Héroes para siempre. - por Chemarri

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Unos pocos valientes habían logrado su objetivo. Fueron los elegidos para salvar al pueblo. Después de mucho pensar, muchos planes estudiados al detalle para no cometer ni el más mínimo fallo y después de lo más importante; superar sus propios miedos. Miedo al fracaso, con lo que supondría para su pueblo y que a ellos les costaría…bueno, podéis imaginarlo.

Habían puesto en ellos la única esperanza que les quedaba. El invierno estaba cerca y las últimas batallas contra sus enemigos les habían dejado con las reservas de alimentos bajo mínimos. Con lo que tenían era imposible que sobrevivieran todos al frío.
Sabían que siempre había una embarcación en las orillas de las aguas que les separaban de la tierra hostil. Nunca las habían cruzado, por miedo. Pero ahora no tenían otra solución que atravesarlas, llegar a campamento enemigo, robar todos los sacos de provisiones que pudieran y volver sin ser descubiertos. Fácil, ¿no?

Así lo hicieron. Con las primeras luces del alba, cuando todos aún dormían, zarparon a bordo de la frágil nave. Habían hecho una especie de remos con el poco material del que disponían y llegar a su destino les costó mas tiempo y trabajo de lo que habían imaginado. La vuelta, se supone que con el barco cargado, se antojaba complicada. Pero ya no había marcha atrás.

Encontraron sin problemas su almacén y se deshicieron de los guardias que había en la puerta. Cada uno cargó con tantos sacos como pudo y huyeron a toda prisa hacia el bote salvador. Apenas estaban embarcando cuando se dieron cuenta de que les habían descubierto y que iban tras ellos.
Una horda de temibles soldados les perseguía. Remaban con toda la fuerza que podían mientras observaron algo con que no contaban. Ellos también tenían una nave similar a la suya y estaban plenamente decididos a darles caza.

Los enemigos eran muchos más que ellos, y como tan solo tenían un barco, eso compensaba un poco el peso de las dos naves. Sin embargo, tenían mejores remos y unas armas, que parecían ser una especie de hondas con las que les lanzaban proyectiles. Aunque aún mantenían cierta distancia, muchos de esos lanzamientos lograban alcanzarles. Algunos caían heridos, pero su orgullo y el pensamiento de su gente, les hacían seguir remando hasta que las fuerzas les abandonaran.

La situación era grave pero pronto pasaría a ser desesperada. No sabían con qué les estaban atacando, pero si que era algo duro como las piedras y que no solo los estaba diezmando, si no que también estaba abriendo vías de agua en su débil embarcación.

No estaban lejos del ansiado objetivo, ya que podían avistar la orilla de su tierra con los suyos esperándoles. Estaban todos los soldados disponibles allí, bien armados y dispuestos a escoltar el desembarco. Pero todavía quedaba una distancia considerable y aquello iba a ser muy duro. La embarcación hacía ya agua por todas partes y cada vez se desplazaba más lentamente. Ellos hacían lo imposible por mantenerla a flote y mientras, tratar de seguir avanzando. Sus miradas se cruzaban con angustia y expresaban claramente lo que pensaban. Era inútil resistir, no lo conseguirían. Su barco no tenía salvación y el hundimiento era solo una cuestión de tiempo. De poco tiempo.

El enemigo estaba cada vez mas cerca y los ataques que les lanzaban, eran cada vez más certeros. Alguno gritaba que aquello era el fin, pero aún tenían una posibilidad. El sol de la mañana ya lucía plenamente y a esas horas, la criatura humana iba allí muchas veces para poner, quitar o mover a su antojo aquellos barcos. Solo podían esperar que… ¡si! Ahí estaba. Se acercaba hacia ellos rápidamente. Solo podían rezar para que escogiera el barco enemigo y los perdonara a ellos. Con incontenible júbilo y gritos de victoria, vieron como sus enormes soplidos alejaban velozmente a sus enemigos de su territorio. Su barco estaba casi destrozado y apenas se mantenía a flote. Creen que por eso no les escogió a ellos.

Por fin arribaron entre los suyos y fueron tratados como no podía ser de otra forma. Como los auténticos héroes que salvaron la vida a la colonia de insectos de aquella orilla del estanque.