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La última frontera - por CodrumR.

Mi vida fue sencilla. Pasé la niñez impidiendo que se pudiera mirar a través de la cerradura, mi única utilidad. Nadie me giraba; me aburría. Mi fuerza infantil fantaseaba con otros lugares donde mis habilidades fueran más aprovechadas.

En la adolescencia, una mano delicada me posó en un cajón. Todo allí deslumbraba. Con frecuencia, la mano de uñas pintadas nos sacaba, limpiaba y volvía a poner ordenados en cada departamento.
Desde el fondo observaba a los nuevos; querían salir, ver mundo. Los favoritos, por el contrario, disfrutaban del permiso penitenciario dos veces al día. Al caer la noche, volvían y llenaban el cajón con sus historias fantásticas.
Los peores días no volvían. Entonces no había historias, únicamente silencio. Un silencio meditabundo que cubría el cajón como una densa niebla en el fondo de un valle.

Tena, un tenedor de cuatro púas tersas y brillantes, rezongaba durante horas si pasaban más de siete días sin que la limpiaran. ¡Como si alguien pudiese oír a la joven vanidosa! Yo sí la escuchaba: me encantaba hacerlo. Su dulzura, propia de una madurez aún tierna, me hacía olvidar los conatos de herrumbre que, como acné juvenil, se intuían en mi superficie.

Apareció un par nuevo de manos: más toscas y con oscuro vello. Al poco, las manos iniciales se hincharon y perdieron su elegancia. Unos meses después, nos sorprendieron unas pequeñas manitas de dedos imprecisos. Con su llegada todo cambió. Ninguna de las seis nos limpiaban.

Con el paso del tiempo, todos los cubiertos se fueron y se reemplazaron. Como un cajón de Teseo. Yo me convertí en testigo único de un ciclo perpetuo. Tena formó parte de él. Cuando no regresó, me entristecí durante días.

Mi edad me transformó en un bien presente y olvidado —físicamente cerca y emocionalmente ausente— que únicamente echas en falta cuando se ha ido. No me disgustaba. Aprendí a convivir con los pequeños cambios y las ausencias. Jamás me entristecí por ninguna pérdida. Me deshice de la esperanza de tener una función: un valor.
Como un jubilado que se sienta a alimentar a las palomas, no quería experiencias nuevas. Me contentaba con pequeñas alegrías. A veces me regodeaba, desde mi plaza alejada, con las historias mil veces oídas, ahora con nuevos protagonistas. Rara vez participaba en las tertulias nocturnas. Tan solo disfrutaba de los pequeños rayos de luz que entraban al abrir el cajón y su calor. Los mejores días me llegaban sonidos de tiempos pasados. Tal vez de Tena, y recordaba mi juventud.

Cuando la mano elegante envejeció y los infantiles dedillos maduraron, el cajón quedó cerrado. Las habladurías de todo tipo se propagaron en el interior: de cuchara a tenedor y de tenedor a cuchillo se preguntaban: ¿qué iba a ser de nosotros?
Las discusiones mutaron a comentarios, y los comentarios a susurros. Finalmente, nos cubrió la hueca noche de la resignación. Permanecimos así durante meses. Incluso los más lustrados quedaron mudos. La apatía nos gobernó, hasta que una mano completamente desconocida rebuscó por todo el cajón. Su vehemencia nos asustó.
¿Qué buscaba?
Tardé en darme cuenta: me buscaba a mí.

Aferrada por extraños dedos, fui probada por todas las cerraduras. En el traslado de una a otra, me pareció escuchar en el eco los llantos de mis Teseos.
Una ligera luz de esperanza refulgió en mis pensamientos: ¿volvería a ser útil?
Ironías del destino: tan solo encajé en una cerradura: aquella para la que fui hecha. Las capas de pintura enjalbegaban la herrumbre del exterior. El óxido de la abertura me abrazó con la aspereza de quien reconoce a un viejo amigo. Devolví el abrazo. Me sentía en casa. ¡En casa!
Un chirrido metálico nos anunció nuestra vejez. Abrí la puerta; ¿aún tenía valor? Escamas de óxido resbalaron por mi superficie como lágrimas en un rostro. Después de semejante esfuerzo, descansé al tiempo que cegaba de nuevo la cerradura, impidiendo mirar el interior del baño, como había hecho tanto tiempo atrás. Deseé que mi nuevo dueño tuviera más respeto por su intimidad. Era el único consuelo que tenía para sentirme dignificada.

Llevo meses aquí metida y, de nuevo, olvidada. Melancólica, miro atrás y añoro lo vivido. Lo que una vez fue monotonía ahora tiene tintes de aventura. Sigo resignada, como en aquella oscuridad que durante años fue mi estancia. Sola y delgada, soy más óxido que hierro. No me queda comida para las palomas, ni ilusión.
Aquí permaneceré, guardando mi primera y última frontera, hasta que mi dueño quiera deshacerse del vetusto y rojizo orín.

Comentarios (34):

Don Kendall

19/05/2025 a las 17:39

Hola, Codrum. Me corresponde comentar tu trabajo por la posición en la lista.
En lo que corresponde a ortografía y sintaxis mis conocimientos solo pueden expresar conformidad y disfrute por el desempeño.
En cuanto a la historia, es redonda y me parece una argucia muy interesante el colocar la voz narrativa en primera persona a quien aparece como personaje principal:la llave. Apunta que hay un autor o autora con oficio que se afirma cuando se cumplen los requisitos planteados en la convocatoria. Gracias por la propuesta.

Don Kendall

20/05/2025 a las 04:11

Gracias por tu comentario. Es así como dices. Daré un baldeo general al texto. De tus apuntes en concreto tengo interés en que me señales las comas de vocativo y las faltas de ortografía . Son puntos débiles de cualquier trabajo, que tengo especial interés en erradicar.
Puedes contestar en estos comentarios de lo los que estaré pendiente.
Quedo muy agradecido por tu aporte en su conjunto. Un abrazo y salud

Don Kendall

20/05/2025 a las 10:03

Muchas gracias por la rapidez y concisión en la respuesta. Es un lujo poder participar en este taller y aún más el disfrutar de la atención y elegancia de participantes como tú.
Un abrazo y salud

Eviana

20/05/2025 a las 12:12

Hola Codrun, la originalidad de tu enfoque me cautivo desde un principio ofreciéndome una perspectiva muy interesante sobre algo tan cotidiano como una llave .Me ha encantado tú relato .
Un saludo y gracias por tu comentario a mí texto

Yolanda T

20/05/2025 a las 14:13

Hola, Codrum! Muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te haya gustado mi historia.
En cuanto a tus preguntas…

1. Para mi, los párrafos cortos dan agilidad al relato y suelen crear expectación, pero depende del tipo de historia.

2. Estoy tan acostumbrada a escribir artículos que poner paréntesis me pareció de lo más normal. Ni siquiera me planteé sustituirlos por las rayas, que seguramente es lo más correcto. Gracias por la sugerencia.

En cuanto tenga un rato leeré tu relato.

Lupa Sívori

20/05/2025 a las 15:31

¡Hola, Codrun! Me cautivó bastante tu relato. Al fin me topé por acá con algo realmente creativo y original. La idea de narrar la historia desde la perspectiva de una llave vieja, y cómo fue su vida entera, me parece brillante. Además, está muy bien contado.
La llave representa a cualquier persona que atraviesa fases de utilidad, olvido, afecto, esperanza, y resignación. La idea del “ser para algo” y “dejar de ser necesario” es profundamente existencial. Disfruté ese tono melancónico y hasta filosófico.
El narrador-llave tiene una voz nostálgica y sobria, que nunca se rompe ni cae en excesos. La vida emocional de un objeto inanimado está tratada con respeto y ternura. Disfruté también las sutiles referencias literarias. El uso del “cajón/barco de Teseo” como metáfora del cambio de elementos sin que se pierda la esencia es una joyita conceptual que eleva el texto.

El uso de la primera persona da una voz íntima y reflexiva que conecta emocionalmente. La metáfora está bien sostenida de principio a fin. Hay un ritmo y una progresión clara, con escenas que muestran evolución emocional.

Si tuviera que indicar alguna potencial mejora, te diría sólo eliminar esa limitación de 750 palabras para ampliar el climax. El momento en que la llave abre su cerradura original es muy potente, pero se resuelve un poquito rápido. Podría expandirse levemente esa escena para que tenga más peso emocional.

¡Saludos desde Argentina!
Lupa.

Ricardo

20/05/2025 a las 17:37

Hola Codrum:

Me ha parecido muy interesante el punto de vista de la historia, es algo que a mí no se me habría ocurrido. Enhorabuena por ello.

Pilar (marazul)

20/05/2025 a las 17:40

Hola Codrun: lo primero agradecer que te hayas pasado por mi relato y comentar. Es verdad que se me pasó una interrogación y algún espacio después de coma —siempre se cuela algo ja,ja… El hecho de que te hayas pasado por mi relato me ha permitido devolverte la visita, lo que agradezco de veras porque tu historia me ha gustado mucho. Convertir a la llave en la voz narradora me parece una muy buena idea y es que la vida de una llave vieja y roñosa puede dar para muchas historias. ¡Bien por ello!
Perfectamente narrada me ha transmitido sentimientos de ternura y nostalgia.
Te felicito, Codrun.

ABAL

20/05/2025 a las 22:57

¿Y si las cosas soñaran? ¿Qué les gustaría ser? Buen trabajo de creación y sobre todo de imaginación. Un Buen texto para leer más de una vez. Gracias y Enhorabuena.

Daniel Calleja

21/05/2025 a las 01:18

Primero lo primero, gracias por pasarte por mi texto y dejarme tu comentario. Van en mayoría los que creen que el regalo del final no es adecuado, por tanto puede que le haya errado en ese punto. Sin embargo, al estar el final parcialmente basado en un caso real que conocí en primera persona, me confirma que la realidad es más difícil de creer que los cuentos. Quizá cambie ese final antes de publicarlo en el blog, no lo sé aún.
Ahora, a lo importante. Tu muy original relato, que ya de entrada te sitúa en el personaje que habla sin necesidad de explicaciones ni trucos. De lo más sorprendente que he leído, fuera de la novela escrita por un caballo.Me gustó bastante. La manera cómo vas mostrando el paso del tiempo, a través de esas manos que crecen y envejecen me parece un recurso muy válido. Te felicito. Por tu relato y por visitar y comentar tantos ajenos. Nos seguimos leyendo.

Yolanda T

21/05/2025 a las 09:05

Pues, ¿sabes que lo que dices tiene mucho sentido? Repasando el texto creo que tienes razón con lo de los párrafos. Muchas gracias por la observación.

Mónica Bezom

21/05/2025 a las 21:40

Hola, Codrum.
Tu relato me ha encantado. Le has dado personalidad a la llave de un modo singular y no exento de ternura en su aceptación. La voz de la llave resulta pausada, de ritmo nostálgico y con una fuerte impronta testimonial, todo ello perfectamente amasado, diría, para alcanzar una textura plena y novedosa.
Felicidades.
Gracias por tus palabras a mi texto.

Carmenigne

22/05/2025 a las 10:33

¡Hola Codrum! Me parece original e interesante que la protagonista sea la llave. El relato es fluido, y rico en imágenes, algunas de ellas con una voz que linda lo poético.
A través de la protagonista: la llave, muestras algunos aspectos con lo que se vincula el paso del tiempo en nuestra sociedad, con el lugar que a veces se le adjudica (interesante para problematizarlo).
Pones en juego los sentidos a través de imágenes que evocan lo auditivo, lo visual, tacto, etc.
Me gustó mucho leerte y te felicito por la originalidad. Saludos

Chus Galego

23/05/2025 a las 07:39

Buenos días, Codrum.
Tu relato es muy original: dar la voz al objeto detonador, una llave que filosofa y que va madurando y envejeciendo con los años, mostrando así uno de los tópicos más potentes de la literatura (“Tempus fugit”). Tampoco falta la melancolía del peso/paso del tiempo y la atracción por la juventud (Tena). Creo que es un relato muy bien escrito, con un lenguaje culto y poético, lleno de simbolismo. Enhorabuena.
Gracias por comentar mi relato. Las frases largas son una característica de mi estilo y en el primer párrafo pretendía sugerir el carácter inquieto de la protagonista, harta de que le cuenten historias para que acepte su destino. Más que un cuento infantil, pretendía escribir un cuento de inspiración tradicional. Cada vez me interesa más la literatura oral, que se está perdiendo. También pretendía hacer un guiño a la Sonatina de Rubén Darío, un poema aparentemente superficial, pero lleno de contenido e ironía.
¡Que pases un buen día, Codrum!

Pluki

23/05/2025 a las 10:37

Hola, Codrum!

Vengo a devolverte la visita y a agradecerte la reseña tan bonita que me has dejado. Aunque ya participé en otras ediciones, soy novata en esta y comenzar con buenos comentarios, siempre es un plus. Tomo nota sobre la separación de los párrafos: tienes razón, se hace más estético visualmente y más apetecible de leer…

Pero ahora, voy con el tuyo, tan original y distinto a la temática que hemos elegido muchos de nosotros.

Como puntos fuertes de tu relato, destaco el uso de la personificación y la narración en primera persona, dando vida y sentimientos a la llave que, como bien te han dicho en otro comentario, podría ser el discurrir de la vida de cualquiera.
Tienes imágenes y frases muy potentes, te dejo aquí algunas de las que más me han gustado:
“Mi edad me transformó en un bien presente y olvidado —físicamente cerca y emocionalmente ausente— que únicamente echas en falta cuando se ha ido.”

“Su dulzura, propia de una madurez aún tierna, me hacía olvidar los conatos de herrumbre que, como acné juvenil, se intuían en mi superficie.”

“Sigo resignada, como en aquella oscuridad que durante años fue mi estancia. Sola y delgada, soy más óxido que hierro. No me queda comida para las palomas, ni ilusión.”

Y en general, todo tu texto rezuma sensibilidad, sabiduría y nostalgia… me da la sensación de que tu llave es una insatisfecha crónica y nunca ha estado a gusto con su vida… Lamentablemente, es habitual en el género humano y me recuerda al cuento de El Abeto (Andersen). Como en él, tú nos das la lección de vivir y disfrutar del presente, que es lo único que poseemos.
Para mejorarlo, podrías haber acortado un poco las descripciones (tanto físicas y emocionales) en las distintas etapas de la vida y potenciar el momento cuando vuelve a su lugar de origen. A mí, que sea la llave del baño, me ha robado un poco de magia… Me esperaba un lugar con más glamour, jajaja. Y la frase inicial tampoco me convence: no le hace justicia a tu excelente forma de narrar ni a la imaginación que le has puesto al relato. Tal vez, podrías haber creado algo más de tensión narrativa, pues tan importante es cómo se termina que cómo se empieza). Son solo sugerencias que puedes valorar o no. En realidad, el texto está muy trabajado y se comprende perfectamente el estado de ánimo de la llave en cada una de sus etapas.

Respecto al reto, aprovecho cada relato que comento para reflexionar sobre cómo utilizar el incidente detonador y me la sensación que en el tuyo más que detonante es el argumento central de la historia. Pero no sé si llevo razón…

Y nada más, Codrum, espero haberte sido útil en algo. Yo he pasado un buen rato leyendo y aprendiendo de tu relato, que para eso sirve este taller.
Hasta pronto.

Amadeo

23/05/2025 a las 13:14

Codrum
Me resultó muy interesante y bien escrito tu cuento. Me hizo recordar a dos cuentos míos donde “hablaban” dos zapatillas envidiándose mutuamente y otro en que una silla, discutía con su almohadón. Pero volviendo a tu relato, cuentas la “vida” de la llave. Te felicito.
Cordiales saludos
Amadeo

Amadeo

23/05/2025 a las 13:15

Codrum.
Mil gracias por tu aporte. Respondo a tus preguntas:
1.- Podría sacar a Gaspar, pero no al resto, pues participan del argumento.
2.- Efectivamente “inusable” no consta en RAE (Pero Word, no la marca error. La eliminé
3.- Corregido.
4.- No comprendo la duda: El olor a marihuana/cocaína, es por que allí se drogaban Layda y Hellen.
5.- Es indistinto.
6.- Es posible. Son sinónimos.
7.- No le encuentro rarezas a dicha frase.
De nuevo te agradezco tus comentarios como lector. Me ayudan.

Cordiales saludos
Amadeo

Carlos Tabada

23/05/2025 a las 14:34

Hola Codrum. Está muy bien escrito, quién lo pondría en duda, pero a la hora de comentar no consigo escapar de mi propia mirada subjetiva que me sugiere que afrontar un relato sobre la nostalgia y melancolía, casi la moral de una llave, tiene algo de buen humor detrás del impulso del narrador. Igual me voy a dejar llevar por lo que puede ser una desconexión descortés con la realidad pero me viene a la memoria que Nabokov solía referir sus juegos con cierto vienés, y me pregunto que habría pensado de tu texto.
Pido disculpas sinceramente a los que puedan considerar mi comentario torpe, irritante, sobre todo al autor, quién espero tenga claro que en mi opinión su texto tiene una calidad a la que yo solo aspiro.

Carme González Graell

23/05/2025 a las 15:52

Hola, Codrum.

Primero de todo quiero agradecerte tu comentario a mi relato. Anoto tus sugerencias para mejorarlo.

En cuanto a tu texto, debo decir que me ha encantado que la llave sea la protagonista. Le has dado una personalidad increíble. Su punto de vista nos lleva de la mano por la historia.
Has conseguido mantenernos enganchados a lo narrado. El texto fluye solo.

Nos leemos en otras entregas.
Saludos,
Carmen González

Diana T

24/05/2025 a las 15:34

Hola Cordum, muchas gracias por pasarte a mi relato.

Primero que nada quiero que decir que tu relato posee este toque poético de principio a fin. Tus descripciones melancólicas me ponen la piel de gallina por los sentimientos que generan. Yo ya había pensado un relato similar con un árbol como protagonista, pero no ha coincidido con ninguno de los retos propuestos, así que aun estoy esperando.

Ahora bien, sobre mi relato, muchas gracias por tu comentario, y respecto al final, quería comentar que a mí también me pareció apresurado, pero eso es por el límite de palabras. La idea de la imagen del arroz quemado daba cabida a una reflexión posterior de que “de acuerdo, la vida no es maravillosa, hay más fallos que aciertos, pero qué va, a fin de cuentas es así” y en el proceso de ello, tener una discusión con su jefe y abrir la puerta para un “nuevo comienzo”, otra oportunidad que le dio la “última frontera” y un pequeño “epílogo”, se le podría llamar donde tiene su propio restaurante llamado “Ultima Frobtera”, y que alguien le pregunte por cierta llave con sangre que guarda enmarcada; pero obviamente el relato se alargó a más de 1000 palabras, y decidí cortarlo antes de esta escena, y por petición de una amiga, quien sintió un vínculo sentimental con la imagen del arroz quemado (metafóricamente), lo dejé ahí.

Nuevamente muchas gracias por tu comentario y felicidades por tu relato.

Alberto Suárez Villamizar

24/05/2025 a las 17:40

Hola Codrum
Me gustó tu historia y te felicito por la manera como personificaste la vieja llave de la caja de cubiertos. Me parece una buena idea darles vida a esos elementos que habitaban allí, y que según la historia expresaban sus sentimientos por algunas acciones que se tenían con ellos. Así mismo, es genial como muestras la vejez de la llave. Felicitaciones, sigue adelante.
Estoy participando con la historia ubicada el #9, y te invito a visitarla y hacer tus comentarios, que me serán de gran ayuda.

Jose Luis

24/05/2025 a las 19:33

Hola
Gracias por pasarte por mi cuento, del cual no estoy satisfecho, siendo sincero.
La autobiografía de una llave. La personificación de un objeto, por otro lado, cotidiano. Es un cuento que destila tristeza y melancolía.
Las metáforas, los símiles y las comparaciones demuestran que posees buena habilidad para la narrativa.
Nota aparte. Tu pseudónimo es Codrum, que suena a Murdoc al revés. ¿Eres fan del Equipo A?
Un saludo

Cristina Ayala

25/05/2025 a las 21:51

Hola Codrum,
Muchas gracias por tus comentarios a mi texto (nº25). De verdad aprecio las críticas constructivas y las sugerencias aportadas ya que son la única forma de aprender.
Las prisas no son excusa pero es cierto que subí el texto sin la suficiente revisión. ¿Y qué pasó? Que detecté esas mismas incoherencias en el argumento que me has comentado tú. Son errores, sin más. No hay explicación que las salve…
Me he leído también tú relato porque los comentarios se agradecen con comentarios. Lo que pasa es que creo que ya te han dicho cualquier cosa que yo pueda decir.
Como puntos positivos que han llamado mi atención: la originalidad de narrar desde el punto de vista de un objeto inanimado. El relato fluye muy bien y el retrato costumbrista de la anodina vida de esa llave, que podría ser cualquiera de nosotros, nos transmite una emoción con la que podemos empatizar con facilidad (aunque sea en su desesperanza).
Como sugerencia de mejora: tal vez la estructura de la historia no está bien equilibrada y hay un exceso de descripciones en el inicio (creo que no todas las “manos” sean necesarias para la historia), y el final queda un poco precipitado.
Por otro lado, veo un poco forzada “la última frontera” del final para justificar el título.
Pero con todo lo dicho, no quita que es un relato interesante que se lee de maravilla y que hace reflexionar sobre la propia existencia. Gran trabajo. Si hubiera botón para seguirte lo pulsaría 😉

Osvaldo Mario vela saenz

26/05/2025 a las 11:53

Hola Codrum, Saludos.
TE felicito por la biografia de una llave. Pocas palabras pero um gran reconocimiento a los laberintos de tu tranajo. Gracias por tu visita a mi texto.

PROYMAN1

26/05/2025 a las 16:23

Saludos Codrum soy PROYMAN1 tu vecino del 57 y he leído tu relato y me ha gustado pero algunos párrafos los veo algo cargados y podían ser mas cortos utilizando la puntuacion,pero cuando se escribe por mucho que revises siempre falta o sobra algo. Los compañeros ya se han encargado de señalarte algunos puntos técnicos así que yo no voy a decir mucho mas.
Te agradezco que hayas leído mi relato y tomo nota de tus observaciones que tendré en cuenta para los proximos.Veo que mi relato te ha gustado y de nuevo te doy las gracias por leerme pero escribiendo siempre se pasan cosas.
Confió en seguir leyéndonos.

Pato Menudencio

26/05/2025 a las 16:56

Hola.

Primero que todo. Muchas gracias por pasar por mi relato.

Segundo, me ha parecido una historia excelente y original. Lenguaje muy poético (en el buen sentido), una perfecta analogía al paso del tiempo y la obsolescencia de las cosas.

Felicitaciones y nos leemos.

José Torma

26/05/2025 a las 19:36

Hola Codrum.

Cada que leo tu seudónimo, me brinca algo en la parte trasera del cerebro y ayer lo descubrí, ya me dirás si atiné. A mí me parece que eres el bajista de Gorillaz, solo que invertiste tu nombre de Murdoc Niccals al que ahora nos presentas. Tal vez no pero mi curiosidad quedo sanada.

Después de ese pequeño desvarío, te comento. Hace algún tiempo, intenté hacer hablar a un perro y creo que me salió un pequeño relato tierno; pero si decimos la verdad, me fue difícil; tanto que decidí volver a intentarlo en un relato pre, durante y post apocalíptico donde mis personajes son un joven de 18 y una perrita fina con collar de diamantes (no aporta nada a la historia solo para decir que era un can de alcurnia). Espero algún día terminarlo.

Todo lo anterior, solo para decirte, que admiré mucho el hecho de que la llave fuera la protagonista. La dotas de cualidades y sentimientos humanos, que yo no he logrado con mi perrita. Es verosímil y lleva un tremendo ritmo que atrapa. Incluso les has dado nombre y la cosa funciona. Coincido con el exceso de manos, pero, ¿de qué otra manera vas a ejemplificar el paso del tiempo?

De lo formal ya te habrán comentado así que no machacaré. Yo disfruté mucho la lectura y te felicito por haberle dado vida y personalidad a esa vieja llave.

Wanda Reyes

26/05/2025 a las 21:35

Hola Condrum, agradezco pasaras por mi relato y dejaras tu comentario. En cuanto a tu pregunta sobre lo q mi relato te recordó a una pelicula pues podria decirte q es posible, el tema de las posesiones (un tema q en lo personal es algo que me produce mucho miedo) es algo que se viene hablando desde epocas bíblicas, es un tema bastante explorado en las peliculas de terror.
En cuanto a tu relato me parecio bastante original, las descripciones hacen que la historia cobre vida y creas una atmosfera de nostalgia que te hace sentir lastima por la llave. La unica cosa que casi no me gustó fue el final pense que la llave tendria un mejor final pero creo que ni en la vida real, ni en la ficticia los finales no siempre debe ser felices.
Saludos.

Wanda Reyes

26/05/2025 a las 21:37

Hola Codrum, agradezco pasaras por mi relato y dejaras tu comentario. En cuanto a tu pregunta sobre lo q mi relato te recordó a una pelicula pues podria decirte q es posible, el tema de las posesiones (un tema q en lo personal es algo que me produce mucho miedo) es algo que se viene hablando desde epocas bíblicas, es un tema bastante explorado en las peliculas de terror.
En cuanto a tu relato me parecio bastante original, las descripciones hacen que la historia cobre vida y creas una atmosfera de nostalgia que te hace sentir lastima por la llave. La unica cosa que casi no me gustó fue el final pense que la llave tendria un mejor final pero creo que ni en la vida real, ni en la ficticia los finales no siempre debe ser felices.
Saludos.

CARMELILLA

27/05/2025 a las 10:24

Hola codrum, muchísimas gracias por pasarte por mi relato y por tus reseñas.
Los padres están muertos, no lo digo,pero lo descubro prácticamente al final del relato.
Y la frase de ser un regalo para la abuela se me coló, inicialmente la utilicé pero después la deseché o eso creįa ya veo que se quedó.
Tomo nota de tus indicaciones, siempre enriquecedoras. Gracias.
Sobre tu trabajo:
Primero decirte que me encanta lo original de la trama, personificar un objeto me parece muy original.
Un tono melancólico adecuado a la vida de la llave Tampa, usada y evocando. Tantos recuerdos.
El lenguaje me parece poético y muy cuidado. El ritmo lento creo que adecuado al tono melancólico del relato, aunque a veces al carecer de diálogo y evocar tantos recuerdos puede resultar un poco lento.
Ya te comentas lo que la trama me parece muy original. Me ha gustado mucho.
El final me resulta muy conmovedor y le da aún más fuerza al relato.
Quizá personificando la llave, pero con algún conflicto o algún diálogo
hubiera tenido un ritmo más ágil y hubiera generado algo de intriga. Pero esto es mi opinión muy personal y que en absoluto desmerece tu gran trabajo.
Nos seguimos leyendo, saludos.

Clarinete

27/05/2025 a las 16:40

Hola, te he de confesar que me ha encantado tu relato, ya no solo por la forma en el que está escrito, me refiero a que la ortografía me parece muy buena, no es el primer relato que escribes y se te nota, ya sabes… Si no por el enganche del o de la protagonista, su defensa, su alegría y su resignación.

Repito me ha gustado mucho.

Quisiera si me lo permites—aunque voy a contestar a tu comentario en mi relato—, decirte una cosa, me comentas que he tocado el tópico de terminar conque todo es un sueño, te invito a qué vuelvas a leer el final, pienso que no lo has comprendido.

Bien simplemente decirte que escribes muy bien, ya me gustaría hecerlo como tú.

Un saludo

Clarinete

Osvaldo Mario vela saenz

28/05/2025 a las 00:14

Codrum, Rgreso a tun pagina por una aclaracion en tu visita a mi escrito. El porque expreso las fechas en Numero y luego en letras

Siempre he tenido la creencis que los events que tienen historia, como fue la despedida de mi padre 2009, o El ingreso a Literautas en la escena Numero trece en diciembre 2013. En cuanto unos escritos que se gueron juntando a lo largo de la vida con una fecha de guardalas y olvidalas.

Gracias por aclarar Este detalle.

@HenkoSlowLife

29/05/2025 a las 16:10

Me ha parecido una forma original y emotiva de hablar del paso del tiempo, el olvido y la memoria. Contado desde el punto de vista de una vieja llave, el relato le da una mirada muy humana a un objeto simple, casi invisible. A través de los cubiertos y el cajón donde habitan, se reflejan los cambios de una familia y cómo todo, con los años, envejece, se transforma o desaparece.

Me gustó especialmente el simbolismo cuando dice: “Con el paso del tiempo, todos los cubiertos se fueron y se reemplazaron. Como un cajón de Teseo”. Evoca con delicadeza esa pregunta de si, tras tantos cambios, algo sigue siendo lo mismo.

Es una historia breve y original, que invita a valorar lo cotidiano y a mirar con más cariño aquello que solemos dar por sentado.
Enhorabuena y gracias por leer mi relato. Soy una novata aprendiendo de todos ustedes. ¡Mil gracias!

Jesusa

01/06/2025 a las 17:55

Hola Condrum, agradecerte que has pasado por mi relato. Y muchas gracias por tus comentarios. La verdad es que quería hacerlo solo en primera persona. Agradezco también lo de que a corte la introducción y concentre más lo importante del relato para no dejarlo inacabado.
Me ha gustado tu perspectiva de hablar desde la llave
Pero no he acabado de encontrar el incidente detonador
Me ha parecido muy bien escrito y desarrollado.
Te seguiré leyendo por aquí.

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