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Me lo dijo un fantasma - por GitaR.

ME LO DIJO UN FANTASMA

Malaba, 2 de diciembre del 2024

Querido diario:

No se me ocurre pensar en un nuevo plan, ya le he dado vueltas muchas veces y solo estoy a la expectativa de lo que pueda acontecer.

No será la venganza quien guíe los pasos de este acontecimiento, pero no nos dejará indiferente.

La aparición de este fantasma me espanta sobremanera y me es engorroso hablar por él. Quedo exhausta y desalentada por el descubrimiento.

Ya comencé a sospechar después de la tercera copa de vino; cuando quise ponerme a escribir sólo obtuve garabatos que seguían un patrón exactamente igual.

Tú que me conoces tan bien, sabes que rechazo beber, pero me pregunto cómo y cuándo fue que acepté aquella primera copa. Aún me lo estoy pensando.

Volveré a ese lugar, me intriga dejar cabos sueltos. Iré de noche, pero ahí es donde está el primer obstáculo. No podré entrar fácilmente. Hay guardias. Igual debo intentarlo. Pienso que es el origen de todo.

Pero ahora que lo pienso, recuerdo que fue la apuesta por la maleta olvidada en el aeropuerto donde escogí una al azar y al abrirla había una nota que decía:

– ¡Bienvenida!, éste soy yo. Un completamente desconocido para ti. ¡Brindemos por eso y algo más! No dejes de tomarte un trago apenas termines de buscar en mis cosas.

La boca se me hizo agua y mis papilas gustativas comenzaron a segregar un no sé qué, y me apetecía dejar correr por mi garganta un trago de cerveza fría, que calmara mi sed. Tal vez necesitaba algo más fuerte.

Ya estoy cansada, mañana te cuento más, espero no olvidar nada.

Yo

Malaba, 3 de diciembre del 2024

Querido diario:

Hoy me siento mas relajada, es domingo y muchos han empezado a preparar sus listas de compras, llega el fin de año.

Sigo en el sofá recostada mientras escribo. Recuerdo haber ido con un grupo de amigos, pero para cuando obtuve la maleta me había quedado íntegramente sola, con un tonto reto frente a mi como comisión de embullo y cómplice.

Sería un lapsus que dejé de etiquetar y no fijé en la parte de apuntes de mi conciencia la secuencia de los hechos.

Estoy preocupada, hago cosas sin sentido desde el día que obtuve el equipaje.

Voy a preparar el almuerzo, realmente no sé qué hacer, tampoco tengo muchos deseos.

Yo

Malaba, 4 de diciembre del 2024

Querido diario:

Algunos de mis amigos días me dijeron que estas ventas de valijas pueden ser estafas. Que traen algo más.

– ¿Y me pregunto que algo más puede traer una simple maleta olvidada?

También en la nota encontrada en unas líneas más abajo, con una caligrafía muy pequeña, como quien no les da importancia a las cosas o quiere hacerlas pasar desapercibida decía:

– Busca todas las respuestas en la mansión del Márquez de Seranil.

Como te habrás dado cuenta, investigué, como siempre, si no dejo de ser yo misma.

Es tarde, organizaré mejor mis ideas y te cuento más.

Actualmente esa morada es un museo donde exponen obras de pintores reconocidos.

Por cierto, me llamó la atención el cuadro de Artemisia Gentileschi, con su obra "Judith decapitando a Holofernes”. Desde su pintura podía reconocer un reflejo que se movía, otras era una sombra distante detrás que pasaba inadvertida, pero al coincidir la mirada quedabas atrapada, algo detrás del cuadro me atisbaba y sentía que taladraba mi frente, mis pensamientos y no podía despegarme del lugar.

Algo más, no lejos de mí, susurraban, pero después se hizo más cercano el murmullo, cada vez lo podía entender con mayor claridad. Eran voces de otros tiempos, de vidas pasadas que se refugiaban allí, fue entonces en que todo empezaba a aclarar en mi mente. Un amor, el fruto, el descubrimiento, una víctima, remordimiento, la inocencia y el crimen, todos ellos reunidos buscando descansar.

Yo

Comentarios (7):

ABAL

21/10/2025 a las 11:35

Hola, Gita. Con razón y por ello en el original las he corregido. Gracias por leer el relato y por tú aportación.
Me ha gustado tu estilo de relatar, pero no me ha atrapado y tiene misterio pero son sensaciones de la propietaria del diario. Quizás quede algo sin contar o sí. Lo que sea está a recaudo de la intimidad entre los dos.
Gracias.

Gita

21/10/2025 a las 13:50

Hola Abal:

Gracias por tu comentario. Estamos para eso, para aportar en la mejor manera que uno pueda para hacerlo mejor.
Exactamente, ha quedado algo sin contar, pero no quería pasarme de las 750 palabras.

Pableravsky

21/10/2025 a las 21:40

Hola Gita, en primer lugar felicidades por escribir tu historia.

Creo que tiene unos puntos fuertes y otros flojos, comienzo por los fuertes.

Abrir una maleta al azar y encontrar una nota es potente, ¿hacia dónde nos puede llevar? Me recuerda los cuentos fantásticos del siglo XIX, esos en los que lo extraño aparecía en la vida cotidiana.

Otro punto fuerte es el final. El museo, las obras. Y sin embargo creo que aquí es donde empiezas a flojear, me explico, en lugar de apostar por una obra dejas un final abierto, en el que hay sensaciones pero no hay un conflicto claro que se resuelva.

Y el otro punto es que la acción no avanza. Describes pensamientos, sensaciones, ideas generales, pero no apuestas por una trama que te lleve de un punto a otro. De ese principio molón que planteas a un final sorprendente.

¡Un saludo!

Dante

22/10/2025 a las 05:18

¡Hola, Gita!

Antes que nada, como he visto en el post general del MUE (“Móntame una escena”) N° 72 que sos nueva, te doy la bienvenida al taller.

Aunque sea tu primera participación en el taller de Literautas se nota que te gusta escribir, que lo sabés hacer bien y que tenés mucha creatividad.

Adelanto que tu texto me gustó mucho y que considero que podrías desarrollarlo más en otro ámbito, si así lo quisieras.

Como tu relato es uno de los tres siguientes al mío, por norma me toca comentarlo.

Por ser tu primera participación, para comentar el relato seguiré la guía que nos propone Literautas (habrás notado que en el post general de Iria sobre recopilación de los relatos hay un link al respecto) para tratar de cubrir distintos aspectos (por si esto pudiera ayudarte para reflexionar sobre tu texto o para tener en cuenta para otros que escribas o bien para comentar los de los compañeros).

I.- En primer lugar, analizaré la FORMA.

En cuanto a los GÉNEROS no soy partidario de una división tajante. En mi opinión (que depende de mi interpretación), habrías mezclado dos, y de una manera muy interesante y positivamente destacable.

Si uno lee el relato entero y lo mira en lo literalmente formal ES un diario íntimo. No hay dudas de ello, pues más allá del reto opcional, “suena” a diario íntimo. Parece uno de verdad. Entonces esto nos llevaría al género intimista. Si lo preferís, podrías llamarlo realista o realismo intimista. O una mezcla de realismo e intimismo. Es cuestión de nombres y de preferencias. Como sea, está logrado de modo excelente.

Y a su vez, tiene pizcas psicológicas puesto que, sea que son elementos que preparan para el final (al que me referiré en el párrafo siguiente) sea que muestren lo que siente la narradora o cómo le pica el “bichito” de la curiosidad, indudablemente nos conducen a su fuero íntimo a través de sus propias palabras.

Donde se ve la combinación es al final, donde de modo muy sugerente se abre al género sobrenatural. Habrán lectores que quizás piensen en que la narradora usó metáforas y otros que volcó sus vivencias o apreciaciones de modo literal. Yo me inclinaría por esta última opción en el final y es ahí donde veo que ese género realista o intimista se fusiona con el sobrenatural. En esto puede que yo sea subjetivo, pero veo que un género nos lleva al otro y lo hace fundiéndose con él.

Esto me ha gustado muchísimo.

Ahora bien, esta pequeña disquisición sobre el género la hice porque como elemento formal suele ser analizado en conjunto con otros dos: el TONO y el LENGUAJE:

Noto que la coherencia es absoluta, pues tanto cuando narra hechos y hasta anécdotas (aclaro que no uso esta palabra como algo peyorativo -anécdota vs. narración literaria basada en conflictos- sino como cosas que pasaron al personaje y de las que quiere dejar constancia) aunque suene realista y hasta en algún punto trivial (subrayo que este adjetivo lo uso con sentido positivo, como algo esperable del personaje), el tono SIEMPRE es íntimo. Siempre es personal, siempre subjetivo. Todo pasa por el filtro de la narradora, hasta el detalle más mínimo. Su sensibilidad lo desborda todo. Y todo eso se traduce al lenguaje utilizado que sería -o al menos yo lo percibo así- auténticamente femenino y joven o adulto relativamente joven.

El/los género/s, el tono y el lenguaje son coherentes entre sí y forman un triángulo equilátero muy sólido. Creo que esta convergencia es un punto muy alto del relato y mete desde el vamos al lector en la historia y hace que se interese por ella.

La ATMÓSFERA o AMBIENTACIÓN está correctamente trabajada. Creo que sugiere más de lo que muestra y que eso es bueno. Deja bastante a la imaginación del lector y funciona bien.

Lo primero que me llamó la atención es el lugar donde escribe la narradora en el diario: Malaba.

Al principio me pregunté: ¿será un error de tipeo y se refiere a “Málaga”? Pero no: las entradas eran consistentes: “Malaba”. Busqué en internet y encontré que hay una ciudad en el oeste de Kenya que se llama Malaba, otra en Uganda (también al oeste) en la frontera con Kenya (frontera oriental keniata), y unas villas o pueblos en el sur de Camerún y en Gabón. O sea que podría ser algunos de estos lugares u otro del que yo no tengo noticia, o también un sitio inventado.

En cualquier caso “suena” excelente y creíble. Sumado al hecho de la mención de una valija en el aeropuerto y a los amigos, me hace pensar que la protagonista estaría de vacaciones.

Es una lectura contingente, no necesaria. Es decir probablemente cierta o tal vez errónea, pero que entra dentro de lo plausible.

Por estas razones digo que la atmósfera o ambientación sugiere más de lo que muestra.

También contribuyen a la ambientación o atmósfera todas las demás referencias espaciales, de lugares, de elementos que conducen a algún misterio real o imaginado por la protagonista, a los amigos, a las apuestas, a la nota. Todo eso refuerza el realismo y lo intimista y prepara para lo sobrenatural.

Considero que aunque es un tanto ambiguo el manejo de este elemento formal es a la vez positivo y logra concitar la atención del lector. Al menos en mi caso, lo ha logrado con creces.

El RITMO desde el punto de vista de la ACCIÓN me parece correcto y bien manejado. El hecho de que utilices oraciones y párrafos con distinta longitud contribuye a que fluya y sea armónico. Más allá de que, como señalaré, con algunos ajustes en materia de puntuación esto pueda ser realzado aún más. Considero que el ritmo del relato, mirado desde la acción, es llevadero y permite al lector atravesar la historia y disfrutarla.

El RITMO, a su vez, puede ser analizado desde el punto de vista de la ORTOGRAFÍA, la CONSTRUCCIÓN DE LAS FRASES, la PUNTUACIÓN y la GRAMÁTICA.

La ORTOGRAFÍA es prácticamente perfecta, excepto en un par de palabras en las que no quedaría claro si la narradora se refiere a una persona por su nombre o por un título nobiliario: “Busca todas las respuestas en la mansión del Márquez de Seranil.”

Aquí surge la duda: ¿la narradora alude a una persona que lleva el título nobiliario “Marqués de Seranil” o a alguien cuyo apellido es “Márquez de Seranil”? Si fuera un marqués, habría un error ortográfico que muy probablemente venga de una autocorrección del procesador de texto. En el segundo caso, habría que ajustar la preposición + artículo previa (“del”) y quedaría como “… la mansión de Márquez de Seranil”.

En uno u otro caso es una nimiedad, solo la marco para que en el supuesto de que quisieras aclararlo aquí en un comentario o decidieras publicar el texto en otro ámbito esa posible ambigüedad pudiera ser superada.

También he detectado otro posible error de tipeo en la frase: “…con un tonto reto frente a mi…” Como aquí la narradora se refiere a sí misma “mí” llevaría tilde, puesto que la palabra funciona como pronombre personal tónico (“mí”) y no como adjetivo posesivo (“mi”).

Lo mismo en “¡Bienvenida!, éste soy yo.” En la frase en cuestión “éste” no es un reemplazo o alusión tácita a un sujeto (pronombre demostrativo) sino un adjetivo demostrativo, lo cual resultaría claro porque el sujeto es “yo”. Por lo tanto, “este” debería ir sin tilde.

En cuanto a la CONSTRUCCIÓN DE FRASES y la GRAMÁTICA, creo que en general están bien y que podrían considerarse conjuntamente para detenerse en algunas áreas que podrían ameritar algún análisis. Para ello, transcribiré algunas oraciones y haré unos pequeños comentarios, por si te sirvieran para reflexionar.

“No será la venganza quien guíe los pasos de este acontecimiento, pero no nos dejará indiferente.”

No veo mal en sí utilizar “quien” en relación a la venganza en el supuesto de que quisieras “personificarla”. En cambio, si esta no fuese tu intención, lo recomendable quizás sería “No será la venganza la que guíe los pasos…”

El final de la oración “pero no nos dejará indiferente”, podría ser observado o bien desde el punto de vista de construcción de la frase o bien, desde la gramática. Desde esta última no habría concordancia de número entre el sujeto y el adjetivo, pues el pronombre “nos” hace alusión a otro pronombre que es el que indica sujeto plural: “nosotros” mientras que “indiferente”, que es un adjetivo, correspondería a la primera persona del singular (yo-indiferente). Lo correcto sería “no nos dejará indiferentes”. Allí habría concordancia de número desde el punto de vista gramatical. Es muy probable (es más, estoy casi seguro) de que ha sido un error de tipeo de los que nos suceden a todos, pero por las dudas lo señalo, porque también podría tener que ver con la construcción de la frase.

En este sentido (construcción de la frase), no me queda claro por qué la narradora que viene contando la historia en singular, desde su punto de vista, utiliza aquí el plural. Salvo que quiera incluir en esa primera persona del plural a alguien más, pero salvo la venganza (que podría venir personificada por el “quien”) no habría elementos para suponer que refiere a alguien más. Y tampoco resultaría claro que, aún personificada, incluyera a la venganza porque ha dicho que no sería ella “quien guíe los pasos de este acontecimiento”.

“Tú que me conoces tan bien, sabes que rechazo beber, pero me pregunto cómo y cuándo fue que acepté aquella primera copa. Aún me lo estoy pensando.”

Aquí me genera duda la frase “Aún me lo estoy pensando”. Salvo que sea un uso idiomático local (que podría no registrarlo yo porque quizás no es tan usado en Argentina, cuya variante del español es desde la que pienso en primer lugar), no estoy del todo seguro de que el pronombre “me” correspondiera aquí, porque, hasta donde tengo entendido o hasta donde lo he visto o escuchado, cuando alguien dice “me lo estoy pensando” refiere a que está considerando alternativas en cuanto a un accionar futuro, mientras aquí está analizando el por qué de una acción pasada (el beber y el motivo que impulsó a ello). Concedo que esto es subjetivo, dudoso y que hasta puedo estar equivocado, pero personalmente considero que sería más claro “Aún lo estoy pensando” o una frase equivalente “Aún pienso en ello”.

“¡Bienvenida!, éste soy yo. Un completamente desconocido para ti.”

Más allá de alguna consideración que haré en materia de puntuación, me parece que en lugar de “un completamente desconocido para ti” debiera utilizarse “Un completo desconocido”. En tu frase, “desconocido” actúa como sustantivo, porque alude a una persona que no se conoce. Entonces el adjetivo “completo” se usa como modificador del sustantivo “desconocido” para intensificar el grado (para significar alguien totalmente desconocido). En este caso, “completo” funciona como un adjetivo calificativo. Siendo que en este contexto “desconocido” interviene como sustantivo, habría que tener en cuenta que “Completamente” es un adverbio de modo, y los adverbios no modifican sustantivos, sino verbos, adjetivos u otros adverbios.

“Sigo en el sofá recostada mientras escribo.”

Esta frase no tiene nada objetivamente incorrecto y, de hecho, en español el orden de las palabras en la construcción de las frases en general depende de la preferencia del hablante o escritor.

Sin embargo, creo que ganaría la cadencia de la frase si se hiciera un pequeño cambio: “Sigo recostada en el sofá mientras escribo”. Concedo que es algo completamente subjetivo, que podés no compartir esta observación y que en tal caso, nada habría de malo o incorrecto.

“Recuerdo haber ido con un grupo de amigos, pero para cuando obtuve la maleta me había quedado íntegramente sola, con un tonto reto frente a mi como comisión de embullo y cómplice.”

Esta frase me genera dudas en la comprensión, y en parte puede provenir de que no conocía la palabra embullo, que no es usada en Argentina. Esto bien puede considerarse una limitación mía, y de hecho es muy probable que lo sea, pero aún en tal caso teniendo en cuenta los distintos significados de la palabra que he encontrado (“bulla, broma, jarana” -en Cuba y Puerto Rico-, “entusiasmo que mueve a alguien a realizar algo.” -en Cuba y República Dominicana- y “enredo amoroso” -en República Dominicana-, todo ello según el Diccionario de la RAE), no termina de “cerrarme” el uso de la palabra “cómplice”.

La duda que se me genera es si en lugar de “cómplice” no debería ir “complicidad”. Si embullo se vincula con la conjunción “y”, hay algo que me sugiere que iría el sustantivo abstracto “complicidad” (sobre todo si embullo quisiera decir “entusiasmo” -que es lo que me parece más probable, porque si la protagonista tiene un reto ante sí y parece haberlo aceptado y quiere ir hasta el fondo -como se interpreta del contexto-, lo que siente entusiasmo). También podría pensarse en suprimir la conjunción “y” y reemplazar la construcción por “embullo cómplice”.

Tampoco me queda claro el significado con el que se usa la palabra “comisión”: ¿como derivada del verbo cometer o como sustantivo que sería un sinónimo de precio o costo a pagar por ese reto?

Reitero que puede tratarse de mis limitaciones por usos idiomáticos a los que no estoy habituado. Pero al mismo tiempo creo que convendría revisar la construcción de una frase que es muy rica y que es muy relevante para el contexto y para lo que sigue luego.

“También en la nota encontrada en unas líneas más abajo, con una caligrafía muy pequeña, como quien no les da importancia a las cosas o quiere hacerlas pasar desapercibida decía:”

Esta oración es un tanto larga y como a la nota no se hace referencia desde la entrada del 2 (ya estamos aquí en el 4), quizás convendría reflexionar en su construcción. A su vez, como “desapercibida” tiene relación con “cosas”, se evidenciaría una falta de concordancia de número (singular vs. plural). Si bien puede ser un simple error de tipeo (es lo más probable), debería decir “desapercibidas”.

A su vez, para que la referencia a la nota se realce y quede como que se retoma (que es lo que la narradora efectivamente hace), a modo de ejemplo sugiero considerar esta variante: “En la nota que encontré al abrirla, unas líneas más abajo de aquel reto, con una caligrafía muy pequeña, típica de quien no les da importancia a las cosas o quiere hacerlas pasar desapercibidas, decía:”

“Como te habrás dado cuenta, investigué, como siempre, si no dejo de ser yo misma.”

Aquí habría una incoherencia de tiempo verbal o un tiempo verbal incorrecto. La clave para advertirlo está en “si no”. “Si no” lleva un verbo implícito: “hiciera”, que está en modo subjuntivo. “Si no (lo hiciera)”. Esto es lo que dice y quiere decir la oración. Por lo tanto, el verbo “dejar” no debería ir en presente del indicativo sino en condicional “dejaría”. Con lo que la oración quedaría: “si no, dejaría de ser yo misma”. O: “si no lo hiciera, dejaría de ser yo misma”.

“Es tarde, organizaré mejor mis ideas y te cuento más.”

En esta oración habría una incoherencia gramatical de tiempo verbal. En efecto, hay dos acciones que están interconectadas de modo causal o como mínimo, subsecuente entre sí: primero la narradora debe organizar las ideas, y en función de esa organización, podrá contar más. El contar depende del organizar, y si el organizar está en futuro, el contar también deberá estarlo porque cronológicamente sería posterior y lógicamente sería dependiente del organizar. Por lo tanto, en lugar de “te cuento” (tiempo presente) debería utilizarse “te contaré” (futuro). Con lo que la oración quedaría: “Es tarde. Organizaré mejor mis ideas y te contaré más.”

“Desde su pintura podía reconocer un reflejo que se movía, otras era una sombra distante detrás que pasaba inadvertida, pero al coincidir la mirada quedabas atrapada, algo detrás del cuadro me atisbaba y sentía que taladraba mi frente, mis pensamientos y no podía despegarme del lugar.”

En esta oración todos los verbos están en el mismo tiempo verbal (que es correcto: pretérito imperfecto) y conjugado en primera persona del singular, salvo uno: “quedabas”, que está conjugado en segunda persona del singular. Si bien es muy gráfico y refleja el modo hablado (como cuando contamos una anécdota y queremos involucrar a nuestro interlocutor, que en este caso sería el diario íntimo), no sería correcto desde un punto de vista gramatical puro y podría mover a confusión. Con lo cual como recurso intencional estilístico, pese a no ser correcto, valdría para darle más autenticidad o realismo, pero conllevaría el riesgo de que hiciera “ruido” en el lector y que, por lo tanto, pudiera volverse contraproducente. Por tal motivo, sugeriría que consideres cambiarlo por su conjugación en primera persona del singular (“quedaba”).

“Algo más, no lejos de mí, susurraban, pero después se hizo más cercano el murmullo, cada vez lo podía entender con mayor claridad. Eran voces de otros tiempos,…”

En estas oraciones sugiero detenernos en el verbo “susurraban”, conjugado en tercera persona del plural del tiempo pretérito imperfecto. Más allá de que hay otras acciones en pretérito perfecto, creo que no habría incoherencia allí, por cuanto algunas son acciones terminadas en el pasado y otras como la relativa al susurro, continúan o están en curso de ejecución en el pasado.

El problema viene por el número: el plural. Si bien luego en la oración siguiente se refiere a “voces”, que es un sujeto plural (“ellas”), en la misma oración se alude a “murmullo”, que es singular (“él”).

Quizás variando un poco más y haciendo más simple la construcción de la frase podrían superarse dificultades de construcción, de puntuación y la pequeña incoherencia gramatical verbal de número. A modo de ejemplo te sugiero esta idea para reflexionar:

“No muy lejos de mí, oía susurros. Después, se hizo más cercano el murmullo: cada vez lo podía entender con mayor claridad. Eran voces de otros tiempos,…”

Pienso que es posible y tal vez probable que una construcción así se acerque a tu intención narrativa (lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo, más allá de cómo ello se concretó).

Finalmente, en lo que hace a la construcción de frases, te sugeriría examinar el uso de la conjunción adversativa “pero”. El texto (contando el título que incluiste en el cuerpo del mismo) tiene 643 palabras, y “pero” aparece 7 (siete) veces y varias de ellas con bastante cercanía (por ejemplo, en un párrafo y luego en el siguiente o el subsiguiente). Si no estuvieras en desacuerdo, podrías considerar en algunos casos reemplazarla por expresiones sinónimas (“no obstante”, “sin embargo”, etc.), siempre que esto fuese en línea con la voz de la narradora. A su vez, y aunque es un elemento formal distinto que veremos aparte, el reemplazar algunos “pero” por sinónimos podría hacer que el texto gane en sonoridad o musicalidad.

Como había señalado, el RITMO también se vincula con la PUNTUACIÓN. Este es el elemento formal que quizás merecería mayor detenimiento.

En función de un análisis global noto que el signo de puntuación que más prevalece es la coma.

Al leer el relato y al tratar de comprender y analizarlo intento encontrar tu intención narrativa, esto es, lo que quisiste contar y cómo quisiste hacerlo, independientemente de cómo lo hiciste.

Y allí advierto que no siempre las comas serían aconsejables o no siempre irían en línea con lo que percibo como tu intención narrativa.

Para que sea más comprensible lo que señalo, trataré de ser concreto, refiriendo a oraciones o párrafos en particular.

“No se me ocurre pensar en un nuevo plan, ya le he dado vueltas muchas veces y solo estoy a la expectativa de lo que pueda acontecer.”

No veo nada incorrecto en la puntuación de esta oración. Sin embargo, desde un punto de vista personal y subjetivo creo que sería más contundente subdividir la oración en dos. De manera que tendrías dos oraciones relacionadas entre sí, un párrafo breve y una oración inicial que funcionaría como “latigazo” para el lector. (Si el látigo lo golpea o lo enlaza, quedaría a tu elección. Lo que es seguro que captarás su atención). Quedaría: “No se me ocurre pensar en un nuevo plan. Ya le he dado vueltas muchas veces y solo estoy a la expectativa de lo que pueda acontecer.”

Hacer esto, además, clasificaría definitivamente el comienzo del relato como “in media res”, esto es, en el medio de la acción, y este es uno de los mecanismos más eficaces para concitar la atención del lector. Estoy casi seguro de que esta fue tu intención narrativa, por eso te hago esta sugerencia.
“Ya comencé a sospechar después de la tercera copa de vino; cuando quise ponerme a escribir sólo obtuve garabatos que seguían un patrón exactamente igual.”

La puntuación de esta oración es correcta. No obstante, te invito que consideres la posibilidad de cambiar el punto y coma por dos puntos: “Ya comencé a sospechar después de la tercera copa de vino: cuando quise ponerme a escribir sólo obtuve garabatos que seguían un patrón exactamente igual.”

El efecto que tendría esto sería mostrar como concreción, especificación causal, explicación o consecuencia los garabatos en función de la cantidad de vino bebido por la narradora.

“Tú que me conoces tan bien, sabes que rechazo beber, pero me pregunto cómo y cuándo fue que acepté aquella primera copa.”

A mi modo de ver faltaría una coma después de “Tú”. Por dos motivos: el primero es que “Tú” es un vocativo y antes o después de ellos va coma. Y el segundo viene dado porque “que me conoces tan bien” es una aclaración, por lo que iría entre comas. Con lo que quedaría “Tú, que me conoces tan bien, sabes que rechazo beber”.

Si optás por dejar “pero”, la coma y lo que sigue está bien. Sin embargo, también podrías considerar un pequeño cambio: “Por lo que me pregunto cómo y cuándo fue que acepté aquella primera copa”. En tal caso (que es probable que se acerque a tu intención narrativa), la razón, el modo y el momento en que decidió beber tendrían relación causal por oposición con lo habitual, que es conocido por la narradora y por su diario que “la conoce tan bien”. (Quedaría: “Tú, que me conoces tan bien, sabes que rechazo beber. Por lo que me pregunto cómo y cuándo fue que acepté aquella primera copa”. Esta variante subrayaría la anormalidad de su conducta y exaltaría lo que cuenta en el párrafo anterior respecto de los garabatos: que hubo una tercera copa de vino en manos -y en boca- de quien habitualmente rechaza beber).

“Volveré a ese lugar, me intriga dejar cabos sueltos.”

Leí esta oración varias veces. Al principio pensé que debía incluir el conector “ya que” o “porque” y luego supuse que era tácito. Después pensé que podía ser válido estilísticamente.

Luego concluí que no, que estaba equivocado y que la puntuación es correcta. No obstante ello, también podrías considerar subdividirla en dos oraciones usando punto y seguido en vez de coma, dado que ello resaltaría la intención de volver y la intriga de la narradora (que el lector la capta como una declaración de principios o de identidad, como un “esta soy yo: no dejo nada a medias”).

“Iré de noche, pero ahí es donde está el primer obstáculo. No podré entrar fácilmente. Hay guardias.”

Si bien esto sería más de construcción de frases, como también tiene que ver con la puntuación, te invito a considerar si no podría cambiarse el orden de algunas frases para que queden dispuestas de una manera más lógica o secuencial-causal: “Iré de noche, pero ahí es donde está el primer obstáculo: hay guardias. No podré entrar fácilmente”

“Pero ahora que lo pienso, recuerdo que fue la apuesta por la maleta olvidada en el aeropuerto donde escogí una al azar y al abrirla había una nota que decía:”

“Pero ahora que lo pienso, recuerdo que fue la apuesta por la maleta olvidada en el aeropuerto donde escogí una al azar y al abrirla había una nota que decía:”

Esto sí pertenecería al ámbito de la construcción de frases, pero por la íntima relación que hay con el párrafo anterior, lo traigo a colación aquí. Intuyo que aquí hay una explicación causal y por ende, faltaría un “por” relativo a la apuesta. A su vez, es uno de los “pero” que podrían cambiarse. Te invito a considerar la variante: “Sin embargo, ahora que lo pienso, recuerdo que fue por la apuesta por la maleta olvidada en el aeropuerto, donde escogí una al azar y al abrirla había una nota que decía:”

“¡Bienvenida!, éste soy yo. Un completamente desconocido para ti.”

Si bien podría ir coma después de un signo de exclamación de cierre, no suele ser lo más habitual. Y como el signo de exclamación de cierre puede hacer las veces de un punto, podrías separar la oración en dos. En tal caso, luego podrías fusionar con la segunda la que sigue después, con lo que quedaría: “¡Bienvenida! Este soy yo, un completo desconocido para ti”. O bien: “¡Bienvenida! Este soy yo: un completo desconocido para ti”. No hay nada incorrecto en cuanto a la puntuación original, pero te sugiero estas alternativas para comparar, para el caso en que se aproximaran más a tu intención narrativa.

“La boca se me hizo agua y mis papilas gustativas comenzaron a segregar un no sé qué, y me apetecía dejar correr por mi garganta un trago de cerveza fría, que calmara mi sed.”

Esta oración es una de las más importantes del relato, por lo que creo que merecería especial atención.

La única coma que podría ser objetivamente incorrecta es la última (la anterior a “que calmara mi sed” y posterior a “fría”), ya que es una oración subordinada especificativa y no debería llevarla.

Sin embargo, como la oración se ha hecho un poco larga y se han acumulado varias “y”, lo que a su vez tornaría opinable el uso de algunas comas (si serían necesarias o no, si son cuestión de estilo, si convendrían o no), tal vez no vendría mal considerar dividir la oración en dos con un leve ajuste de puntuación, separándolas con un punto y coma. Quedaría así: “La boca se me hizo agua y mis papilas gustativas comenzaron a segregar un no sé qué; me apetecía dejar correr por mi garganta un trago de cerveza fría que calmara mi sed.”

Es probable que esta alternativa se acerque a tu intención narrativa, ya que resaltaría de modo deliciosamente ambiguo la razón por la que la protagonista bebió: ¿fue afectada por algo sobrenatural o fue una sublimación indirecta por el gusto de lo prohibido o por la excitación que le produce el reto?
“Ya estoy cansada, mañana te cuento más, espero no olvidar nada.”

Si bien puede ser cuestión de preferencias, en esta oración parecería haber sobreabundancia de comas. Tal vez sería necesario subdividirla en dos, o tal vez en tres: “Ya estoy cansada, mañana te cuento más. Espero no olvidar nada.” O: “Ya estoy cansada. Mañana te cuento más. Espero no olvidar nada”.

El cansancio y el contar más pueden separarse (punto) o tener una unión mayor (coma). Pero el “no olvidar” debería quedar resaltado, porque depende de ambas cosas. No puede contar ahora por el cansancio, y si lo hace mañana, corre el riesgo de olvidarse. Es más: en ambos casos podría olvidar algo y desearía no hacerlo, por lo que la expresión de deseo “Espero” debería quedar remarcada. Percibo que aquí estaría tu intención narrativa.

“Hoy me siento mas relajada, es domingo y muchos han empezado a preparar sus listas de compras, llega el fin de año.”

No habría errores de puntuación en sí en esta oración, aunque si se la analiza en profundidad podría haber cuestiones opinables. Sí me genera un poco de “ruido” la frase “llega el fin de año”, dado que siento que faltaría un conector. Lo intuyo implícito, pues entiendo lo que la narradora quiere decir, pero parecería que falta. Esto podría ser solucionado con un conector causal (“ya que”, “porque”, “dado que”) o con un signo de puntuación que revela explicación o concreción (los dos puntos).

A su vez, creo que como esta oración abre la nueva entrada y la anterior se había cerrado refiriendo al cansancio y, además, leída en su conjunto revelaba excitación, misterio, acción previa y preparación para la acción futura (y deseo de ella), el adjetivo “relajada” es el complemento perfecto por oposición. Por lo tanto, esa idea debería quedar resaltada, y lo que te aseguraría esto es poner un punto y seguido después de relajada.

Por otra parte, la referencia al día domingo (que llevaría implícita tal vez la idea del relax porque se lo percibe como algo general) no guardaría relación directa con la situación personal de la narradora, con lo que quizás convendría separarla. Esto iría en línea con la sugerencia del punto suspensivo que te hice en el párrafo anterior. Lo que no me queda claro es por qué alude a las listas de compras y al fin del año. No hay una conexión causal entre una cosa y otra, pero eso no quiere decir que esté mal o que haya algo incorrecto, puesto que puede ser una intención de la narradora. Por ejemplo: ella se siente más relajada, es domingo, se le contagia el “relax general” implícito en el día, y, por otro lado, al mismo tiempo la gente hace compras para fin de año. Sí, las hace porque es su día libre, pero ¿hay algo más estresante que hacer compras cuando todos las hacen y teniendo una fecha límite en el horizonte como el fin de año que requerirá organizar varias actividades? Quizás la narradora juegue con un contraste así e incluso se sitúe en una óptica externa, lo que le tendría un dejo de ironía. Me interesa lo que cuenta y cómo lo cuenta, y es por eso que creo que podría revisarse la puntuación.

En virtud del análisis de esta oración, sugiero considerar esta variante: “Hoy me siento mas relajada. Es domingo y muchos han empezado a preparar sus listas de compras: llega el fin de año.”

“Estoy preocupada, hago cosas sin sentido desde el día que obtuve el equipaje.”

La puntuación de esta oración no es incorrecta. No obstante, si quisieras resaltar más la preocupación y el hacer cosas sin sentido podrías considerar dos variantes: cambiar la coma por un punto y seguido o por dos puntos. Quedaría: “Estoy preocupada. Hago cosas sin sentido desde el día en que obtuve el equipaje”. O: “Estoy preocupada: hago cosas sin sentido desde el día en que obtuve el equipaje”. El punto y seguido separa y realza las ideas; los dos puntos especifican o explican. En ambos casos creo que el lector sentiría o como mínimo compartiría la preocupación de la narradora, pues percibiría un énfasis intencional al respecto. (Si bien esto hace más a la construcción de las frases o la sonoridad, aprovecho y señalo: quizás podrías buscar un sinónimo para “obtuve” porque ese mismo verbo ya lo usás antes. Lo mismo para “equipaje”).

“Voy a preparar el almuerzo, realmente no sé qué hacer, tampoco tengo muchos deseos.”

Si bien puede ser cuestión de preferencias, en esta oración parecería haber sobreabundancia de comas. Tal vez sería necesario subdividirla en dos, o tal vez en tres: ““Voy a preparar el almuerzo, realmente no sé qué hacer. Tampoco tengo muchos deseos.” O: ““Voy a preparar el almuerzo. Realmente no sé qué hacer. Tampoco tengo muchos deseos.”

La narradora aquí se detiene en un detalle si se quiere trivial, pero que suma muchísimo al tono de diario íntimo y lo hace sentir auténtico. No es muy explicativa, pero parece que todo giraría en torno al hábito de almorzar y a una indecisión al respecto y a que no tendría muchos deseos de comer. Por lo tanto, remarcar cada parte de esa secuencia, o al menos dividirla en dos creo que reforzaría la intención de brindar autenticidad.

“Como te habrás dado cuenta, investigué, como siempre, si no dejo de ser yo misma.”
Más allá de que esta oración ya fue analizada al tratar de la gramática, aquí podríamos complementar el examen desde la óptica de la puntuación. Creo que ganaría en claridad y resaltaría la relación íntima entre la narradora y su diario si se efectuaran algunos ajustes: “Como te habrás dado cuenta, investigué. Como siempre. Si no, dejaría de ser yo misma”.

“Es tarde, organizaré mejor mis ideas y te cuento más.”
Esta oración también fue analizada al tratar de la gramática. Con respecto a la puntuación, quizás convendría dividirla en dos, para que resalte más que se ha hecho tarde y que necesita tiempo para organizar mejor las ideas, hecho del cual depende el contarle más. Además, si se le concediera cierta “personalidad” al diario y se lo erigiera en un interlocutor con subjetividad, consignarlo de esa manera le aumentaría la inquietud. O sería esperable que lo hiciera. Te sugiero considerar esta variante: “Es tarde. Organizaré mejor mis ideas y te contaré más.”

“Desde su pintura podía reconocer un reflejo que se movía, otras era una sombra distante detrás que pasaba inadvertida, pero al coincidir la mirada quedabas atrapada, algo detrás del cuadro me atisbaba y sentía que taladraba mi frente, mis pensamientos y no podía despegarme del lugar.”

No diría que hay algo incorrecto aquí en materia de puntuación. Sin embargo, esta oración es fundamental, porque es la que abre la puerta a lo sobrenatural y es parte esencial del final, por lo que quizás considerar alternativas en la puntuación podría hacerle ganar todavía más fuerza. Para ello, podrían utilizarse algún punto y coma y algún punto y seguido. A modo de ejemplo, para reflexionar al respecto, propongo esta alternativa: “Desde su pintura podía reconocer un reflejo que se movía; otras, era una sombra distante detrás que pasaba inadvertida, pero al coincidir la mirada quedaba atrapada. Algo detrás del cuadro me atisbaba y sentía que taladraba mi frente, mis pensamientos y no podía despegarme del lugar.”

“Eran voces de otros tiempos, de vidas pasadas que se refugiaban allí, fue entonces en que todo empezaba a aclarar en mi mente.”

La puntuación de esta oración no sería objetivamente incorrecta. Sin embargo, dado que parecería haber una conexión causal entre las voces y la toma de conciencia por parte de la narradora, quizás sería conveniente subdividir la oración en dos a través de un punto y seguido: “Eran voces de otros tiempos, de vidas pasadas que se refugiaban allí. Fue entonces en que todo empezaba a aclarar en mi mente.”

Pasando a otro elemento formal, la SONORIDAD, estimo que es muy adecuada, excepto por alguna reiteración de palabras (“pero”, “obtuve”, “equipaje”).

Te comparto también un consejo que recibí una vez de otra compañera del taller: el uso de los adverbios de modo terminados en mente. Si bien no hay una norma al respecto, ella me sugería que para un texto de máximo 750 palabras, no hubiera más de tres. Me pareció algo razonable. Si no me equivoco, tu relato usa seis (“exactamente”, “fácilmente”, “completamente”, “íntegramente”, “realmente”, “actualmente”). Además, como tu relato tiene 643 palabras, tendrías margen para utilizar expresiones sinónimas aunque insumieran algunas palabras más en el conteo final. Por supuesto que esto depende de tu preferencia, pero si hicieras algunos cambios en este punto, en mi opinión personal el relato ganaría en sonoridad.
Hay una oración en el que habría una especie de “choque” de cadencia:

“Sería un lapsus que dejé de etiquetar y no fijé en la parte de apuntes de mi conciencia la secuencia de los hechos.” (conciencia/secuencia – encia/encia). Suena como una “rima” dentro de la prosa o como una coincidencia sonora, y ambas palabras son casi adyacentes. Quizás te convendría explorar variantes. A título de ejemplo sugiero: “Sería un lapsus que dejé de etiquetar y no fijé en la parte de apuntes de mi conciencia el orden en el que sucedieron los hechos”.

Con respecto al PUNTO DE VISTA, esta cuestión tiene relación directa con el NARRADOR. En este caso has elegido una narradora protagonista (lógicamente en primera persona), lo que es una elección inobjetable y muy positiva para la clase de historia que quisiste contar y a través del vehículo en el que la contaste y quisiste hacerlo (el diario íntimo). Tu elección garantiza máxima inmediación entre el lector y la subjetividad de la protagonista, y como percibo que tu intención narrativa estuvo ahí, el efecto lo lograste con creces. Esta conclusión creo que vale más allá de que el diario íntimo haya sido una consigna opcional del taller.

En cuanto a los DIÁLOGOS, bien analizado que fuera el texto, creo que no los hay. Sin embargo, aludir a este elemento formal sirve para considerar la cuestión de su representación gráfica. Con respecto a esta cuestión, Literautas tiene unas guías en el sitio (se pueden encontrar navegando en él o googleándolas). Son de extrema utilidad. Cada vez que escribo diálogos y pensamientos de personajes trato de tenerlas a mano y las consulto y creo que no soy el único entre los compañeros. Realmente están muy bien explicadas.

Voy a reproducir las partes en que pareciera haber un diálogo para luego referirme a la representación gráfica:

“Pero ahora que lo pienso, recuerdo que fue la apuesta por la maleta olvidada en el aeropuerto donde escogí una al azar y al abrirla había una nota que decía:
– ¡Bienvenida!, éste soy yo. Un completamente desconocido para ti. ¡Brindemos por eso y algo más! No dejes de tomarte un trago apenas termines de buscar en mis cosas.”

Si leemos estos párrafos, vemos que si bien un personaje le dice algo a otro, lo hace por escrito, no de manera sincrónica y presencial.

En mi opinión personal y subjetiva, esto no sería un diálogo. Por lo que lo que dice la nota podría ir directamente entre comillas, sean latinas («») o inglesas (“”).

No obstante ello, si vos no estuvieras de acuerdo y considerases que esto sí es una línea de diálogo y puede representarse como tal, la raya o guion de diálogo sería — y no debería ir espacio entre ella y la primer palabra de la oración. Quedaría: —¡Bienvenida!…

En cuanto a ese guion o raya de diálogo, aparece si presionás Alt + 0151. (Puede que lo sepas, pero por las dudas te lo comento para facilitarte su localización).

Lo mismo podría señalarse respecto de estas oraciones:

“También en la nota encontrada en unas líneas más abajo, con una caligrafía muy pequeña, como quien no les da importancia a las cosas o quiere hacerlas pasar desapercibida decía:”

“– Busca todas las respuestas en la mansión del Márquez de Seranil.” (No habría tampoco diálogo aquí, y si se pensara que sí, habría que ajustar su representación gráfica: —Busca…)

“Algunos de mis amigos días me dijeron que estas ventas de valijas pueden ser estafas. Que traen algo más.
– ¿Y me pregunto que algo más puede traer una simple maleta olvidada?”

Aquí creo que no hay un diálogo, pero sí un pensamiento del personaje (la narradora protagonista).

Una de las maneras más comunes de representar el pensamiento del personaje es utilizar comillas inglesas, luego una coma y después una acotación:

«¿Qué algo más puede traer una simple maleta olvidada?», me pregunto.

(Las comillas inglesas de apertura podés encontrarlas con Alt + 174 y las de cierre con Alt + 175).

También podrías disentir conmigo y decir “no, aquí no hay un pensamiento de la narradora sino una pregunta retórica que hace y dirige al diario que sería un reflejo de sí misma”. O no retórica, pero sí una pregunta que se comparte con el “interlocutor” que es el diario.

Esta respuesta sería admisible. En tal caso, lo que quizás no irían, aunque se trate de una pregunta, son los signos de interrogación, porque no se trata de una interrogación directa sino de algo que se dirige a sí misma, o algo indirecto o abierto que se comparte con un interlocutor (suponiendo que le diéramos tal carácter al diario). En esta hipótesis, tal vez la idea quedaría así: ““Algunos de mis amigos días me dijeron que estas ventas de valijas pueden ser estafas. Que traen algo más. Me pregunto qué algo más podría traer una simple maleta olvidada…” (Esos puntos suspensivos, a su vez, le darían una textura abierta a la pregunta que, si no me equivoqué en la interpretación que hice al leerla, creo que es lo que buscás).

Las DESCRIPCIONES también están correctamente utilizadas, puesto que no son ni muchas ni pocas. Están presentes en su justa medida y, a su vez, no sólo respetan ese parámetro cuantitativo, sino también el cualitativo, puesto que responden a un por qué y a un para qué. Hay una finalidad en ellas. Esto es muy pero muy positivo, ya que un exceso de descripción o de adjetivación puede tornar denso al texto o a veces demasiado explicativo o aburrido. Esto no ocurre en tu relato. Es todo lo contrario, la medida es justa y proporcional a la historia narrada. En mi opinión este es otro punto alto del relato.

El elemento CONFLICTO está claro y puede ser que haya más de uno.

Creo que hay un primer conflicto aparente y que, en el fondo es el incidente detonador de la historia (que, aunque lo conocemos más tarde, ocurrió antes de la primera entrada de la historia): la obtención de la maleta olvidada.

Entonces este conflicto aparente es persona vs. objeto.

Digo que es aparente porque no es el “de fondo” o el principal.

El conflicto principal, en mi opinión, aparece cuando la protagonista encuentra la nota y, sobre todo, cuando reflexiona sobre ella y toma conciencia del reto. Entonces aquí el conflicto deviene interpersonal: persona vs. persona, la protagonista vs. ese fantasma metafórico.

Hay también otro conflicto interpersonal menor, el de la narradora con sus amigos.

Y, sobre todo, un conflicto intrapersonal de la narradora consigo misma. Este es el otro conflicto principal que es como el “reverso de la medalla” del otro conflicto principal. El reto recibido (y aceptado por ella) no solo pone a la narradora en conflicto con un otro misterioso sino consigo misma (¿seré capaz de hacerlo? ¿Hasta qué punto me ha modificado esto que no solo me ha hecho beber sino que ni siquiera tengo ganas de almorzar y no puedo pensar en otra cosa?). Y en el fondo, esta es la razón que la impulsa a compartir su historia con su diario íntimo (que es una especie de “yo desdoblado”: un otro que en el fondo soy yo porque necesito un otro con quien compartir cosas que son tan privadas que, en realidad, no podría compartir con un otro literal).

Lo interesante y muy pero muy positivo es que estas distintas clases de conflicto se entretejen entre sí y se vuelven indisolubles (como el agua, el té y el azúcar, si me permitís la comparación ilustrativa) y eso enriquece y eleva muchísimo a la historia y a la trama.

El conflicto es uno de los elementos formales y sustanciales fundamentales de toda historia pues sin conflicto no hay historia, y vos has sabido plantear e interrelacionar varias clases de conflictos que se implican mutuamente.

Otro elemento formal muy importante es la INTRIGA, que se apoya en y depende o se deriva del conflicto, pero que también requiere ser trabajada en sí misma.

Aquí me gustaría citar algunas cosas que te han comentado y que vos respondiste.

ABAL te dijo:

“Me ha gustado tu estilo de relatar, pero no me ha atrapado y tiene misterio pero son sensaciones de la propietaria del diario. Quizás quede algo sin contar o sí. Lo que sea está a recaudo de la intimidad entre los dos.”

Vos le contestaste:

“…Exactamente, ha quedado algo sin contar, pero no quería pasarme de las 750 palabras.”

Y Pableravsky te comentó:

“…Y el otro punto es que la acción no avanza. Describes pensamientos, sensaciones, ideas generales, pero no apuestas por una trama que te lleve de un punto a otro. De ese principio molón que planteas a un final sorprendente.”

Cuando unimos las tres cosas pareciera que hay algo que no terminaría de funcionar en opinión de los dos lectores y algo que vos le concederías a uno de ellos.

Creo que lo que explica estos puntos de vista de dos personas a las que le gustó el relato y también tu aporte (de que quedó algo sin contar) es el elemento INTRIGA.

Empecemos con la opinión de ABAL: le gusta tu estilo de relatar (lo cual es ultra positivo), admite que el relato tiene misterio (otro punto positivo) y lo matiza diciendo que son sensaciones de la propietaria del diario y que lo que sa está a recaudo de la intimidad de los dos. Esto no sería malo de por sí, y probablemente sea la razón por la que le gustó tu estilo de relatar (y a mí también). Sin embargo, ABAL dice que no lo ha atrapado y esta interpretación que te ofrezco parecería contradictoria, ¿no? La solución está en el elemento INTRIGA, sobre el que reflexionaré luego.

Fijate que cuando analizaba el ritmo desde el punto de vista de la acción yo lo consideraba correcto, fluido. Pero eso en cuanto a ritmo de narración. Sin embargo, en la ACCIÓN en sí, algunos lectores podrían experimentar lo mismo que Pableravsky que percibe que la acción no avanza y que mostrarías esos pensamientos, sensaciones e ideas generales pero no apostarías por una “trama que te lleve de un punto a otro”. Y luego especifica de ese principio tan atractivo que planteaste a un final sorprendente (yo coincido en esto y te lo dije al hablar de los géneros: empezaste con realismo intimista y derivaste a lo sobrenatural sin perder el realismo).

Como ves: tres lectores coincidimos bastante y parece haber algo que no termina de “cerrar”. Eso creo que es el desarrollo de la intriga, y en mi opinión, la respuesta de lo que faltaría está dada en tu contestación a ABAL: “ Exactamente, ha quedado algo sin contar, pero no quería pasarme de las 750 palabras.”

Creo que tu historia es una excelente historia y que da para más de 750 palabras (hasta qué límite -relato largo, novela corta o novela- dependerá de tu concepción y de tu decisión) y que justamente por lo que faltó contar la intriga no se desarrolló todo lo que podría haberlo hecho.

Entre lo que parecería haber faltado podría haber una entrada más, o unos puntos suspensivos y oración con la que retomaría la última entrada, ya que por un lado la narradora le dice al diario que es tarde, que debe organizar sus ideas y luego le contará más y después habla en tiempo presente de la mansión y de que allí funciona un museo. Este es un ejemplo de un desarrollo sugerido pero no concretado.

Dicho de otra manera: esos conflictos tan bien planteados no se fueron escalonando de una manera tal que se percibiera un avance más gradual de la trama que facilitara la preparación para ese final sorprendente.

Creo que es EXCELENTE que hayas puesto tanto énfasis en las sensaciones, pensamientos, dudas y quizás hasta contradicciones de la narradora que, además, es protagonista. Pero como dicen los compañeros quizás se necesitaría contar o mejor aún mostrar más acciones: cómo pasa a la acción o cómo está por pasar a la acción, duda, se retrae, adopta otro curso, fracasa en algún momento, etc. De esta manera, los distintos conflictos se van escalonando y van haciendo avanzar la trama hasta su clímax y resolución.

No veo grave este punto porque vos subrayaste que faltaron contar cosas, lo que si no te limitaran las 750 palabras, podrías superar este inconveniente, muy probablemente con facilidad, ya que parece que tenés claro adónde va la historia.

El último elemento que podría considerarse o no formal es la EXPECTATIVA. Creo que de los comentarios de los compañeros surge que la has planteado bien al principio y que es alta. El final no defrauda, todo lo contrario, pero para que la satisfacción sea total, sería conveniente que pudieras desarrollar más la trama sobre todo en lo relativo a la intriga.

CONCLUSIÓN de los elementos formales: la mayoría de ellos están bien trabajados, incluso aquellos en los que podrían haber algunas áreas susceptibles de reflexión o potencial mejora, y el hecho de que los hayas manejado correctamente y tengas sólidas bases para desarrollar aún más la trama (lo que faltaría contar) hace que la historia sea atractiva. Lo formal es uno de los motivos por los que me ha gustado la historia y apuesto por ella como lector.

II.- Con respecto al CONTENIDO, me resulta atractivo e interesante.

En general considero que el contenido de la historia es dominio propio de los autores y que, salvo incoherencias graves, hay que ser muy cuidadoso al comentar ya que algunos posibles cambios podrían determinar un cambio de la historia.

Como historia me parece EXCELENTE. Tal como lo dijo Pableravsky, “Abrir una maleta al azar y encontrar una nota es potente, ¿hacia dónde nos puede llevar?” Es una premisa muy sugerente que, difícilmente, no concite la atención del lector.

Lo mismo el final en ese museo.

Aunque volveríamos a lo dicho respecto de la forma, el haber usado ese tono y lenguaje tan intimista, al haberte movido en esos géneros (realismo intimista que deriva a sobrenatural fundiéndose con él sin perder el realismo narrativo) y al haber creado esa atmósfera la historia se enriquece, las expectativas que sembrás son altas y es lógico y esperable que el lector quiera más.

La premisa es buena, el principio in media res es atinado para la historia que querés contar y el final es sorprendente, todo lo cual requiere que desarrolles lo que falta contar. Es una historia que vale la pena.

Acerca del final sorprendente, te comparto una idea que vi en un video de una suerte de conferencia que dio Rafael Spregelburd. Es un actor, director teatral y dramaturgo argentino. En este video (lamentablemente no tengo el link), aunque con referencia a la dramaturgia, mostraba tres esquemas o formas de organizar una historia.
El primero era lineal (recuerdo que dibujó como tres cuadraditos: uno al inicio, luego trazó una línea, otro en el medio, otra línea, otro al final): esto es el esquema clásico. ¿Qué más decía? Que cuando le mostrás A y B, el espectador ya espera C. Es algo predecible y cada cosa procede de la anterior.

En el segundo, dibujaba un cuadrado, luego un círculo, luego un triángulo y después algunas cosas más (no importa aquí). Este era un esquema si se quiere posmoderno. ¿Qué decía? Que cuando le mostrás A, luego un cuadrado, y después una manzana, el espectador espera algo, después no sabe y luego ya no espera nada. (Estas son las historias más abstractas o las que algunos consideran de vanguardia).

El tercer esquema era el más interesante: dibujó un cuadrado, una línea, otro cuadrado, y luego una flecha curva hacia arriba. ¿Qué significaba? Que le mostrás A y luego B y el espectador espera C, pero en realidad al final hay otra cosa. Que es sorprendente, pero que está contenida en lo anterior (sorprende pero no engaña). A él le atraían más esta clase de historias según decía.

Yo comparto ese punto de vista y creo que esto es lo que hace tan interesante y atractiva a tu historia: más allá de todo lo que se pueda trabajar en la intriga y lo que falte contar, hay un principio, uno espera algo en el nudo (que aunque sea lo mostraste) y después el final es sorprendente, quizás inesperado. Pero no imposible (porque al principio referís al fantasma que allí es metafórico, pero después parece haber algunos, o por lo menos uno, en el cuadro o relacionados con el cuadro).

Tu relato sigue el esquema de las historias bien concebidas y atractivas para lectores y espectadores y creo que eso es un punto muy alto que merece elogio.

Finalmente, no quería dejar de destacar positivamente otra cosa: en el post general preguntabas si había que ponerle nombre al relato y que siempre te era difícil. Sin embargo, eso no se notó: LA ELECCIÓN DEL TÍTULO ES EXCELENTE y guarda perfecta relación con la trama y con el contenido de la historia. La elección del título es algo que si no a todos, a la mayoría nos cuesta, y diste en el centro de la diana. Te felicito por eso.

III.- COMENTARIO PERSONAL:

Siendo esta tu primer participación en el taller de Literautas, nos has regalado una historia excelente.

Espero que esta sea tu primera participación y que tengamos el gusto de seguirte leyendo.

Y en cuanto a esta historia en particular, te animo a que la desarrolles cuanto puedas y quieras. Que no quede nada sin contar en su versión final, porque es una historia que tiene mucho para dar, que vale la pena y ya mostraste herramientas formales muy interesantes que sin dudas la van a hacer brillar.

Gracias por tu relato. Disfruté leyendo y analizándolo.

Bienvenida otra vez al taller. Saludos y nos seguiremos leyendo.

Verso suelto

22/10/2025 a las 19:05

Hola Gita, soy tu vecino de arriba y me toca comentarte. Yo entiendo tu relato como un desahogo frente al diario. Si, hay una historia con una maleta pero yo no he llegado a captarla del todo. De todas formas consigues atrapar al lector lo que no es fácil.
Nos leemos

Gita

27/10/2025 a las 18:13

Saludos Pableravsky:

Gracias por tu comentario. Entiendo lo que me dices, suelo estar floja en los conflictos. Me esforzare en el futuro.

Gita

27/10/2025 a las 18:34

Saludos Dante:

Gracias por la bienvenida y el respeto que demuestran en sus comentarios cada uno. Gracias por el nivel de detalle en la revisión de la historia. Estoy complacida y espero se repita. Cada día aprendemos mas. Gracias otra vez. Gracias por excelente taller a su creadora y todo el grupo que participa.

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