Literautas - Tu escuela de escritura

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SOLITUD - por Cristina OtaduiR.

Alborada de un 5 de enero
Sopla el viento, refresca por momentos ganando fuerza. Mirar en lontananza resulta inútil. Esta ruta marítima siempre ha sido peligrosa, bien lo se.
Escondidos bajo el mar acechan constantemente los bancos de arena movediza y en la superficie siempre el hielo.
Verme envuelto en esta negrura, que el viento arrastra como una extraña capa sobre mis hombros, hace que tiemble. Tirito: puede que, de miedo, pero hace ¡tanto frio!
Mucho me temo que la ropa traída se quedará escasa
Apenas clarea cuando regreso al lado de mi buen Hermes y antes del desayuno salimos.
El ambiente es sombrío y triste, pero él corre contento desafiando al viento para de pronto volverse hacia mí; me espera y sentado mira al mar. Olfatea el aire y levanta sus orejas, cuando le alcanzo fija sus ojos en mis ojos como si quisiera decirme algo.
Volvemos.
El plan es comer algo y descansar un poco. Intentar dormir.
Anochecer: 6 de enero
El silencio da paz y abruma. El aire tiene un regusto salado, la puerta de madera no encaja y no hay manera de calentar esto.
Durante la mañana duermo, leo y escribo. Salgo con Hermes que sigue inquieto. Hubiera querido llegar antes; pasar las fiestas en casa, en familia, sin la compañía de Elsa fue una venganza existencial y me sumió en una melancolía honda. Pronto se cumplirá un año desde que ella desapareció y sigo echando de menos su compañía, su gracia, la risa fresca, su amabilidad. A su lado todo era posible… ¡qué poca cosa soy sin ella!
Vivo así en una noche eterna, la busco en el horizonte desde lo alto, entre tinieblas, imaginando un rescate milagroso que la pusiera a salvo de ser absorbida por las olas de aquel maldito 9 de enero.
Estas ideas acabaran por consumirme, necesito dar descanso a mi mente.
Basta por hoy. Mañana será otro día.
7 de enero a mediodía
El viento acabó por arrastrar las nubes y un manto de estrellas cubrió el cielo.
Anoche, tenía un calor extraño, aún sudo. No sé a qué se debe esta cansera que siento. Puede que esté enfermando. Esta mañana, abrí la puerta y Hermes escapó corriendo. Hubiera tenido que seguirle, pero me encuentro sin fuerzas, apenas termine esta anotación comeré cualquier cosa e intentaré dormir. Mi cuerpo, acostumbrado a otra condición y clase, se revela ante este inhóspito vivir.
8 de enero
La mejora del tiempo y el frio acabaron creando densos bancos de niebla.
Ha sido complicado mantenerse en pie toda la noche.
El sueño apenas reparó nada. Una duermevela constante interrumpida por la sensación de tener alguien a mi lado, quizás tu fantasma, que, murmurando me ofrecía consuelo. Desperté agitado y febril, muy caliente. Aún lo estoy. Definitivamente, he enfermado. Hermes ha desaparecido. Espero que no ande muy lejos.
En este estado lamentable en que me encuentro te echo de menos, echo de menos tu compañía y cuidados. Pensando en no perderte del todo quise acercarme a ti viniendo aquí, frente al mar, quería oír tu voz en las caracolas, en el susurro del oleaje el deslizar de tus ropas, disfrutar de tu alegría al avistar frailecillos y gaviotas, pero el frio y la intemperie parecen haber decidido otra cosa.
Quizás haya sido una equivocación.
O quizás, este mar que nunca te devolvió haya decidido reunirnos de nuevo.
Mañana del 9 de enero
Por fin apareció Hermes y como si fuera consciente de mi malestar acabó pasando la noche a mi lado, en guardia, con las orejas muy altas, oteando el horizonte negro. Ladrando cada rato… igual que ahora; aquí, a mis pies, ladra al vacío mirando la puerta que sigue entornada dejándole entrar y salir.
Puede que la fiebre me haga imaginar cosas. Sudo y retiemblo a partes iguales.
Este perro noble y grande mordisquea mis pantalones, inquieto. Va y viene. Entra y sale a cada minuto. No sé qué quiere de mí. Al entrar esta última vez ha dejado abrió la puerta de golpe. Levanto la mirada y apenas puedo distinguir nada: al otro lado un borrón de niebla y agua.
Voy a intentar levantarme y seguir a este mi dios romano del mar y los océanos … puede que haya alguien fuera y si no… ¡Que Dios ayude a mi pobre alma!

Comentarios (11):

Cristina Otadui

19/10/2025 a las 18:27

Hola a todos:
releyendo lo escrito me doy cuenta de un error en la séptima línea de la última anotación: corregí la frase, creo, y al trascribir el texto al formulario copié a medias.
La frase correcta debiera decir “Al entrar esta última vez, abrió la puerta de golpe” suprimiendo el “ha dejado”.
Espero que esto no impida disfrutar lo aquí narrado.
Un abrazo

IGNACIO Zrgz

19/10/2025 a las 20:31

Hola Cristina. En primer lugar, muchas gracias por el contenido de tu comentario a mi relato. Me ha gustado mucho. Casualidades de la vida, dices que yo describo el recorrido de un “duelo” y eso, precisamente, es lo que has hecho tu en “SOLITUD”. Has presentado a un narrador consumido por el dolor en un entorno inhóspito. La atmósfera y el ambiente están muy conseguidos: el mar, el frío, la cabaña con una puerta que no encaja. El perrito, al principio alegre, termina contagiándose de la tristeza y el dolor de su dueño. El desgaste progresivo está muy bien desarrollado con las entradas de cada día. La síntesis final es muy poética. Un gusto leerte.

IreneR

20/10/2025 a las 14:06

Buenas, Cristina.

Tu relato me ha parecido que tiene un halo de tristeza y soledad. Pero aunque lo he leído varias veces no termino de entenderlo del todo. No veo qué nos quieres contar en él. ¿El final de una vida? ¿Son sus últimas vivencias?
Igual estoy un poco espesa y no he sabido entender lo que nos cuentas.

He visto un fallo: “bien lo se.” Ese se tendría que llevar acento.

Nos leemos.

Un saludo.

Jose Luis

20/10/2025 a las 15:44

Hola Cristina
Gracias por pasarte por mi relato, ha sido de gran ayuda tu comentario.
No sé si puedo ser yo mismo de gran ayuda en este comentario que me toca hacerte, puesto que sé de sobra que no es uno de mis fuertes.
Solitud, el título del relato, describe bien lo que nos vamos a encontrar. Es como un monólogo interno de un personaje solitario, pero que en realidad tiene la compañía de un fiel cánido. Un personaje bajo la presión de la melancolía por el amor perdido, y eso se refleja cuando habla de sus sentimientos en el diario. Es un cuento realista, porque le podría pasar a cualquiera.
———————————————————————————————–
Hay alguna cosa que me inquieta porque no queda claro del todo. Supongo que está en un barco, gobernado por él solo, transitando por el mar. Si el perro se marcha, tampoco puede ir muy lejos, o sea que el personaje debiera de haberlo encontrado fácilmente.
Pero igual me equivoco y está en tierra, con vistas al mar. En cualquier caso, a mí no me ha quedado demasiado claro, lo siento.
Hay que hacer repaso de algunas palabras a las que les falta la tilde: “bien lo se” “frio”
mi cuerpo se revela ——– se rebela
Por lo demás, un cuento sobre la soledad y la tristeza que me ha gustado.
Un saludo

Cristina Otadui

21/10/2025 a las 14:10

Hola a todos,
Primero daros las gracias por pasaros por mi relato y apuntar, por una parte el tema de los acentos, que siempre olvido alguno y, esa falta de ortografía que me sonroja, la verdad. Mil disculpas: es imperdonable.
Por otra parte parece que no he conseguido hacer entender del todo la situación del protagonista y esto me deja una sensación agridulce. Intentaré explicarlo:
El narrador se encuentra en un lugar inhóspito junto al mar, acompañado únicamente por su perro Hermes. A lo largo de las entradas, el protagonista recuerda con dolor a Elsa, su compañera desaparecida en el mar el 9 de enero del año anterior. Su estancia frente al océano es un intento desesperado por reconectarse con ella, o tal vez, dejarse morir en el mismo escenario de su pérdida.
Conforme pasan los días, el narrador enferma. La fiebre lo hace alucinar con la presencia de Elsa, mientras Hermes, su perro, se comporta de manera inquieta, como si percibiera algo invisible.
En la última entrada, el 9 de enero, el hombre está al borde de la muerte. Hermes ladra hacia la puerta, que se abre de golpe dejando entrar niebla y agua.
Mi protagonista se levanta e intenta seguirlo.
El texto termina con una frase que quiere ser ambigua: “…voy a intentar levantarme y seguir a este mi dios romano del mar y los océanos… puede que haya alguien fuera y si no… ¡Que Dios ayude a mi pobre alma!”
Este final quiere sugerir su muerte o su entrega definitiva al mar, buscando reunirse con Elsa.
En fin, solo puedo decir que a veces uno presupone que la idea que circula por su cabeza es tan clara que no necesita explicación y muchas veces no es así.
Para próximas veces tendré mas cuidado.

Gracias de nuevo, un saludo

Monica Bezom

21/10/2025 a las 15:04

Hola Cristina.
Un gusto leerte de nuevo.
Has escrito un texto que, por los caminos de un corazón abrumado por la pérdida, derrapa entre las sombras y luces de una alborada que no acaba de encenderse. El ritmo narrativo resignado, envuelto en la angustia irresuelta de lo irreparable, se mimetiza perfecto con ambiente frío y solitario.
Me ha gustado mucho.
Solo me despistó la frase: “Mucho me temo que la ropa traída se quedará escasa
Apenas clarea cuando regreso al lado de mi buen Hermes y antes del desayuno salimos”
No me quedó claro si el protagonista arranca navegando (por lo de los bancos de arena y el hielo), llega al amanecer y vuelve a salir.
La liviandad del alma, la derrota que no encuentra reposo en su solitud está reflejada de modo conmovedor.
Saludos, Cristina.

José Torma

21/10/2025 a las 16:41

Hola Cristina.
Aquí en mi oficina hay tres damas con ese nombre, popular en mi México querido.
Gracias por tu visita y tus palabras.
Cuando vi el titulo de tu relato y vi que cumplía con el reto, me traté de imaginar qué tipo de soledad nos traerías. Pienso que el hecho de escribir un diario es un ejemplo máximo de total soledad. Decidí desprenderme de mis preconceptos y atacar tu relato.
Primero, me encanto el formato de varias entradas. Yo lo hice de una sola, siempre en consideración de las 750 palabra que nos confinan. Pequeños extractos de un día a día que va de menos a peor. Un protagonista que nos hace sentir su vacío, su soledad, pero del que no sabemos nada. Fui decayendo con tu protagonista, sentí una opresión en el estómago y en algún momento me descubrí conteniendo la respiración. Todos aciertos en tu contar, solo que me hubiera gustado saber mas de tan atormentado ser humano.
Te voy a comentar algo, que tal vez solo yo sentí. Al inicio la cadencia y modo de escritura me parecía femenino. Después de leerlo un par de veces, y aun sabiendo de la existencia de Elsa, el inicio me sigue sonando igual. Cuestión de apreciación, poca cosa en realidad.
Lo formal te han comentado, yo la verdad, cuando me engancho, no me fijo, mi mente corrige y llego a buen puerto sin percatarme, a veces, de los posibles mejorables dentro del texto.
Muchas felicidades y te reto a que el próximo relato sea de una alegría extrema, que haga contrapeso contra esta muy bien contada tristeza.
Saludos.

Dante

24/10/2025 a las 04:16

¡Hola Cristina! En uno de los comentarios a mi relato he dejado un agradecimiento al tuyo, agradecimiento que reitero aquí.

Ahora es mi turno de visitar tu relato.

Creo que exceptuando algunos errores de tipeo (acentos o alguna letra) que creo que otros compañeros te han marcado y quizás la construcción de la primera oración que me plantea algunas dudas, se trata de un relato IMPECABLE. Están muy bien trabajados todos los elementos formales y el contenido es excelente.

I.- En cuanto a la FORMA, comenzando por el GÉNERO, el TONO y el LENGUAJE, cabe decir que son totalmente coherentes entre sí.

No soy partidario de una división tajante entre géneros, pero creo que el tuyo es realista e intimista y, según cómo interprete el lector el final, puede que se abra a lo sobrenatural o al testimonio de una experiencia biológica de un hecho biológico con posible referencia sobrenatural (esto es: o “vislumbra el otro lado” o cree vislumbrarlo y en esa mezcla de negrura y niebla, no hay nada. Reitero: depende de cómo el lector interpreta el final). Pero si hay un género indudable es el realismo intimista.

El tono es íntimo, emotivo, melancólico, nostálgico y a la par que casi poético, a veces es casi seco y económico (en el mejor de los sentidos). Y lo es porque se trata de alguien a quien la pérdida lo consume y está en un lugar en el que el adjetivo “inhóspito” suena a elogio, casi a adulación.

El lenguaje se corresponde con ese género y ese tono y justamente en la construcción de algunas frases se nota que quien habla es un narrador y no la escritora. Lo que es un punto altísimo a favor. Sos una excelente escritora, con vocabulario rico en calidad y cantidad vocabulario y sin embargo, el diario “suena” a hombre sencillo que si no es de mar, tiene cierta relación con él. Es absolutamente natural, creíble, verosímil. Muy pero muy logrado.

La ATMÓSFERA o AMBIENTACIÓN es sencillamente perfecta desde el principio hasta el final: no solo “suena” a diario íntimo y nos mete allí dentro, sino que se “respiran” y se sienten tanto el pasado como el presente, las sensaciones, los sentimientos del protagonista, la pérdida, el dolor, la lucha, la resistencia y la entrega final. Ese frío que cala los huesos, esa oscuridad que todo lo inunda, esa soledad que abruma y esa lealtad y amor inquebrantable de un perro fiel se sienten, casi que se ven y tocan. Otro punto altísimo.

El RITMO, considerado desde el punto de vista de la ACCIÓN, es moderado tirando a lento. Aunque algunas entradas del diario sean más breves que otras, el relato comience in media res (gran acierto) y la acción se desarrolle en pocos días, es como si se fuera desgranando cada uno de ellos. Esto es perfecto, y no podría ser de otro modo, porque de lo contrario no hubieras podido lograr esa ambientación y atmósfera tan certeras. Si cada día o noche no se “vive” con el protagonista, la ambientación o atmósfera no será creíble, y, viceversa, si la atmósfera y la ambientación nos sumergen en la historia, al “padecer” con el protagonistas todas esas condiciones adversas y echar un vistazo a su estado psicológico y afectivo que el nos muestra, la acción no puede desarrollarse a otro ritmo. Esto a su vez está imbricado con el resto de los elementos formales.

Por otro lado, el RITMO visto desde otros elementos formales como la ORTOGRAFÍA, la GRAMÁTICA, LA CONSTRUCCIÓN DE FRASES Y LA PUNTUACIÓN, también está muy bien trabajado. Hay pocas excepciones. Por ejemplo algunos errores de tipeo: “bien lo se” (sería “bien lo sé”), “La mejora del tiempo y el frio” (correspondería “La mejora del tiempo y el frío”), “pero el frio y la intemperie” (sería “pero el frío y la intemperie”) y probabablemente (si es que querías indicar que el cuerpo del protagonista se rebelaba, donde dice “Mi cuerpo, acostumbrado a otra condición y clase, se revela ante este inhóspito vivir.” iría “Mi cuerpo, acostumbrado a otra condición y clase, se rebela ante este inhóspito vivir.”). En cuanto a la puntuación, creo que es correcta, aunque creo que en una oración hay una coma que no sería necesaria y, tal vez, el signo de exclamación (cuestión más que opinable), iría una palabra antes: “Tirito: puede que, de miedo, pero hace ¡tanto frío!” (Quizás correspondería: “Tirito: puede que de miedo, pero ¡hace tanto frío!”.

En cuanto a construcción de frases, solo me genera dudas la primera: “Sopla el viento, refresca por momentos ganando fuerza.” Mi duda proviene porque hay una acción o acontecimiento que podría ser impersonal (“refresca” -que alude a la temperatura-) y otra que se atribuye al viento (soplar). Entiendo que el “ganando fuerza” alude al viento que sopla, y puede que el viento incida en el cambio de temperatura. De ahí que el gerundio y el orden de la frase no me quede claro. De ser correcta esta interpretación, quizás la frase significaría algo como “Sopla el viento y al ganar fuerza, refresca por momentos” o “Sopla el viento. Va ganando fuerza y refresca por momentos”. O algo así. Ojo: puede ser que yo esté equivocado y que no sea esta la interpretación. En cualquier caso: claramente el relato inicia in media res, es un inicio perfecto y concita la atención del lector al instante y la mantiene hasta el final.

En cuanto a la SONORIDAD, estimo que es muy buena y adecuada a la historia que quisiste contar y al narrador e instrumento o vehículo (diario íntimo) que elegiste para hacerlo. Realmente “suena” a narrador varón, a diario íntimo de un hombre curtido por el mar, la vida y el sufrimiento. Gran punto a favor.

Con respecto al PUNTO DE VISTA, esta cuestión tiene relación directa con el NARRADOR.

En este caso has elegido un narrador protagonista (lógicamente en primera persona), lo que es una elección inobjetable y muy positiva para la clase de historia que quisiste contar y a través del vehículo en el que la contaste y quisiste hacerlo (el diario íntimo). Tu elección garantiza máxima inmediación entre el lector y la subjetividad de la protagonista, y como percibo que tu intención narrativa estuvo ahí, el efecto lo lograste con creces. Esta conclusión creo que vale más allá de que el diario íntimo haya sido una consigna opcional del taller. A su vez, y como ya señalé, está muy lograda la voz masculina.

En cuanto a los DIÁLOGOS, no los hay, pues aún considerando como un interlocutor al diario, no hay diálogos directos ni indirectos. Es un acierto, puesto que en esta historia tan focalizada en el dolor del protagonista, en sus recuerdos y en lo que trata de hacer contra ellos con la sola compañía de su perro y amigo fiel, los diálogos son absolutamente innecesarios.

Las DESCRIPCIONES también están correctamente utilizadas, puesto que no son ni muchas ni pocas. Están presentes en su justa medida y, a su vez, no sólo respetan ese parámetro cuantitativo, sino también el cualitativo, puesto que responden a un por qué y a un para qué. Hay una finalidad en ellas. Otra cosa interesante es que la mayor parte de las descripciones que empleás son lo que suelo llamar la “descripción” por vía indirecta, cuando sin necesidad de adjetivos o “descripciones en sentido estricto”, el conjunto de lo que se cuenta y/o muestra causa un efecto equivalente o similar a la descripción, de modo tal de que el lector tiene una idea “visual” o sensorial más o menos cabal. En este caso muy cabal, demasiado vívidas. Sin necesidad de sobreabundar en adjetivos, mostrando más que contando. Me parece que está muy logrado este punto.

El elemento CONFLICTO también está claro. Diría que hay dos, íntimamente relacionados entre sí. O quizás tres. Uno es hombre vs. fuerzas de la naturaleza (el protagonista vs. el clima y lugar inhóspito y contra el mar) y otro, el conflicto intrapersonal (el protagonista contra sí mismo, al no poder superar la muerte de Elsa o, por lo menos, ser incapaz de enfrentar la vida sin ella). Y el tercero podría ser del protagonista con la muerte (la de Elsa y, tal vez, según cómo se interprete el final, la suya propia. En este último caso, paradójicamente en el propio conflicto estaría su solución).

Con respecto a la INTRIGA deriva del elemento conflicto y guarda estrecha relación con la dosificación de la información. Dado que el conflicto (o los conflictos) se presentan de modo gradual y creciente sin sobrecargar de información al lector, la intriga está asegurada, puesto que el lector se pregunta “¿qué sucederá a continuación?”, quiere más y su expectativa se renueva una y otra vez. La intriga está perfectamente trabajada y desde que el relato nos engancha con ese inicio in media res, no nos suelta nunca más. Cada hecho, cada sensación, cada entrada es un escalón hacia lo que sigue y todo el edificio está sostenido por sólidas columnas y cimientos (conflictos claros y bien planteados).

Los PERSONAJES están perfectamente delineados. El narrador protagonista tiene su voz propia, sus virtudes, sus miedos, sus limitaciones, sus debilidades. El perro es luminoso, enternecedor, es un gran ayudante del protagonista. Elsa misma está referida tan vívidamente que aún en su ausencia también se nos hace presente (dependerá de cada lector qué clasificación de personaje le atribuye: para mí estaría entre una coprotagonista y una ayudante del protagonista -puesto que por ella emprende la aventura y la aventura principal que compartían era la del vivir-, pero admito que esto puede ser diferente para otras personas). Y finalmente, aunque no son personajes en sentido estricto, al ser antagonistas las fuerzas de la naturaleza y la propia muerte, terminan haciendo las veces de personajes y están presentes del modo en que tienen que estarlo: poniendo a prueba las fuerzas del protagonista, creando obstáculos a su deseo, y lo mejor de todo: ¿lo hacen fracasar en su objetivo o paradójicamente en el fracaso le conceden el éxito?

Finalmente, la EXPECTATIVA, último elemento formal, es creada desde el inicio: es alta y no es defraudada, porque todos los elementos formales se entrelazan armónicamente y están al servicio del contenido.

En resumen: un excelente manejo de los elementos formales, siendo los puntos a señalar muy pocos, de poca importancia, y tal vez algunos provenientes de un simple error de tipeo o de alguna cuestión opinable. El correcto manejo de los elementos formales permite que el lector pueda acceder al texto sin mayores dificultades y gozar de él, que las palabras se hagan literatura.

II.- En cuanto al CONTENIDO el relato es excelente.

Es psicológico, introspectivo y muy profundo. Podríamos decir que filosófico.

Hace reflexionar sobre el amor y la amistad, sobre la finitud y acaso contenga metáforas acerca del sentido de la vida y de la incertidumbre.

El título es un gran acierto: SOLITUD. Hasta donde sé, es una palabra poco usada en español y según el Diccionario de la RAE significa “carencia de compañía”, “lugar desierto”. Y si no me equivoco (si es exacto lo que he encontrado googleando) en catalán sería el equivalente de “soledad”.

“Soledad”, “carencia de compañía”, “lugar desierto”… Todas imágenes que tienen que ver con el nacimiento y con la muerte. Y también con el modo en que se decide transitar los extremos.

En cierto modo me recuerda al páramo del Rey Lear y a aquella frase de Aristóteles sobre la naturaleza social del hombre (“El hombre aislado o es una bestia o un dios”).

El protagonista no tiene a Elsa, pero al menos tiene a su amigo, el perro. Y aún así, se encamina hacia su final, soportando todos los embates que le recuerdan esa privación de compañía, ese desierto.

Pero él ha decidido ir allí: el día 8 se plantea: “Quizás haya sido una equivocación”. El error, aunque de fuente racional, puede ser también el resultado de una decisión y por ende, de un acto libre. Por lo que ir a ese lugar y seguir adelante puede ser una metáfora de la libertad, que en última instancia se ejerce en soledad.

A su vez, ese refugio con esa puerta que no encaja, ese viento que pega, que trae el frío, ese mar insondable, esa negrura de la noche, y esa niebla, son un símbolo de la incertidumbre y de la limitación humana: de todo aquello que puede que no comprendamos, y que aún si pudiéramos comprenderlo, puede que no podamos controlarlo. A su vez, según recuerdo, el mar en las cosmogonías antiguas es una metáfora o símbolo del mal. Por otro lado, si pensamos en lo dificultoso que es explorar las profundidades marinas puede que conozcamos más del espacio exterior que del fondo del mar…

Con lo que el mar jugaría un doble rol simbólico: el mal y el conocimiento error/ignorancia, y es descripto de una manera formidable: arriba puede tener hielo, debajo bancos de arena, pero por supuesto, también es profundo y el viento “también juega su partida” (al principio se dice “Esta ruta marítima siempre ha sido peligrosa”). Esto nos lleva a las limitaciones de la razón, a la posibilidad de sufrir engaños, de incurrir en el error (el banco de niebla que no deja ver, el de arena en el que podemos encallarnos, la profundidad que nos puede tragar, el hielo que puede impedir navegar, la inmensidad que no se puede abarcar, la oscuridad que nos envuelve e impide siquiera saber dónde estás)… Sea símbolo del mal o del conocimiento/ignorancia, es claro que muestra la soledad, la pequeñez del hombre para comprender esa inmensidad.

Contra todo, el protagonista va. Asume esa tarea y solo se enfrenta a su pequeñez y a la muerte.

Quedará abierto si ha obrado conforme a la libertad y a la razón prudente -considerando sus límites- y se ha abierto a un acto de fe (reunirse con su amada Elsa) o si ha dejado de luchar, ya vencido, porque aunque ha intentado levantarse, ha muerto de todos modos.

Al leer el relato dudé al principio si estaban en un barco por la referencia a la ruta marítima, puede que haya llegado en él. Pero fuera de ello, siempre entendí que estaba en un lugar desolado y que al final si el protagonista no murió, estaba a punto de morir. En ese momento específico, y en los anteriores, la actitud del perrito es más que clara y enternecedora. Muestra ese “sentido extra” esa sensibilidad especial de los animales, esa lealtad absoluta e inquebrantable. Cuando escapó, probablemente fue a pedir ayuda. Y luego, mordía y tironeaba su ropa para tratar de despertarlo. Por eso, tal vez aunque intentó levantarse él dejó de luchar, mientras su amigo no dejaba de alentarlo y, en cierto modo, de pelear por él. Si así fuera, sería una bellísima metáfora sobre el valor de la amistad ante la incertidumbre, el dolor, el mal y la mismísima muerte: aún solo nunca estarás solo mientras tengas un verdadero amigo a tu lado.

En fin, es un contenido riquísimo que da para mucho. Es un relato remarcable.

III.- COMENTARIO PERSONAL:

Como ya he dicho, me ha gustado y llegado muchísimo tu relato. Combina todo lo que es deseable: excelente manejo de elementos formales, un contenido bien elegido y presentado, personajes queribles y una profundidad temática y simbólica notables. He disfrutado al leerlo y analizarlo.

Espero seguir leyendo cosas tuyas. Te felicito por un trabajo tan logrado.

Saludos y nos seguimos leyendo

Moldy Blaston

27/10/2025 a las 20:08

Muchas gracias Cristina por tu visita a mi relato.

Me gustó mucho cómo logras que la historia se sienta tan cercana y personal, como si realmente estuviéramos leyendo el diario íntimo del protagonista. La voz en primera persona transmite muy bien la mezcla de miedo, tristeza y esperanza, y eso hace que conectemos fácilmente con él. Me pareció genial cómo vas soltando la información poco a poco, manteniendo la tensión y ese ambiente frío y misterioso que envuelve todo. Los detalles como Hermes y las sensaciones del protagonista hacen que la historia sea muy palpable, casi como si pudiéramos estar ahí con él. En definitiva, es un relato que pinta muy bien, con mucho potencial para seguir explorando esas emociones y el lado sobrenatural que manejas.
Enhorabuena.

Nos leemos!!!

Amadeo

31/10/2025 a las 12:26

Cristina.
Leí tu cuento y aporto como lector: Me gustó mucho por la forma de presentar tanta tristeza y soldad dolorosa provocada por la melancolía del amor perdido. El lector participa. Buen título y buen final.
Nos leemos pronto
Cordiales saludos
Amadeo

Codrum

05/11/2025 a las 15:11

Hola;
Primero de todo decir que siento si me repito. Tienes comentarios muy largos y no los he leído. Luego si puedo lo hago .

También decir que he leído el texto únicamente una vez, así que mi comentario va a ser muy superficial. Dado que tus comentarios a otros textos son muy buenos y profesionales espero que no te moleste.
Pero al leerte debía de decirte que : ¡ menuda melancolía de texto!

Me he imaginado a un hombre de larga barba despeinado , famélico en una pequeña cabaña de pescadores mirando al mar sin saber que buscar , simplemente añorando. La imagen ha sido muy vívida.
Alguna cosa seguro que puedes mejorar como pequeñas faltas o palabras que no encajan, pero en rasgos generales me ha parecido un texto que sin pasar mucho, deja una pesadumbre en el cuerpo, una melancolía y una sensación de añoranza muy fuertes

Gracias por compartir
Buen trabajo

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