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LA ÚLTIMA FRONTERA - por EvianaR.

LA ÚLTIMA FRONTERA

La vieja casona, ubicada a las afueras del pequeño pueblo, se alzaba como un espectro de tiempos pasados, en mitad de la nada. Sus paredes lucían desconchadas y cubiertas de hiedra. Luis, el nuevo dueño de la propiedad, sintió un escalofrío al cruzar el umbral, confirmando que el deterioro era aún peor de lo que había imaginado. La herencia de su abuela, fallecida hacía poco, había sido una sorpresa totalmente inesperada.

Mientras exploraba la vivienda, revolviendo armarios y cajones, un objeto inusual captó su atención al registrar los muebles de la cocina: en el cajón de los cubiertos, mezclada con tenedores y cucharas, yacía una llave extraña y oxidada. Era una llave grande, antigua, de las que se usaban antaño, pero inexplicablemente no correspondía a ninguna de las puertas de la casa. La intriga se apoderó de Luis, pero sin darle demasiada importancia, continuó su recorrido por la cocina. Llegó a la despensa y, tras encender la luz, se adentró en sus profundidades iluminadas tan solo por una bombilla que apenas disipaba la oscuridad. Escudriñó detenidamente el cuartucho y, a pesar de la escasa luz, descubrió al fondo de la reducida habitación una puerta de madera de poca altura, medio oculta tras los utensilios que allí se amontonaban —tarros de cristal vacíos, sacos de harina y cajas de cartón apiladas—, pasando desapercibida a ojos poco atentos a los detalles. Una idea repentina cruzó su mente, una corazonada inexplicable. Regresó al cajón de los cubiertos, tomó la vieja llave y volvió a la despensa. Con expectación y manos temblorosas, preso de la curiosidad, introdujo la llave en la cerradura de la portezuela. Para su asombro, la llave encajó correctamente, un débil clic resonó en el silencio, y la puerta se abrió, revelando una amplia cavidad iluminada por una potente luz blanca y cegadora de origen desconocido, como si la fuente de luz fuera la propia oquedad que irradiara haces luminosos. Sin dudarlo y sin el menor atisbo de temor, impulsado por una fuerza irresistible, Luis se adentró en ella, permitiendo que el poderoso resplandor lo invadiera de pies a cabeza, sintiendo cómo llenaba su alma de una paz inigualable. Una plenitud y un gozo como jamás había experimentado en su vida, una sensación de bienestar absoluto que lo embriagaba por completo. Cruzar el umbral de aquella cavidad fue como adentrarse en un mundo paralelo, fuera de la realidad, como traspasar un límite entre dimensiones… Una frontera… La última frontera…

Al día siguiente, los diarios de la región se hacían eco de la trágica noticia: el heredero de la señora Catalina había fallecido, por un accidente fortuito en el interior de la casona de su abuela , causado por una desafortunada caída desde lo alto de las escaleras que conducían al sótano desde la despensa.

Comentarios (8):

Carmenigne

20/05/2025 a las 09:35

Hola Eviana. Me resultó un relato fluido, ágil de leer, captando mi atenciòn desde el principio. Por momentos me sentì metida en las casas viejas, explorando pasadizos,generandome aquellas viejas sensaciones de “exploradora” que sentìa cuando leìa cuentos en la infancia.El giro del final me pareciò muy acertado y me gustò mucho como lo resolviste, permitiendote mayor descripcion en el cuerpo del cuento, logrando a su vez que el final no sea abrupto. Me gustò mucho.

Codrum

20/05/2025 a las 10:39

Hola, Eviana.
Estoy de acuerdo con lo escrito por Carmenigne.
También me gustaría decir que creo que has cumplido con los requisitos del taller y con el reto opcional.

Lo más sorpendente es que este texto tiene “tan solo” 460 palabras. Sí, las conté porque me pareció dificl meter tanto en tan poco.

!Buen trabajo!

Eviana

20/05/2025 a las 11:18

Hola Carmenigne y Codrun ,muchas gracias por vuestros comentarios.Me alegra y anima mucho que os haya gustado .Un saludo

Codrum

20/05/2025 a las 14:07

Gracias por tu comentario. Me alegro que te gustara.

Mónica Bezom

20/05/2025 a las 21:00

Hola, Eviana.
Hago mías las palabras de Carmenigne y Codrum; has narrado una historia redonda con gran economía de palabras pero no de imaginación y de vivas descripciones que le otorgan un ritmo palpitante. Felicidades.

Elena

21/05/2025 a las 12:13

Hola Eviana,
Me quito el sombrero con tu relato. ¡Qué maravilla! Al inicio pensé que sería la típica historia con el típico final, pero me ha encantado equivocarme porque me ha sorprendido. Me ha parecido un viaje trepidante con un giro final que me ha dejado sin palabras. De verdad, me ha encantado! En cuanto a aspectos técnicos no tengo nada que decir, porque está perfecto. Qué gusto ha sido leerte! Un abrazo!

Chus Galego

23/05/2025 a las 09:09

Buenos días Eviana.
Estoy de acuerdo con Elena.El relato está muy bien escrito y funciona perfectamente, pero la idea de una llave que abre una vieja puerta en una casona medio abandonada no es muy original. Sin embargo, el giro final me parece magnífico.
¡Buen fin de semana!

Eviana

23/05/2025 a las 13:31

Mónica Bezom, Elena , Chus Galego, muchas gracias por vuestros amables comentarios.Me alegra que os haya gustado.

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