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ENIGMA TOTAL - por Alberto Suárez VillamizarR.
ENIGMA TOTAL
El difunto, identificado como el Sr. González, yacía sobre el sofá, en la sala de la vivienda que habitó los últimos años. Aficionado a la alquimia, solía encerrarse a realizar sus prácticas de manera secreta. Los vecinos al notar su ausencia, dieron aviso a las autoridades, y en respuesta a su llamado hizo presencia en el lugar el inspector García acompañado de algunos familiares.
—¡Oh, Pedro! —exclamó con sorpresa Carlos, al observar el cuerpo de su hermano.
—¡Por favor señor, conserve la distancia! — alertó el inspector —. debemos mantener intacta la escena para evitar la alteración de algunas huellas. Entiendo su dolor, pero le pido su colaboración —agregó.
—Disculpe inspector, pero, se trata de mi hermano y no pensé que fuera a ocurrir algo tan espantoso.
—No se preocupe. Disculpe debo proceder.
El inspector avanzó hacia el cuerpo, y en su libreta empezó a anotar los aspectos que llamaban su atención. El rostro rojizo, junto al tono azulado de sus labios evidenciaban una muerte por envenenamiento con cianuro. Buscó rastros de golpes o heridas. Una vez examinó el cuerpo buscó entre las ropas. Extrajo lo que portaba: un pañuelo, una billetera vacía, una llave de la puerta de acceso y un bolígrafo. Los objetos eran depositados en una caja para su posterior revisión dactilar. Terminaba la búsqueda cuando palpó en un bolsillo del saco una caja de cerillas con una curiosa descripción que rezaba:
“La mujer viste como la noche, y habita en medio del mar, ella conoce el secreto”
El inspector hizo entrega de los objetos recolectados al encargado del laboratorio de dactiloscopia y solicitó al médico forense celeridad en los exámenes para dictaminar la causa de su muerte. Al parecer era el segundo caso de envenenamiento que se presentaba en los últimos meses, y en ambos según sospechaba, la causa era ingesta de cianuro. El otro caso era el del Sr. Morris, un millonario que, sin causa aparente había dado fin a su existencia ingiriendo el producto.
—«¡Vaya, vaya!, dos víctimas del mismo veneno, veré que puedo averiguar con la viuda del Sr. Morris, pues se dice que mantenía una relación clandestina con el Sr. González» — iré a visitarla
El inspector García fue a la casa de la Sra. Morris, pero, para su sorpresa le informaron que al terminar el novenario por la muerte de su esposo había partido con rumbo desconocido, llevando una gruesa suma de dinero retirada del banco recientemente.
—«Ahora bien, si el Sr.González tenía deudas como se rumoraba, existía la posibilidad que la Sra. Morris, liberada del compromiso con su extinto esposo, le auxiliara económicamente. pero en cambio ha desaparecido con una fortuna, y ahora su amante pone fin a sus días»
El inspector encendió un puro hilvanando los hechos.
—«Veamos pues, dos muertes con cianuro y un triángulo amoroso, pero, la mujer desaparece… y ¿la nota en la caja de cerillas?»
“La mujer viste como la noche, y habita en medio del mar, ella conoce el secreto…”
—«Que torpe soy, ahí está la clave: se trata de la Sra. Morris, que viste de luto. Y, ¿habitará en medio del mar?, eso es, la mujer fue a una isla. Podría ser Las Canarias, pero, es muy cerca, sería más conveniente huir más lejos, por ejemplo, a Londres. Sus ancestros eran ingleses, y podría encontrar ayuda en ellos, más ahora que poseía una gran fortuna.
El inspector se dispuso a llamar a Scotland Yard para pedir ayuda en este caso.
—Oficina de Scotland Yard, buenos días — respondió el encargado de turno.
—Buenos día oficial, soy el inspector García de la policía de Aragón y necesito de su colaboración—saludó amablemente el inspector.
—Compañero, dígame, ¿que se le ofrece? — respondió el funcionario londinense.
—Tenemos el caso de un posible doble crimen cometido por una mujer, y creo que ha huido hacia ese destino, quiero pedirle ayuda para su captura.
—¿Cómo se llama la sospechosa? — preguntó el funcionario de Scotland.
—La mujer se identifica como Mary Morris, por su apellido de casada o Mary Taylor, apellido que llevó de soltera.
—¿Mary Morris o Taylor?, un momento por favor.
Se produjo una pausa por unos minutos, que al inspector García le parecieron interminables, mientras el funcionario de la policía londinense hacia la averiguación respectiva.
—Aló Inspector, esos nombres corresponden a la mujer que se encontró ayer sin vida en una habitación del Strand Palace Hotel, muerte ocasionada por envenenamiento con cianuro.
FIN
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