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Hadara-Vindica - por Amadeo
Hadara-Vindica
Hadara, de cuarenta y tres años, con rostro y cuerpo envejecidos, había soportado cientos de amenazas, desprecios y malos tratos de parte de Hyogo, su esposo de igual edad, corpulento y caprichoso. Cansada del martirio —solo a veces en presencia de su hijita Belén, hoy de cinco años—, ella comienza a planear su futuro lejos del malvado: escapar con su hija.
Un mediodía, en el jardín del fondo están padre e hija entretenidos conversando, pero en un momento Belén grita y llora con desesperación tras los insultos paternos. Hadara en alerta y decidida a todo corre sublevada, desde la cocina al jardín con una cuchilla grande en la mano derecha. Frente a él y a la niña, intenta apuñalarlo, para así liberarla y liberarse, pero él, con el revólver que saca de un bolsillo, apunta, dispara y antes de caer mortalmente heri-da y expirar, Hadara alcanza a balbucear: «Bajaré del cielo… …vengaré a Belén».
Con premura, el espíritu de Hadara, obsesionado por la misión a cumplir, se asesora con maestros espectrales y ya convertida en fantasma maligna de alto grado —sus colegas la llaman Hadara-Vindica— y dónde el tiempo no rige, ella perfecciona su plan de venganza y lo detalla con imágenes holísticas desteñidas. Solo debe esperar unos días terrestres: la fe-cha del cumpleaños del maldito. Su hijita, a la que visita seguido sin ser percibida, estaría en la casa de la abuela hasta fin del mes.
Hyogo, con su nueva novia y tres amigos están reunidos en la casa del festejado ro-deados de botellas a medio llenar, de tortas y sándwiches. La música es atronadora. De pron-to, silencio total. Buscan al culpable, sin encontrarlo. Al rato Hyogo grita de dolor y se presio-na el pecho. Minutos después, sonríe y dice:
—Ya pasó. Falsa alarma… ¡que siga la joda! —y en ese instante regresa la música y todos simulan bailar.
—Feliz cumpleaños —grita la noviecita.
Todos enmudecen, pues la música desaparece y varios creyeron escuchar una voz ex-traña, que repite reverberante: «el último… cumple… hijo de puta… él último…».
—¡Qué raro esto! Bueno, me retiro porque mañana temprano viajo —dice un invitado.
—Sí, nosotros también. Gracias, muy lindo todo —agregan varios.
Se acercan a la puerta de salida, incluso la noviecita.
—¿Vos también te vas? —pregunta Hyogo
—Sí. Le prometí a mi marido volver temprano.
En soledad angustiante, Hyogo se deja caer en el sillón. Apoya el vaso vacío en la me-sita ratona, se acomoda el cabello y trata de deducir el futuro de su vida. Es cuando escucha, con suficiente claridad: «el último… cumple… el último… hijo de puta…». Se toca el pecho con una mano, pero no calma la lesión interna, suelta y con ambas se presiona la nuca, afloja y mira sus palmas: sangre. El dolor avanza centímetro a centímetro por todo el cuerpo, como si cumpliera órdenes. Hyogo grita, suplica mientras escucha incoherencias entendibles: «así sufría yo, igual la nena…, yo no lloraba, soportaba y vos maldito gozabas, ahora es tu turno…. hijo de puta…».
Se levanta del sillón, intenta ir al baño, pero la pierna izquierda no reacciona, Hyogo cae al piso. Se arrastra unos metros, pero luego queda totalmente paralizado, con torturas en todo el cuerpo que aparecen y desaparecen. Cada minuto le cuesta más el respirar, siente ahogos, y agitación pectoral. Se sabe en el final de sus días. Llama a su hija: necesita pedirle perdón. Escucha una voz fantasmal aguda: «tarde compañero… tarde… Belén ya es libre de tus castigos… tarde…». La voz se transforma en grave: «Nos vemos en el cielo… si no te en-vían directo al infierno…».
Hadara-Vindica cumplido el último paso de su plan, se dirige a visitar a su hijita. La ve junto a su abuela jugando feliz ya fuera de peligro. Se promete a sí misma —aun sabiéndose fantasma maligna— dejar atrás sus crueldades planificadas y acompañar de incógnito, a su adorada Belén.
Ccomentarios (1):
Monica Bezom
19/10/2025 a las 05:42
Hola Amadeo.
Me toca comentar tu historia.
Has incursionado en una venganza desde el más allá.
El texto en general está bien, aunque entiendo que necesita una revisión sobre los guiones que separan palabras.
Saludos.