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LA APARICION - por PROYMAN1R.
La casona de los Del Valle no solo estaba abandonada, sino que era un insulto a la arquitectura y al buen gusto. Techos que goteaban, paredes que se caían a pedazos, y un jardín que parecía diseñado por un fantasma con rencor personal hacia la botánica. Pero lo peor no era eso. Lo peor era La Aparición.
Lucía Del Valle, muerta desde hacía más de cincuenta años, seguía allí, flotando por los pasillos con cara de pocos amigos y un vestido que ni en el mejor mercadillo de segunda mano se vendería. Su muerte había sido trágica, sí, pero su actitud era aún más insoportable. Cada noche, se dedicaba a asustar a los gatos del vecindario, cambiar los canales de la televisión de los vecinos con telepatía y susurrar frases como “¡La venganza será mía!” con voz de ultratumba. Nadie sabía por qué, pero todos tenían miedo.
Hasta que llegó Clara.
Clara era periodista, pero de las que no conseguían trabajo en medios serios y acababan escribiendo para blogs con títulos como “Misterios que tu amante no quiere que sepas”. Cuando escuchó sobre la casona, pensó que sería el reportaje perfecto para relanzar su carrera. Lo que no sabía era que estaba a punto de convertirse en la asistente personal de una muerta vengativa con problemas de gestión emocional.
—¿Tú eres la nueva? —le dijo Lucía, apareciendo entre telarañas y olor a humedad.
—¿Nueva qué? —preguntó Clara, encendiendo su linterna.
—La nueva viva. Necesito que me ayudes con mi plan de venganza. Estoy harta de que me ignoren. ¡Hasta los fantasmas del cementerio me hacen el vacío!
Lucía le explicó que su padre, Don Ernesto Del Valle, la había encerrado en la buhardilla por enamorarse de un Delineante. No por ser pobre, sino porque realizaba diseños de máquinas. Don Ernesto consideraba eso una traición a la tradición familiar. Así que la encerró, la olvidó, y luego se inventó que se había fugado con un vendedor de seguros.
El Delineante desapareció del mundo de Clara y de Don Ernesto.
—¿Y qué quieres que haga? —preguntó Clara, ya considerando fingir demencia y salir corriendo.
—Quiero que publiques la verdad. Que destruyas su imagen. Que lo conviertas en el villano que fue. Y que, si puedes, hagas que le quiten el nombre a la calle que lleva su nombre. Me da urticaria cada vez que la mencionan.
Clara, que no tenía nada mejor que hacer, aceptó. Lucía le dio instrucciones precisas: en el sótano había una caja fuerte con los diarios de Don Ernesto. Allí confesaba todo: el encierro, el odio al diseñador de máquinas, y una lista de insultos hacia la ópera italiana que nadie entendía.
Tras romper una pared con una maza (y una uña), Clara encontró la caja. El código era la fecha de nacimiento de Lucía, que por suerte estaba anotada en una lápida del jardín. Dentro, los diarios eran más escandalosos que un grupo cotillas de exalumnas. Clara los leyó, los transcribió, y los publicó en su periódico.
También la documentación describía como el Delineante se había apoderado de la idea de Don Ernesto relativa a una máquina que imprimía billetes de banco y una vez realizados los planos el Delineante los vendió a la Financiera Kraken enemiga acérrima de Don Ernesto.
El artículo se tituló: “Don Ernesto Del Valle: filántropo, asesino y enemigo de los Delineantes. Fue viral. La calle cambió de nombre a “Avenida del Diseñador de Máquinas". Lucía, al ver esto, se emocionó tanto que por primera vez en medio siglo sonrió.
—Gracias, Clara. Has cumplido mi plan. Ahora puedo irme. Pero antes… ¿puedes dejarme una reseña en El Caso? Me gustaría que la casona se convierta en atracción turística.
Y así, Lucía se desvaneció. Clara volvió a su vida, ahora con fama de “la que entrevistó a una aparición vengativa”. La casona fue reformada y convertida en un escape room temático: “La Venganza de Lucía”. Incluía gritos grabados, muebles que se movían solos, y diversos dibujos expuestos del Delineante que nadie entendía.
Desde entonces, cada vez que alguien pregunta si las apariciones existen, Clara responde:
—Sí. Y tienen muy mal carácter.
El viento que entraba por la ventana despertó a Clara con la boca seca como la suela de zapato, había tenido un sueño, seguramente por la cena abundante de la noche anterior, se levantó y bebió agua directamente del grifo del lavabo. Ahora estaba más despejada.
Comentarios (2):
Hugo
20/10/2025 a las 01:15
Hola Proyman1:
Estoy de regreso en Literautas y este es el primer comentario que hago desde mi última participación en junio de 2019. Luego de tanto tiempo estoy algo “oxidado” y tengo que aceitar la máquina. Trataré de hacer lo mejor posible y espero que te sea de utilidad.
Lo primero que quiero que sepas es que ha sido un verdadero placer leer tu texto sobre el fantasma de Lucía. Está muy bien estructurado y cumple con la imprescindible condición de ser verosímil a pesar de ser fantástico. Se establece el pacto entre lector y narrador que hace que aún dentro de lo fantástico el relato sea verosímil. Y es por eso que te sugiero eliminar el último párrafo porque de golpe cambia totalmente el relato con un final que parece forzado: la historia pasa a ser solo un sueño. Se rompe el pacto.
Creo que la última frase de Clara: “—Sí. Y tienen muy mal carácter.” Sería un final perfecto.
Una vez alguien me dijo que nunca finalice un cuento diciendo que todo había sido un sueño y creo que tenía razón. A mí me sirvió ese consejo, por eso te lo transmito.
Tu trabajo me ha gustado mucho y todo lo que pueda decirte son solo apreciaciones que de ningún modo van en su desmedro. Solo tómalas o déjalas según te parezca que sean correctas o equivocadas. Me gustaría conocer tu parecer sobre mi comentario, así nos retroalimentamos y aprendemos el uno del otro.
A continuación, te comento algunas palabras que me han hecho algo de ruido, para que analices si al cambiarlas por otras, o eliminarlas, el texto mejora:
“… un fantasma con rencor personal hacia la botánica.” ¿La palabra personal agrega algo al texto o se puede prescindir de ella?
“…un vestido que ni en el mejor mercadillo de segunda mano se vendería.” ¿No tendría que ser en el peor?
“…cambiar los canales de la televisión de los vecinos con telepatía…” Creo que telepatía no es el término adecuado para ese poder sobrenatural. A no ser que se comunique telepáticamente con los vecinos y les dé la orden para que sean ellos los que cambien de canal.
“Nadie sabía por qué, pero todos tenían miedo.” ¿No crees que sí sabían por qué?
“Así que la encerró, la olvidó, y…” ¿Se puede olvidar de que tenía encerrada a su hija?
“El Delineante desapareció del mundo de Clara y de Don Ernesto.” No es Clara, es Lucía la que desapareció del mundo del delineante y de Don Ernesto.
“…ya considerando fingir demencia y salir corriendo.” ¿fingir demencia agrega algo al texto? Creo que no.
“…una lista de insultos hacia la ópera italiana que nadie entendía.” La palabra nadie induce a pensar que había más personas además de Clara.
“…que por suerte estaba anotada en una lápida del jardín.” ¿Se puede prescindir de la palabra anotada?
“También la documentación describía como…” ¿la documentación son los Diarios de Ernesto?
“…máquina que imprimía billetes de banco…” ¿Billetes de banco es moneda corriente de curso legal o falsa?
“…el Delineante los vendió a la Financiera Kraken…” ¿Las financieras imprimen billetes?
“la que entrevistó a una aparición vengativa” ¿No queda mejor si eliminas vengativa? Ya sabemos que es una venganza.
Finalmente te sugiero un ejercicio: prueba de cambiar el narrador omnisciente de tu relato por otro en primera persona desde el punto de vista de Clara. Si lo haces cuéntame cómo salió.
Reitero el placer de leerte y espero que estos comentarios te sean de utilidad.
Daniel Calleja
20/10/2025 a las 01:45
Hola, PROYMAN1, leyendo tu relato y el comentario extenso del compañero, me queda una duda. ¿Todo lo que relata es un sueño de la protagonista? Yo me quedo con la sensación de que no, que es simplemente un agregado al final. Me resulta un poco extraño, aunque reconozco que puede ser un tema de interpretación por mi parte. Te agradecería si pudieras aclarar cual era tu intención. Me gustó tu relato. En mi opinión no participa del reto extra, algo que he notado en muchos de los participantes. Saludos.