me ha impresionado. Esta frase “La muerte, esa actriz empedernida que se burla de los calendarios y sus profecías”, es perfecta para describir un personaje que me obsesiona, como ya sabes.
Mi más empedernida felicitación.

Ryo

25/04/2025 a las 00:53

Hola Mónica.

Debo de decir que leí tu texto más veces de las que me acuerdo. No lo digo de forma negativa, es solo que hay que estar preparados. Tenía mucho tiempo sin leer prosa como la tuya, me ha gustado y ha sido inesperada. No hay mucho más que agregar sobre lo que los demás han dicho.

Ha sido un gusto leerte y espero continuar haciéndolo.

Saludos.

Esteban Souto

25/04/2025 a las 16:30

Hola Mónica!
Un verdadero gusto leer tu texto. La riqueza de las palabras que utilizas y la forma de encadenarlas es admirable. Tienes una gran variedad de recursos técnicos a los que le agregas una gran dosis de audacia. Tus referencias también son impecables. Abundan sin ser excesivas y dan vuelo a la imaginación para crear nuevas conclusiones. Si me escuchas, estoy aplaudiendo en mi cuarto mientras escribo este comentario. Bravo!!!

Sigue adelante con este brío!

Nos leemos!!!

IGNACIO Zrgz

26/04/2025 a las 19:39

Lo he vuelto a leer. Es la ausencia de un ser querido, y no quisiera equivocarme, ¿un animal? ¿caricias?. En la segunda lectura es mejor que en la primera.

Mónica Bezom

26/04/2025 a las 23:33

Diana T: gracias por dejar tus impresiones sobre el texto y en particular sobre la ausencia.

Miriam: gracias por tus palabras y considerarlo una prosa poética.

Kelvin: me alegro que te haya gustado, especialmente las rimas al azar del relato, a mí también me resultan un recurso enriquecedor.

Juanjohigadillo: gracias por tus palabras.

José Torma: agradezco tus palabras y que lo hayas disfrutado.

Moldy: me dejas sin palabras con un comentario tan enriquecedor, y no lo digo por los posibles halagos, sino por el modo profundo y detallado que analizas el sentido de la prosa. Leyéndote descubro aristas internas de las que no fui consciente al escribir. Es así, las pérdidas nos llevan a replanteos existenciales a modo de consuelo, que luego el tiempo se encargará de acomodar.

Cristina: ¡Qué decirte! Tus palabras me superan. Me has conmovido profundamente. Me da gusto que el texto te haya encantado e inspirado interpretaciones tan poéticas como acertadas.
Sobre la Cajita de Joyas: pones algo así como que sería ese lugar íntimo donde guardamos penas y alegrías,y eso me ha emocionado. Lo cierto es que me inspiré en un cúmulo globular de la constelación de la Cruz del Sur llamado Cajita de Joyas que solía mirar por un telescopio en la escuela y me fascinaba que realmente parece un cofrecillo del que salen joyas.
Sobre mi pérdida, agradecerte tu sentimiento pero, bueno, es acertada la conclusión a la que llegó Ignacio: refiere a la muerte de un cachorro que teníamos, en un accidente. Entonces nos sentimos tan desvastados mis hijos -pequeños para cuando sucedió- y yo, que me encerré a llorar y escribí esto de un tirón. Ahora solo le añadí las palabras obligatorias para la escena de este mes, con lo cual ha quedado mejor me parece.

Mónica Bezom

26/04/2025 a las 23:58

Patricia: muchas gracias por pasar y dejar tan amables y sentidas palabras.

Clarinete: un gusto verte por acá; gracias por tus amables palabras. Y, sí: al escribir sobre “esa actriz empedernida” me acordé de vos. Agradezco tu “empedernida felicitación”, jaja.

Ryo: gracias por tu amable comentario.

Esteban: me dejas un análisis no solo amable sino enriquecedor, ¡gracias! Me da gusto que lo hayas disfrutafo.
Y, sí, te he escuchado aplaudiendo en tu cuarto mientras escribías el comentario. ¡Jaja! Gracias mil.

Ignacio: me da gusto tu paso por aquí y las impresiones que dejas sobre las imágenes que te inspiran mi texto.
Además has dado en el clavo con el sujeto dueño de la ausencia: fue un perrito que murió arrollado por un auto hace años; recuerdo- como le digo a Cristina más arriba- que ante tal tristeza solo atiné a encerrarme a escribir. Años después me di cuenta que ese dolor tan puntual me llevó a reflexiones más grandes, aplicables a muchas clases de ausencias, por decirlo de alguna manera.

Deja un comentario:

Tu dirección de correo no se publicará. Los campos obligatorios aparecen marcados *